Autor: cris

  • Todos vamos a resucitar al final de los tiempos

    En Daniel 12:2 dice que muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, mientras que Juan 5:28-29 dice que todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán a resurrección. Parece que hubiera una contradicción.

    La realidad es que no existe ninguna contradicción. Permítame explicarlo en más detalle.

    Comencemos por la cita que aparece en Juan 5:28-29 donde dice: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que estén en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.»

    Lo que este texto nos muestra con claridad meridiana es que todo ser humano que ha muerto físicamente va a resucitar. Sin embargo, algunos resucitarán para disfrutar de vida eterna junto a Dios en el cielo. Estos son los que saldrán a resurrección de vida. Mientras que el resto resucitarán para recibir eterna condenación en el lago de fuego. Esta es la resurrección de condenación.

    El texto no dice nada en cuanto al tiempo de estas resurrecciones. Otros pasajes bíblicos nos presentan la resurrección en su manifestación cronológica.

    El primer resucitado para no volver a morir es Jesús. Él es el primogénito de los muertos, según Apocalipsis capítulo 1. Luego vendrán los creyentes de la época de la iglesia, quienes resucitarán el momento que Jesucristo llame a su Iglesia desde las nubes, en lo que se conoce como el Rapto o el Arrebatamiento.

    Más tarde, cuando termine la gran Tribulación, habrá otra resurrección. En este momento resucitarán los creyentes desde Adan y Eva hasta cuando comenzó la Iglesia. Se les conoce como los creyentes del Antiguo Testamento. También resucitarán los creyentes que han muerto durante la Tribulación.

    Finalmente tenemos otra resurrección que acontecerá al final del milenio, justo antes de lo que se llama el juicio del gran trono blanco. En esta resurrección cobrarán vida todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad, y con cuerpos inmortales se presentarán ante el Juez en el gran trono blanco, para escuchar su veredicto final: Al fuego eterno. La Biblia nos habla por tanto de la primera resurrección. Esto se refiere a la resurrección de los creyentes de la época de la iglesia, de los creyentes del Antiguo Testamento y de los creyentes de la Tribulación.

    La segunda resurrección se refiere a la resurrección de los incrédulos. La primera resurrección está separada de la segunda resurrección por un período de mil años, conocido como el reino milenial. Este es el programa de la resurrección.

    Ahora bien, vamos a la cita de Daniel 12: donde dice: «Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.»

    El profeta Daniel tiene en mente a su pueblo, la nación de Israel. El versículo 1 del capítulo 12 nos permite saber en qué evento del plan de Dios para las edades ocurrirá esto de la resurrección que habla el versículo 2, dice así: «En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro»

    Note que Daniel tiene en mente a Israel, no a las naciones gentiles, tampoco a los creyentes de la época de la iglesia. Nos habla de un tiempo de angustia sin igual. Este tiempo es lo que se conoce como la gran Tribulación.

    Pero llegará un momento cuando los de Israel que estén escritos en el libro serán liberados. Esto nos habla del final de la gran tribulación. Entonces y solo entonces se aplica lo que dice el versículo 2. Muchos, no todos, resucitarán. ¿Por qué muchos y no todos? Pues porque por un lado, los del pueblo de Israel que recibieron a Cristo como Salvador, durante la época de la iglesia resucitaron siete años antes de esta resurrección.

    Además los Israelitas incrédulos muertos no resucitarán sino hasta el final del milenio, junto con los demás incrédulos de toda la época de la humanidad. Los israelitas que resuciten al final de la gran tribulación son los resucitados para vida eterna, mientras los que resuciten al final del milenio son los resucitados para vergüenza y confusión perpetua. Vistos así las resurrecciones, según aparece en Daniel y en Juan, no revisten en absoluto contradicción alguna.

  • Jehová esta a favor o en contra del justo

    En Ezequiel 21:3 dice que Jehová sacará su espada y cortará de la tierra al justo y al impío. Mientras que Salmo 37:17 dice que Jehová sostiene al justo. ¿Por qué en el un caso Jehová está en contra del justo y en el otro caso Jehová está a favor del justo?

