Muy bien. Para leer la Biblia entendiendo su significado, es necesario primeramente conocer de una manera personal a su autor. No se asuste, amigo. No estoy diciendo que Usted debe conocer personalmente a Moisés, o David, o Isaías, o Pablo, o cualquier otro de los que escribieron los libros de la Biblia. Todos ellos fueron simplemente los instrumentos humanos que Dios utilizó para que el hombre pueda tener por escrito el mensaje divino. Sin conocer personalmente a Dios, es difícil entender a fondo lo que Dios manifiesta en su palabra, la Biblia. Mire por ejemplo lo que dijo el apóstol Pablo sobre esto mismo. Se encuentra en 1 Corintios 2:14 donde dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” El hombre natural es el hombre que no conoce personalmente a Dios. El texto dice que un hombre así, no está en capacidad de percibir, o discernir, o entender las cosas que son del Espíritu de Dios. La Biblia, o la palabra de Dios, cae dentro de las cosas que son del Espíritu de Dios. Cuando el hombre natural intenta comprender las cosas que son del Espíritu de Dios no puede hacerlo y le parece que fueran una locura. Esta es la razón por la cual la gente que no conoce personalmente a Dios, toma la Biblia para leerla y muy pronto la pone a un lado porque dice: No entiendo nada. Me parece un libro muy aburrido. No le hallo sentido a lo que dice. El texto que leímos, dice que las cosas que son del Espíritu de Dios se han de discernir espiritualmente. Esto significa acomodando lo espiritual a lo espiritual. Es decir, que primeramente necesitamos ser espirituales para poder entender las cosas que son del Espíritu de Dios. La gran pregunta es: ¿Cómo puede una persona llegar a ser espiritual? La respuesta es por medio de nacer de nuevo, lo cual es resultado de recibir por la fe a Cristo como Salvador. En este momento, el hombre natural se convierte en hombre espiritual y entre los muchos beneficios de este nuevo estado, está el de percibir o discernir o comprender las cosas que son del Espíritu de Dios. De modo que, amable oyente, para leer la Biblia entendiendo su significado, primeramente es necesario conocer personalmente a Dios, o, lo que es lo mismo, llegar a ser un hombre espiritual. Quizá Usted me dirá: Pero yo ya he recibido a Cristo como mi Salvador y a pesar de eso, tengo mucho problema para leer la Biblia entendiendo lo que leo. Bueno, si ese es el caso, me gustaría compartir con Usted algunas ideas que a mí me han resultado muy beneficiosas. Primero, ore antes de leer la Biblia. Pida a Dios que el Espíritu Santo le ilumine para comprender lo que se dispone a leer. Segundo, no lea por aquí y por allá. Usted debe acostumbrarse a leer la Biblia en forma sistemática, en orden. Escoja por tanto uno de los sesenta y seis libros de la Biblia. Luego divida el libro en porciones no muy extensas pero tampoco muy cortas. A lo mejor podría usar la división por capítulos en los cuales se divide normalmente todo libro de la Biblia. Vaya entonces a la primera sección del libro. Una vez allí, asuma que Usted es un investigador consumado. Como buen investigador lea lenta y pausadamente toda esa sección. Será necesario hacer varias lecturas del mismo pasaje. En cada lectura anote en un papel aparte las palabras con las cuales Usted no está familiarizado y que por lo tanto no sabe su significado. Una vez que ha leído varias veces la misma sección. Deje a un lado su Biblia y enfoque su atención en el papel donde anotó las palabras que no sabe el significado. Recurra a un diccionario bíblico para averiguar el significado de cada una de estas palabras. Puede ser inclusive que tenga que recurrir a un diccionario de la lengua Española, para saber el significado de algunas de las palabras que ha anotado. Puede ser que sea necesario recurrir a personas conocedoras de la Biblia para averiguar el significado de algunas de las palabras que ha anotado. La idea es que Usted sepa el significado de cada palabra que ha leído en el pasaje bíblico seleccionado. Una vez que tenga todo este conocimiento, vuelva al pasaje bíblico y comience a leer nuevamente, esta vez aplicando el conocimiento que ahora tiene de las palabras que antes no sabía lo que significan. Ahora está listo para dar el siguiente paso. Escriba en el papel lo que Usted ha entendido del pasaje bíblico que ha estudiado. Esta será su interpretación del pasaje bíblico en cuestión. Es entonces cuando Usted está en capacidad de percibir, o entender como ese pasaje bíblico se aplica a su caso en particular. A lo mejor Usted encontró alguna verdad sobre Dios o sobre su Hijo o sobre el Espíritu Santo, o sobre la salvación o sobre la vida cristiana o sobre el cielo, etc. Tal vez el pasaje hablaba sobre algo que Usted ha estado haciendo y debe dejar de hacerlo. O es posible que el pasaje hablaba sobre algo que Usted no ha estado haciendo y debe comenzar a hacer. De esta manera Usted irá conociendo bastante a fondo el contenido de la Biblia. Yo sé que no es fácil seguir todo este proceso para entender lo que la Biblia dice, pero es necesario hacerlo. La diferencia entre los que leen sin entender y los que leen entendiendo está en que los unos no están dispuestos a hacer el trabajo de observar, interpretar y aplicar la palabra de Dios a sus vidas, mientras que los otros si lo están.
