Autor: cris

  • ¿Puede entregarse los diezmos a los ministerios cristianos?

    Bueno, por el hecho que, al menos en lo que a mí respecta, no encuentro un claro mandato en el Nuevo Testamento en el sentido que la iglesia debe diezmar, mi convicción personal es que la iglesia debe ofrendar con generosidad, no una fracción fija sino según haya prosperado, lo cual no impone límite alguno, pudiendo ser el 15 o 20 o 50 o 90 o hasta el 100%. Si bajo el antiguo pacto, la ley establecía que los Israelitas debían entregar dos diezmos completos por año y un tercer diezmo cada tres años, lo cual significa que por obligación tenían que dar al Señor al menos el 23.3% de sus ingresos cada año y eso sin tomar en cuenta las primicias y las ofrendas voluntarias. ¿Será que nosotros, la iglesia, estando bajo un nuevo pacto muchísimo mejor que el antiguo pacto deberíamos dar menos al Señor o algo de menor calidad? Absolutamente no. Esta es mi convicción personal, sin embargo, estoy plenamente conciente que muchos buenos hermanos en la fe, de cuya integridad moral y espiritual no tengo duda alguna, tienen una convicción diferente en cuanto al diezmo y piensan que el diezmo se aplica también a la iglesia. Acorde con mi forma de pensar, el Nuevo Testamento muestra que la ofrenda se da al Señor, con un múltiple propósito. Es para atender las necesidades de la iglesia local, como por ejemplo el sustento económico para los líderes que se dedican a predicar y enseñar. Note lo que dice 1 Timoteo 5:17-18 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

    ¿De dónde salen los fondos para que una iglesia local sostenga económicamente a los ancianos que gobiernan bien, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar? Pues debe ser de las ofrendas generosas que los hermanos entregan a la iglesia local. Es uno de los propósitos de la ofrenda. De este fondo también se atiende los gastos propios de la iglesia local como servicios de electricidad, agua, teléfono, gas y para los ministerios que realiza la iglesia local. Pero también el Nuevo Testamento dice que los creyentes debemos ayudar económicamente a los necesitados. El apóstol Pablo lo hizo y dejó para la posteridad las palabras que se encuentran en Hechos 20:33-35 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

    ¿De dónde salen los fondos para que un creyente ayude a los necesitados? Pues de la ofrenda que cada creyente ha designado para el Señor. Es otro de los propósitos de la ofrenda. Además, el Nuevo Testamento instruye que la iglesia local debe sostener económicamente a los misioneros de modo que puedan llevar el mensaje del evangelio a lejanas tierras. Pablo hizo una ardorosa defensa de esto en 1 Corintios 9:4-14. La Biblia dice: ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla.¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

    ¿De dónde salen los fondos para sostener económicamente a los misioneros? Pues de la ofrenda que los creyentes entregan al Señor. Aquí es justamente donde entran los ministerios cristianos. Una forma de hacer la obra de Dios es por medio de ministerios cristianos que se dedican a diversas actividades, algunos ministerios se especializan en los niños, otros en los jóvenes, otros enseñan la palabra de Dios usando medios masivos de comunicación, como es el caso de La Biblia Dice… otros se enfocan sobre los presos, otros se enfocan sobre grupos marginados y tantas otras cosas más. ¿De dónde salen los fondos para que estos ministerios puedan hacer la obra que el Señor les ha encomendado? Pues de las ofrendas que los creyentes entregan al Señor. El ministerio La Biblia Dice… lleva ya casi 40 años de existencia. ¿Cómo podría existir por tanto tiempo sin personas temerosas de Dios quienes nos sostienen económicamente por medio de entregarnos una parte de su ofrenda al Señor? Por supuesto que los creyentes deben ejercitar mucho discernimiento espiritual el momento de ofrendar a algún ministerio cristiano. Lamentablemente no todo ministerio cristiano es digno de recibir sus ofrendas. Antes de ofrendar a un ministerio cristiano, asegúrese de que sea un ministerio bíblico, un ministerio que honra al Señor Jesucristo, un ministerio que usa los fondos para cumplir con su propósito, no para llenar los bolsillos de sus líderes a pretexto que deben vivir como hijos del rey. En resumen amable oyente, las ofrendas son del Señor y nosotros los creyentes tenemos el privilegio de administrarlas sabiamente entregando una parte a la iglesia local, otra parte a los necesitados y otra parte a misioneros o ministerios cristianos. La proporción debe ser determinada bajo la dirección del Espíritu Santo.

  • ¿Los cristianos podemos colocar adornos navideños?