    Comencemos por dar lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Ezequiel 21:1-5 Dice así: «Vino a mí palabra de Jehová diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel. Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío. Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío, por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur hasta el norte. Y sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más.»

    Jehová se presenta como un brioso guerrero desenvainando su espada para cortar de la tierra de Israel al justo y al impío, esto significa que toda carne sufrirá la consecuencia de la ira derramada de Dios. Un análisis de lo que resta del pasaje, mostrará claramente que la espada desenvainada en la mano de Jehová es un símbolo del imperio Babilónico, quien en su momento sitió Jerusalén y llevó en cautiverio tanto a los justos como a los impíos.

    En esto se puede ver que las consecuencias del pecado a veces afectan también a personas inocentes. ¿Qué culpa tenían por ejemplo los marineros que estaban a punto de perecer en la embarcación en la cual Jonás estaba escapando de la voluntad de Dios?

    A veces, los justos pagan por los pecadores. Pero esto no significa que Dios va a defraudar a los justos. Por eso es que la Biblia contiene textos como el citado por Usted. Salmo 37:17 donde dice: «Porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sostiene a los justos es Jehová»

    Dios no abandona a los que son justos. Puede ser que los justos sufran la consecuencia del pecado de los impíos, pero aún así, Jehová los restaurará y los sostendrá eternamente.

    Esto fue lo que hizo con Daniel por ejemplo. Daniel era un joven temeroso de Dios, digamos una persona justa, sin embargo, cuando los Babilonios tomaron Jerusalén, Daniel fue cortado de la tierra de Israel por la espada de Jehová, y fue llevado en cautiverio a Babilonia. Pero Jehová sostiene a los justos. Allí en Babilonia, Daniel eventualmente llegó a ocupar un cargo muy elevado, casi a la par del mismo rey.

  • Israel tomo las costumbres de los pueblos paganos

    En Ezequiel 5:7 se dice que la nación de Israel no ha andado según las leyes de las naciones que están alrededor. En cambio, en Ezequiel 11:12 se dice que la nación de Israel ha hecho según las costumbres de las naciones que le rodean. ¿Cómo entender esta contradicción?

    Antes de catalogar este asunto como una contradicción es necesario entender con claridad el significado de cada uno de los textos que aparentemente están en conflicto. Eso es justamente lo que pretendemos hacer.

    Vamos primero a Ezequiel 5:7 donde dice: «Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado.»

    Es Jehová reprendiendo a su pueblo por medio del profeta Ezequiel. En su reprensión, Jehová está diciendo a su pueblo que en lugar de haber sido un buen testimonio para las naciones gentiles paganas, Israel había sobrepasado a estas naciones gentiles paganas en las prácticas idolátricas.

    Las naciones gentiles paganas al menos solían mantener fidelidad a sus ídolos paganos, pero Israel había sido infiel con el Dios verdadero. Es en este sentido que Jehová dijo a Israel por medio de Ezequiel que ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de ellos habían andando.

    El pueblo de Dios era más culpable que los gentiles paganos, porque los gentiles paganos no soltaban a su ídolo, en cambio Israel soltó no a un ídolo sino al único Dios verdadero. Esto es lo que tenemos aquí.

    Vayamos ahora al texto que se encuentra en Ezequiel 11:12 donde dice: «Y sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis decretos, sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.»

    Nuevamente tenemos aquí a Ezequiel profetizando a nombre de Jehová. La profecía fue dirigida a un grupo de hombres que aconsejaban al pueblo a construir casas en Jerusalén que como olla, según ellos protegería a los habitantes del ataque de Nabucodonosor.

    El motivo del castigo inminente era por haber desobedecido los estatutos y decretos de Dios.

    En lugar de obedecer la ley de Dios, estos hombres adoptaron las costumbres religiosas paganas de las naciones de alrededor. Esto fue expresamente prohibido por Dios.

    Mire lo que dice Levítico 18:3 «No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos»

    Israel fue advertido de adoptar las costumbres religiosas y morales de las naciones paganas de alrededor, pero eso fue justamente lo que hizo. Por eso merecía el castigo de Dios.

