Ningún valor . El Nuevo Testamento inclusive confronta a los que prestan atención a las tradiciones. Tal es el caso de Jesús, durante su ministerio en la tierra. Ponga atención al relato que encontramos en Marcos 7:1-13 donde dice: “Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y : El que maldiga al padre o a al madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.” Note que los fariseos eran muy apegados a la tradición de sus antepasados. Jesús mismo calificó a las tradiciones como mandamientos de hombres. Toda tradición no pasa de ser justamente eso: mandamientos de hombres. Jesús catalogó como hipócritas a todos los que aceptaban las tradiciones como si fuera la misma palabra de Dios. Para los fariseos era más importante cumplir con la palabra de la tradición que cumplir con la palabra de Dios. Esto queda evidenciado cuando, guardando la tradición, los fariseos entregaban dinero o bienes a los sacerdotes a pesar que, conforme a la palabra de Dios, con ese dinero o esos bienes, pudieran haber ayudado económicamente a sus padres, quienes estaban en el más absoluto abandono. La tradición llegó a tener más autoridad que la misma palabra de Dios para estos fariseos hipócritas. Tenemos entonces que Jesús exhortó severamente a los que prestaban atención a las tradiciones. Como buen fariseo, Saulo de Tarso, quién más tarde se llamó Pablo, el apóstol, era devoto de las tradiciones de sus antepasados, antes de su encuentro personal con Cristo, por supuesto. Ponga atención a su testimonio en Gálatas 1:13-14 donde dice: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.” Allí lo tiene amable oyente. Un hombre celoso de las tradiciones de sus padres, sin embargo estaba luchando contra Dios y causando sufrimiento a la iglesia de Cristo. Las tradiciones se caracterizan por enceguecer espiritualmente hablando a las personas que se someten a ellas. Saulo de Tarso es un claro ejemplo. Cuidado amable oyente con prestar oído a la tradición. Fue este mismo personaje, Saulo de Tarso, pero ya transformado por Jesucristo, quien da la voz de alerta a los creyentes en cuanto a la tradición. Observe lo que dice Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” Pablo cataloga a las tradiciones como filosofías y huecas sutilezas, hechas por hombres y para los hombres, conforme a la manera de pensar del mundo. Las tradiciones tienen su atractivo, su lado novedoso, y por eso los hombres pueden llegar a ser engañados por ellas. El cristianismo como religión ha sido víctima de las tradiciones a lo largo de su existencia. Muchas de las prácticas y doctrinas del cristianismo religioso, son el resultado de lo que sostiene la tradición. Esto ha corrompido totalmente al cristianismo. Cuan importante es no dar ningún crédito a las tradiciones y guiarse única y exclusivamente por lo que dice la Biblia, la palabra de Dios. La Biblia es el único manual de doctrina y práctica para la iglesia. Todo lo demás está por demás.
Autor: cris
-
¿Debe haber manifestaciones cuando se nace de nuevo?
Cuando se confiesa que Cristo es nuestro Salvador, según Romanos 10:9-10, y se recibe el Espíritu Santo, debe haber alguna manifestación que se puede percibir con los cinco sentidos, indicando que se ha nacido de nuevo. Yo creo que esa manifestación es el hablar en lenguas, porque el hablar en lenguas es una de las nueve manifestaciones del Espíritu Santo. ¿Qué opina al respecto?
Bueno… Efectivamente cuando se recibe por la fe al Señor Jesucristo como Salvador, entre muchas cosas que suceden ese mismo instante está el nuevo nacimiento, el perdón de pecados, la adopción como hijos, la recepción del Espíritu Santo y tantas otras cosas más, pero todas cosas pertenecen al mundo espiritual, no al físico. ¿Cómo pueden los sentidos físicos percibir las cosas espirituales? Sin embargo, con el correr del tiempo, los cambios espirituales producen cambios en el orden físico que pueden percibirse con los sentidos, como una nueva mente para conocer a Dios, una nueva voluntad para obedecer a Dios y un nuevo corazón para amar a Dios. El creyente desarrollará un apetito por la palabra de Dios, el creyente dejará atrás mucho del estilo de vida que tenía antes de recibir a Cristo. El creyente compartirá con otros su nueva fe, el creyente buscará una iglesia local para congregarse y tantas otras cosas más. Pero, en ninguna parte, la Biblia enseña que una evidencia de la presencia del Espíritu Santo en la vida de un creyente sea el hablar en lenguas. Lo que la Biblia enseña es que hablar en lenguas fue un don espiritual y como tal, no todo creyente lo recibió. Observe lo que dice 1 Corintios 12:27-30 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
1Co 12:28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
1Co 12:29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?
1Co 12:30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
En este pasaje bíblico encontramos una serie de preguntas retóricas, que obligan a una respuesta negativa. ¿Tienen todos dones de sanidad? No. ¿Hablan todos lenguas? No. ¿Interpretan todos? No. Entonces no todos los creyentes tuvieron el don de lenguas. Sin embargo, la Biblia enseña que todo creyente tiene el Espíritu Santo morando en su vida. 1 Corintios 6:19 dice: ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
De esto se concluye que el hablar en lenguas no es la prueba máxima de que una persona es creyente y por tanto tiene al Espíritu Santo morando en su vida. Aparte de esto, me parece que existe una confusión en cuanto al fruto del Espíritu Santo. El fruto del Espíritu Santo es lo que manifiesta un creyente cuando está lleno del Espíritu Santo, o lo que es lo mismo, cuando el Espíritu Santo está controlando a un creyente. De esto nos habla Gálatas 5:22-23 donde dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gal 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
El fruto del Espíritu Santo en un creyente lleno del Espíritu Santo, es uno solo. El sustantivo fruto está en singular, no en plural, sin embargo, este fruto tiene nueve aspectos. A saber, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Como habrá notado, amigo oyente, hablar en lenguas no es uno de los aspectos del fruto del Espíritu Santo. -
¿Cuándo se manifestará el Anticristo?