Autor: cris
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A la luz de lo que dice Hebreos 6:1-6 parecería que existe la posibilidad de perder la salvación. ¿Es esto así?
Gracias por su consulta. Vamos a dar lectura al pasaje bíblico citado por Usted. Se encuentra en Hebreos 6:1-6 donde dice: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para si mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio” La clave para entender este pasaje bíblico radica en identificar a quienes tiene en mente el autor de Hebreos cuando escribió este pasaje. Un examen del contexto, lleva a la conclusión que se refiere a judíos incrédulos quienes conocían intelectualmente la verdad del evangelio e inclusive fueron testigos o estuvieron en contacto con las manifestaciones poderosas y sobrenaturales de Dios. El autor de Hebreos cambia su enfoque, y tiene en mente a judíos creyentes, a partir del versículo 9 del capítulo 6 cuando dice: “Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.” Esa conjunción adversativa “pero” sirve para diferenciar entre los judíos intelectualmente convencidos, pero no convertidos y los judíos convertidos. Vistas así las cosas, el autor de Hebreos está diciendo a los judíos intelectualmente convencidos, pero no salvos, no se queden en los rudimentos o en el conocimiento básico de lo que el Antiguo Testamento dice sobre Cristo. Prosigan a lo perfecto. Cristo ya vino en la persona de Jesús, recíbanlo por tanto como su Salvador. Si Ustedes se hacen atrás de lo que intelectualmente ya saben y han experimentado, corren el peligro de endurecer tanto su corazón, al punto que será imposible que sean otra vez renovados para arrepentimiento, porque Ustedes mismos estarán crucificando otra vez al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla de todos. Este pasaje bíblico por tanto no tiene nada que ver con que se podría perder la salvación.
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¿Cuál será la función de la iglesia en el Milenio?