    De modo que, Israel no hizo como las naciones gentiles paganas que no abandonan a su ídolo, Israel abandonó no a un ídolo sino al Dios verdadero. Además Israel hizo como las naciones gentiles paganas al imitar su desenfreno moral y religioso. Esto es lo que enseñan los dos versículos por Usted citados. Así que, no existe contradicción alguna.

  • En que fecha fue puesto en libertad Joaquin

    Jeremías 52.31 dice que Joaquín fue puesto en libertad el 25 del decimosegundo mes del año 37 de su cautiverio. Mientras que 2ª Reyes 25:27 dice que Joaquín fue puesto en libertad el 27 del decimosegundo mes del año 37 de su cautiverio. ¿Por qué la diferencia?

    Antes de plantear una razón para esta diferencia, vamos a dar lectura a los dos textos citados por Usted.

    El primero se encuentra en Jeremías 52:31 donde dice: «Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes decimosegundo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel.»

    El segundo texto bíblico se encuentra en 2ª Reyes 25-27 donde dice: «Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes decimosegundo, a los veintisiete días del mes, que Evil.merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel»

    Es muy obvio que los dos textos tratan de un mismo asunto y de los mismos personajes. La única diferencia es que en la cita de Jeremías dice que Joaquín fue liberado en el día veinticinco de determinado mes, mientras que en la cita de 2ª Reyes dice que Joaquín fu liberado en el día veintisiete de ese mes.

    Pero esto no es una imprecisión de la Biblia, peor una contradicción de la Biblia. Todo tiene su explicación. Lo que sucede es que el día que Evil-merodac, emitió el decreto de liberación de Joaquín fue el veinticinco del decimosegundo mes del año treinta y siete de su cautiverio, me refiero al cautiverio de Joaquín. De esto da cuenta el relato de Jeremías. Este decreto fue ejecutado o llevado a cabo el veintisiete del decimosegundo mes del año treinta y siete de su cautiverio. Esto es lo que ha registrado el autor de 2ª Reyes. Así que no existe imprecisión o contradicción alguna entre estos dos textos.

  • ¿Cuántos consejos fueron tomados y cuántos asesinados?

    En Jeremías 52:25 se dice que se tomó a siete de los consejeros íntimos del rey para matarlos. Pero en 2ª Reyes 25:19 dice que se tomó solamente a cinco varones de los consejeros del rey para matarlos. ¿Por qué la discrepancia?

    Leamos el pasaje bíblico que se encuentra en Jeremías 52:24-27 donde dice: «Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio. Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportado de su tierra.»

    Ahora leamos el pasaje bíblico que se encuentra en 2ª Reyes 25:18-21 «Tomó entonces el capitán de la guardia al primer sacerdote Seraías, al segundo sacerdote Sofonías, y tres guardas de la vajilla; y de la ciudad tomó un oficial que tenía a su cargo los hombres de guerra, y cinco varones de los consejeros del rey, que estaban en la ciudad, el principal escriba del ejército, que llevaba registro de la gente del país, y sesenta varones del pueblo de la tierra, que estaban en la ciudad. Estos tomó Nabuzaradán, capitán de la guardia, y los llevó a Ribla al rey de Babilonia. Y el rey de Babilonia los hirió y mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá de sobre su tierra.»

    Indudablemente ambos pasajes se refieren al mismo episodio. Difieren solo en una cosa, lo cual Usted, lo ha notado. En el primero dice que se trataba de siete consejeros del rey y en el segundo de cinco consejeros del rey. Bueno, según algunos se trata solamente de un error de los copistas ya sea en el pasaje de Jeremías o en el pasaje de 2ª Reyes.

    Pero no necesariamente. Recuerde que Jeremías como profeta era uno de los consejeros del rey. También había un aliado de Jeremías, quien le salvó la vida sacándolo de un pozo, el cual un personaje importante en la casa del rey. Su nombre era Ebed-melec.

