Qué tal si comenzamos por leer el texto en Mateo 2:23 para luego esbozar una explicación. Dice así: y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
El texto tiene que ver con el niño Jesús, su madre María y el esposo de ella, José. Después de algunos episodios por demás interesantes, la familia se estableció en Nazaret, una aldea nada importante en la Palestina de aquellos tiempos a unos 90 kilómetros al norte de Jerusalén. Nazaret era una aldea tan insignificante que su nombre no aparece en ningún lugar del Antiguo Testamento. Mateo ve en este hecho el cumplimiento de lo que fue dicho por los profetas, de que el Cristo, el Mesías, el Señor Jesús, habría de ser llamado nazareno. Esto ha servido para que muchos detractores de la Biblia afirmen que la Biblia contiene errores por cuando en ninguna parte del Antiguo Testamento aparece alguna profecía en el sentido de que el Cristo o el Mesías habría de ser llamado nazareno. ¿Cómo explicarlo? ¿Por qué es que Mateo asocia esto que Jesús era nazareno con profecías sobre el Mesías en el Antiguo Testamento? La razón es muy sencilla. Nazaret, el lugar donde habitó el Señor Jesús era un pueblo olvidado, insignificante y despreciado por la sociedad de su tiempo. La gente de aquella época, inclusive había acuñado un dicho: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Este dicho fue utilizado por Natanael cuando Felipe le habló de que había hallado al Cristo, el Señor Jesús. Note lo que dice Juan 1:45-46. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Joh 1:46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
Nazaret entonces comunicaba lo que no tiene importancia, lo insignificante, lo despreciable. Sin buscarlo, por haber vivido buena parte de su vida en ese pueblo, el Señor Jesús también proyectaba esa imagen, de alguien sin importancia, de alguien insignificante, de alguien despreciable. Pues a esto es a lo que se refirió Mateo cuando dijo que los profetas habían dicho que habría de ser llamado nazareno. Esto es, alguien despreciado. Uno de los profetas que dijo esto fue Isaías. Note lo que dice Isaías 53:2-3 hablando sobre el Cristo, el Mesías, el Señor Jesús. Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Isa 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Vistas así las cosas, se desvanece cualquier duda en cuanto a la veracidad de la Biblia. De modo que, amable oyente, el hecho que los profetas habían dicho que Jesús habría de ser llamado nazareno, no tiene nada que ver con lo que dice Juan 21-25, porque allí se hace referencia a que el Señor Jesús hizo muchas otras cosas que no están registradas en el evangelio de Juan y que si se escribiesen una por una, todas las cosas que hizo y dijo Jesús, Juan pensaba que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.
Autor: cris
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Los profetas dijeron que Jesús iba a ser llamado Nazareno (Mateo 2:23)
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Quisiera saber sobre la corriente llamada Nueva Era
Para responder a su inquietud, tomaré como referencia el artículo que bajo el título La Nueva Era, aparece en la revista “Sendas de Luz” No. 2-1996. Cerrar los ojos a una realidad tan evidente como el auge del movimiento de la Nueva Era, e ignorar sus métodos de infiltración en la sociedad, pondría a los creyentes en una posición de seres anacrónicos, que predican el Evangelio sin tomar en cuenta el mundo en el que viven. Es necesario por tanto desenmascarar este movimiento que va alcanzando proporciones gigantescas. Es necesario alertar al pueblo de Dios sobre los sutiles métodos de la Nueva Era para aglutinar adherentes, muchas veces sin saberlo, a través de emblemas adhesivos en vehículos, frases o figuras en la vestimenta, dibujos animados en la televisión, música, educación, etc. La Nueva Era, es en realidad un movimiento que tiene que ver con una cosmovisión o una filosofía de vida. Tiene caracteres religiosos y por eso es catalogada como una religión igual que todas las que existen en el mundo. El movimiento de la Nueva Era pretende establecer un nuevo estado de cosas, a través de la unificación política, económica y religiosa de todos los seres humanos del mundo. Trata de reemplazar la era astrológica del pez, el pez es símbolo del cristianismo, por la era astrológica de Acuario. Es decir, plantea un cambio total de los principios cristianos por otros principios. Esta sustitución de valores está simbolizada por el proceso de metamorfosis o transformación, que partiendo de la crisálida, que representa el estado actual del mundo, se convierte en mariposa, que representa el estado prometido por la Nueva Era, lo cual garantiza paz, seguridad y felicidad para la humanidad entera. Para que esto acontezca, es necesario acabar con los valores y principios cristianos y propiciar el surgimiento de un nuevo estilo de vida, diametralmente opuesto a las enseñanzas del Señor Jesucristo. La Nueva Era no tiene una ruta definida, sino que es un sincretismo de doctrinas y pensamientos, que son variantes de una ideología general. Por esta razón es difícil delinear