    He escuchado que los cristianos no debemos colocar en nuestra casa adornos navideños como el árbol, luces. ¿es verdad esto?

    Aprecio mucho su consulta. Todo depende de la actitud de cada persona, amiga oyente. Si una persona adornara su casa con un nacimiento navideño, por ejemplo, para inclinarse a él y rendirle adoración estaría errada, eso sería idolatría, y la Biblia condena la idolatría. La Biblia dice en Éxodo 20:3 “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Si lo hiciera como un medio para adorar a Dios o al Señor Jesús, también estaría mal, porque la Biblia prohíbe adorar a Dios por medio o a través de imágenes, cualquiera que sea, como el nacimiento navideño. Éxodo 20:4-6 dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

    Pero si una persona coloca un nacimiento navideño en su casa, sólo como un adorno de temporada, no estaría violando ningún principio bíblico. Lo mismo se aplica al popular árbol de navidad, y en general a cualquier objeto con el cual la gente decora su casa en el tiempo de navidad. Sin embargo de lo dicho, no podemos ignorar la realidad que existen hermanos en la fe, que piensan que todo objeto relacionado con navidad es malo. No importa si se trata del nacimiento navideño o el árbol de navidad, o papá noel o lo que fuere. Si alguien piensa así debería evitar adornar su casa con estos objetos para no herir su propia conciencia. Es más, debería ignorar la navidad. Pero lo cuestionable sería que obligue a otros creyentes a pensar como él y si no lo hacen tildarles de herejes, idólatras, paganos, o cualquier otro epíteto equivalente. En esto se aplicaría el pasaje bíblico que aparece en Romanos 14:1-7 donde dice: Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.

    Obviamente, el pasaje bíblico leído se refiere específicamente al asunto de comer de todo versus comer sólo legumbres. Pero los mismos principios se aplican a esto de colocar o no adornos navideños en una casa. Pablo aconseja que no debemos contender sobre opiniones.

  • Homosexualidad

    Un creyente dice que mantiene una lucha titánica con malos pensamientos de tipo homosexual. Sabe que esto es algo malo pero teme ceder a la tentación. Nos pide un consejo.

    Gracias por su consulta. En primer lugar, debo indicar que la homosexualidad no es una enfermedad o una condición innata, sino un pecado. 1Corintios 6:9-10 dice: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
    Si la homosexualidad fuera una enfermedad o una condición heredada o un desafortunado accidente genético, Dios sería injusto condenando a los afeminados y a los que se echan con varones. Por eso, Dios ofrece la oportunidad de perdón y restauración para los homosexuales. Entre los creyentes de la iglesia en Corinto había algunos que antes de ser creyentes fueron homosexuales, pero fueron perdonados y restaurados. 1 Corintios 6:11 dice: Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
    Por medio del Señor Jesucristo y por el Espíritu De nuestro Dios, los que eran homosexuales fueron lavados, santificados y justificados. Dios ama a los homosexuales, aunque odia la homosexualidad y por eso ofrece perdón de pecado y restauración total. En segundo lugar, amable oyente, entre las muchas manifestaciones de su vieja naturaleza o la carne, está justamente la homosexualidad. Por eso es que Usted está luchando contra esos pensamientos relacionados con la homosexualidad. Pero Usted debe saber que el momento que recibió a Cristo como su Salvador, su viejo hombre fue crucificado juntamente con Cristo y por eso Usted ya no está obligado a obedecer lo que su carne le pide hacer. Usted ha sido librado del poder de su carne o de su vieja naturaleza. Sólo es cuestión que se apropie de esta realidad espiritual. Mi consejo es que Usted llene su mente con la palabra de Dios, y automáticamente saldrán de su mente cualquier pensamiento hacia la homosexualidad. Note lo que dice Salmo 119:9 y 11 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
    Con guardar tu palabra. En mi corazón he guardado tus dichos,
    Para no pecar contra ti.
    Llene su mente de la Biblia, ore al Señor con frecuencia, sirva con dedicación en la iglesia, y verá como dejan de molestar esos pensamientos hacia la homosexualidad. Que Dios le de la victoria sobre sus malos pensamientos.

  • ¿Es cierto que el matrimonio en una iglesia católica romana es el único valido ante Dios?

    ¿Es cierto que el matrimonio en una iglesia católica romana es el único valido ante Dios y el Señor Jesucristo, porque la religión católica romana es la única verdadera?