Para responder a su consulta, permítame en primer lugar hacer una breve reseña de algunos eventos que están por acontecer en el futuro, en la tierra. Todo comenzará con el rapto o arrebatamiento de la iglesia, de lo cual da cuenta 1 Tesalonicenses 4:15-17 donde dice: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta del Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” Una vez que la iglesia sea arrebatada por el Señor para recibir al Señor en el aire, sobre la tierra se iniciará un periodo de siete años conocido como tribulación. Durante este tiempo, Dios derramará su ira sobre el mundo incrédulo, por medio de los juicios de los sellos, de las trompetas y de las copas. Durante este tiempo también, Dios levantará 144.000 mensajeros judíos, por medio de quienes, muchas personas, tanto de origen judío como gentil, recibirán a Cristo como Salvador. La gran mayoría de estos nuevos creyentes sufrirán el martirio en manos del Anticristo y su aparato de represión. Serán relativamente pocos los creyentes que queden con vida hasta el final de la tribulación. Al final de la tribulación vendrá el Señor Jesucristo por segunda vez. De esto da cuenta Apocalipsis 19:11-16 donde dice: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Así es como relata la Biblia la segunda venida de Cristo. Tan pronto Jesucristo ponga sus pies sobre la tierra, tendrá lugar la batalla de Armagedón, en la cual Jesucristo acabará con todo el poder militar del Anticristo y sus aliados. De esto nos habla Apocalipsis 19:19-21 dice: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” Al final de la batalla de Armagedón, la tierra estará en condiciones deplorables y los sobrevivientes serán algunos creyentes, los que recibieron a Cristo durante la tribulación y quedaron vivos hasta el final de la misma, algunos de ellos serán de origen gentil y otros de origen judío. Además de ellos, quedarán vivos algunos incrédulos tanto judíos como gentiles. Entonces ocurrirán dos eventos. El uno se llama juicio a las naciones, cuyo relato aparece en Mateo 25:31-46. Al final de este juicio, sobre la tierra quedarán exclusivamente creyentes de origen gentil. Simultáneamente a este juicio, ocurrirá lo que se llama el juicio a Israel, cuyo relato aparece en Ezequiel 20:33-38. Al final de este juicio, sobre la tierra quedarán exclusivamente creyentes de origen judío. En otras palabras, luego del juicio a las naciones y del juicio a Israel, sobre la tierra no habrá un solo incrédulo sino solo creyentes, algunos de origen gentil y otro de origen judío. Serán estos creyentes quienes entrarán al reino milenial sobre la tierra. Son personas de carne y hueso, quienes estarán en capacidad de reproducirse normalmente. ¿Dónde estará la iglesia durante este tiempo? Pues con el Señor, porque eso es lo que dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 1:17 “y así estaremos siempre con el Señor” La morada de la iglesia con el Señor será en la nueva Jerusalén. De esto nos hablan textos como Hebreos 12:22-24 donde dice: “sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.” Este es el lugar que Cristo está preparando para los suyos. Hasta donde se puede saber, la nueva Jerusalén, estará suspendida sobre la tierra, y será la habitación de todos los creyentes durante toda la eternidad. En Apocalipsis 21:2 se ve a la nueva Jerusalén descendiendo del cielo a los nuevos cielos y la nueva tierra. Dice así: “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.” ¿Qué estará haciendo la iglesia durante el milenio? Bueno, leamos lo que dice Hebreos 2:5-8 donde dice: “Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies.” Dios dio al hombre el dominio sobre toda la creación, así se lo ve en Génesis 1:28, pero el hombre perdió este privilegio cuando cayó en pecado. Sin embargo, los que somos creyentes, volveremos a tener este privilegio. Eso acontecerá en el futuro reino milenial. Todo como resultado de la muerte de Cristo por el pecador. La Biblia por tanto muestra a los creyentes como un real sacerdocio. 1 Pedro 2:9 dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” Sobre esto mismo, Apocalipsis 1:5-6 dice: “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” En resumen entonces, durante el milenio, la iglesia no morará en la tierra, sino en la nueva Jerusalén. Desde allí estará reinando juntamente con Cristo, ejerciendo dominio sobre los súbditos del reino milenial, quienes estarán morando en la tierra.
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¿Por qué no se pierde la salvación?