¿Antes o después de la tribulación? ¿Existe la posibilidad de que ya tenga cuerpo físico pero todavía le falte el poder del demonio para manifestarse?
Gracias por su consulta. En cuanto a la primera parte de su consulta, la respuesta aparece en el pasaje bíblico en 2 Tesalonicenses 2:1-10, donde dice: Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
2Th 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
2Th 2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
2Th 2:4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
2Th 2:5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
2Th 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.
2Th 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
2Th 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
2Th 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
2Th 2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Según este pasaje bíblico la segunda venida del Señor Jesucristo ocurrirá después de la manifestación de la apostasía. No se trata de cualquier apostasía porque siempre ha habido apostasía en el mundo, pero ninguna como la que está por venir en el futuro. Se trata de un tiempo en el cual la maldad, la impiedad, llegará su límite máximo, a su clímax. En la actualidad existe algo que impide la manifestación de esta apostasía. Lo que lo impide es la presencia del Espíritu Santo actuando por medio de la iglesia de Cristo, pero cuando la iglesia de Cristo sea sacada de este mundo en el rapto o el arrebatamiento, desaparecerá este impedimento y se manifestará la apostasía. Un elemento central de esta apostasía será la presencia del Anticristo, aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida, inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden. El libro de Apocalipsis nos muestra más detalles de este perverso ser. Apocalipsis 13:1-8 dice: Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
Rev 13:2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
Rev 13:3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia,
Rev 13:4 y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?
Rev 13:5 También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.
Rev 13:6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.
Rev 13:7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
Rev 13:8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
Este pasaje bíblico se ubica dentro de lo acontecerá durante la tribulación. De manera que, amigo oyente, el Anticristo se manifestará cuando comienza la apostasía previa a la segunda venida de Cristo, esto es cuando se inicia la tribulación, no antes ni después. En cuanto a la segunda parte de su consulta, la Biblia presenta suficiente evidencia para saber que el rapto o el arrebatamiento de la iglesia es inminente, esto significa que podría ocurrir en cualquier momento. Siendo así, si el arrebatamiento ocurriera este instante, lo cual es posible, esto significaría que la persona del Anticristo debería haber estado existiendo en el mundo desde hace años atrás. No se puede saber cuántos con exactitud cuantos años, porque la Biblia no revela la edad que tendrá el Anticristo cuando se manifieste. Pero cuando llegue el momento de su manifestación, Satanás dotará a esta persona de todo el poder maligno para que pueda cumplir con su función. -
¿Estaría bien que yo discipline a nuestros hijos aún cuanto mi esposo esté en la casa?
Mi esposo todavía no es creyente. Últimamente hemos tenido algunos problemas con la disciplina de nuestros hijos. Cuando él no está en casa, yo me encargo de disciplinar a los hijos, inclusive utilizando la vara cuando eso es necesario. Pero cuando él está en casa, yo desearía que él tome a cargo la responsabilidad de disciplinar a nuestros hijos, pero no lo hace y esto me frustra. ¿Estaría bien que yo discipline a nuestros hijos aún cuanto mi esposo esté en la casa?
El mandato a criar a los hijos en disciplina y amonestación del Señor es tanto del padre como de la madre. Esto se desprende de textos como Efesios 6:4 donde dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Para cumplir con este mandato es necesario que tanto padre como madre conozcan personalmente a Cristo, porque un incrédulo, de ninguna manera podrá criar hijos en disciplina y amonestación del Señor. Aquí es justamente donde radica el problema en su hogar amiga oyente. Su esposo todavía no conoce personalmente a Cristo y por eso no está en capacidad de criar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor. Siendo ese el caso, lo primero que me gustaría recomendarle es que ore mucho al Señor por la salvación de su esposo. Además de orar, cumpla a cabalidad con su función como esposa y como madre. Es decir, sométase a su esposo en todo aquello que no esté en conflicto con lo que la Biblia enseña. Ámelo apasionadamente. Agrádelo en todo aquello que no contradice algún principio bíblico. Esta conducta bien puede ser el inicio para que su esposo llegue a recibir a Cristo como su Salvador. No olvide que la Biblia enseña que la buena conducta de una esposa creyente sirve de mucho para que un esposo incrédulo llegue a ser creyente. 1 Pedro 3:1 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.” Cuando su esposo llegue a ser un fiel creyente entonces entenderá que él es la cabeza del hogar y que como tal, una de sus responsabilidades es criar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor. Mientras tanto, sería necesario que Usted que conoce al Señor supla de algún modo lo que su esposo no está en capacidad de hacer por ahora. Por tanto debe seguir siendo fiel en disciplinar a sus hijos según las normas establecidas en la palabra de Dios, mientras su esposo no esté en casa. Le sugiero además que hable con su esposo a solas para estimularle a ver la importancia de ser consistentes en la disciplina de los hijos, con la esperanza que su esposo tome la iniciativa de la disciplina cuando él está en la casa.