    Bueno. Veo dos asuntos importantes en su consulta. Permítame tratar en primer lugar, esto de que la religión católica romana es la única verdadera. Si pidiéramos la opinión de algún seguidor de la religión mormona nos diría que la religión mormona es la única verdadera. Si pidiéramos la opinión de algún seguidor de la religión de los Testigos de Jehová, nos diría también que la religión de los Testigos de Jehová es la única verdadera. Lo mismo dirían los seguidores de todas las religiones en el mundo, las cuales se cuentan por miles. Es decir, amable oyente, que si bien no todos, pero la mayoría de los seguidores de una religión defienden su religión afirmando que es la única verdadera, y eso implica que todas las demás son falsas. Pero la Biblia dice algo diferente. Lo que dice es que la verdad no está en ninguna religión, cualquiera que sea, dice que la verdad está en una persona. Más aún, la verdad es una persona. Hablando del Señor Jesucristo, note lo que dijo Juan en su Evangelio. Juan 1:14 dice: Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

    Así es amable oyente, el Señor Jesucristo es lleno de gracia y de verdad. Juan prosigue afirmando que la verdad vino al mundo en la persona de Jesucristo. Observe lo que dice Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

    Queda claro entonces que la verdad no está en una religión, cualquiera que sea, sino en una persona y esa persona es el Señor Jesucristo. Por eso es que el Señor Jesucristo dijo lo que Juan recoge en su Evangelio en el capítulo 14 versículo 6: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

    El Señor Jesucristo es el camino, es la verdad y es la vida. No otra forma de llegar a Dios el Padre, sino por medio de Él. La religión, cualquiera que sea, no tiene poder para llevar a un hombre pecador a una relación personal con Dios Padre. El único que puede realizar esto es el Señor Jesucristo. De manera que si una persona tiene a Cristo como su Salvador, tiene la verdad, o está en la verdad. Si por contraste, una persona no tiene a Cristo como su Salvador, no tiene la verdad, o no está en la verdad, cualquiera sea la religión que practique. Cristo Jesús es la verdad, amigo oyente, no una religión. El libro de Apocalipsis dice que El Señor Jesucristo es el Verdadero. Apocalipsis 3:7 dice: Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

    La evidencia es concluyente en cuanto a que la verdad es una persona, no una religión. Esa persona es el Señor Jesucristo. Para que Usted, amable oyente tenga la verdad o esté en la verdad, necesita tener al Señor Jesucristo en su vida. Esto no resulta de someterse a algún rito de alguna religión, cualquiera que sea, sino que resulta de recibir por la fe al Señor Jesucristo como Salvador. Si todavía no ha tomado esta decisión debe hacerlo lo antes posible. Muy bien. Ahora vamos al segundo asunto. ¿Cuándo es válido un matrimonio? Pues, en la Biblia se ve al matrimonio como un compromiso, o un acuerdo o un pacto entre un hombre y una mujer quienes voluntariamente desean vivir el resto de sus días como esposos. En primer lugar, es un compromiso ante Dios. Cuando una pareja está segura que la voluntad de Dios es que vivan juntos como marido y mujer, deben presentarse ante Dios, los dos solos para comprometerse ante él a amarse el uno al otro, a respetarse el uno al otro, a ser fiel el uno al otro, a sacrificarse el uno por el otro hasta que la muerte o la venida del Señor los separe. En segundo lugar, el matrimonio es un compromiso ante las autoridades civiles. Dios ha puesto en cada país autoridades y una ley para que sea respetada tanto por las autoridades como por los que están bajo ellas. Cada país tiene sus propias autoridades y su propia ley. La pareja que desea casarse debe someterse a lo que determina la ley de su país. Este principio se sustenta en pasajes bíblicos como Romanos 13:1-2 donde dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

    De modo que para que su matrimonio sea válido, la pareja tiene que someterse a lo que las autoridades del país determinen. Esto se llama el matrimonio civil. Por último, en tercer lugar, el matrimonio es un compromiso ante los amigos, familiares y más relacionados de la pareja. Se trata de hacer saber a todos que a partir de determinado momento, una pareja que previamente ha hecho un compromiso ante Dios y un compromiso ante las autoridades civiles, comienza a vivir juntos, como marido y mujer bajo un mismo techo. El Señor Jesucristo participó en algo así en Caná, justamente donde hizo el primer milagro al cambiar el agua en vino. Esto significa amigo oyente que si una pareja se compromete ante Dios, ante las autoridades civiles y ante la sociedad, está legítimamente casada. Obviamente, algunas parejas prefieren hacer su compromiso ante Dios y ante la sociedad en algún templo, y con eso no hay problema, aunque igual hubiera sido el resultado si lo hicieran en una casa o en cualquier otro lugar que no sea un templo. Para la iglesia católico romana, el matrimonio es uno de los siete sacramentos y por eso demandan como requisito indispensable el matrimonio religioso en una capilla, y sin este requisito, la iglesia católico romana no considera legítimo un matrimonio.

