Autor: cris

  • Noviazgo cuando los padre se oponen

    Una vez un joven me escribió pidiéndome le aconsejara en un difícil momento de su vida. Algunos años atrás había conocido a una hermana en la fe de quien se enamoró. Luego de hablar con ella y de ponerse de acuerdo, entre los dos para ser oficialmente enamorados, decidieron hablar con sus respectivos padres. Los padres de la joven no aprobaron la relación de enamoramiento, aduciendo que su hija debía primero terminar sus estudios universitarios. El joven entonces pensó que la falta de acuerdo de los padres de la joven se debía en realidad a un defecto físico que tiene y al hecho que no tiene un título universitario. Me preguntó si era opuesto a la voluntad de Dios que se casara con ella aun cuando los padres de ella no estaban de acuerdo. Entonces le referí estos prácticos consejos que ahora comparto con ustedes…

    Permítame comenzar señalando que el enamoramiento o noviazgo es algo en lo cual no solo interviene la voluntad de los enamorados o novios. Un enamoramiento que agrada a Dios, debe comenzar con la aprobación de Dios. Es decir que se deben respetar los principios bíblicos para el enamoramiento y se debe orar mucho para buscar la voluntad de Dios en cuanto a ello.

    Luego, es importante y necesario buscar el consejo de los ancianos o pastores de la iglesia. Estas personas han sido puestas por Dios en las iglesias locales para pastorear la grey. Es necesario por tanto pedir el consejo de ellos antes de entablar una relación de enamoramiento.

    Después es necesario pedir el consejo de los padres. Tanto del joven como de la joven. Si la voluntad de Dios parece ser que la relación prosiga y no hay oposición de los ancianos o pastores y tampoco de los padres, entonces recién allí se debe iniciar la relación de enamoramiento propiamente dicha.

    Usted debe saber que si Dios quiere que Usted se case con la joven de quien está enamorado, Dios mismo se encargará de que los ancianos o pastores apoyen la relación y que los padres tanto suyos como los de ella también apoyen la relación.

    En el caso de que los padres de la joven no estén de acuerdo con la relación, me daría la impresión que entonces Usted se ha apresurado al comenzar la relación de enamoramiento sin contar con la aprobación previa de los padres de ella. Esto traerá como consecuencia que la relación entre Ustedes dos no marche normalmente, porque tendrán que verse a escondidas de los padres de ella y lo peor, tendrán la conciencia manchada porque saben que están haciendo algo que no está bien del todo.

    Si los ancianos, pastores o los padres, no están de acuerdo, lo menos que Ustedes deberían hacer es postergar la relación de enamoramiento, hasta que Dios cambie el corazón y la mente de los ancianos de la iglesia o de los padres para apoyar la relación de enamoramiento. Si eso nunca pasa, entonces Ustedes ya tienen la respuesta de Dios sobre esa relación. Significará simplemente que eso no es la voluntad de Dios.

    En el supuesto de que los padres de la joven no aprobaran la relación de enamoramiento con Usted debido a algún defecto físico que Usted tenga o debido a que Usted no tiene un título universitario como ella, entonces le sugiero que con mucho tino y amor fraternal hable sobre eso con ellos. Quizá pueda hacerles notar que el valor de una persona no está dado por los rasgos físicos que posea ni por los títulos que se ostente. Recuerde el dicho: El hábito no hace al monje. El valor de la persona está dado por el carácter de la misma. Si Usted cultiva su carácter en el temor de Dios y es un hombre maduro en la fe y en la virtud cristiana, Usted es un hombre de gran valía. Trate de compartir este pensamiento con los padres de la joven.

    Por último quisiera referirme acerca de si será la voluntad de Dios que Usted se case con ella aún en contra de la voluntad los padres de ella. Yo tengo mis reservas en cuanto a esto. La Biblia enseña a honrar a los padres por medio de la obediencia. Si la joven vive con sus padres, es imprescindible que ella les obedezca en todo, sin importar la edad que tenga. Yo le aconsejaría que siga orando y esperando en Dios. Espere al menos hasta que la joven termine de estudiar para ver si mientras tanto el Señor cambia la mente de los padres de la joven para que apoyen la relación de enamoramiento con Usted. Ore mucho. Puede ser que el Señor tenga diferentes planes para Usted y para ella. Recuerde que los planes del Señor siempre serán los mejores planes. El hombre puede tener buenos planes, pero los mejores planes son siempre los del Señor.

  • Experiencia místicas enn la oración

    ¿Es verdad que cuando una persona ora fervientemente su mente se va del cerebro y explora conceptos en un abrir y cerrar de ojos?