-
Todavía no me he bautizado
Todavía no me he bautizado. Tengo un hermano que se burla de la decisión que he tomado. Cuando hablamos de las cosas espirituales siempre me hace la pregunta de por qué los creyentes no bailan. Mi respuesta hasta ahora se ha limitado a decirle que, al menos en mi caso, no me siento bien haciéndolo. Quisiera que me dé una orientación bíblica para fundamentar mejor mi respuesta a esta pregunta de mi hermano.
Gracias amiga por su consulta. Le felicito por haber tomado la mejor decisión de su vida. Me refiero a recibir a Cristo como su Salvador personal. La decisión que Usted ha tomado hace la diferencia en el destino eterno de su alma. Antes de recibir a Cristo como su Salvador, Usted estaba condenada a pasar la eternidad en el infierno. Ahora que ha recibido a Cristo como su Salvador, Dios ha perdonado todo su pecado y en consecuencia Usted pasará la eternidad junto a Dios en el cielo. Es natural que mucha gente con quien Usted tenía contacto desapruebe la decisión que Usted ha tomado. Algunos de ellos inclusive manifestarán su desacuerdo en franca persecución. Esto es parte de la experiencia de todo genuino creyente. El Señor Jesucristo lo anunció de antemano según vemos en Juan 15:18-21 donde dice: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.” El mundo aborreció tanto a nuestro amado Salvador, al punto, que lo llevó a la cruz. Si el mundo aborreció así a nuestro Salvador, es natural que el mundo aborrezca a los que somos sus discípulos. Así que no se sorprenda amiga oyente que los que antes reían con Usted, ahora le hagan una mueca de desprecio. El apóstol Pedro habló sobre esto, en 1 Pedro 4:12-16 donde dice: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” El hecho que Usted esté sufriendo persecución por el nombre de Cristo, es clara evidencia de que Usted es de Cristo. Lejos de desanimarse por la oposición, mas bien gócese, como recomienda el apóstol Pedro. Usted también nos ha informado que todavía no se ha bautizado en agua. No nos ha indicado el motivo para ello. Yo le animo a dar el paso de bautismo lo antes posible. Hable con los pastores o ancianos de la iglesia y hágales saber su deseo de bautizarse. No es que el bautismo sea necesario para su salvación pero los que son salvos son bautizados. Muy bien. Ahora en cuanto al baile. Como Usted seguramente ya sabe, el Nuevo Testamento no contiene un mandato que diga: No baile, o no vaya a bailes. A decir verdad el Nuevo Testamento no prohíbe ni ordena bailar al creyente. Esto significa que el creyente está en libertad de hacerlo o no hacerlo. Pero aquí es donde entra en juego otro principio importante que debe ser tomado muy en cuenta antes de salir corriendo a bailar. Se encuentra en 1 Corintios 10:23 donde leemos: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” Bailar es lícito para un creyente, pero ¿Es conveniente? Bailar es lícito para un creyente, pero ¿Edifica? El verbo convenir significa ser beneficioso, ser provechoso, ser útil. El verbo edificar significa, metafóricamente, promover el crecimiento espiritual y el desarrollo del carácter de los creyentes, por enseñanza o por ejemplo, sugiriendo tal progreso espiritual como el resultado de la paciente labor. Ahora que sabemos el significado de convenir y edificar, hagámonos la pregunta: ¿Es conveniente bailar? Casi todo baile está de una u otra manera acompañado de licor, tabaco, música estridente, y laxitud moral. Un amigo mío, solía decir que para sentirse en ambiente en una fiesta, primero tenía que tomarse un par de tragos. ¿Es esto conveniente o provechoso o útil para un hijo de Dios? ¿Le ayudará en su crecimiento espiritual? Obviamente no. Por otro lado, ¿es edificante bailar? ¿Cree Usted que, por ejemplo en mi caso, mi presencia en un baile ayudará al crecimiento espiritual de otros creyentes? La respuesta es nuevamente no. Por razonamientos como estos, es que la mayoría de los creyentes han llegado a la conclusión que el bailar no les es conveniente ni edificante y por eso es que no bailan. La conducta del creyente debe estar orientada siempre a buscar la gloria de Dios. Observe lo que dice 1 Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” Allí lo tiene amable oyente: Hacedlo todo para la gloria de Dios. Siendo honestos con Dios y con nosotros mismos, difícilmente podremos afirmar que estamos dando gloria a Dios en el loco frenesí de un baile, con el licor corriendo a borbotones en medio de una densa humareda de tabaco. Este es el motivo por el cual muchos creyentes hemos cedido el derecho que tenemos de bailar. Por último, en las cosas que tenemos el derecho de hacer dentro de la libertad que tenemos en Cristo, debemos limitar ese derecho por el efecto que eso puede causar en otros creyentes. Eso es lo que recomienda el apóstol Pablo en Romanos 14:21 donde dice: “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.” Puede ser que algún creyente no tenga ningún escrúpulo en cuanto al baile, pero antes de bailar tiene que hacerse la pregunta: ¿Cómo va a afectar esto a algún hermano que me conoce y sabe que yo no tengo ningún problema con el baile? Si la respuesta es: Esto va a causar tropiezo a ese hermano, o ese hermano se va a ofender, o ese hermano se va a debilitar, entonces, por amor a ese hermano debe ceder el derecho que tiene de bailar. 1 Corintios 10:32 dice: “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios”
-
Adulterio en la pareja
Ella es creyente pero su esposo no. Hace algún tiempo atrás, el esposo cayó en el pecado de adulterio. Esto afectó terriblemente a nuestra amiga , y en un momento de locura, ella también cayó en adulterio, como para pagar con la misma moneda a su esposo. Ahora están divorciados. Él se ha buscado su pareja y ella está sola con los hijos. Hace poco tiempo, hicieron el intento de volver a estar juntos, pero no resultó nada bien. Él se fue nuevamente con su pareja aduciendo que es más feliz con ella y que no puede perdonar a su esposa por lo que hizo. Nuestra amiga oyente se siente culpable por esta situación, a pesar que ha confesado a Dios su pecado y se ha apartado del mismo, y a pesar de que ha pedido perdón a su esposo. Nos pide un consejo.