  • Explicación de Mateo 7:15-23

    Por favor explíquenme a quienes se refiere ese pasaje bíblico del Nuevo Testamento que dice que muchos no podrán entrar al reino de los cielos a pesar que hicieron milagros y echaron fuera demonios. Jesús les dirá: Jamás les conocí. Esto me ha traído inseguridad porque si es así, ¿quiere decir que si uno ha aceptado a Jesús como Salvador es posible que al llegar al cielo no pueda entrar? Si fuera así sería fatal y muy poca gente se salvaría. Esto me ha traído un poco de miedo. Por favor quisiera que me diga quiénes serán exactamente las personas de quienes habla este pasaje bíblico. Por los milagros que hacen y los demonios que expulsan, estas personas estarán confiadas que Dios está con ellos, pero será terrible cuando Dios les diga que no los conoce. Necesito una explicación.

    No hay en absoluto razón para temer. Permítame explicarle de quiénes está hablando el pasaje bíblico citado por Usted. El texto se encuentra en Mateo 7:15-23. La Biblia dice: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

    El pasaje bíblico no se refiere a verdaderos creyentes, sino a falsos profetas, quienes, en un sentido metafórico, se visten como genuinos pastores de ovejas, pero en el fondo son lobos listos para devorar a las ovejas. A estos falsos profetas se les conoce por sus obras. Así como un mal árbol no da buen fruto y un buen árbol no da mal fruto, un falso profeta no hace buenas obras, sino malas obras. Es el fruto del falso profeta. Como consecuencia, al falso profeta le espera condenación eterna. A esto se refiere el texto cuando habla de ser cortado y echado en el fuego. El falso profeta es experto en el engaño. Cuando profetiza dice que habla a nombre del Señor. Inclusive utiliza poder satánico para hacer milagros y echar fuera demonios, y dice que lo hace a nombre del Señor. El falso profeta podrá engañar a mucha gente, inclusive a sí mismo, pero no puede engañar al Señor. Por eso el Señor dijo: Muchos me dirán en aquel día, se refiere al día cuando los incrédulos se presenten ante el juicio del gran trono blanco, Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? La respuesta del Señor será: Nuca os conocí. Esto significa que nunca hubo una relación personal, íntima con ellos, porque ellos jamás le recibieron como Salvador, sino que fingieron ser del Señor. Por este hecho tienen su merecido castigo. Apartaos de mí hacedores de maldad. Note como las obras de la persona indican si esa persona es del Señor o no es del Señor. Las malas obras de los falsos profetas hablaban a gritos que no eran del Señor. De manera que, amable oyente, no tenga temor sobre su salvación. Si Usted ha recibido a Cristo como Salvador, es salvo y su salvación está segura.

  • Destino eterno de un suicida

    El suicidio amigo oyente es contrario a la voluntad de Dios, porque el otorgar o quitar la vida es una prerrogativa de Dios. Hablando de Jehová, Dios, Deuteronomio 32:39 dice:

    Ved ahora que yo, yo soy,
    Y no hay dioses conmigo;
    Yo hago morir, y yo hago vivir;
    Yo hiero, y yo sano;
    Y no hay quien pueda librar de mi mano.

    Siendo algo contrario a la voluntad de Dios, el suicidio es pecado, porque en esencia el pecado es todo lo que no se ajusta a las normas de Dios. Aunque Dios ha dado a todo creyente el poder para vivir en santidad, sin embargo, es posible que un verdadero creyente peque, cuando en lugar de someterse al poder del Espíritu Santo, se somete al poder de su propia vieja naturaleza cuya tendencia incurable es hacia el pecado.