La salvación no se pierde amableamigo, porque eso es lo que enseña la palabra de Dios hasta donde yo puedo entender, sin desconocer, por supuesto, que algunos queridos hermanos están persuadidos de lo contrario. Permítame por tanto mencionar algunos pasajes bíblicos acerca de esto, con su respectiva explicación. El primero, se encuentra en Juan 5:24 donde dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Estas son las palabras de Cristo Jesús. En ellas nos muestra lo que Dios hace en respuesta a la fe de un pecador convicto por su pecado. Oír la palabra de Cristo significa entender el mensaje del evangelio. Entender que el hombre es pecador. Entender que como pecador el hombre está separado de Dios. Entender que la paga del pecado es muerte. Entender que Cristo Jesús murió por el pecador o en lugar del pecador. Entender que la salvación es un regalo de Dios al pecador que cree. Entender que para ser salvo, lo único que se hace falta es recibir a Cristo como Salvador. Cuando el hombre entiende esto, necesita dar el siguiente paso. Tiene que creer a Dios. Esto significa hacer uso de su voluntad para actuar conforme a lo que Dios dice en su palabra. El hombre necesita simplemente recibir el regalo de la salvación de Dios en Cristo. Cuando esto sucede, Dios hace su parte. Dios otorga vida eterna al pecador que ha recibido a Cristo como Salvador. Para que esto pueda ser así, Dios habrá tenido que perdonar los pecados pasados, presentes y futuros del pecador arrepentido. El versículo leído dice por tanto: Y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Ponga atención a lo que dice el apóstol Pablo sobre esto, en Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Cuando una persona está en Cristo, por haber recibido a Cristo como Salvador, puede estar totalmente segura de que tiene vida eterna y de que no hay ninguna condenación para él. Consideremos ahora otro pasaje bíblico que nos habla sobre la seguridad de la salvación. Se encuentra en 1 Corintios 1:8-9 donde dice: “el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Seño Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” El versículo 8 está hablando de Jesucristo. El apóstol Pablo dice que Jesucristo confirmará a los creyentes corintios, y a todos los creyentes en general, hasta el fin, de modo que los creyentes en general sean irreprensibles, es decir sin que tengan nada por lo cual ser condenados, en el día de nuestro Señor Jesucristo. ¿Quién garantiza esto? El texto dice que es Dios, quien es fiel, quien nos llamó a la comunión con su Hijo, el Señor Jesucristo. De modo que un creyente no debe vivir en temor en cuanto a su salvación. Jesucristo garantiza que los creyentes seremos confirmados hasta el fin. Otro texto que enseña sobre la seguridad de Salvación se encuentra en Efesios 1:13 donde dice: “El él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” Los creyentes somos sellados con el Espíritu Santo el mismo instante que recibimos a Cristo como Salvador. Este sello, entre otras cosas nos da seguridad de salvación. Eso es lo que dice Efesios 4:30 donde leemos: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” El creyente es sellado con el Espíritu Santo el momento que recibió a Cristo como Salvador. Este sello es garantía absoluta de que ese creyente es eternamente redimido. Otro texto que habla de la seguridad de salvación es Hebreos 7:25 donde dice: “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Este texto está hablando de Cristo, específicamente de su excelente sacerdocio. Los que por medio de Cristo nos acercamos a Dios tenemos la absoluta garantía de que somos salvos perpetuamente. Cristo vive por la eternidad. Su existencia eterna es garantía de vida eterna para aquellos por quienes él intercede, es decir para nosotros los creyentes. Por último, y con esto no quiero decir que ya no haya más pasajes bíblicos que enseñen la seguridad de salvación, cuando digo último, me refiero al último que yo voy a citar respondiendo su consulta, quisiera considerar el pasaje bíblico que se encuentra en 1 Pedro 1:3-5 donde dice: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” Los creyentes somos guardados por el poder de Dios mediante la fe. No debe existir por tanto duda alguna en cuanto a la seguridad de nuestra salvación.
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¿Cuál es el verdadero evangelio?
Una congregación de mi localidad dice que el verdadero Evangelio es el de Pablo y no el de Cristo. Dicen que el que no acepta el Evangelio de Pablo es anatema. ¿Cuál de los dos es realmente el verdadero Evangelio?
Bueno amigo yo no he sabido que existan dos o más Evangelios. El Evangelio es uno solo. Es el Evangelio que predicó Cristo, el cual es el mismo que predicó Pablo y es el mismo que predicaron los apóstoles y es el mismo que predicaron los que lo oyeron de los apóstoles y es el mismo que está en el Nuevo Testamento y que nosotros y muchos lo predicamos. Esto es lo que por ejemplo dice Hebreos 2:3-4 donde leemos: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” La salvación, o el Evangelio, fue primeramente anunciado por el Señor Jesucristo. Los que lo oyeron, comenzaron muy pronto también a predicarlo. Dios dio a estos, el poder para hacer señales, prodigios, diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo, como confirmación de que ese Evangelio provenía realmente de Dios. Muchos oyeron este Evangelio y también comenzaron a predicarlo. De esta manera, el Evangelio llegó hasta nosotros. Pablo recibió este mismo Evangelio directamente de Cristo. Note lo que dice Gálatas 1:11-12 “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” Allí lo tiene amigo , ¿Qué más prueba hace falta para saber que el Evangelio de Cristo es el mismo Evangelio de Pablo? No hay otro Evangelio. No entiendo realmente que alguien pueda hacer diferencia entre el Evangelio de Cristo y el Evangelio de Pablo. Los dos son la misma cosa.