Bueno, amiga, gracias por haberse comunicado con nosotros. Usted ha vivido en carne propia lo doloroso de la consecuencia del pecado de adulterio. Cuanta razón tiene la palabra de Dios cuando por ejemplo en Proverbios 5:3-5 dice: “Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite; mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol.” Antes de caer en el adulterio, todo parece tan romántico, tan atractivo, tan cautivante. Tanta felicidad en el placer prohibido. El proverbista lo describe tan vívidamente: Los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite. Pero después de caer en el adulterio, todo se transforma en desgracia. El romance se transforma en un terrible sentimiento de culpa, el embrujo del bocado prohibido se transforma en un bocado de carroña. El proverbista dice: Mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Si Usted amable oyente, tanto hombre como mujer, está siendo tentada o tentado por el adulterio. Deténgase. Medite bien en lo que está por hacer y por el amor de Dios desista de ello. No permita que sus pies desciendan a la muerte y sus pasos le conduzcan al sepulcro. Ahora bien, su esposo, quien es incrédulo, cometió esta grave falta. Deje que Dios se encargue de administrar justicia. La debacle en el hogar es parte de la consecuencia de esta terrible falta. Lamentablemente, Usted se dejó llevar por su rencor y amargura contra su esposo, o tal vez por su pasión carnal y cedió a la tentación de cometer también adulterio. Estoy seguro que Usted daría cualquier cosa para dar marcha atrás en el tiempo y vencer la tentación al adulterio, pero eso no es posible. Ya es demasiado tarde. Ahora le queda solamente reconocer que la Biblia tiene razón cuando hablando el adúltero y la adúltera dice en Proverbios 6: 32-33 dice: “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada.” Esto es lo que Usted está experimentando amiga oyente. Lo único que ha encontrado después de haber caído en el adulterio es heridas y vergüenza. Peor todavía, afrenta que nunca será borrada. Esto no significa que este pecado nunca será perdonado por Dios. Por su gracia y su misericordia Dios perdona el pecado de sus hijos, cualquiera que sea este pecado. Lo que significa es que la consecuencia de su pecado no podrá ser borrada jamás. Usted ha confesado a Dios su pecado, ha pedido perdón a su esposo, y quizá lo único que falta es que se sienta perdonada por Dios. Obviamente, tendrá que vivir con las consecuencias de su pecado, pero a pesar de eso es posible experimentar el gozo de saberse perdonado por Dios. David transitó también los tortuosos senderos del adulterio, pero note una parte de su testimonio, una vez que confesó su pecado. Salmo 32:1-2 dice: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.” David tuvo que soportar la lacerante realidad de la consecuencia de su pecado, pero a pesar de ello, sabía que había sido perdonado por Dios cuando confesó su pecado y se apartó de su pecado. Por eso dice: Bienaventurado, o muy feliz, es aquel cuya transgresión ha sido perdonada. Lo mismo debe hacer Usted amable oyente. Dios ya ha perdonado su pecado por cuanto Usted lo ha confesado a Dios y se ha apartado de ese pecado. No siga acariciando el sentimiento de culpa. Descanse por fe en la promesa de Dios de que su pecado ha sido perdonado. Si Dios le ha perdonado, ¿quién es Usted para afirmar lo contrario? Quizá vengan ocasiones cuando Usted no se sienta perdonada. Pero esos sentimientos no provienen de Dios y si no provienen de Dios entonces provienen de Usted mismo o sino, del diablo. De modo que cada vez que se sienta culpable por lo que hizo, eche mano de la palabra de Dios y aprópiese de su promesa de perdón. Inclusive Usted ha confesado su pecado a su esposo y le ha pedido perdón. Eso está muy bien. Eso era lo correcto, aunque debió haber sido muy difícil para Usted. Tristemente su esposo se ha negado a perdonarle. Bueno, eso es problema de él. Usted ha cumplido con lo que Dios espera de Usted y eso es lo importante. ¡Qué irónico! Su esposo también cometió adulterio y probablemente no lo ha reconocido, peor pedido perdón. Sin