    Previendo esta posibilidad, Dios ha establecido la manera como un creyente puede remediar esta situación. Observe lo que dice 1 Juan 1:8 a 1 Juan 2:2. La Biblia dice: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

    Estas palabras no son para los incrédulos sino para los creyentes. Si un creyente genuino dice que no tiene pecado, se está engañando a sí mismo. Como es posible que un verdadero creyente peque, Dios ha determinado que para arreglar ese problema de pecado, el creyente debe confesar su pecado y en consecuencia, Dios quien es fiel y justo, perdonará y limpiará ese pecado. Si un creyente dice que nunca peca, está haciendo a Dios mentiroso, algo horrendo. Todo esto no es una licencia para pecar para el creyente, sino para que no peque, pero si algún verdadero creyente peca, tiene su abogado para con Dios el Padre. Su abogado es Jesucristo el justo, quien es la propiciación por el pecado, o quien satisface las demandas de Dios el Padre por el pecado. Ahora apliquemos todo esto al caso de la persona que en algún momento ha recibido a Cristo como su personal Salvador y algún tiempo más tarde se ha suicidado. La pregunta es ¿Cuál será el destino eterno de esta persona? Bueno, todo depende de si esta persona fue sincera en recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Si lo fue, la palabra infalible de Dios dice que esta persona es salva. Note lo que dice Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

    Por haber confiado en Cristo como Salvador, la persona que lo hace, tiene vida eterna, es salva, su destino eterno es el cielo. Pero si la persona no ha sido sincera en su decisión de recibir a Cristo como Salvador, si lo ha hecho sin saber lo que estaba haciendo, o para agradar a alguien, o de labios para afuera, entonces esta persona no es salva, y si muere físicamente en estas condiciones, recibirá el castigo eterno por su pecado. Tal vez Usted o alguno de nuestros amables oyentes se está preguntando en este punto: Pero ¿puede un verdadero creyente cometer suicidio? La respuesta, lamentablemente es sí, porque el suicidio es pecado, y como ya hemos demostrado, el creyente está en capacidad de cometer pecado, inclusive el suicidio, aunque insisto, la voluntad de Dios es que el creyente no peque. Lo que pasa amable oyente es que la salvación no depende de que un creyente deje de pecar. La salvación no es por obras, sino por la fe en la persona y obra del Señor Jesucristo cuando murió en la cruz. De igual manera, una vez que una persona llega a recibir a Cristo como Salvador, es salva y sigue siendo salva por la eternidad, no por dejar de pecar, sino por la fe en la persona y obra del Señor Jesucristo cuando murió en la cruz. Así que amable oyente, a las personas que le preguntan sobre el destino eterno de esa persona que habiendo sido creyente se ha suicidado, tal vez su respuesta podría ser algo como esto: Si esa persona fue realmente creyente, ahora está en el cielo, porque Dios le perdonó de todo su pecado, inclusive el suicidio, cuando esa persona recibió por la fe a Cristo como su personal Salvador. Todo esto amable oyente, no es para alentar el suicidio entre los creyentes, porque ya hemos dicho que el suicidio es pecado y mal podríamos alentar a los creyentes a pecar. El suicidio es una medida en extremo egoísta, porque supone que pondrá fin a una situación insoportable, pero al elevado precio del sufrimiento de todas las personas relacionadas con el suicida. El suicidio también es desconfiar en Dios. El que se suicida está diciendo a Dios: Tú no puedes hacer nada por mí. Tú no tienes poder para sostenerme en medio de mi problema y por eso prefiero tomar mi vida en mi propia mano. Desde cualquier punto de vista que se lo mire, el suicidio no resuelva nada, sino complica todo. Dios es más que suficiente para sostener a cualquiera de los suyos en las crisis más difíciles.

  • ¿Adónde va el alma de una persona cuando muere?