    Debo confesar que tengo algo de dificultad en entender el verdadero sentido de esta consulta. Me atrevo a pensar que esta consulta tiene que ver con orar con una mente alerta u orar dejando que la mente, por así decirlo, se vaya en un viaje extático. Si este es el sentido de la consulta, debo responder diciendo que en ningún lugar de la Biblia se alienta a practicar la oración en un estado de éxtasis o elevación espiritual. La oración que agrada a Dios es aquella que se ajusta a los principios bíblicos para la oración. En Efesios 6:18-19 dice:

    «Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica por todos los santos, y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio».

    Lejos de hacer una oración extática, el apóstol pablo instruye a orar con los cinco sentidos. Notamos al menos cuatro ingredientes en la oración.

    No. 1. La frecuencia: En todo tiempo. Esto significa sin cesar. La oración tiene que ser tan natural como la respiración.

    No. 2. La forma. Con toda oración y suplica en el Espíritu. Esto significa incluyendo pedidos inteligentes, previamente seleccionados y bajo la guía del Espíritu Santo.

    No. 3. La disposición. Velando en ello con toda perseverancia y suplica. Esto significa estando alerta a los indicios de una posible respuesta y siendo constante en lo que estamos pidiendo.

    No. 4. El contenido. Por todos los santos y por mí. Esto significa dando prioridad a los demás en nuestros pedidos de oración, en especial dando preferencia a aquellas peticiones que tienen que ver con el avance de la obra del Señor.

    En esencia diríamos entonces que cuando oramos, no debemos dejar que la mente se vaya del cerebro, sino que debemos orar con todos nuestros sentidos en máxima alerta, sabiendo por lo que oramos, y dispuestos a pedir según la voluntad del Espíritu Santo. El buscar con premeditación un estado de éxtasis al orar puede llevamos a extremos incontrolables en los cuales será del todo dudable que este en operación algún poder divino.

  • Holocausto judio

    ¿Esta profetizado en la Biblia la exterminación de los judíos en manos de los nazis?

    Si el término exterminación lo entendemos en el sentido de acabar alguna cosa en su totalidad, entonces los nazis no exterminaron a los judíos, porque a pesar de la terrible masacre que acabó con la vida de alrededor de seis millones de judíos, Dios preservó la vida de muchos de ellos, quienes fueron esparcidos por todo el mundo y a partir de quienes se ha vuelto a levantar la nación de Israel hasta llegar a lo que es ahora.

    ¿La masacre de los judíos en manos de los nazis está profetizada en la Biblia? Lo que yo puedo decirle es que aunque la Biblia no especifica que los judíos iban a sufrir en manos de los nazis y aunque tampoco especifica cuando iba a ocurrir esta terrible catástrofe, sin embargo, la Biblia profetizó que el pueblo de Israel iba a sufrir horrendo castigo si desobedecía a Dios. El capítulo 28 de Deuteronomio se da una lista detallada de todas las maldiciones que Jehová iba a traer sobre Israel en el caso de que Israel desobedezca a Dios. De entre todo lo que encontramos en ese capítulo observamos que se acerca mucho a lo que los judíos vivieron en manos de los nazis durante la segunda guerra mundial.

    «Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristezas de alma; y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día; y no tendrás seguridad de tu vida. Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! Y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.» Deuteronomio 28:64-67.

    Desdichadamente, Israel desobedeció a Dios, y en consecuencia, Dios entregó a la nación de Israel en manos de sus enemigos.

    Uno de los primeros resultados de este castigo de Dios fue que algunos judíos escaparon por su vida y se cumplió la palabra de Dios que Israel será esparcido por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo. Los esparcidos prosperaban por un tiempo y se multiplicaban, pero siempre tenían que vivir bajo la constante amenaza y el temor.

    Así se cumplió lo que también fue profetizado. La profecía dice que en el exilio, Israel tendrá su vida como algo que pende delante de sí y que no tendrá seguridad de su vida. Esto fue exactamente lo que pasó con Israel no solo bajo el dominio de los nazis, sino también bajo el dominio de los asirios, de los babilonios, de los griegos y de los romanos. Si bien es cierto que en la actualidad Israel tiene su territorio y su poder político, económico y militar, y parece que estuviera en prosperidad, sin embargo Israel tiene que dormir siempre con un ojo abierto porque está rodeada de enemigos muy poderosos que anhelan acabar con Israel. Es decir que Israel dista mucho de ser una isla de paz y armonía en la actualidad. Se cumple nuevamente la profecía de Deuteronomio.