embargo, se rehúsa concederle perdón, a pesar de que Usted ha reconocido su pecado y le ha pedido perdón. Así actúa normalmente el incrédulo. Se fija en la paja en el ojo ajeno y no echa de ver la viga que está en su propio ojo. Quiera Dios que algún día su esposo tenga un encuentro personal con Jesucristo y como resultado reconozca su propio pecado y esté dispuesto a perdonar a otros, entre ellos a Usted. En cuanto a rehacer su matrimonio, una vez que se han divorciado, la idea es buena, pero existen algunos escollos que vencer. Número uno, el divorcio mata el matrimonio. Para poder vivir juntos probablemente tendrían que volver a casarse. Al menos las leyes civiles demandan eso. Pero recuerde que su esposo es incrédulo, y la Biblia prohíbe que un creyente se case con un incrédulo. Quizá sea bueno esperar en el estado en el cual está, hasta ver si su esposo recibe a Cristo como Salvador para proceder a casarse con él sin violar el principio bíblico del yugo desigual. Número dos, es necesario resolver el asunto de que su esposo está viviendo con otra mujer. No sé si se habrá casado con ella o solo estarán viviendo en fornicación. En todo caso, si Usted y su esposo se ponen de acuerdo para restaurar el matrimonio, él tendría que abandonar a la otra mujer. Sin esta condición es imposible siquiera pensar en una restauración del matrimonio. Cuidado con prestarse a tolerar que su esposo viva con la otra mujer y con Usted a la vez. Los hombres impíos son astutos y tratan de aprovechar de los sentimientos nobles de sus esposas. Usted y yo conocemos hombres incrédulos casados que manipulan a sus esposas diciéndoles cosas como: Si quieres que yo siga contigo, déjame también estar con otra mujer. No olvide amiga oyente que la relación matrimonial establecida por Dios es monógama. Esto significa un hombre con una mujer. No un hombre con mas de una mujer ni una mujer con más de un hombre. Son escollos que habrá que sortear ante la eventualidad de restaurar la relación matrimonial con su esposo. Usted desea que fuera así. Ore al Señor sobre eso. Recuerde que para Dios nada hay que sea imposible. Le sugiero que busque consejo de los pastores o ancianos de su iglesia local. Hable con ellos acerca de este asunto. Puede ser que los líderes de la iglesia le pidan que se someta a alguna medida de disciplina por el pecado que ha cometido, me refiero al pecado de adulterio. Acepte esa disciplina porque es para su bien. Finalmente, confíe en el Señor para que le dé sabiduría para enfrentar la vida sin la presencia de su esposo. Busque maneras creativas para suplir las necesidades suyas y de sus hijos. Ore como si todo dependiera de Dios y trabaje como si todo dependiera de Usted. Muchas mujeres abandonadas de sus esposos o viudas, han tenido bastante éxito criando a sus hijos con la ayuda de Dios, así que Usted no va a ser la única mujer en el mundo que tenga que criar una familia por Usted misma. Durante el tiempo que está sola, será muy fuerte la tentación de arrojarse en brazos de otros hombres. No ceda a la tentación. Dependa del poder de Dios y del hecho que Usted ha muerto con Cristo al pecado, para mantenerse firme ante esta tentación. La Biblia aconseja huir de la fornicación. Ponga en práctica este consejo. Cualquier momento que Usted detecte alguna insinuación de algún hombre, no se quede allí para ver que pasa. Haga lo que dice la Biblia. Huya. Usted ya ha saboreado el trago amargo de la consecuencia del adulterio. ¿Por qué va a repetir otra vez la misma historia? Intégrese de lleno a la vida de iglesia juntamente con sus hijos. Rodéese de personas maduras espiritualmente hablando que puedan darle el consejo oportuno. Sobre todo, tómese fuertemente de la mano del Señor. Solo en él encontrará el consuelo, el gozo, la paz que tanto anhela su alma.
-
Adolescente rebelde, ¿qué puedo hacer?
Un amigo tiene un hijo adolescente quien está manifestando una conducta en extremo rebelde tanto en el hogar como en el Colegio donde estudia. Este amigo ha usado la vara para disciplinar a su hijo, pero no ve ningún cambio de conducta. Nos pregunta qué es lo que puede hacer.