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¿Jesús fue crucificado un viernes?
En el libro titulado Babilonia, Misterio Religioso, el autor Ralph Woodrow dice que en la semana que murió Jesús había dos sábados, a saber, el gran sábado, o sábado anual y el sábado del séptimo día, o sábado semanal. Si Jesús fue crucificado un Viernes, ¿Cuántas horas hay hasta su resurrección?
Gracias por su consulta. Varias cosas deben ser tomadas en cuenta para responder a esta consulta. Primero, en la semana que murió Jesús, se celebraba la fiesta judía denominada Pascua y los panes sin levadura. Sobre esto nos habla el libro de Levítico capítulo 23, versículos 5-8 donde dice: “en el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.” Así que, según esto, el 14 del primer mes, entre las dos tarde se celebraba la pascua. El siguiente día, el 15 del primer mes era el primer día de la fiesta solemne de los panes sin levadura. Este día era sábado o día de reposo. Recuerde que sábado, no siempre significa el séptimo día de la semana. Puede también significar cualquier día en la semana, en el cual, por ser alguna fiesta, no se hacía ningún trabajo. El día 15 del primer mes, el primer día de la fiesta solemne de los panes sin levadura, era un día de reposo. Determinado año, este día podía caer el primer día de la semana, el año siguiente caía el segundo día de la semana, el año siguiente caía el tercer día de la semana y así sucesivamente hasta que siete años después caía el séptimo día de la semana. No olvide que el séptimo día de cada semana siempre era un día de reposo. Es decir que cada siete años, el 15 del primer mes, el primer día de la fiesta solemne de los panes sin levadura, coincidía con el séptimo día de la semana. Es por eso que se dice que en la semana de la pascua había dos sábados. Con esto en mente, vamos al relato de lo que pasó la semana de la pasión de Jesús. Consideremos la cita en Juan 18:28 donde dice: “Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.” Esto sucedió el día que Jesús fue crucificado. Pocas horas después, Jesús pendía ya de la cruz. Pero note que los judíos no querían contaminarse entrando a territorio gentil, el pretorio romano, porque querían estar ceremonialmente limpios para poder comer la pascua. De esto concluimos entonces que esto estaba sucediendo el 14 del mes primero, incidentalmente, este mes se llamaba Nisán. A las tres de la tarde de este día, Jesús entregó su espíritu. Según el historiador judío Flavio Josefo, los judíos tenían la costumbre de sacrificar el cordero pascual a las tres de la tarde del 14 de Nisán, para comerlo asado al anochecer. Es decir que Jesús murió a la hora exacta que se sacrificaba el cordero pascual en la fiesta de la pascua. Pero, ¿Qué venía inmediatamente después del 14 de Nisán? Pues el 15 de Nisán, el cual era el primer día de la fiesta solemne de los panes sin levadura, y este día era sábado o día de reposo. Es a este día al que hace referencia el texto que se encuentra en Juan 19:31 donde dice: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.” A Jesús no fue necesario quebrarle las piernas porque él murió a las tres de la tarde, pero a los dos ladrones que fueron crucificados con Jesús, sí lo hicieron. Pero note que los judíos hablaban de un día de reposo especial, no el séptimo día, sino uno diferente, entre paréntesis dice que ese día de reposo era de gran solemnidad, no puede ser otro sino el 15 de Nisán o el primer día de la fiesta solemne de los panes sin levadura. Ahora bien, hasta donde se sabe, el año que murió Jesús, el 14 de Nisán cayó un día Jueves, por tanto, el Viernes era ese sábado de gran solemnidad. El siguiente día fue el sábado normal, el séptimo día de la semana. Vistas así las cosas, Jesús pasó en la tumba, la noche del Jueves, la noche del Viernes y la noche del Sábado. Esto con relación a las noches. Con relación a los días, pasó en la tumba todo el día Viernes, todo el día Sábado y la parte del día domingo hasta cuando resucitó. El Nuevo Testamento relata que las mujeres fueron del Domingo temprano a la mañana y encontraron que la piedra de la tumba ya había sido removida, en señal de que Jesucristo ya había resucitado. Se cumplió entonces la palabra de Dios cuando en Mateo 12:40 dice que Jesús debía estar en el corazón de la tierra tres días y tres noches. ¿Cuántas horas? No se puede señalar con precisión. Deben haber sido no menos de sesenta horas y no más de setenta y dos horas. No olvide que para la mentalidad judía, la parte de un día se contaba como que fuera un día completo.