    La gran pregunta es: ¿Hasta cuándo sufrirá Israel este castigo? pues hasta que Israel se arrepienta de su desobediencia y como nación acepte y reciba a Jesús como su Mesías y Salvador. La Biblia nos enseña que esto ocurrirá al final de la gran tribulación, justo cuando venga su Mesías, Jesucristo, por segunda vez. Entonces se cumplirá otra profecía que es citada por el apóstol pablo en Romanos 11:25-26:

    «porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que nos seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.»

    Hoy por hoy, y en realidad desde que desobedeció a Dios y fue entregada primero a los asirios, luego a los babilonios, luego a los medo-persas, después a los griegos, después a los romanos, etc., Israel ha estado bajo el dominio gentil. Pero está cercando el día cuando entrará la plenitud de los gentiles. Esto acontecerá al final de la gran tribulación y en ese momento, coincidente con la segunda venida de Cristo, Israel será salva y como nación recibirá a Jesucristo como su Rey, su Mesías y su Salvador.

  • Vestimenta en la mujer piadosa

    1ª Timoteo 2: 9-10 dice: «Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.» 

    El apóstol Pablo está describiendo aquí, la manera de vestirse de una mujer creyente en la Iglesia local. Dice que deben vestirse con ropa decorosa. Esto significa que la ropa debe ser bien dispuesta. Dice que deben vestirse con pudor. Esto significa evitar vestirse de una manera que traiga vergüenza hacia ella al dejar descubiertas partes íntimas de su cuerpo. Dice que debe vestirse con modestia. Esto significa vestirse con un sano juicio en la mente. La mujer debe evitar vestirse de una manera extravagante.

    Luego Pablo pasa a instruir sobre cuatro cosas que por ser costosas, la mujer que las usa corre el riesgo de ser el foco de atención para demostrar su opulencia.

    Estas cuatro cosas son los peinados ostentosos, el oro, las perlas y los vestidos costosos.

    Sin embargo cabe una aclaración. Pablo no está diciendo que la mujer no se peine, tampoco que no use cosas de oro, tampoco que no use joyas con perlas. Lo que está diciendo es que sea equilibrada en la forma de peinarse, equilibrada en las cosas de oro que usa, equilibrada en las cosas con perlas que usa, equilibrada en el costo de los vestidos que se pone.

    La razón para esto es muy simple. La mujer piadosa no debe atraer la atención de los demás hacia su cuerpo o hacia su fortuna, porque esto haría que la gente se fije en ella y no en Cristo durante las reuniones de la iglesia local. La mujer piadosa debe ser reconocida por sus buenas obras, mas no por su apariencia externa. Esto es lo que enseña este pasaje bíblico.

  • Maquillaje y aretes ¿Es permitido?

    Por qué en algunas denominaciones se prohíbe a las mujeres creyentes el uso de cadenas, aretes y maquillaje?

    Al contestar esta pregunta me limitaré simple y llanamente a lo que la Biblia dice. Al hacerlo, quiero dejar en claro que no es mi ánimo atacar, o peor juzgar a las denominaciones que practican esto último. Debo señalar a manera de introducción a mi respuesta que dentro de cada hijo de Dios existe una tendencia a querer mostrar a otros su santidad por medio de determinado tipo de conducta externa.

    Permítame ilustrar con un ejemplo lo que estoy diciendo. Conozco creyentes que afirman: Yo soy santo porque no veo televisión, o no voy al cine, o no hago esto o lo otro. Detrás de esta afirmación está el concepto que para ser santos es necesario hacer o dejar de hacer ciertas cosas. Pero la Biblia refuta este concepto. La Biblia dice que los creyentes somos santos por haber recibido a Cristo como nuestro Salvador; por cuanto su muerte y resurrección fue lo que logró hacernos santos.

    Colosenses 1:21-22 dice: «Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él». 

    En este pasaje bíblico queda claro que nuestra santidad no es el resultado de lo que hagamos o dejemos de hacer, sino de lo que Cristo ya hizo por nosotros en la cruz en el pasado. No es correcto entonces pensar que porque yo hago tal o cual cosa, o porque yo no hago esto o aquello, soy santo. ¿Significará esto entonces que yo puedo vivir como un pagano porque mi santidad no depende de lo que yo haga sea bueno o sea malo? Rotundamente no. Veamos lo que dice 1 de pedro 1:15-16.

    «Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo». 