    Usted ha hecho una pregunta de trascendencia eterna. Antes de responder a su consulta, me gustaría hacer referencia al significado de la palabra muerte. La muerte en esencia significa separación. La Biblia habla por tanto de varios tipos de muerte. Nos habla de la muerte física. Cuando esto ocurre, se produce una separación entre la parte material del hombre, su cuerpo, y la parte inmaterial del hombre, su alma y espíritu. Santiago 2:26 dice que el cuerpo sin espíritu está muerto. Pero la Biblia nos habla también de otro tipo de muerte. Es la muerte espiritual. Todo ser humano viene a este mundo en esta condición. Esto significa estar separados de Dios. Romanos 3:23 lo pone muy en claro cuando dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” En su estado natural el hombre está destituido o separado de la gloria de Dios. Por eso decimos que el hombre en su estado natural está muerto espiritualmente. Además de la muerte física y la muerte espiritual, la Biblia nos habla de la muerte segunda o de la muerte eterna. Mientras la persona está viva en este mundo, tiene abierta la oportunidad de pasar del estado de muerte espiritual al estado de vida espiritual. Si la persona rehúsa recibir a Cristo como Salvador y muere en esas condiciones, entra a lo que la Biblia llama la muerte segunda o la muerte eterna. De esto nos habla Apocalipsis 21:8 donde dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” La muerte segunda y el lago de fuego son términos sinónimos. Apocalipsis 20:14 dice: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda” Estos términos se usan con referencia al estado eterno de los malos. Es “segunda”, entre comillas, con relación a la precedente muerte física de los perversos, quienes parten de este mundo en su incredulidad y rechazamiento de Dios; su estado es un estado de muerte perpetua, o lo que es lo mismo, muerte eterna. Muy bien, con todo esto en mente, podemos ahora hablar acerca de lo que pasa cuando muere físicamente una persona. A decir verdad, todo depende de la condición espiritual de esta persona. Consideremos en primer lugar lo que sucede con aquella persona que mientras estaba viva en este mundo recibió a Cristo como Salvador. Al morir físicamente, su cuerpo irá al sepulcro donde se volverá polvo, porque del polvo fue formado. Allí permanecerá hasta el momento de su resurrección cuando se levantará en gloria conforme a las promesas de Dios para los que somos creyentes. Pero ¿Qué pasará con su alma y espíritu? Bueno, para saberlo, podemos echar mano de textos como 2 Corintios 5:6-8 donde dice: “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” El alma y espíritu de un creyente puede morar en uno de dos lugares, o en el cuerpo mientras el creyente vive en este mundo, o con el Señor cuando el creyente sale de este mundo. Por eso decimos que el alma y espíritu de un creyente que muere, inmediatamente se encuentra con el Señor en el cielo. Esta es la esperanza que tenía Pablo. Escuche su testimonio según lo registra en la carta a los Filipenses capítulo 1, versículos 21-24: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.” Pablo sabía que al salir de este mundo, inmediatamente estaría con Cristo, lo cual, según sus propias palabras, es muchísimo mejor. Durante el tiempo entre la muerte del creyente y su resurrección, el alma y espíritu de ese creyente mora con Cristo en el cielo, sin la presencia del cuerpo. Después de la resurrección, el alma y espíritu del creyente morará con Cristo en el cielo con un cuerpo glorificado. Muy bien, ¿qué pasa en cambio con el incrédulo? Pues al morir, el cuerpo del incrédulo tiene el mismo destino que el cuerpo del creyente. Es decir que va a la tumba donde volverá al polvo porque del polvo fue tomado. Allí estará hasta el momento de la resurrección de los incrédulos. Esta resurrección ocurrirá unos mil años después de la resurrección de los creyentes muertos. En cuanto al alma y espíritu de los incrédulos es una historia muy diferente al compararla con lo que pasa con los creyentes. Para saberlo, debemos hacer referencia a la historia relatada por Jesús acerca del rico y de la Lázaro. Se encuentra en Lucas 16:19-31 donde dice: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos” Fascinante y aterradora historia real. Fascinante para los que mueren habiendo confiado en Cristo como Salvador, porque su destino inmediato es estar con Cristo en el cielo, según lo que señalamos anteriormente. Pero aterradora para los que mueren sin haber recibido a Cristo como Salvador. El destino inmediato de su alma y espíritu es un lugar llamado Hades. Varias características de este lugar se nos presenta en la historia leída. Primero, es un lugar de tormento en fuego. Segundo, es un lugar donde las almas y espíritus de los que allí moran están plenamente conscientes. El rico estaba consciente del tormento en el que se hallaba, estaba consciente de los bien que estaba Lázaro en el seno de Abraham y estaba consciente de su familia en la tierra. Tercero, es un lugar donde no existe más oportunidad de salvación. Los que están allí no pueden pasar al seno de Abraham. Qué lugar tan espantoso. Sin embargo, cuando llegue el momento de la resurrección de los incrédulos, este lugar será arrojado al lago de fuego. Mire lo que dice Apocalipsis 20:11-15. “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Esto ocurre al final del reino milenial de Cristo. Se lo conoce como el juicio del gran trono blanco. Los incrédulos muertos de todos los tiempos resucitarán y se presentarán ante este gran trono blanco. Allí escucharán el veredicto del Juez: Al lago de fuego. El lago de fuego es el lugar donde los incrédulos con cuerpos resucitados pasarán en tormento por la eternidad. Este lugar no fue creado para el hombre sino para el diablo y sus ángeles. Mateo 25:41 dice: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” Los hombres que terminen en el lago de fuego serán aquellos que voluntariamente han decidido ir a ese lugar. En esta historia tenemos a dos hombres. El uno era rico y jamás arregló su problema de pecado con Dos. El otro era pobre pero arregló su problema de pecado con Dios. También tenemos dos destinos una vez que murieron. El que arregló su problema de pecado con Dios fue a un lugar de bendición. El que no arregló su problema de pecado con Dios fue a un lugar de tormento en fuego. La pregunta que quiero hacerle es: ¿Cuál será el destino inmediato de su alma y espíritu? No olvide que todo depende lo que Usted haga hoy con Cristo Jesús. Si todavía no lo ha recibido como Salvador, hágalo hoy mismo y de una vez por todas Usted habrá decidido donde va a ir una vez que salga de este mundo. Si lo hace, comuníquese con nosotros porque queremos enviarle material gratuito para su crecimiento espiritual.