Gracias por su consulta amigo. La adolescencia es una etapa de transición, poco a poco se van dejando las cosa que son propias de los niños y se van adoptando las cosas que son propias de los adultos. En esta etapa se producen cambios en lo espiritual, lo emocional y lo físico. Espiritualmente se inicia una etapa de formar convicciones espirituales propias. Mientras era niño, se conformaba con creer lo mismo que sus padres, o sus maestros o sus pastores, sin comprender mucho las razones para creer así. En lo emocional, aparecen temores, dudas, angustia, ansiedad. En lo físico, quizá es donde más se producen cambios, el cuerpo crece rápidamente, la voz cambia, los rasgos de un adulto comienzan a dibujarse en el rostro del niño. Como toda etapa de transición, la adolescencia tiene sus altibajos. No será extraño que determinado día se sienta todo un ateo, mientras que otro día se sienta con un enorme fervor espiritual. No será extraño que de pronto se sienta dueño del mundo para, en instantes, pasar a un profundo desánimo. No será extraño que algún día despierte temprano para aprovechar bien el día y otro día tenga deseo de dormir hasta la hora del almuerzo. Es parte de la inestabilidad de la adolescencia. Otra de las características preponderantes de la adolescencia es la tendencia a rebelarse contra la autoridad. No solo la autoridad paterna, sino la autoridad de la iglesia y la autoridad educativa. Todo es producto de los cambios espirituales, emocionales y físicos por los cuales está atravesando. Digo todo esto para que Usted no se desespere al ver algunas de estas manifestaciones en su hijo adolescente. No vaya a pensar que su hijo está endemoniado o que ya no hay esperanza para él. En esta etapa es cuando más necesitan los hijos de los padres y es cuando más cuidadosos tienen que ser los padres con los hijos. Colosenses 3:21 dice: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.” La condición del adolescente es tal, que por lo mínimo se exaspera y se desalienta. Ahora la gran pregunta es: ¿Cómo criar a un hijo o a una hija adolescente? Pues tomemos como guía la palabra de Dios. Efesios 6:4 dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Este mandato tiene dos partes. Una negativa. No provoquéis a ira a vuestros hijos. Los adolescentes son provocados a ira cuando son sobreprotegidos, cuando son comparados con sus hermanos o con otros adolescentes, cuando son forzados a ser perfectos, cuando son tratados como niños, cuando son ofendidos con palabras o gestos, cuando son ridiculizados por sus rasgos físicos, cuando son castigados en público, cuando se les niega tiempo para pasar con ellos. Todas estas son maneras de provocar a ira a los hijos adolescentes. La otra parte del mandato es positiva. Sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Criar en disciplina no significa caer a garrotazo limpio a un adolescente cuando hace algo que se considera malo. Criar en disciplina significa establecer de antemano cuáles son las normas de conducta en la casa, en la iglesia, en el colegio y premiar cuando esas normas de conducta son respetadas y castigar cuando esas normas de conducta son violadas. El castigo con vara tiene su lugar en la crianza de los hijos, pero cuando los hijos son adolescentes, el castigo con vara produce resultados opuestos a lo que se busca. Es mejor castigar de otra manera. Por ejemplo, por medio de privar privilegios. Juntamente con el castigo, debe haber un tiempo para hablar con amor al hijo adolescente. En la adolescencia es cuando más hace falta el amor de los padres. Los padres deben aprender a dividir la falta del que cometió la falta. Me explico. Si un hijo adolescente ha hecho algo malo, los padres deberían decir: Hijo, te amo mucho, te amo más de lo que imaginas, pero a la vez estoy totalmente opuesto a esto que has hecho. El amor a un hijo adolescente debe ser expresado en formas prácticas, tales como un abrazo, una caricia, una salida a pasear solo con él o con ella. Es necesario que el hijo adolescente sepa que sus padres no solo dicen que le aman sino que en realidad le aman. Por último, cuando los hijos son adolescentes comienzan a distinguir muy bien si sus padres son coherentes entre lo que creen y lo que hacen. Cuando son niños, es posible engañarlos diciendo: Haz lo que te digo sin mirar lo que hago. Pero cuando los hijos son adolescentes, ya no se les puede engañar. Lo que los padres hacen habla más alto que lo que los padres dicen. Así que, amigo oyente, tanto Usted como su esposa, deben vivir en la práctica lo saben en la teoría. Ámense entrañablemente, sométanse el uno al otro. No anden en mentiras ni en chismes, ni en rumores ni en peleas entre Ustedes. Su buen testimonio, su fidelidad al Señor, será el mejor ingrediente para ayudar a un hijo adolescente a superar esta etapa de transición.
-
Esposo agresivo y alcoholico, ¿qué hacer al respecto?
Ella es creyente pero su esposo no. Cuando él está sobrio, es tranquilo y cariñoso con ella y con los hijos, pero cuando se emborracha, lo cual sucede muy a menudo, se transforma totalmente. Enloquecido por el alcohol, varias veces ha agredido físicamente a su esposa y a sus hijos, no sin antes pasar por la agresión emocional. Ella tiene temor de que algo más grave pueda ocurrir en el futuro. Por el miedo a que él tome represalias contra ella, no ha hablado con nadie sobre la conducta de su esposo. Nos pide un consejo.