    Los que somos santos por la obra de Cristo en la cruz, debemos vivir vidas santas. La vida en santidad es el resultado del carácter santo que nos dio Dios a los que verdaderamente estamos en Cristo. Porque soy santo, debo vivir en santidad, no al revés. No soy santo porque hago o dejo de hacer ciertas cosas. Mi santidad es por lo que Cristo hizo por mí en la cruz del Calvario. Con este antecedente entonces, no podemos decir que una hermana es santa porque no usa cadenas, o aretes o maquillaje.

    De la misma manera, tampoco podemos decir que una hermana no es sana porque usa cadenas, anillos o maquillaje. Es posible que por sus propias convicciones cierto creyente haya llegado a la conclusión que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje, pero este creyente no debe obligar a otros que también hagan lo mismo so pena de que si no lo hacen, sean tildados de carnales o inmaduros.

    En la época en que el apóstol pablo escribió el libro de Romanos, el problema no era tanto el usar o no cadenas, aretes, o maquillaje. El problema era comer o no cierto tipo de carne. Veamos la conclusión a la que llegó el apóstol en Romanos 14:2-4 donde dice:

    «Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quien eres, que juzgas al criado ajeno? para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.» 

    Aplicando este pasaje bíblico al asunto nuestro en particular diríamos que si una hermana ha decidido que puede usar cadenas, aretes o maquillaje, no debe despreciar al creyente que ha decidido que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje. Igualmente, si una hermana ha decidido que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje, no juzgue al creyente que usa cadenas, aretes o maquillaje. El apóstol pablo nos deja una advertencia sobre este asunto en Romanos 14:13 donde dice:

    «Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sin mas bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.» 

    Volviendo al tema de ¿por qué algunas denominaciones prohíben el uso de cadenas, aretes, maquillaje, por parte de las mujeres creyentes? Diríamos que probablemente se debe a un mal entendimiento de la manera como un creyente llega a ser santo y también probablemente porque quizá los líderes de esas denominaciones han adoptado esta conducta como una norma personal para ellos y erróneamente están obligando a otros creyentes a amoldarse a esas convicciones, so pena de catalogarles como inmaduros o carnales.

  • Pastor y su familia

    Si un pastor de una iglesia es un excelente predicador, pero tanto su esposa como sus hijos tienen un testimonio totalmente malo. ¿Será que el llamado de Dios al pastorado fue solo al esposo más no a su esposa e hijos?

    Cuando un hombre se casa con una mujer, Dios realiza un milagro. El milagro es que de dos personas, totalmente diferentes, un hombre y una mujer, Dios les hace uno. Esta unidad es monolítica e indivisible. Leamos lo que dice Génesis 2:24.

    «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.»

    Siendo una sola carne, una sola entidad, un solo organismo, etc. ni el esposo ni la esposa pueden hablar en términos de «mi dinero o mi casa, o mi automóvil, o mis hijos». Esposo y esposa son una sola carne y lo correcto sería hablar de «nuestro dinero o nuestra casa, o nuestro automóvil, o nuestros hijos».

    Igual trato debe recibir el llamado al pastorado. Si Dios ha llamado al esposo al pastorado, ese llamado es también para la esposa. El esposo por tanto no podría decir: Yo he sido llamado al pastorado, no importa que mi esposa no me apoye. Si Dios pone en el corazón de un esposo el involucrarse en la obra del Señor a tiempo completo, el esposo debería tratar con amor y tino este asunto con su esposa para indagar si su esposa está también de acuerdo. Si la esposa se opone a que el esposo sirva al Señor a tiempo completo, entonces lo prudente sería esperar hasta que Dios cambie la mente y el corazón de la esposa, porque los dos son una sola carne.

    Además de este razonamiento es necesario notar lo que dice la palabra de Dios con respecto a los requisitos que deben cumplir los que anhelan obispado o pastorado. En 1ª Timoteo 3:1-7, el apóstol Pablo dejó para la iglesia lo que se conoce como la lista de requisitos para los pastores. Consideremos específicamente los versículos 4 y 5 donde dice:

    «Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?». 

    En este pasaje bíblico vemos que uno de los requisitos para los pastores es saber gobernar bien su casa. Esto significa que el esposo es el líder del hogar y de una forma amorosa señala el camino por el cual siguen los otros miembros de la familia. El gobernar bien su casa implica también que el esposo es el proveedor para satisfacer las necesidades de su esposa e hijos. Es el esposo el que tiene la responsabilidad de satisfacer las necesidades espirituales, emocionales y físicas de la esposa y los hijos.