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¿Cuál es el significado real del número de la bestia 666?
Es sobre el número de la bestia, el 666, del cual habla la Biblia en el libro de Apocalipsis. He escuchado mucho sobre esto y no sé lo que debo creer. Algunos dicen que tiene que ver con las tarjetas de crédito. Otros dicen que no tiene nada que ver con esto. Otros dicen que tiene que ver con el Papa. Otros dicen que el Anticristo ya ha nacido y está vivo en la tierra. Otros dicen que todavía no ha nacido pero que pronto va a nacer. La verdad es que no sé en quien creer. Quiero que Usted me dé una explicación.
Bueno, sobre este asunto no está dicha la última palabra y por tanto no es recomendable ser dogmático en cuanto a las conclusiones. De modo que yo me limitaré a compartir con Usted lo que yo entiendo acerca de este tema. El pasaje bíblico que trata sobre esto se encuentra en Apocalipsis 13:16-18 donde dice: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o le nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” Muy bien, este pasaje bíblico describe una de las funciones del falso profeta durante la tribulación. Dice el texto leído que este siniestro personaje hará que todos los adeptos del Anticristo sean marcados, sin distinción de ninguna clase. Pequeños, grandes, ricos, pobres, libres o esclavos. La marca será puesta en la mano derecha o en la frente de las personas. La marca es el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Esto nos lleva a pensar que las letras que forman el nombre de la bestia también representan un número. La marca tiene varios propósitos. Primero, para saber a quien pertenecen. Los que lleven la marca del Anticristo pertenecen al Anticristo. Segundo, como una credencial para recibir los beneficios del Anticristo. El que tiene la marca podrá comprar y vender. El que no tiene la marca no podrá comprar ni vender. Tercero, para recibir la protección del Anticristo. El que tiene la marca gozará de la protección del imperio, pero el que no tiene la marca será objeto de persecución del imperio. Hasta aquí no hay ninguna dificultad para entender y en esto hay total unanimidad entre los intérpretes bíblicos. Donde se complica el asunto es cuando se trata de obtener un nombre, partiendo del número seiscientos sesenta y seis, sin tener ninguna otra información adicional. De aquí justamente es de donde parten todas las especulaciones conocidas sobre el nombre del Anticristo. En el primer siglo, hubo gente que llegó a la conclusión que ese número corresponde al nombre Nerón. Siglos más tarde, hubo gente que llegó a la conclusión que ese número corresponde al nombre del Papa. Otros siglos más tarde, hubo gente que llegó a la conclusión que ese número corresponde al nombre de Hitler. No hace mucho, hubo gente que llegó a la conclusión que ese número corresponde al nombre de Mihail Gorvachov. Pero todo ha sido puro especulación. La Biblia provee tan poca información acerca de cómo identificar el nombre del Anticristo partiendo del seiscientos sesenta y seis, que es mejor no aventurarse en esta dirección. Lo más sensato es afirmar que cuando el Anticristo se manifieste entonces será obvio para todos la relación de su nombre con el número seiscientos sesenta y seis. En cuanto a si habrá o no nacido el Anticristo, todo depende de que tan cerca esté el arrebatamiento de la Iglesia. Por la situación actual del mundo, es aceptado por todos que el arrebatamiento de la iglesia es inminente, pero no se puede y no se debe fijar fechas. Dejemos este asunto en Dios. Él sabe el momento exacto. Es obvio que si el arrebatamiento ocurriera hoy, entonces el Anticristo habrá tenido que nacer hace algunos años atrás, de modo que pueda estar listo para manifestarse en el mundo una vez que la iglesia ya no esté presente en el mundo.