    Estos dos personajes, tanto Jeremías como Ebed-melec también debieron haber sido tomados prisioneros por Nabuzaradán, porque estaban en la ciudad de Jerusalén, pero los dos, posteriormente fueron dejados en libertad. Es decir que Nabuzaradán tomó prisioneros a siete varones, pero solamente cinco fueron decapitados. De esta manera se resuelve la aparente discrepancia.231

  • Según Jeremias todos los que vayan a morar a Egipto morirán a espada

    Jeremías 42:17 dice que todos los que vayan a morar en Egipto morirán a espada, de hambre y de pestilencia. Pero Jeremías 44:28 dice que unos pocos escaparán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá. ¿No le parece una contradicción?

    No me parece una contradicción porque la Biblia no tiene contradicciones en absoluto.

    Permítame explicarlo de esta manera. Para ello leamos Jeremías 42:17 donde dice: «Todos los hombres que volvieren sus rostros para entrar en Egipto para morar allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia; no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos.»

    Johanán y sus temerosos colegas, vinieron a Jeremías y le pidieron que consulte a Dios sobre lo que debían hacer ellos y el pueblo que había quedado en Judá, una vez que los Babilonios habían tomado Jerusalén.

    Jeremías accedió al pedido y Johanán y los suyos se comprometieron a obedecer cualquier cosa que Dios revele por medio de Jeremías. Diez días más tarde vino la respuesta de Jehová. Jeremías 42:10 dice: «Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.»

    Esta era la voluntad de Dios para Johanán y su pueblo. Jehová fue mucho más específico advirtiendo a su pueblo en contra de buscar protección en Egipto. Note lo que dice Jeremías 42:15-16 «ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para morar allá, sucederá que la espada que teméis os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis.»

    Cuando el pueblo oyó la palabra de Dios por medio de Jeremías, dijeron: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí.

    Fue así como Johanán y todo el pueblo entraron en la tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová.

    Muchos creyentes hacen exactamente lo mismo. Al buscar la dirección de Dios para sus vidas, piden consejo a sus padres, a pastores, a maestros de escuela dominical, pero de antemano, ya han decidido hacer su propia voluntad.

    Estando en Egipto, el pueblo de Judá se entregó totalmente a la idolatría. Esto era lo que Jehová quiso evitar cuando dijo que no huyeran a Egipto. Era inevitable por tanto el castigo de Jehová.

    Note lo que dice Jeremías 44:27 «He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.»

    Esta es una confirmación de lo que Jeremías ya había profetizado antes que el pueblo de Judá vaya a Egipto. Pero en este caso se añade algo más, lo cual aparece en el texto citado por Usted. Ponga atención. Jeremías 44:28 dice: «Y los que escapen de espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de quien ha de permanecer: si la mía o la suya»

    Dios por medio de Jeremías ha anunciado que un pequeño remanente, oirá su palabra, atenderá la advertencia y saldrá de Egipto. Este pequeño grupo, este remanente escapará de la espada y regresará a la tierra de Judá.

    Allí, en Judá recibirán noticias que la gente de Judá que quedó en Egipto fue exterminada por Nabucodonosor rey de Babilonia. Este minúsculo grupo comprobará que Dios no estaba jugando cuando anunció que todos los que se queden en Egipto morirán a espada o de hambre o de pestilencia.

    De modo que, Dios dijo que todos los que busquen protección en Egipto van a morir a espada o de hambre o de enfermedad. A eso se refiere el primer texto de su consulta.

    El segundo texto de su consulta hace referencia a los que se arrepintieron de haber ido a Egipto y salieron de Egipto. Una vez que salieron ya no estaban bajo la condenación de la profecía de Dios por medio de Jeremías y fue por eso que preservaron la vida.

    De esto podemos aprender una linda lección práctica para nuestras vidas. Egipto es un símbolo del mundo. A veces el mundo se presenta tan seguro, tan hermoso, tan dispuesto a darnos la seguridad que buscamos.