    Otro de los requisitos para los que quieren ser pastores es que sus hijos estén en sujeción con toda honestidad. Este requisito se aplica siempre y cuando los hijos estén viviendo bajo el mismo techo que los padres, y tiene que ver con la formación del carácter de los hijos. El amor del esposo acompañado por la disciplina debe producir el resultado de sumisión de los hijos en toda honestidad. En el versículo 5 se da la razón para este requisito, allí dice: «Pues el que no sabe gobernar su propia casa, donde hay pocas personas y todos ellos conocidos y menores que él, cómo va a pretender cuidar de la iglesia de Dios, donde hay más personas, con temperamentos muy diversos y algunos mayores que él».

    Es obvio que si un hombre no puede gobernar en una esfera pequeña, tampoco podrá gobernar en una esfera mucho más grande. Incidentalmente, en el versículo 5 podemos ver el verdadero trabajo de los pastores en la iglesia de Dios. Su función no es gobernar sino cuidar, el pastor no es un déspota, tampoco es un pusilánime, sino que es uno que cuida el pueblo de Dios como un pastor que cuida de su rebaño. El único otro lugar en el Nuevo Testamento donde se utiliza la expresión «cuidar de» es en la parábola del buen Samaritano de Lucas capítulo 10. El mismo cuidado amoroso y compasivo que mostró el samaritano hacia la víctima de los ladrones debe ser mostrado por los pastores a su grey.

    Ahora entonces surge la pregunta: ¿Qué hacer cuando un pastor no está gobernando bien su casa? ¿Debemos denunciarlo a la congregación? ¿Debemos pedirle que renuncie? ¿Debemos disciplinarle? A este respecto permítame sugerirle algunas ideas.

    La primera cosa que deberíamos hacer después de reconocer el problema de la falta de liderazgo en la familia por parte de un pastor, es ir a él y a solas confrontarle con el problema, manifestándole amor, respeto y la Escritura en la cual nos fundamentamos para confrontarle. En lugar de hablar con otros sobre el mal testimonio de la familia del pastor, debemos orar por él y luego ir a él para en amor buscar una restauración.

    Suponiendo que esto no trajera ningún resultado, entonces lo indicado sería compartir el problema con otro pastor de la misma iglesia o denominación para juntos intentar nuevamente la restauración de pastor caído.

    Si esto no trae el resultado deseado, entonces lo más aconsejado sería dejar el problema en las manos de los líderes de la iglesia, para que sean ellos quienes den los pasos necesarios para corregir la situación. Todo esto debe ser tratado con mucho amor, recordando que los pastores o ancianos somos seres humanos como cualquier otro miembro de la congregación.

    Debemos recordar que como seres humanos los pastores o ancianos también estamos propensos a caer, por esto necesitamos de mucha oración de parte de la congregación, para que no caigamos y nos mantengamos fieles al Señor, cuidando de la congregación.

    El acusar a un pastor o anciano, ante la iglesia es algo muy serio y por tanto debe ser hecho con testigos y en total dependencia del Espíritu Santo y la palabra de Dios. Es por esto que el mismo apóstol Pablo instruía a Timoteo lo que leemos en 1 Timoteo 5:19 donde dice: «Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos».

    Debido al hecho que los pastores o ancianos ocupan posiciones de responsabilidad en la iglesia, no es extraño que sean el blanco preferido del ataque de Satanás quien utiliza a los hermanos como instrumentos para lograr sus fines. Por eso es que Usted habrá visto que contra los pastores se levantan los hermanos para calumniar, criticar, murmurar, chismear, etc. Por esta razón, el Espíritu Santo ha dejado un preciso mandamiento acerca de como manejar las acusaciones contra los pastores o ancianos. El principio básicamente tiene que ver con no dar crédito a cualquier acusación de cualquier hermano en contra de los pastores o ancianos. Para que la acusación sea válida debe estar apoyada por dos o tres testigos a quienes conste la falta que supuestamente ha cometido el pastor o anciano.

    En resumen entonces, uno de los requisitos que debemos cumplir los pastores o ancianos es que debemos gobernar bien nuestra casa. Es decir que si la esposa o los hijos de un pastor que viven con él están dando un mal testimonio, esto significa que el pastor o anciano no está gobernando bien su casa y por tanto ha dejado de cumplir con los requisitos para ser anciano o pastor. Esto no significa que este pastor o anciano debe ser echado de su cargo inmediatamente. Lo que significa es que es necesario dar los pasos pertinentes para ayudar al pastor o anciano a reconocer y corregir el problema. Si esto no funciona entonces serán los otros pastores o ancianos de la iglesia quienes determinarán lo que sea adecuado.