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¿Antes de la segunda venida de Cristo a la tierra, se levantará algún profeta semejante a Elías o a Juan el Bautista?
Efectivamente. No será uno, sino dos, con características que, al menos en uno de ellos, guardan mucha semejanza con Elías en cuanto a su ministerio. Se trata de los famosos dos testigos durante la tribulación. De ellos nos habla Apocalipsis 11:3-6 donde dice: “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tiene poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.” Note como uno de los testigos tendrá poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía. Muy parecido a lo que hizo Elías en su época.
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¿Cuál es la relación espiritual entre el profeta Elías y el mayor de los profetas, Juan el Bautista?
Para responder a su consulta es necesario hacer referencia a lo que anunció el ángel a Zacarías, padre de Juan el Bautista. Se encuentra en Lucas 1:13-17 donde dice: “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” Esto es lo que dijo el ángel a Zacarías, padre de Juan el Bautista. En lo que a la consulta se refiere, note amable oyente, que Juan el Bautista irá delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías. ¿Qué significa esto? Pues varias cosas, primero, que Juan el Bautista no sería una suerte de re encarnación de Elías. El ángel no dijo que Juan el Bautista será Elías en persona, sino que actuará, o hará su ministerio con el espíritu y el poder de Elías. Segundo, significa que existirán varios paralelos entre el ministerio del profeta Elías y el ministerio de Juan el Bautista. Veamos cuáles son algunos de esos paralelos. Elías levanta la voz a nombre de Dios en una etapa de total y absoluta impiedad del pueblo de Israel. Juan el Bautista también tuvo que levantar su voz a nombre de Dios en una etapa de total y absoluta impiedad del pueblo de Israel. Elías, tuvo que hacer frente a personajes y monarcas poderosos como Acab y Jezabel. Juan el Bautista también tuvo que enfrentarse con personajes y monarcas poderosos como Herodes, hijo de Herodes el Grande y también Herodías. Elías llamó insistentemente al pueblo de Israel a que se arrepienta. Recuerde el incidente con los profetas de Baal, cuando Elías dijo a todo el pueblo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Juan el Bautista también llamó al pueblo de Israel al arrepentimiento. Su mensaje aparece en Mateo 3:2 donde dice: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Por estos paralelos entre el ministerio de Elías y el ministerio de Juan el Bautista es que el ángel dijo que Juan el Bautista vendrá en el espíritu y el poder de Elías. Pero existe también otro razonamiento importante. Para ello es necesario considerar lo que dijo otro profeta cuyo nombre fue Malaquías, Note lo que dice en su libro, capítulo 4 versículos 5 y 6 “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” Con esto se termina el Antiguo Testamento. Según esta profecía, era necesario que venga Elías antes de que venga el día de Jehová. Esto era del conocimiento de los escribas de la época de Jesús. Observe el comentario que hicieron los discípulos de Jesús en una pregunta dirigida justamente a él. Mateo 17:10 dice: “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Veamos cuál fue la respuesta de Jesús. Mateo 17:11-13 dice: “Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.” Jesús está diciendo que si los judíos le hubieran recibido como su Mesías en su primera venida, entonces la profecía de Malaquías 4:5-6, acerca de Elías viniendo antes del día de Jehová, se hubiera cumplido en Juan el Bautista. Esto no significa que Juan el Bautista era el profeta Elías en vida, porque el mismo Juan el Bautista lo negó enfáticamente, según Juan 1:21 donde dice: “Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy.” Lo que significa, como ya se señaló antes, es que Juan el Bautista vino con el espíritu y el poder de Elías.
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¿Dónde puedo congregarme?
En el lugar donde vivo no tengo donde congregarme, pues solo existe un templo perteneciente a la religión que me tenía atrapada por tanto tiempo. Ya tengo mucho tiempo de no congregarme y en la Biblia dice que debemos congregarnos. Por favor deme una respuesta pues mi deseo es ser fiel y obediente a la palabra en esta nueva vida.