    Pero recuerde que descender a Egipto es ponerse bajo la condenación de Dios. Buscar refugio en el mundo, o en el dinero, en las posesiones, en el poder, en la fama, en el placer, en la ciencia, en la política, en la cultura, en el arte, es equivalente a ponerse bajo la condenación de Dios. Lo que se necesita hacer es salir de Egipto para no ser condenados. Si Usted ha descendido a Egipto en búsqueda de seguridad, está a tiempo de regresar a Judá, la tierra de la promesa, donde encontrará perdón y vida abundante.

  • Pudo ver Sedequias al rey de Babilonia

    Según Jeremías 32:4, Sedequías debía ver a los ojos del rey de Babilonia, pero según lo que dice Jeremías 52:11, el rey de Babilonia hizo sacar los ojos a Sedequías. ¿Cómo pudo Sedequías ver a los ojos del rey de Babilonia si no tenía ojos?

    Interesante su consulta. Leamos la cita en Jeremías 32:4 donde dice: «y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los Caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos»

    Esto es parte de lo que Jeremías profetizaba mientras el rey de Babilonia tenía sitiada a la ciudad de Jerusalén.

    En concreto, Jeremías profetizó que Sedequias caerá en la mano del rey de Babilonia y hablará con él boca a boca y sus ojos verán sus ojos. Ahora vayamos a la cita de Jeremías 52:11 donde leemos: «No obstante, el rey de Babilonia solo le sacó los ojos a Sedequías, y le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió»

    Este fue el triste final de Sedequías, se cumplió la profecía de Jeremías, porque Sedequías cayó en manos del rey de Babilonia. Pero note lo que sucedió antes de que el rey de Babilonia haga sacar los ojos a Sedequías. Como antecedente, Sedequías estaba en franca retirada, escapando por su vida, ante el asedio de los Babilonios.

    En estas condiciones, Jeremías 52:8-10 dice: «Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su ejército. Entonces prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá»

    Antes de que le saquen los ojos, Sedequías fue traído ante la presencia del rey de Babilonia. Fue allí cuando Sedequías habló boca a boca con él y le miró a los ojos y se cumplió la profecía de Jeremías. Posteriormente el rey de Babilonia hizo sacar los ojos a Sedequías. Así fue como se dieron las cosas.

  • Dios perdona la maldad y no se acuerda jamas

    Jeremías 31:34 dice que Dios perdonará la maldad y no se acordará más del pecado. Sin embargo, Eclesiastés 12:14 dice que Dios traerá toda obra a juicio. ¿Cómo me explica esta aparente contradicción?

    Vamos a leer el texto que se encuentra en Jeremías 31:34, pero con la finalidad de tomar en cuenta el contexto leeremos desde el versículo 31. Dice así: «He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.»

    Lo que tenemos aquí es una profecía acerca lo que vendrá en el futuro cuando Jehová haga un nuevo pacto con Israel y Judá, no como el pacto de la Ley, sino un pacto de gracia. Los beneficios para los que estén amparados por este nuevo pacto son fabulosos. Jehová pondrá su ley en sus mentes y la escribirá en sus corazones. Jehová será para ellos el único Dios y ellos serán para Jehová su único pueblo. No hará falta que alguno enseñe a su prójimo o a su hermano, porque todos conocerán a Jehová, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande y Jehová perdonará la maldad de su pueblo y no se acordará más de su pecado.

    Grandiosos beneficios, pero note que estos beneficios no son para todo ser humano en general, sino solo para aquellos que estén amparados por este nuevo pacto. Dios ha hecho este nuevo pacto teniendo en cuenta principalmente a Israel y Judá. Este es un pacto incondicional. Se nota lo que Dios hará más no lo que el hombre hará. Jesús es el Mediador del nuevo pacto, porque es por medio de él que se logran sus beneficios.

    El nuevo pacto fue ratificado por su sangre derramada en la cruz del calvario. Según Lucas 22:20, cuando Jesús tomó la copa dijo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

    Este nuevo pacto no se hará efectivo en Israel como nación sino hasta la segunda venida de Cristo, mientras tanto, los beneficios espirituales del nuevo pacto pertenecen a todos los que por fe hemos recibido a Cristo como Salvador, no importa si se trata de judíos o gentiles.

