Autor: cris

  • Las personas que han cometido pecado de inmoralidad pueden ser salvas

    ¿Puede el Señor salvar o perdonar a una persona que ha cometido un grave pecado de inmoralidad?. Porque he escuchado que personas así no se pueden salvar. ¿Es esto cierto?. O No.

    Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Marcos 3:28 donde dice: «De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean»

    El autor de esta declaración, es el Señor Jesucristo. De su boca ha salido la solemne e inquebrantable promesa que todos los pecados, no importa cuántos ni de qué tipo, serán perdonados a los hijos de los hombres.

    Dentro de esto, obviamente, está incluido el pecado específico que Usted mencionó en su consulta. Pero hay un pecado que es imposible perdonar para Dios, y no tiene nada que ver con la inmoralidad de cualquier tipo.

    De este pecado nos habla el versículo siguiente al que acabamos de leer. Marcos 3:29 dice: «Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno»

    Este último es el pecado que cometieron los escribas que estaban con Jesús, cuando acusaron a Jesús de echar fuera demonios por el poder de Belcebú, el príncipe de los demonios, cuando en realidad los demonios eran echados fuera por el poder del Espíritu Santo. Todo tipo de pecado será perdonado, pero este pecado en particular no tiene perdón. Es un pecado imperdonable.

    Aquí surge una pregunta: ¿Pueden las personas cometer este pecado hoy en día? Ciertamente no, el pecado imperdonable se cometió cuando Jesús estaba en la tierra realizando milagros. Dado que Jesús no está hoy físicamente en la tierra, haciendo milagros y echando fuera demonios, la posibilidad de cometer este pecado hoy en día no existe.

    Hay muchas personas que se preocupan porque piensan que han cometido el pecado imperdonable, pero en realidad no lo han cometido. El mismo hecho que están preocupados por ello es un indicio que no son culpables de cometer el pecado imperdonable.

    Resumiendo lo dicho, Dios perdona todo tipo de pecado, excepto el de la blasfemia contra el Espíritu Santo, cometido por algunos escribas y fariseos que fueron testigos de los milagros de Jesús y atribuyeron su poder a los demonios y no al Espíritu Santo.

    Además de esto, existe otro pecado que Dios no puede perdonar. Es el pecado de rechazar la salvación que Dios ofrece en Cristo. Hebreos 10:26-27 dice: «Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios»

    En este texto, el pecado se refiere a rechazar voluntariamente la salvación en Cristo, después de haber conocido plenamente que solo en Cristo hay salvación. Este pecado se llama incredulidad. A los que cometen este pecado, y son millones, no les beneficia en absoluto el sacrificio de Cristo por el pecado, porque no creen en él. Lo único que les queda es por tanto una horrenda expectación de juicio y ese trágico hervor de fuego que devorará a los incrédulos.

    Este pecado de incredulidad, en el fondo dice que Dios es un mentiroso, porque fue Dios quien ha declarado que no hay salvación sino en el nombre de Jesús, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos.

    Si alguien rechaza esta palabra de Dios, está afirmando que Dios ha mentido y por eso no le resta sino atenerse a la consecuencias de su necia decisión.

    De modo que, amigo oyente, Dos está listo para perdonar cualquier pecado, pero su carácter no le permite perdonar a los que obstinadamente se resisten a recibir a Cristo como Salvador.

    ¿Qué es lo que permite a Dios perdonar todo pecado? Es su gracia. Gracia es el favor no merecido que Dios concede a alguien. Ningún pecador merece ser perdonado aun por el más mínimo pecado.

    Pero Dios por su gracia nos perdona aun por el más grande pecado. Efesios 1:7 dice: «En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.»

    Este texto nos explica por qué Dios puede perdonar todo tipo de pecado, con la salvedad que ya hemos mencionado, por supuesto. Dios perdona no según el grado de maldad del pecado sino según la riqueza de su gracia.

    La gracia de Dios es infinita, su riqueza es inigualable. Es de acuerdo con esta riqueza que Dios perdona al pecador.

    Permítame hacer una ilustración para comprender mejor este asunto. Supongamos que un creyente va a otro creyente millonario y le dice: Queremos iniciar una iglesia en un barrio muy necesitado, y queremos pedir su colaboración económica para sufragar los gastos. El millonario dice: Con todo gusto, saca su chequera y escribe un cheque por un dólar. El millonario ha dado de su riqueza, pero no ha dado conforme a su riqueza. Pero si en lugar de escribir un cheque por un dólar hubiera escrito un cheque por mil dólares, el millonario habría dado tanto de su riqueza como conforme a su riqueza.