Primeramente me gustaría solidarizarme con Usted ante la difícil prueba que está experimentando. La conducta de su esposo no se justifica bajo ningún punto de vista. Aun si Usted fuera la peor esposa del mundo, su esposo no tiene el más mínimo derecho a maltratarla emocionalmente, peor físicamente. Me imagino que por guardar las apariencias, o por el temor a que su esposo la abandone, o como Usted mismo dice, por el temor a que su esposo le golpee con más violencia, Usted ha ocultado esta situación, pero eso no es correcto amiga oyente. Usted no puede seguir viviendo de esta manera con su esposo. No solo está en peligro su vida sino también la de sus hijos. Nuestro consejo es que lo antes posible acuda a los pastores o ancianos de la iglesia donde Usted se congrega y denuncie ante ellos la conducta agresiva de su esposo. Seguramente ellos hablarán con su esposo para compartir con él el evangelio, para instruirle en cuanto a la gravedad de su conducta agresiva, para mostrarle cómo debe tratar a su esposa y a sus hijos, y para advertirle sobre futuras agresiones. Además, le sugiero que ore mucho al Señor por su esposo para que llegue a conocer a Cristo como su Salvador. Apoye su oración con la buena conducta que toda esposa creyente debe manifestar en su hogar. Quiera Dios que estas acciones constituyan un remedio para su situación, al menos en lo que a la conducta agresiva de su esposo se refiere. Si esto no da ningún resultado, me temo que va a tener que recurrir a las autoridades civiles que velan por el bienestar de las esposas. En nuestro país el Ecuador, existe lo que se llama la Comisaría de la Mujer, la cual, entre otras cosas se encarga de proteger a esposas del maltrato de sus esposos. No tenga temor de recurrir a esta instancia, si todo lo anterior no ha dado el resultado que busca. No estará quebrantando ningún principio bíblico al buscar protección de las autoridades civiles puestas por Dios para ese propósito. Si aún esta medida no logra los cambios que Usted busca en su esposo, me temo que no le quedará otra alternativa sino una separación de su esposo. No es una decisión fácil y por tanto no se puede tomarla a la ligera. Busque consejo de personas maduras espiritualmente hablando, quienes conozcan de cerca la situación que está viviendo y los pasos que ha dado para arreglar el problema. La separación tendría un doble propósito. Por un lado, proteger la integridad física de Usted y de sus hijos. Quizá Usted no ha tomado conciencia todavía de que la vida suya y de sus hijos se pone en serio peligro cuanto están al frente de un hombre embrutecido por el alcohol. Para casos como estos, es que la Biblia habla de la posibilidad de la separación. 1Corintios 7:10-11 dice: “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese; y que el marido no abandone a su mujer.” La voluntad de Dios es que los casados no se separen. Eso es obvio. Pero hay casos, como por ejemplo cuando la vida de la esposa o de los hijos está en peligro por la agresividad del esposo, en los cuales la separación es la alternativa para proteger la integridad física de la esposa y de los hijos. Por otro lado, una separación puede hacer reflexionar a su esposo a reconocer lo que está poniendo en juego con su violencia cuando está borracho, y eventualmente su esposo podría motivarse a un cambio en su conducta. En el estado de separada, Usted tiene solo dos alternativas: Número uno, quedarse sin casar, o número dos, reconciliarse con su marido. En todo caso, amiga oyente, insisto en que no puede seguir viviendo en las condiciones en que está, y callarse no va a arreglar el problema. Es hora de orar con fervor, depender de Dios y dar los pasos necesarios para arreglar la situación. No pierda la esperanza. Dios es experto en imposibles, pero Usted también tiene que hacer su parte.
-
¿Los anticristos salen de la iglesia de cristo?
Estoy leyendo la palabra en 1 de Juan, y en el capítulo 2 versículo 19 dice que los anticristos salen de la iglesia de Cristo. ¿Cómo puede ser que los que le conocieron, se presten al juego del enemigo?
Vamos a leer el pasaje bíblico que se encuentra en 1 Juan 2:18-19 donde dice: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” Cuando en este pasaje bíblico se habla de anticristo y anticristos, se está refiriendo a personas incrédulas quienes energizadas por poderes malignos, se oponen a Cristo por medio de enseñar doctrinas falsas con respecto de Cristo. En un sentido muy real, cualquier persona que se levanta para enseñar falsa doctrina acerca de cualquier aspecto de la persona u obra de Cristo, es un anticristo con a minúscula. En lo futuro sin embargo, se manifestará en el mundo el Anticristo con a mayúscula, quien será una persona real, de carne y hueso, quien encerrará la esencia misma de la oposición a Cristo. Por otro lado, cuando Juan dice que los anticristos salieron de nosotros, no se está refiriendo a que los anticristos formaban parte de la iglesia de Cristo y que salieron de allí. Lo que está diciendo es que los anticristos son astutos para introducirse a escondidas en las iglesias locales. Una vez dentro, se disfrazan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. No se los puede distinguir a simple vista. Actúan como los verdaderos creyentes, usan el léxico que usan los verdaderos creyentes, cantan como los verdaderos creyentes, oran como los verdaderos creyentes. Pero en algún momento, se quitan el manto de falsa piedad y se manifiestan tal cual como son en la realidad. Comienzan entonces a atacar a Cristo, cuestionan su deidad, ponen en tela de duda su obra perfecta para salvar al pecador, intentan sembrar duda acerca de su muerte y resurrección. Como ya no pueden soportar más el estar en medio de los verdaderos creyentes, deciden salir. Por eso es que Juan dice: Salieron de nosotros. La razón por la cual salieron es porque no eran verdaderos creyentes. Eran anticristos. Juan dice: No eran de nosotros, porque si hubiesen sido de nosotros habrían permanecido con nosotros. Los verdaderos creyentes nunca salen de la comunidad de la iglesia local. Puede ser que alguna vez fracasen en algo, pero confiesan el pecado, se arrepienten, se apartan del pecado y siguen adelante. En cambio los anticristos, por ser falsos creyentes, salen para siempre de la comunidad de creyentes. Juan dice: Salieron de nosotros para que se manifestase que no todos son de nosotros. Esto es lo enseña este pasaje bíblico.
-
¿Cómo discipular convenientemente?