  • Luto

    ¿Deben los creyentes usar ropa negra en señal de luto cuando muere otro creyente? 

    La costumbre de usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de algún ser querido, se origina en la costumbre oriental de vestirse de «saco de cilicio» para expresar el profundo dolor que experimentan las personas ante varias tragedias en general.

    Cuando Jacob se enteró de la supuesta muerte de José, según Génesis 37:34, dice que rasgó sus vestidos y puso cilicio sobres sus lomos y guardó luto por su hijo muchos días. El saco de cilicio es una expresión netamente hebraica pero ha encontrado cabida en muchas lenguas modernas.

    El cilicio era una tela rústica y de un color muy oscuro, porque estaba hecha de pelo de camello o de cabra. Con esta tela se confeccionaban sacos o costales y desde luego la vestidura rústica que la gente llevaba como única vestimenta o como un abrigo sobre su vestido, para indicar que estaban atravesando por un profundo dolor. De aquí viene la ropa negra del duelo en nuestro tiempo. Varios de los profetas se vistieron así, como es el caso de Isaías. Cuando pasaba el tiempo de duelo, y venían tiempos de regocijo, los que llevaban puestos sacos de cilicio se los quitaban y volvían a usar su vestimenta normal.

    En cuanto a si un creyente debe o no usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de otro creyente, esto cae dentro de la libertad que todos los hijos de Dios tenemos para hacer o dejar de hacer ciertas cosas.

    El Nuevo Testamento no ordena, ni condena el usar ropa negra en señal de luto. Sin embargo, para aquellos creyentes que han decidido usar ropa negra en señal de luto por la muerte de un ser querido, es necesario recalcar que si bien la muerte de otro creyente produce dolor, ese dolor es mitigado no por vestirse de negro, sino por saber que aquel que ha partido de este mundo está gozando de bendición eterna junto al Padre en el cielo.

    Recordemos que la muerte no es el fin de un creyente, sino solamente el callejón que tiene que pasar para entrar en el cielo. Este pensamiento me ha sido de gran ayuda para hallar consuelo cuando ha fallecido algún ser querido mío. Es comprensible el reaccionar emocionalmente por la partida de un ser querido quien es creyente, pero cuando esta reacción emocional se torna en algo descontrolado y prolongado es señal que la persona que así reacciona no entiende muy bien lo que la muerte significa para el creyente.

    Dicho en otras palabras, un creyente que está convencido que debe usar ropa negra en señal de duelo, pero que mantiene por un tiempo excesivamente prolongado esta costumbre, lo único que está afirmando es que Dios todavía no lo ha consolado porque el creyente por sí mismo se resiste a buscar el consuelo que Dios ofrece a cualquiera de sus hijos que está afligido.

    Note lo que dice 2 Corintios 1:3-4 «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.»

    Así que, el creyente tiene libertad para usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de otro creyente, pero cuidemos de no comunicar la idea que la muerte para el creyente es el final de todo.

    En los momentos de gran dolor es cuando los creyentes debemos establecer una diferencia bien marcada con los incrédulos, no reaccionando con desesperación como si la muerte fuera el fin de todo, sino actuando con sobriedad, sabiendo que vamos a volver a ver al ser querido que ha partido y sobre todo sabiendo que hay un Dios que está en control de todo y que ese Dios está listo para darnos el consuelo que necesitamos en esos momentos de dolor.

  • Yoga

    El yoga es el proceso por el cual una persona llega a unirse con Brahma, el concepto hindú de Dios.

    Este ejercicio es parte fundamental de un movimiento religioso, llamado Meditación Trascendental, fundado por Maharishi Mahesh Yogi, quien nació en la India alrededor de 1910.

    Se llama meditación porque los seguidores de Maharishi deben apartarse de sus ocupaciones dos veces cada día por veinte minutos para ocuparse en una técnica que, según ellos, está orientada a aliviar el estrés y a extraer el potencial total del individuo.

    Es trascendental porque los seguidores de Maharishi afirman que trascienden o van más allá del pensamiento común hasta llegar a lo que el Maharishi llama la fuente del pensamiento.

    Los líderes de Meditación Trascendental se esfuerzan por vender la idea de que Meditación Trascendental no es un movimiento religioso, pero en realidad lo es.

    Sus creencias son totalmente religiosas y desafortunadamente anti-cristianas.

    El cristianismo por ejemplo, cree que Dios es una persona, que tiene intelecto, voluntad y emociones, es decir que Dios conoce, Dios siente y Dios decide. Dios es el Todopoderoso y existe muy aparte de todo lo que él mismo ha creado porque Génesis 1:1 declara que en el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Pero Meditación Trascendental se basa en el concepto hindú de Dios, el cual es panteísta.