    Nuestra obediencia a Dios está motivada por la gracia mas no por la ley, Jehová es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo, Dios ha perdonado nuestra maldad y nunca más se acordará de nuestros pecados.

    Así que, efectivamente, para los que por la fe hemos entrado a los vínculos del nuevo pacto, Dios nos garantiza que perdonará nuestra maldad y nunca más se acordará de nuestros pecados. Esto es algo maravilloso.

    Ahora consideremos el texto en Eclesiastés 12:14 donde leemos: «Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.»

    Este, es un principio fundamental e inquebrantable de los tratos de Dios con el hombre. Todo lo que el hombre hace, es juzgado por Dios, no importa si se lo ha hecho encubiertamente o a la luz pública. En el caso de los creyentes, de los que por la fe en Cristo como Salvador estamos dentro de los vínculos del nuevo pacto, Dios ha juzgado ya nuestro pecado. Fuimos hallados culpables, como cualquier otro pecador.

    Pero hubo una víctima inocente que se ofreció voluntariamente a tomar nuestro lugar para recibir el castigo que nosotros merecíamos por el pecado. Cuando creímos en él y le recibimos como Salvador, quedamos libres de ser condenados por nuestro pecado.

    Recuerde que uno de los beneficios del nuevo pacto es que Dios perdonó nuestra maldad y se olvidó de nuestro pecado. Esto sin embargo, no significa que podemos vivir como queramos haciendo el mal que queramos por el hecho que ya hemos sido perdonados por Dios. Recuerde que Dios traerá toda obra a juicio.

    Las obras de los creyentes serán por tanto evaluadas en lo que se llama el tribunal de Cristo. Resultado de esa evaluación, los creyentes recibiremos recompensas o perderemos recompensas.

    En el caso de los incrédulos, la situación es totalmente diferente. Como ellos no están dentro de los vínculos del nuevo pacto. Dios no perdonará su maldad y Dios no se olvidará jamás de su pecado. Por esto los incrédulos están condenados a una eternidad de tormento en fuego.

    De modo que, Dios en verdad perdonará la maldad y olvidará el pecado, pero de los creyentes. Para los incrédulos la situación es trágica. Dios nunca perdonará su maldad y nunca olvidará su pecado. Recibirán el castigo por sus obras malas. Su condenación eterna es segura.

  • Se debe jurar o no

    Éxodo 22:10-11 dice que se debe jurar, pero Mateo 5:34 dice que no se debe jurar en ninguna manera. ¿Cómo se debe entender este asunto?

    Apreciamos mucho su consulta y con mucho gusto procedo a clarificar este asunto importante. Demos lectura al texto que se encuentra en Éxodo 22:10-11 donde dice: «Si alguno hubiere dado a su prójimo asno, o buey, y oveja, o cualquier otro animal a guardar, y éste muriere o fuere estropeado, o fuere llevado sin verlo nadie; juramento de Jehová habrá entre ambos, de que no metió su mano a los bienes de su prójimo; y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará.»

    Efectivamente, en este versículo y en algunos otros en el Antiguo Testamento, se exhorta a hacer juramento. La práctica de hacer juramento tiene raíces muy profundas en el Antiguo Testamento. Un hombre hacía un juramento para afirmar la verdad de las palabras que hablaba. El juramento era una maldición que ponía sobre sí mismo si su palabra no era cierta, o si no cumplía su promesa.

    En 2ª Samuel capítulo 19, el rey David hizo precisamente eso. En el versículo 23 leemos: «Y dijo el rey a Simei: No morirás. Y el rey se lo juró.»

    Ahora bien, esto era una promesa, un compromiso que David había hecho. El rey que había dado su palabra «no morirás» se puso a sí mismo bajo maldición para mostrar que estaba decidido a cumplir lo que había prometido.

    Esta era la costumbre del Antiguo Testamento y era algo legítimo y aceptable. Cuando una persona comparecía ante un juez, y hacía juramento, era lo mismo como en la actualidad cuando se hace legalizar un documento ante un notario. El juramento tenía un efecto vinculante en los participantes de un contrato.