    Dios es rico en gracia. Cuando un pecador se acerca a él implorando perdón, Dios le perdona no de su gracia sino conforme a la riqueza de su gracia y como esa riqueza es infinita, no hay pecado que Dios no pueda perdonar, excepto la incredulidad por supuesto.

  • Cuáles son los nombres de Satanás en la biblia

    El nombre primario de él, Satanás significa adversario, pero también se le llama diablo que significa calumniador.

    Se le llama también Lucifer que significa lucero,

    Otro nombre es Belcebú y también se le conoce como Belial.

    Aparte de nombres, la Biblia nos muestra también algunos títulos para Satanás.

    Se le llama maligno, tentador, príncipe de este mundo, Dios de este siglo, príncipe del poder del aire y acusador de los hermanos.

    Además de nombres y títulos, la Biblia nos presenta también algunos símbolos para Satanás, como serpiente, dragón y ángel de luz.

    No está por demás señalar que Satanás es un ser personal espiritual, tiene intelecto, voluntad y emociones.

  • Profecía del nacimiento de Cristo

    Hay personas que dicen que las profecías de la Biblia, han sido hechas y acomodadas luego de su cumplimiento y que, por ejemplo, no existen profecías que se refieran, sin lugar a dudas, a Cristo antes de su nacimiento. ¿Qué me pueden decir?.

    Pero por supuesto no podemos evitar que la gente piense como piense y diga lo que quiera, sea por ignorancia o por mala fe. Pero nosotros, con la Biblia en la mano, podemos probar sin lugar a dudas, que en la Biblia abundan profecías acerca de Cristo, profecías que fueron hechas con siglos de anticipación y cuyo cumplimiento fue literalmente asombroso.

    Permítame mencionar estas cinco:

    En primer lugar, Isaías 7:14 en donde encontramos una profecía concerniente a su nacimiento virginal: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel»

    En segundo lugar, Miqueas 5:2, en donde se profetiza el lugar en el que nacería Cristo: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel…»

    En tercer lugar, Isaías 9:6, en donde la profecía tiene que ver con la grandeza y la divinidad de Cristo; en efecto, con siglos de anticipación el profeta se refiere al Señor en estas palabras: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz».

    En cuarto lugar, en Malaquías 4 encontramos una profecía sobre la salvación y el gozo que traería el Señor: «Mas a vosotros los que tenéis mi salvación, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación, y saldréis y saltaréis como becerros de la manada.»

    Por último, en quinto lugar, encontramos en Hageo 2:7 una singular profecía sobre la gloria que el Señor daría al templo; dice el profeta: «… y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.»

    Todas estas profecías han sido gloriosa y literalmente cumplidas en Cristo y por él, de suerte que hoy son ya historia. Sin embargo habrá los que dudan, los que rechazan, los que se burlan; en fin, los que asumen actitudes para los cuales no se necesitan títulos ni conocimiento, sino únicamente una cierta simplicidad para rechazar los hechos.

  • La preexistencia de Cristo

    Quiero ahora aprovechar la oportunidad para pedir que me dé algunos versículos que enseñen con claridad la preexistencia de Cristo.

    No es difícil encontrar versículos que se refieran con claridad a la preexistencia de Cristo; anotaremos los siguientes haciendo un breve comentario: En Miqueas 5:2 encontramos una referencia a Cristo, como el eterno Dios. Dice el profeta: «Pero tú Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.»

    Solamente Dios es eterno y si de Cristo se dice lo es, entonces é es Dios cuya existencia es, por cierto, desde antes de nacer en Belén.

    En Juan 17:5 el mismo Señor nos habla de su gloria antes de venir a este mundo; dice: «Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese»

    Antes de nacer como hombre en Belén, el Verbo existió ya en la gloria, juntamente con Dios el Padre y e Espíritu Santo. En Colosenses 1:16 no solo que Pablo se refiere a la preexistencia de Cristo, sino al hecho de que é fue el Creador de todo; dice: «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él»

    En 1ª Corintios se hace una referencia a Cristo, como el Dios de Israel: «…y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebieron de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo»

    En 1ª Juan 4:9 se declara que el Hijo fue enviado al mundo: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él».