este movimiento, ya que incluye dentro de sus filas una gran diversidad de prácticas e ideas. Por ejemplo, brujería medieval, movimientos “holísticos”, ufología (o todo lo que se relaciona con lo extra terrestre), prácticas de adivinación, ocultismo, movimientos ecológicos, movimientos místicos y esotéricos, elementos de Platón, Confucio, Buda, Zoroastro, medicina alternativa, pensamiento positivo, terapias de relajamiento, meditación trascendental, yoga, pacifismo, dieta de la nueva era, arquitectura de la nueva era, etc. El movimiento de la Nueva Era debe poner en estado de alerta a la iglesia de Jesucristo, porque se van sentando las bases para la unificación total, que es requisito indispensable para la manifestación del Anticristo. No es posible hablar de alguien como fundador de la Nueva Era. Si se mira al pasado se llegará a la conclusión que quien está detrás de todo lo que la Nueva Era impulsa no es otro sino el mismo Satanás. Es en realidad el viejo truco de Satanás con nuevo disfraz. No obstante, la Nueva Era como movimiento global, visible, palpable y definido surgió en el año 1875. Fue una rusa llamada Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, residente en Nueva York, quien al regresar de un viaje por la India, donde tuvo contacto con religiones y cultos paganos, recibió un mensaje directo de un “maestro cósmico quien le propuso un plan para la implantación de un nuevo orden mundial.” Este maestro cósmico no puede ser otro sino un espíritu maligno o un demonio, Dentro de ese plan se establecía que durante los primeros 100 años todo debería permanecer oculto, excepto para algunos iluminados como mediums, espiritistas y ocultistas. Posteriormente, la divulgación de la Nueva Era sería masiva con la finalidad de abarcar todos los aspectos de la vida cotidiana. La Nueva Era ha tenido adherentes importantes desde sus comienzos, entre ellos podemos citar a Helena Petrovna Blavatsky, quien podría ser la madrina del movimiento de la Nueva Era. Ella fue el canal humano usado por Satanás para el lanzamiento de la Nueva Era. Ella también fue instrumental en el comienzo o desarrollo de prácticas como meditación trascendental, zen, hare krishna, yoga, vegetarianismo, karma, reencarnación, etc. Otro prominente personaje de la Nueva Era es Alice Bailey, inglesa de nacimiento. Fue médium y es considerada una de las más importantes de la historia. Fue ella quien acuñó el término Nueva Era y llegó a establecer las bases del movimiento, transformándose en su engranaje principal. Bailey es considerada como la sumo sacerdotisa de la Nueva Era. Otro miembro ilustre fue Marilyn Ferguson, socióloga. En 1980 escribió un libro titulado: La Conspiración de Acuario, el cual es considerado por algunos como la Biblia de la Nueva Era. Este éxito literario analiza las transformaciones personales y sociales que se experimentarán en la Nueva Era. Y por supuesto, dentro de la Nueva Era está también la famosa actriz Shirley McLaine. Considerada la primera sacerdotisa. Su fama mundial le valió para transformarse en la principal difusora del movimiento. Ha escrito varios libros sobre sus experiencias esotéricas. Como hemos dicho, los rasgos de la Nueva Era están en todo el mundo. ¿Cómo identificarlos? Pues a través del lenguaje que usan sus adeptos y por algunos símbolos que son propios de la Nueva Era. En cuanto al lenguaje, la Nueva Era maneja tres palabras claves que lo identifican. El cosmos, que se refiere a todo lo que está relacionado con lo extraterrestre y los espíritus. Energía, que se refiere a la fuerza espiritual que fluye de la persona a medida que la persona va adquiriendo conciencia de su divinidad. Holismo, que se deriva de la palabra griega Holes que significa “total” En el sentido de algo unificado, entero. El movimiento puede adoptar diversos nombres como Nueva Era, Conspiración Acuariana, Era Acuariana, Nuevo Orden Mundial, Nuevo Orden Internacional, Nueva Conciencia. Para expresar la unificación de la humanidad usan términos como interdependencia, fraternidad universal, familia global, ciudadano del mundo, holístico, aldea global. Para describir la relación de los hombres con los espíritus usan palabras como: Canalización, canal, nivel de conciencia superior. Para nombrar a los espíritus con quienes establecen contactos usan palabras como: Maestros cósmicos, maestros universales, extraterrestres, espíritus cósmicos, espíritus guías. Para designar a su ser superior usan términos como: Lucifer, El Mayor, Absoluto, Gran Mente Universal, La Fuerza. Para designar al líder mundial usan palabras como: El Ungido, Instructor del Mundo. En cuanto a los símbolos propios de la Nueva Era, tenemos el arco iris, o una especie de puente que simboliza la unión entre los seres terrestres y los extraterrestres en el nuevo mundo. Luego la mariposa, símbolo de la nueva libertad de la Era Acuariana. El Ying-Yang, antiguo símbolo oriental que representa lo negativo y positivo. Simboliza el equilibrio de las energías cósmicas en sus dos polos opuestos. Lazo, representa la interdependencia global como una unificación de todos los