    Había distintas maneras de hacer juramentos. Se juraba por la vida de una persona. Se juraba por la vida del rey. Se juraba por el templo. Se juraba por el oro que era parte del templo. Se juraba por el cielo, se juraba por la tierra, se juraba por Jerusalén. Y obviamente, se juraba también por Jehová.

    Todo lo dicho, para que Usted vea que los juramentos eran una práctica normal de la vida de Israel en el Antiguo Testamento. Cuando llegamos al Nuevo Testamento, vemos que el Nuevo Testamento no prohíbe hacer juramentos.

    El apóstol Pablo lo hizo cuando en 2ª Corintios 1:23 dijo: «Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.»

    Pablo utilizó un juramento al estilo del Antiguo Testamento para indicar que Dios era testigo de que lo que estaba diciendo es verdad. Cuando Jesús fue interrogado ante Caifás, note lo que dice Mateo 26:63-64 «Mas Jesús callaba. Entonces el Sumo Sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo»

    El sumo sacerdote puso a Jesús bajo juramento cuando le dijo: Te conjuro por el Dios viviente. Quería decir: Con el Dios viviente como testigo, dime la verdad. Jesús le dijo: Tú lo has dicho. O: Es verdad lo confieso. Así Jesús fue puesto bajo juramento y lo tomó. Dios mismo se puso bajo juramento.

    Observe lo que dice Hebreos 6:13-14 «Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente».

    Dios afirmó sus palabras con juramento. Así, en el Nuevo Testamento tenemos que Pablo se puso a sí mismo bajo juramento; Jesucristo fue puesto bajo juramento y respondió bajo juramento y de Dios mismo se dice que ratificó su palabra a Abraham poniéndose a sí mismo bajo juramento.

    Sobre este fundamento, vamos a leer lo que dice Mateo 5:33-37 «Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blando o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.»

    Lo que uno ha prometido o declarado y está ratificado con un juramento está obligado a cumplir o debe ser algo verdadero. Esa es la clara enseñanza en lo que tiene que ver con los juramentos.

    ¿Entonces qué es lo que quiso decir Jesús cuando dijo: No juréis en ninguna manera? Lo que descubrimos en este pasaje es que, mientras el Antiguo Testamento autorizaba el juramento para legalizar un acuerdo entre dos personas, los juramentos habían llegado a ser necesarios porque los hombres habían llegado a ser en extremos engañadores y mentirosos. No se consideraba cierta la palabra de ningún hombre, todas las personas eran en principio consideradas como mentirosas.

    Jesús no está diciendo: No permitan ser puestos bajo juramento, porque él mismo permitió ser puesto bajo juramento por Caifás. Lo que Jesús en realidad está diciendo es: Que sus promesas, o sus palabras, o sus declaraciones sea tan verídicas que nadie siquiera piense que necesita ponerles bajo juramento debido a que les considera sospechosos de estar engañando.

    Puesto de otra manera, dice Jesús, Ustedes deben ser tan honestos y trasparentes que no deben tener necesidad de ratificar lo que prometen o dicen por medio de algún juramento de cualquier tipo. Por eso, su hablar debe ser: Sí, sí; no, no.

    La meta de nuestro hablar debe ser tal que lo que yo diga sí, significa sí. Lo que yo diga no, significa no. El Señor está demandando que el hablar de uno sea tan digno de credibilidad que nadie tenga que debatir acerca de lo que quisimos decir. En esencia, Dios quiere que seamos tan honestos y verídicos que de ninguna manera se haga necesario algún juramento para hacer que la gente crea lo que decimos.

    Por esto Usted habrá oído que un creyente no debe jurar. Lo malo no está en el hecho de jurar, sino en el hecho de tener que recurrir a un juramento para que la gente crea que lo que uno está diciendo es la verdad. Vistas las cosas de este modo, se desvanece toda aparente contradicción entre la enseñanza del Antiguo Testamento sobre los juramentos y la enseñanza de Jesús acerca del mismo asunto.