    Finalmente la preexistencia de Cristo se manifestó también en que, aunque nació en Belén, en su calidad de Verbo descendió del cielo. Es lo que se nos dice en Juan 6:38, registrando palabras del propio Señor: «Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió»

    Como podemos ver, todos estos versículos nos enseñan muy a las claras la preexistencia de Cristo.

    En resumen, la preexistencia de Cristo se revela en la Biblia a través de los siguientes textos:

    Primero, él es Dios eterno, según Miqueas 5:2.

    Segundo, su gloria es preexistente según Juan 17:5

    Tercero, Cristo es el creador de todas las cosas según Colosenses 1:16.

    Cuarto, Cristo es el Dios de Israel, según 1ª Corintios 10:4.

    Quinto, Cristo es el Hijo enviado al mundo según 1ª Juan 4:9

    Sexto, Cristo vino del cielo según Juan 6:38.

  • Por qué creen los evangélicos que Jesús existía antes de nacer de María

    Simplemente porque eso es lo que enseña la Biblia amigo oyente. Permítame citarle solo uno de muchos textos del Antiguo Testamento en donde se afirma que Jesús, el Hijo de Dios existía antes de nacer de María. Se encuentra en Miqueas 5:2 donde dice: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.»

    Este texto está hablando de Jesús y dice claramente que existía desde los días de la eternidad. Ahora permítame citarle solo uno de los muchos textos del Nuevo Testamento en el cual es obvio que Jesús existía antes de nacer de María. Se encuentra en Juan 8:58 donde leemos: «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy»

    Para todos es conocido que Abraham vivió miles de años antes que Jesús, sin embargo Jesús está diciendo que él era antes que Abraham. En realidad, Jesús dice más que eso. Dice simplemente que existía desde la eternidad pasada.

    Aparte de esto, la Biblia atribuye a Jesús la creación de todo lo que existe. Colosenses 1:16 dice: «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él»

    Si Jesús creó todo lo que existe, ciertamente debió haber existido antes de nacer de María. Es por esto que todo aquel que fundamente su creencia en la Biblia llegará inevitablemente a la creencia que Jesús existía antes de nacer del vientre virginal de María.

  • Importancia de que cristo nació o no de una virgen

    Según entiendo yo, la salvación tiene que ver con que creamos acerca de Cristo, y no con la virgen María o alguna otra persona; entonces, mi pregunta es: ¿Cuál es la importancia que tiene el creer que Cristo nació o no de una virgen?

    En realidad nuestra salvación está ligada exclusivamente con Cristo, sin embargo y por este mismo motivo, es preciso que entendamos que lo que creemos está basado en lo que la Biblia dice.

    Así pues, podemos decir que el Señor Jesús, nació de la virgen María, porque simplemente así es como profética e históricamente la Biblia lo establece; de no creerlo estaremos negando su veracidad y autoridad.

    Además hay implicaciones teológicas inherentes a la encarnación de Cristo que hacen que su nacimiento virginal sea una necesidad. Un nacimiento humano normal anularía mucho de lo que la Biblia afirma sobre el Señor. La veracidad de la Biblia y los hechos de la deidad de Cristo, su nacimiento de una madre virgen y las circunstancias de sus padecimientos y muerte en la cruz, todo esto, o permanece en pie o caen juntos a la vez.

    Uno no puede creer en una parte de la narración bíblica y negar otra sin tornarse sospechoso de falta de honestidad y caer, por cierto, en contradicciones. La Biblia nos presenta un relato del nacimiento virginal de Cristo.

    Históricamente esto se halla en los evangelios de Mateo y Lucas. En realidad allí es el único lugar en donde se nos da los detalles del nacimiento de Cristo de una virgen, aunque, quizás, lo podemos encontrar también en Gálatas 4:4 en donde Pablo habla de Cristo, Hijo de Dios y nacido de mujer.

    Estas circunstancias registradas en Mateo y Lucas, son precisas y contundentes y no admiten una interpretación alternativa, sea que se acepte su inspiración o no.

    En el Antiguo Testamento, quizá la más clara referencia al nacimiento virginal se encuentra en Isaías 7:14-16 donde dice: «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada».

    Espero así haber dado respuesta a esta pregunta.

  • Cual de los eventos de la vida de Cristo es el mas importante

    En realidad resulta difícil determinar cuál de los eventos que tuvieron lugar en la vida de Cristo es el más importante, porque todo lo que él hizo fue importante. Sin embargo, quizá pudiéramos decir, que en un contexto de importancia de todo su ministerio, los dos eventos sobresalientes que tuvieron lugar fueron el de su encarnación y el de su muerte, que fue ciertamente la culminación de su encarnación.