    El fundador de Meditación Trascendental habla de un Dios impersonal. Para él, todo es Dios y Dios es todo. No existe diferencia, según él, entre Dios, una persona, una silla o un tomate. Cuan contrario a lo que enseña la Biblia cuando afirma que existe una tremenda diferencia entre Dios creador y todo lo que él ha creado.

    Según Meditación Trascendental, el hombre es inherentemente bueno, por tanto el proceso de meditación, o el yoga, intenta traer a la superficie lo bueno que toda persona dispone en su ser. Pero la Biblia revela que el hombre es inherentemente malo. Observe como cataloga Dios al hombre en su estado natural. Romanos 3:23 dice: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»

    El ser humano es inherentemente malo, por eso necesita ser una nueva criatura para tener contacto con Dios. La maldad inherente en el corazón del hombre natural es claramente descrita en Romanos 3:10-14. Como está escrito: «No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura.»

    Esta es la condición de todo ser humano en su estado natural. No tiene ni pizca de algo bueno, pero los seguidores de Meditación Trascendental afirman lo contrario. ¿A quien va a Usted a creer? Para Meditación Trascendental se puede lograr la felicidad sin confrontar el problema de pecado. En cambio, la Biblia revela que el hombre nunca podrá ser feliz o tener gozo a menos que enfrente su problema de pecado y llegue a tener una relación vital con Dios por medio de Jesucristo.

    Según Meditación Trascendental, el hombre no tiene que dar cuenta de sus actos a Dios, porque Dios para ellos es un ser impersonal. Más aun, según los seguidores de Meditación Trascendental, en Dios se confunde lo bueno y lo malo. Pero los que creemos en lo que la Biblia enseña, sabemos que todo ser humano algún día va a dar cuenta a Dios de sus hechos. Los que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, hemos arreglado con Dios el problema de nuestros pecados y así nos hemos librado de ser condenados, pero los que rechazan a Cristo como Salvador serán condenados por Dios a causa de sus malas obras.

    Apocalipsis 20:11-15 dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó sus muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.»

    Queda claro entonces que según la Biblia el hombre es responsable ante Dios por sus hechos, lo cual es negado por Meditación Trascendental. Según la Biblia, la manera de ser salvos del castigo por nuestros pecados es recibiendo a Cristo como Salvador, pero para los seguidores de Meditación Trascendental no hay necesidad de salvación, porque no se consideran pecadores.

    Además los seguidores de Meditación Trascendental creen en la reencarnación, esto es que mediante un lento proceso de muerte y reencarnación en nuevas formas de vida, el hombre puede alcanzar gradualmente la perfección espiritual. Pero la Biblia dice que la vida presente, en tierra es la única oportunidad que el hombre tiene para arreglar sus cuentas con Dios.

    Hebreos 9:27 dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.»

    Después de la muerte del hombre incrédulo no le espera la reencarnación sino el juicio de Dios por sus pecados. Finalmente los seguidores de Meditación Trascendental sostienen que todas las religiones son de igual valor, pero la Biblia dice algo totalmente diferente.

    1ª Timoteo 2:5 dice: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.»

    No todos los caminos conducen al cielo. Hay solo un camino y ese camino es Jesucristo. En conclusión, el yoga es el ejercicio religioso de los seguidores de Meditación Trascendental. Este movimiento religioso es totalmente anti-bíblico.

    Meditación Trascendental es el viejo truco de Satanás pero con un título nuevo. Lo que Satanás siempre ha querido es que el hombre no piense que es pecador necesitado de salvación. Satanás quiere que el hombre piense que no tiene que dar cuenta a Dios de sus actos. Satanás quiere que el hombre no piense en que hay un infierno donde los que han rechazado a Cristo serán condenados por la eternidad. Satanás quiere que el hombre dependa de sí mimo, que encuentre las soluciones a sus propios problemas dentro de él mismo. Si Satanás tiene éxito en hacer pensar así a la gente está garantizando que un buen grupo de gente le acompañe en el infierno.

  • Sociabilidad en la iglesia

    ¿Cree Ud. que es necesario utilizar técnicas de sociabilidad para mantener unida una iglesia local o un grupo juvenil?

    Asumiendo que cuando Ud. habla de técnicas de sociabilidad se está refiriendo a actividades de índole social como paseos, reuniones deportivas, banquetes, etc.