Gracias por su consulta. Para ubicarnos bien en el significado de los términos, quisiera compartir con Usted que discipulado es la acción de discipular, lo cual, a su vez, significa un creyente maduro en la fe guiando a un creyente tierno en la fe, para que alcance la madurez espiritual. El discipulado tiene que ver con el cumplimiento del mandato de Cristo Jesús, en lo que se conoce como la gran comisión. Mateo 28:19-10 dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” El mandato del Señor apunta a hacer discípulos. Para que alguien sea un discípulo de Cristo, en primer lugar es necesario que haya nacido de nuevo por medio de recibir a Cristo como Salvador. El instante que una persona nace de nuevo por recibir a Cristo como Salvador, es un bebé espiritualmente hablando. En tales condiciones, necesita de alguien que esté en capacidad de guiarle en el proceso de crecimiento hacia la madurez. Es lo mismo que sucede en el plano biológico. Cuando nace un bebé, necesita del cuidado de su madre y también de su padre. Imagine lo que sería de un bebé recién nacido sin el cuidado de sus progenitores. No tendría la más mínima probabilidad de sobrevivir. No habría quien le alimente, no habría quien le limpie, no habría quien le vista, no habría quien le proteja. Un bebé recién nacido en estas condiciones, estaría condenado a una muerte inexorable. Algo similar a lo que ocurre en el plano biológico, ocurre también en el plano espiritual, guardando las distancias. Un bebé recién nacido espiritualmente, tiene mínimas probabilidades de crecer, si alguien no se ocupa de guiarle hacia la madurez espiritual. Obviamente, un bebé recién nacido espiritualmente no llegará a morir espiritualmente si no es discipulado, pero con toda seguridad, no llegará jamás a la madurez espiritual. Siempre será un bebé espiritual mientras esté en este mundo. Qué triste es constatar esto en la práctica en todas las iglesias evangélicas. No son pocos los creyentes que tienen años de haber conocido a Cristo como Salvador, sin embargo, en el sentido espiritual, todavía usan pañales y toman leche en biberón o la mamadera o en la botella, o como quiera que se lo llame en los diferentes países. Lo que ha pasado es que no ha habido nadie que se ocupe personalmente de ellos. No han sido jamás discipulados. Sobre esto habló el autor del libro de Hebreos cuando en clara reprensión a sus lectores dijo lo siguiente en Hebreos 5:12-14 “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” La voluntad de Dios no es que sus hijos vivan en una permanente infancia espiritual, la voluntad de Dios es que sus hijos crezcan hacia la madurez espiritual. Esto se logra por medio del discipulado. Su inquietud, amigo oyente, tiene que ver con cómo hacer un discipulado efectivo. Permítame por tanto las siguientes sugerencias. En oración pida a Dios que levante alguien en la iglesia, quien sea maduro en la fe. Alguien quien previamente haya sido discipulado. Cuando lo encuentre, motívele a que esta persona se ocupe en discipular a algún creyente recién nacido espiritualmente o a alguien quien aunque tenga tiempos en la fe, sin embargo todavía sea un niño espiritualmente hablando. Un varón debe discipular a un varón, una mujer debe discipular a una mujer. ¿Por qué? Pues porque el discipulado debe hacerse de persona a persona, uno con uno. No es prudente que un varón esté a solas con una mujer, para no dar ocasión al diablo. Las reuniones deben ser en privado, al menos una vez por semana, en algún lugar que sea conveniente tanto para el que está discipulando como para el que está siendo discipulado. La duración de estas reuniones dependerá de cada caso en particular. Alrededor de una hora es lo que normalmente se estila. ¿Qué hacer durante este tiempo? Son varias cosas que se pueden hacer. Primero orar con el discípulo. Esta es la manera como el discípulo aprenderá a dirigir sus plegarias al Señor. Segundo, compartir asuntos propios del convivir como hijos de Dios. Entre el discipulador y el discípulo se debe formar una relación de confianza mutua para crear la atmósfera apropiada para tocar asuntos muy personales en los cuales el discípulo necesita el consejo bíblico. Si esto no ocurre, será como un diálogo entre extraños, lo cual de ninguna manera logrará lo que se está buscando. Luego de orar y compartir es necesario enseñar. El discípulo necesita aprender al menos lo más básico de la vida cristiana. Entre lo más importante que el discípulo necesita aprender está lo que la Biblia enseña acerca de la salvación, lo que la Biblia enseña acerca de la seguridad de salvación, lo que la Biblia enseña acerca del bautismo en agua, lo que la Biblia enseña sobre la asistencia a las reuniones de la iglesia local, lo que la Biblia enseña acerca de ofrendar, lo que la Biblia enseña acerca de cómo enfrentar las tentaciones, lo que la Biblia enseña acerca de la oración, lo que la Biblia enseña acerca de cómo escoger nuestras amistades, lo que la Biblia enseña acerca de cómo tener un tiempo devocional diario, lo que la Biblia enseña acerca de testificar de Cristo a los incrédulos. Dependiendo de los casos se puede añadir a esta lista, lo que la Biblia enseña acerca del noviazgo, lo que la Biblia enseña acerca de la pureza sexual, lo que la Biblia enseña acerca de la función de los esposos y las esposas, etc. Todo esto deberá ser debidamente sustanciado por principios extraídos de la Biblia. En la actualidad existe abundante material de discipulado en forma impresa, de modo que no es imprescindible desarrollar este material. Recomiendo visitar las librerías cristianas de su localidad para investigar la disponibilidad de material sobre este asunto. ¿Cuánto dura el proceso de discipulado? Pues, depende de cada caso en particular. Hay ocasiones cuando un año de discipulado es suficiente. En otros casos puede ser más. En un sentido muy real, sin embargo, el proceso de discipulado prosigue mientras dura la vida en este mundo. Quizá no de una manera formal con reuniones semanales, pero sí, de una manera informal. Todos necesitamos aprender cada día nuevas cosas sobre cómo vivir la vida cristiana y es bueno aprovechar la sabiduría y la experiencia de hombres y mujeres de Dios.