    Leemos en la segunda mitad del versículo 21 de Hebreos capítulo 9 lo siguiente: «…pero ahora en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado…»

    Durante su vida terrenal, el Señor Jesús demostró con claridad absoluta como es que Dios desea que viva el ser humano, así como supo ilustrar y exponer el significado de las leyes del Creador, dejándonos un ejemplo para que quienes creemos en él sigamos sus pasos.

    1ª Pedro 2:21 «Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.»

    Por cierto que es un lamentable error, que nos conduce a la frustración, el pretender seguir a Cristo sin antes estar en Cristo, o poniéndolo en otras palabras: Primero es menester creer en Cristo como nuestro Salvador, para entonces, con su propia ayuda, poder seguir sus pisadas; de tal suerte que, como nos dice Juan: El que dice que está en él, esto es en Cristo, debe andar, o debe vivir, como él anduvo.

    En resumen, amigo oyente, aunque es difícil afirmar cuál es el evento más importante en la vida de Jesús, por sus implicaciones para nosotros, podemos decir que fueron su encarnación, mediante la cual tomó nuestra humana naturaleza y su muerte en la cruz, que fue precisamente la meta de su encarnación. Todo en aras de alcanzar nuestra salvación.

    Ante todo esto, cada uno de nosotros estamos en la responsabilidad de decidir lo que hemos de hacer con Cristo. O negarle para condenación eterna o creer en él para vida eterna.

  • Dónde habitará la iglesia después del arrebatamiento

    Según algunos, su morada será en los cielos según Filipenses 3:20. Según otros, la estancia celestial será transitoria. Dicen que si Jesús ha de reinar durante mil años en la tierra, entonces la iglesia tendrá que estar en la tierra junto a él.

    Permítame hacer un breve resumen de los eventos que sucederán en la consumación de esta edad. Esto ayudará a visualizar mejor el destino final de la iglesia.

    El reloj de Dios comenzará a moverse nuevamente a partir del arrebatamiento o rapto de la iglesia. Recordemos que por la gracia de Dios, su reloj se detuvo faltando siete años para el establecimiento del reino milenial de Cristo, según la profecía que encontramos en el libro de Daniel.

    Es en este paréntesis en el tiempo de Dios, donde Dios toma un pueblo para si, formado tanto de judíos como gentiles que cumplen con la única condición de haber recibido a Cristo como Salvador. Este pueblo se llama la Iglesia.

    El relato del arrebatamiento aparece en 1ª Tesalonicenses 4:16-17 donde dice: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.»

    Según este testimonio, el arrebatamiento tiene que ver solamente con la iglesia. Tanto los muertos en Cristo como los vivos en Cristo, sean judíos o gentiles, una vez resucitados en el caso de los que han muerto o una vez transformados en el caso de los que estén vivos, seremos arrebatados para recibir a Cristo en las nubes y así estaremos siempre con el Señor. Esto significa que nadie que sea de Cristo se quedará en la tierra.

    Luego vendrá sobre la tierra un periodo de siete años conocido como tribulación. De esto nos habla Jeremías 30:7 donde dice: «¡Ah, cuan grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.»

    Al final de la tribulación Israel estará listo para recibir a su Mesías y Jesucristo vendrá para juzgar a su pueblo y a las naciones gentiles que estarán sobre la tierra. Los justos, tanto judíos como gentiles, entrarán al reino milenial en la tierra y los injustos, tanto judíos como gentiles serán cortados de la tierra.

    Note como describe este evento el profeta Ezequiel en lo que tiene que ver con la nación de Israel. Ezequiel 20:37-38 dice: «Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, más a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.»

    Resumiendo diríamos que la iglesia será arrebatada, siete años más tarde vendrá Cristo a juzgar a las naciones y comenzará a reinar en la tierra con los justos por mil años. Ahora viene la pregunta: ¿Dónde estará la iglesia a partir de que fue arrebatada?

    Este fue el tema de su consulta. Sabemos que no será en la tierra, porque en el reino milenial los súbditos de Cristo en la tierra serán seres humanos de carne y hueso, pero al iglesia para ese entonces estará formada de personas con cuerpos glorificados, ya sea porque resucitaron o fueron transformados.

    Hebreos 12:22-23 nos arroja luz sobre este asunto. Dice así: «Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.»