    Yo no veo que exista algún conflicto entre estas actividades y lo que enseña la palabra de Dios. La iglesia local amigo oyente, debe se un lugar atractivo donde los creyentes se sientan a gusto y puedan con libertad invitar a sus amigos incrédulos. No es bíblico que en la iglesia local debe imperar un ambiente de funeraria. Dejemos ya de una vez por todas de comunicar la imagen que ser creyente es sinónimo de ser aburrido. Es por esto que por ejemplo, en las reuniones juveniles debería haber un ambiente tal que el incrédulo sea tentado a participar, pero si todos los jóvenes están con sus caras largas y solo dedicados a la meditación mística.

    ¿Qué incrédulo se va a interesar en formar parte de un grupo así? La iglesia local debería aprovechar cada oportunidad para ministrar a la totalidad del ser. El hombre no es solo espíritu para darle solo lo espiritual. El hombre también tiene necesidades emocionales y físicas y la iglesia local debe buscar maneras legítimas para satisfacer estas necesidades también.

    Por supuesto que los programas de la iglesia no deben estar orientados solamente a lo social. Recordemos que la función principal de la iglesia local no es entretener a la gente sino capacitar a la gente para que la gente se ocupe en la obra del Señor. Lo importante es tener un sano equilibrio entre lo social y lo espiritual.

  • Fe viva vs. fe muerta

    ¿Cómo puede una persona saber que es salva? 

    Una persona es salva cuando ha recibido por la fe a Cristo como su Salvador personal. Recibir a Cristo como mi Salvador personal, significa creer totalmente que Cristo murió en la cruz en mi lugar, para pagar el castigo que yo merezco porque yo soy un pecador. Recibir a Cristo como mi Salvador personal significa también creer que Cristo fue sepultado pero resucitó al tercer día y que hoy está vivo, ofreciendo vida eterna a todos los que en él creen. La diferencia entre estar condenado y ser salvo descansa sobre el hecho de creer o no creer en Jesucristo como Salvador.

    Juan 3:36 dice: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.» 

    Como vemos, la salvación viene por creer en una persona, mas no en un dogma de cualquier religión que sea. La salvación no es por ser Católico Romano o Evangélico o Mormón, o Testigo de Jehová o Musulmán, etc.

    La salvación es por creer en una persona. Esa persona es Cristo Jesús.

    Hoy en día existe mucha confusión en cuanto al significado de creer. Se piensa que creer es solamente un mero asentimiento intelectual; pero creer va más allá de lo intelectual. Creer es sinónimo de confiar plenamente. Una persona que cree en Cristo ha depositado totalmente su confianza en Cristo como su Salvador y por tanto ha renunciado totalmente a su religión o a sus obras como aquello que le otorga mérito para ser salvo.

    Una persona que cree en Cristo como Salvador depende única y exclusivamente de lo que Cristo ha hecho por él en la cruz del Calvario. Para creer en Cristo se necesita de fe.

    La fe que salva no es una fe ciega, sino que es una fe inteligente, cuyo objeto es la persona de Cristo. La fe que salva ha sido llamada una fe viva. Si existe una fe viva, entonces debe existir también una fe muerta.

    ¿Cómo se diferencia una fe viva de una fe muerta? pues por el fruto de la fe. La fe viva produce buenas obras. La fe muerta produce malas obras. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador y esa persona es sincera en su decisión de recibir a Cristo como Salvador, entonces es de esperarse que esa persona manifieste buenas obras que resultan de su fe viva. No estoy diciendo que las buenas obras producen salvación o que las buenas obras den seguridad de salvación. Lo que estoy diciendo es que las buenas obras son el resultado de la fe viva de una persona que es verdaderamente salva.

    Jesucristo decía: Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

    ¿Cómo puede Ud. saber si es salvo? La pregunta en realidad debería ser planteada así. ¿Ha recibido Ud. a Cristo como su Salvador? Si lo ha hecho, Ud. es salvo, si no lo ha hecho, Ud. está perdido. Si Ud. ha recibido a Cristo como su Salvador, y quiere Ud. saber si su fe es viva, entonces mire sus obras, mire su conducta diaria.

    Si sus obras son buenas, entonces Ud. debe ser un buen árbol cuyo buen fruto son sus buenas obras.

    Pero si sus obras son malas, si Ud. vive en pecado, entonces Ud. es un mal árbol. Su fe es muerta y aunque se llene la boca diciendo que Ud. es salvo, que Ud. ha recibido a Cristo como Salvador, en la realidad, Ud. no es salvo y Ud. jamás ha recibido a Cristo como Salvador. Sus malas obras le delatan.