  • Me podrían explicar el origen de Papá Noel o Santa Claus.

    Con mucho gusto, un anciano de barba blanca, vestido de rojo, regordete y que siempre porta un gran saco es la perfecta descripción de Santa Claus, una figura que aunque está relacionada con la Navidad, y es esperado con gran expectación la noche del 24 de diciembre, nada tiene que ver con el cristianismo o el nacimiento de Jesús. Hay muchas leyendas sobre el nacimiento de esta figura tan característica ya de las Navidades. Una de las teorías cuenta que Papá Noel surge de una representación de la estación invernal con la figura de un anciano de barba blanca. Según este mito el “Abuelo Invierno” era obsequiado con multitud de regalos por los vikingos para que fuera compasivo, y cuando se fuese, partiera sin queja para dar paso a la nueva vida, es decir, a la primavera. Con la llegada del cristianismo y, siguiendo esta costumbre, los bretones le cambiaron el nombre por “Viejo Padre Navidad” e incluyeron la tradición de que un hombre del pueblo se disfrazara y se le ofreciera comida y bebida en abundancia para representar la tradición vikinga. Pasado el tiempo “Padre Invierno” y San Nicolás, un hombre sumamente rico nacido en Asia Menor, y que era extremadamente generoso con los más pobres, se confundieron. La figura de San Nicolás se transformó después en obispo, y más tarde en santo, al que los holandeses denominaron Sinter Klaas (San Nicolás), nombre con el que pasó en un primer momento a América. Con el tiempo Sinter Klaas se pasó a llamar Santa Claus, es decir: Papá Noel, en el Padre Invierno. La imagen de Papá Noel subido a un trineo tirado por renos tiene también su origen particular. Esta idea parte de Laponia donde se asociaba que con la llegada del invierno, para ellos, Padre Invierno, los renos bajaban en manadas desde las montañas hasta los valles donde la temperatura era menos fría. De este modo la imagen de Padre Invierno quedaba unida a la de la llegada de los renos. En 1824 el poeta norteamericano Clement Moore, conocedor de esa leyenda, añadió los renos a su famoso poema «Una visita de San Nicolás». Desde ese momento se hizo muy popular la imagen de Papá Noel montado en un trineo que volaba por los aires tirado por ocho renos, lo que sustituía una imagen del personaje a caballo. Además, Moore incluyó varios datos más en su poema y desde entonces, por ejemplo, ya no golpearía las puertas para dejar los regalos, sino que entraría sigilosamente por la chimenea. Como dato curioso se puede aludir que Robert May, en 1939, fue quien dibujó por primera vez a Rodolfo para un anuncio publicitario y, en 1949, Johny Marks compuso la canción Rodolfo, el “Reno de la roja nariz”. Cada cultura ha dotado a Santa Claus con una vestimenta y una imagen particular. Actualmente, la representación que conocemos de Santa Claus proviene de finales del siglo XIX, cuando el dibujante alemán Thomas Nast fue contratado por la revista Harper’s para ilustrar el famoso verso de Moore. Santa Claus apareció vestido de rojo y con su casa en el Polo Norte, en la que vivían junto a él pequeños duendes que le ayudaban en la fabricación de los juguetes. Esa imagen de Papá Noel se mantuvo hasta 1931, momento en el que la empresa Coca-Cola le encargo a Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast para campaña la publicitaria de la Navidad de ese año. Así se creo un Santa Claus más alto y rechoncho, con pelo cano, larga barba y bigote blancos, con aspecto de simpático y bonachón. Su sonrisa y su clásico «jo, jo, jo» pasaron a ser sus caracteres fundamentales. En cuanto a la vestimenta, su traje se hizo más llamativo: un pijama con un gorro, botas y cinturón, manteniendo los colores rojo y blanco, que son además los colores de la compañía. Es triste que esta figura opaca casi por completo la maravillosa verdad que el Hijo de Dios tomó forma humana naciendo en un humilde pesebre en Belén, lo cual es la esencia misma de la navidad.