  • El señor es muy misericordioso y compasivo o no perdonará, ni tendrá piedad ni misericordia

    En el libro de Jeremías capítulo 13, versículo 14 dice que Dios no perdonará, ni tendrá piedad ni misericordia para destruir. Pero en el libro de Santiago capítulo 5 versículo 11 dice que el Señor es muy misericordioso y compasivo. ¿Cómo se debe entender esta aparente contradicción?

    Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Jeremías 13:14 donde dice: «Y los quebrantaré el uno contra el otro, los padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos.»

    Dios ordenó a Jeremías a comprar un cinto de lino y a ponerlo sobre sus lomos. Tiempo después Dios ordenó a Jeremías que esconda ese cinto en una hendidura de una peña en un lugar llamado Eufrates, que bien podría ser el río o un pueblo con ese nombre. Después de muchos días, Dios ordenó nuevamente a Jeremías que vaya al Eufrates y saque el cinto que había escondido tiempo atrás.

    El cinto se había podrido y no era bueno para ninguna cosas. Esta era una lección objetiva para Judá. Jehová dijo por tanto, según Jeremías 13:9-10 «Así ha dicho Jehová: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia de Jerusalén. Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.»

    Este es el antecedente del texto citado por Usted, en el cual se ve la magnitud del castigo por parte de Dios que esperaba a este pueblo. Dios iba a mandar un estado de estupor al pueblo, a manera de ebriedad, al punto que nadie reconozca a su compañero.

    En estas circunstancias, los padres arremeterán contra los hijos pensando que son enemigos. Esto resultará en destrucción total de Judá. Por eso es que dice Dios que no perdonará, ni tendrá piedad ni misericordia para no destruir. Es la ira de Dios sobre un pueblo que insistentemente fue advertido en contra de la gravedad y las consecuencias del pecado.

    Cuando Dios advierte sobre algo, y el hombre voluntariamente ignora la advertencia, a Dios no le queda otra cosa que derramar su ira. En este punto Dios ya no puede perdonar ni tener misericordia. Eso es lo que hará Dios con Satanás y todos sus seguidores en el infierno.

    Ahora veamos la cita en Santiago 5:11 donde dice: «He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.»

    Este es un caso muy diferente. En este caso, Job fue probado hasta el límite de su capacidad. Su historia aparece en el libro que lleva su nombre. Siendo un hombre recto e íntegro delante de Dios, en un solo día, Job perdió sus posesiones y se le murieron sus diez hijos. Poco tiempo después, perdió la salud y hasta su esposa, antes de abandonarle le dijo: Maldice a Dios y muérete. Aún sus más fieles amigos se volvieron en su contra. Job sufrió de todo.

    Sin embargo, a pesar de los altibajos, Job se mantuvo firme en su fidelidad a Dios. No entendía todo lo que Dios estaba haciendo con él y discutió con Dios, pero jamás renegó de Dios. En algún momento reconoció que Dios buscaba algo bueno en todo esto y así dio testimonio. Job fue paciente.

    Cómo resultado, ¿Sabe lo que hizo Dios con Job? Permítame leerlo en Job 42:12-17 «Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas. Llamó el nombre de la primera, Jemina, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo lleno y lleno de días»

    Job llegó a tener el doble de todo lo que antes tenía. Inclusive los hijos. Diez estaban con el Señor y diez estaban con él. Fue el premio por la paciencia de Job. A esto se refiere Santiago cuando dice que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

    Si Usted es paciente en las pruebas debe esperar abundante recompensa del Señor. De modo que Dios es muy misericordioso y compasivo para aquellos que se someten a su voluntad, pero para los que no se someten a su voluntada y abiertamente le desafían hasta el final, Dios es implacable en su castigo contra ellos. Dios no los perdonará ni tendrá piedad ni misericordia para con ellos. Satanás y todos los que se unan a él en su rebelión contra Dios lo saben muy bien.

    Que Usted no caiga en las manos de un Dios enojado por el pecado. La manera de lograrlo es por medio de recibir a Cristo como Salvador. Si Usted lo hace, Dios le tratará con misericordia y compasión.