    Este pasaje bíblico está dirigido a los creyentes y dice su autor que sus nombres están inscritos en los cielos. Aun nos da el nombre de ese lugar. Se llama La Jerusalén Celestial. Con este dato veamos ahora Apocalipsis 21:10 donde dice: «Y me llevó en el espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios.»

    A continuación el autor de Apocalipsis nos da un descripción precisa y hermosa de la Jerusalén celestial, el lugar donde estarán habitando los redimidos por la sangre de Cristo, con sus cuerpos glorificados.

    La Jerusalén celestial también se conoce como la nueva Jerusalén. Esto lo podemos constatar en Apocalipsis 3:12 donde dice: «Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.»

    La nueva Jerusalén o la Jerusalén celestial, es el mismo lugar del cual habló el Señor en Juan 14:2-3 donde dice: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis»

    Cuando la iglesia entre a la Jerusalén celestial, jamás será removida de ese lugar. Cuando el Señor regrese con su esposa, la iglesia, a reinar, su lugar de morada no va a quedar desocupado por mil años. Mas bien, el lugar de habitación de la iglesia será transferido desde el cielo a una posición cercana a la tierra y así quedará suspendida, como un satélite sobre la tierra.

    De este modo vio Juan a la Santa ciudad, la nueva Jerusalén, descendiendo del cielo de Dios. Este lugar de morada permanecerá en el aire, para arrojar su luz, que es el brillo de la refulgencia del Hijo, a la tierra, de manera que según Apocalipsis 21:24, las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traerán su gloria y honra a ella.

    Se puede ver que aunque la tierra no estará en su estado eterno, y aunque es necesario que el rey gobierne en la tierra con vara de hierro, y aunque habrá una rebelión contra la autoridad del rey al final del milenio, sin embargo hasta donde concierne a la iglesia, ella estará en su estado eterno, gozando de comunión eterna, y de los frutos de su salvación. Desde esta ciudad celestial, ella reinará con aquel que lleva el título de Rey de reyes y Señor de señores.

    Hasta este punto, la tierra no habrá entrado todavía en la eternidad, pero la iglesia y redimidos de todas las edades estarán ya en su estado eterno. Al final del reino milenial de Cristo sobre la tierra, Satanás será desatado por un poco de tiempo y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a fin de reunirlas para la batalla, el número de los cuales es como la arena del mar y subirán sobre la anchura de la tierra y rodearán a Israel y la ciudad de Jerusalén terrenal.

    En este instante descenderá fuego del cielo y los consumirá. El diablo entonces será lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaba el Anticristo y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

    Coincidentemente, resucitarán todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad para presentarse ante el juez en el juicio del gran trono blanco. Allí, frente a él, estando ellos de pie, escucharán su sentencia eterna, según Apocalipsis 20:15 donde dice: «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.»

    Después de este evento, Dios destruirá con fuego los cielos y la tierra actuales, según 2ª Pedro 3:10 donde dice: «Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.»

    Dios procederá entonces a crear nuevos cielos y nueva tierra.

  • Hacia donde fueron esparcidas las doce tribus de Israel

    ¿Hacia donde fueron esparcidas las doce tribus de Israel?. ¿Dónde están actualmente esas doce tribus de Israel?.

    Que tal si hacemos un poco de historia para contestar esta pregunta En cierto momento, Israel pidió un rey. Dios concedió ese pedido, a pesar que ello significo un tácito rechazo a su derecho de gobernar y que lo venia naciendo a través de los jueces.

    Saúl fue nombrado rey y gobernó por cuarenta años. Luego de muchos problemas le sucedió David, quien gobernó también por cuarenta años. David fue sucedido por su hijo Salomón, quien también gobernó por cuarenta años.

    Al final del reinado de Salomón, el reino de Israel se dividió. Diez tribus del Norte fueron gobernados por Jeroboam y dos tribus del Sur, Juda y Benjamín fueron gobernados por Roboam. A partir de aquí las tribus de Israel fueron gradualmente alejándose mas y más de Dios.

    Las diez tribus del Norte tuvieron como ultimo rey a Oseas. 2ª Reyes 17:6-7 nos relata la manera trágica como termino este reino. Dice así: «En el año nueve de Oseas, el rey de Asiría tomo Samaria, y llevo a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al rió Gozan, y en las ciudades de los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los saco de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos».