  • El suicidio y el perdón De Dios

    Por favor quiero que me aclaren con citas bíblicas donde dice en las Escrituras que si uno ha aceptado al Señor como su salvador, es salvo, aun habiéndose suicidado. Porque si fuera así entonces cualquiera podría ir y aceptar al Señor y luego pegarse un balazo e irse para el cielo de inmediato, en otras palabras: si no me llevas, yo me voy de inmediato.

    Quitarse uno mismo la vida es contrario a la voluntad de Dios, porque la Biblia enseña que Dios es el único que tiene poder para otorgar y quitar la vida. 1 Samuel 2:6 dice: Jehová mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir.

    Si el suicidio es contrario a la voluntad de Dios, entonces es pecado, porque el pecado en esencia es todo aquello que no se ajusta a las normas de Dios. De manera que, amigo oyente, perfectamente podríamos replantear su consulta en el siguiente sentido. Quiero que me aclaren con citas bíblicas donde dice en las Escrituras que si uno ha aceptado al Señor como su Salvador, es salvo, aun habiendo pecado. Número uno, la Biblia es clara cuando dice que a pesar de ser salvo, existe la posibilidad no deseada que un verdadero creyente peque. Hablando a creyentes, 1 Juan 1:8 dice: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

    Justamente para arreglar este problema de la posibilidad no deseada de que un verdadero creyente peque, Dios ofrece al creyente el recurso de la confesión. 1 Juan 1:9 dice: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

    Número Dos, a pesar de saber que el verdadero creyente está en la capacidad de pecar, sin embargo, Dios garantiza salvación eterna. Son muchas las porciones bíblicas en la Escritura que confirman este hecho. Uno de esos pasajes bíblicos es Juan 10:27-30 donde dice: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.

    Hablando de los que somos de Cristo por medio de haberle recibido como Salvador, Cristo dijo: Y yo les doy vida eterna. No dice: Y yo les doy vida eterna si no pecan. En consecuencia, los creyentes no pereceremos jamás, a pesar de haber cometido pecado. Lo que pasa es que la muerte de Cristo fue suficiente para perdonar los pecados pasados, presentes y futuros del creyente. Por este motivo, el Señor Jesucristo dijo: Nadie las arrebatará de mi mano. También dijo: Nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Mayor seguridad no puede haber. Sería muy lamentable que un genuino creyente cometa suicidio, pero puede darse ese caso, y si fuera así ese creyente iría al cielo aunque perdería muchas recompensas, porque su salvación no depende de sus obras, sino de la fe en la persona y obra de Cristo Jesús cuando murió en la cruz por él.

  • ¿Se puede confiar en las personas o solamente en Dios?

    Quisiera que me oriente respecto al texto que aparece en el antiguo testamento, disculpe que haya olvidado la cita exacta, pero dice: maldito el hombre que confíe en el hombre ¿se trata de no confiar en las personas que nos rodean o tiene otro significado? Desde ya le estoy eternamente agradecido por su sabia respuesta.

    El pasaje que es materia de su consulta se encuentra en Jeremías 17:5-8. Allí leemos lo siguiente: Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

    El trasfondo de estos versículos fue el reiterado intento de Judá por obtener ayuda o apoyo de Egipto para defenderse contra Babilonia. Jeremías contrasta a una persona que experimenta falta de bendición, simbolizada por la retama en el desierto, la cual no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada, con otra persona que experimenta abundante bendición, simbolizada por el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. La diferencia está dada básicamente por la persona en quien se confía. Ya sea en el hombre para el caso de la falta de bendición, o ya sea en Jehová para el caso de la abundante bendición. A esto se refieren esas palabras: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová, pero bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Por haber puesto su confianza en el poder militar de Egipto, Judá estaba confiando en el hombre y poniendo a un lado a Jehová, como consecuencia Judá fue maldita, esto significa condenada a destrucción. Esto se cumplió porque los Babilonios conquistaron a Judá y lo llevaron en cautiverio. Si Judá hubiera confiado en Jehová, habría sido librado de caer en manos de Babilonia y habría recibido bendición. Lo que pasa es que siempre es más fácil para el hombre confiar en el hombre y el resultado siempre es desastroso. Que por la gracia de Dios, amigo oyente, su confianza esté siempre en la persona de Dios. Conozca más de él por medio de su palabra, la Biblia, cultive su comunión con él mediante la oración. No tome decisiones en su vida fundamentándose en lo que perciben sus sentidos, sino en la dirección que viene de Dios por medio de su palabra y la oración.