Comenzaré dando gracias a Dios por la salvación que ha traído a su vida. Dios ha hecho una obra milagrosa en Usted al quitarle la venda de sus ojos espirituales para que pueda ver con claridad la realidad de que ninguna religión tiene poder para salvar. Cuánta razón tiene la Biblia cuando por ejemplo en 1 Timoteo 2:5-6 dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” Jesucristo es el único mediador entre Dios y el hombre. Jesucristo es el único camino a Dios. Jesucristo es el único camino al cielo. El camino a la salvación es una persona, no una religión. Mencionarlo es sencillo, pero es muy difícil vivirlo en la práctica, especialmente cuando la vida de una persona ha estado dominada por algún sistema religioso opresor, que tiene como dogma de fe que solo los adeptos de esa religión son verdaderamente salvos. Gracias a Dios que Usted se ha podido librar de esta opresión. La gloria es solo para Dios. Ahora que Usted es salva, está procurando ser fiel a lo que Dios dice en su palabra la Biblia. Esto también es digno de encomio. No son muchos los creyentes que tienen tanta disposición a obedecer la palabra de Dios. Mantenga siempre en alto esta disposición de corazón, y su vida será grandemente bendecida. Seguramente Usted se habrá encontrado con textos como Hebreos 10:25 donde dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” El congregarnos, a la vez de un privilegio, es un mandato. Si no lo cumplimos estamos desobedeciendo a Dios. Así es como Usted lo ha entendido y en eso estamos de acuerdo. Pero algo que probablemente Usted no ha considerado, es el hecho que Dios sabe las circunstancias de cada uno de sus hijos en particular. Dios, por ejemplo, sabe que un esposo incrédulo impide que su esposa creyente se congregue. Este conocimiento de Dios, hace que él no inculpe de pecado a alguien que por motivos fuera de su control no puede cumplir con algo que Dios ha ordenado, como esto de congregarse justamente. Su caso, es algo similar. Dios sabe que allí donde Usted vive no existen otros creyentes con quienes Usted pueda congregarse, y Dios por tanto no le inculpará de pecado por no congregarse. Distinto sería si en el lugar donde Usted vive existieran otros creyentes y existiera una iglesia local y Usted preferiría ocuparse en otras cosas en lugar de congregarse con los hermanos. Entonces allí sí, Usted estaría desobedeciendo la palabra de Dios y ciertamente, cometiendo pecado. Pero ¿qué puede hacer? No se puede vivir para siempre sin congregarse. Por esto me gustaría sugerir algunas ideas que le pueden ser útiles. Primero, no olvide su comunión personal con Dios a través de su palabra y la oración. Esto debe hacerlo diariamente, separando un tiempo del día específicamente para ocuparse en las cosas de Dios. Probablemente la mejor parte del día para esta actividad sea temprano a la mañana, antes de ocuparse en sus actividades diarias. Segundo, haga obra de evangelista, es decir, comparta el mensaje del evangelio con toda persona con quien tenga contacto allí donde vive. Seguramente Dios quitará la venda espiritual de los ojos de otras personas, así como lo hizo con Usted y esas personas también llegarán a ser salvas por recibir a Cristo como Salvador. Cuando haya otros que han sido salvados por Cristo, podrá tener reuniones con ellos para animarse mutuamente, para estudiar la palabra de Dios, para tener comunión, y para orar. Esto podría ser la base para el establecimiento de una iglesia local. Después habrá que orar al Señor, para que Dios traiga los líderes varones que toda iglesia local necesita. Tercero, ni por un instante piense congregarse en la iglesia de la cual Usted salió. Es imposible que Usted cambie a esa iglesia, pero es muy posible que esa iglesia le cambie a Usted, de modo que ni se le ocurra asistir a esas reuniones. En sus esporádicas salidas a pueblos o ciudades más grandes, haga contacto con iglesias bíblicas de sana doctrina. A lo mejor alguna de estas iglesias podría mandar algún misionero a establecer una iglesia local allí donde Usted vive. De ser así, su problema estaría resuelto.