    Lo mas que se puede ubicar estos tugares es alrededor de Mar Caspio. No existe ninguna evidencia de que alguna de estas diez tribus haya vuelto a su tierra natal. En el lugar donde fueron colocadas se integraron a esos pueblos y solamente Dios sabe donde están en la actualidad.

    En cuanto a las dos tribus del Sur, mas conocidas como Juda corrieron la misma suerte, solo que unos años mas tarde.

    Se reconocen tres deportaciones.

    Primera, en el año 606 AC siendo Joacin rey de Juda, fue aquí cuando Daniel y sus compañeros fueron deportados a Babilonia.

    Después en el año 598 AC siendo Joaquin rey de Juda. Fueron deportados mas de 3000 judíos a Babilonia.

    Por Ultimo el año 586 AC cuando reinaba Sedequias, Jerusalén fue destruida y todos los tesoros del templo fueron llevados a Babilonia.

    En Babilonia permanecieron setenta años, y fueron tratados con benevolencia, mas como colonos que como cautivos. Durante este periodo, los judíos quedaron curados de los ídolos y desarrollaron un profundo celo por guardar el sábado y empezaron a dar una gran importancia a las tradiciones de los rabinos, entre los cuales se destacaban los fariseos. Babilonia es lo que actualmente se llama Irak.

    Después de setenta años, regresaron a Jerusalén y en cierto modo prosperaron por un tiempo para luego alejarse otra vez del Dios verdadero. Fue en estas circunstancias cuando vino Cristo en la persona de Jesús pero fue violentamente rechazado y crucificado. Como resultado de este hecho execrable, Juda fue hollada por los romanos, siendo la toma de Jerusalén en el año 70 DC el evento más sobresaliente y sangriento de este episodio.

    Según el historiador judío Josefo, cuando el emperador romano Tito destruyo Jerusalén, mato a mas de un millón de judíos y el resto fueron dispersados por todo el mundo y han permanecido así hasta el año 1948, cuando las Naciones Unidas reconoció al estado soberano de Israel, en el territorio donde esta en la actualidad.

    A partir de este año, los israelitas han retornado poco a poco a su tierra natal en cumplimiento de las profecías bíblicas, pero sin saber a que tribu original pertenecen.

    ¿A que pueblos exactamente fueron esparcidos?. No se conoce a ciencia cierta. Solamente Dios sabe donde están y un día todavía futuro los va a juntar nuevamente. Note lo que dice Ezequiel 20:33-34 «Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; y os sacare de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado.»

  • Jesús tomó alguna bebida alcohólica

    Jesucristo tomó alguna bebida alcohólica en las bodas de Caná.

    Contestando esta pregunta, sobre si Jesucristo tomó o no alguna bebida alcohólica en las bodas de Caná, comenzaré diciendo que para los judíos de la época de Jesucristo era una costumbre ingerir vino mezclado con agua en una proporción de entre 3 a 10 por uno, esto es una medida de vino mezclada con tres a diez medidas de agua.

    Para embriagarse con una bebida de esta naturaleza se necesitaba pasar mucho tiempo tomando esa mezcla. En el relato de las bodas de Caná una cosa es cierta, Jesús hizo el milagro de convertir aguan en vino. Pero en este relato no se afirma ni se niega que Jesús hubiera tomado esa bebida. No se puede decir más de esto.

    Lo que sí se puede decir es que no se debe tomar el milagro de Jesús en las bodas de Caná como un argumento para justificar la práctica de ingerir bebidas alcohólicas sin embriagarse. Un hombre que le gustaba mucho tomar vino dijo a cierto predicador lo siguiente, para justificar su hábito: Después de todo, Jesús transformó el agua en vino. La respuesta del predicador fue: Si Usted quiere seguir el ejemplo de Jesús para justificar su vicio, ¿Por qué no sigue su ejemplo en todo lo demás?

    Luego le leyó Lucas 22:18 donde dice: «Porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga»

    Con esto estaba demostrando que Jesús es totalmente abstemio hasta el día de hoy. De manera que, Dios condena la borrachera. El creyente tiene la libertad de ingerir bebidas alcohólicas con moderación, pero un creyente maduro estará dispuesto a ceder gustosamente ese derecho por amor, para no herir a otros creyentes que podrían tropezar al ver que en sus manos está una copa de licor.

    Jesús cambió milagrosamente el agua en vino en las bodas de Caná, no necesariamente para poder tomar vino, sino para mostrar sus credenciales divinas y es incorrecto tomar este hecho milagroso para justificar el ingerir bebidas alcohólicas en la actualidad.