sectores. Pirámide, utilizada como captadora de energía cósmica. Unicornio, significa la absoluta libertad en el campo sexual. ¿Cómo se infiltra la Nueva Era en la sociedad en general? Usa la música, de alto nivel artístico con acordes creativos y suaves que invitan a relajar la mente. La mayoría de los compositores usan el método de la canalización o trance para componer su música. La música tiene la finalidad de transmitir mensajes para facilitar contactos con espíritus y conseguir experiencias paranormales. Usa también el cine y la televisión con películas como La Guerra de las Estrellas, ET, Fantasma. Series de dibujos animados como Alf, Tortugas Ninjas, Pokemon, Dragon Ball, etc. También se mete en la política propiciando la unificación, la globalización, el fin de la guerra, eliminación de fronteras. Justo lo que hace falta para la manifestación del Anticristo. Echan mano de la educación con universidades holísticas, Congresos para enseñar el holismo, libros, boletines, casas editoras propias que publican sus libros. Se valen también de la medicina alternativa. Aquí han logrado muy buenos resultados. Sostienen que el hombre posee un cuerpo energético de donde provienen las enfermedades. El cuerpo energético tiene siete chakras o áreas. Sistema óseo, reproductivo, medular y digestivo, circulatorio, crecimiento, endocrino y nervioso. Según la enfermedad, se efectúa un tratamiento en la zona energética. La enfermedad es producto de la falta de energía en una chakra. Los tratamientos pueden ser, energizar a través de pirámides, acupuntura, flores de Bach, yoga, shiatsu, etc. La Nueva Era se ha infiltrado también en la ciencia, la psicología, el comercio, las empresas, en fin, en todas las ares de la vida humana. Para combatir la Nueva Era es necesario que hoy más que nunca la iglesia se aferre a la palabra de Dios y al Dios de la palabra.
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Según algunos datos de la historia secular, los condenados a muerte por crucifixión, tardaban hasta cuatro días en morir, ¿Cómo es posible que Jesús haya muerto en tan solo seis horas de tormento en la cruz?
No sé por qué, pero me da una sensación de que estamos tomando ligeramente lo que sucedió en la cruz. Hasta parece que existiría un deseo mórbido de que Jesús hubiera soportado más tiempo el mortal tormento de cruz. ¿Por qué soportó solo seis horas, si otros soportaron hasta cuatro días? Yo sé que su intención de ninguna manera es afirmar que fue muy poco lo que Jesús sufrió en la cruz, pero no olvidemos que todo lo que pasó en la cruz es tan sublime que mejor tratarlo con respeto y devoción. Hecha esta aclaración, permítame esbozar una explicación al por qué solo seis horas de sufrimiento atroz de nuestro amado Salvador en la cruz. En primer lugar, se debió al terrible castigo que Jesús tuvo que soportar antes de ser crucificado. Aun la misma noche que Jesús fue entregado, antes de que Judas lo venda por 30 piezas de plata, Jesús ya estuvo sufriendo lo indecible en alma y espíritu, lo cual se manifestó en lo físico. Note como lo registra Lucas en su Evangelio, capítulo 22 versículo 44. “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” Según los médicos, este fenómeno es muy raro, se llama hemohidrosis o hematohidrosis, y puede ocurrir en situaciones de extremo estrés o en personas con desórdenes sanguíneos. En el caso de Jesús, lo que produjo la hematohidrosis fue la indescriptible agonía de saber que estaba cerca el momento cuando el pecado del mundo iba a ser puesto sobre él. Una vez arrestado, Jesús sufrió el maltrato indescriptible de guardias del templo y soldados romanos. Una descripción bastante acertada del castigo que debió haber sufrido Jesús, apareció en una publicación del diario Hoy, de Quito, Ecuador en su edición del 4 de Abril del 2001. Dice así: Antes de ser crucificado, Jesús tuvo que soportar el flagelamiento. Para ello, se utilizaba un látigo pequeño con varias cuerdas de cuero tejidas de diferentes longitudes, en las que se incrustaban pequeñas cuentas de hierro y trozos de huesos de oveja, que se unían en forma alternada. Antes de azotarle, la víctima era desnudada y sus manos se ataban a un poste. Acto seguido, se flagelaba el dorso, los glúteos y las piernas. La severidad de los golpes dependía de la crueldad de los soldados, quienes trataban de debilitar a la víctima hasta provocar un estado cercano al colapso o muerte. A medida que los soldados golpeaban repetidamente la espalda de su víctima, las cuentas de hierro causaban profundas contusiones y la trenza de cuero cortaba la piel y el tejido subcutáneo. Entonces, mientras el flagelamiento continuaba, las laceraciones desgarraban los músculos causando gran pérdida sanguínea. El dolor y la pérdida de sangre generalmente ponían a la víctima en una etapa cercana al shock circulatorio. En el pretorio, Jesús fue azotado severamente. No se conoce sin embargo el número de latigazos, pero de acuerdo con la ley Hebrea de la época, probablemente fueron 39. Por lo tanto, incluso antes de la crucifixión, las condiciones físicas de Jesús estaban muy disminuidas. Luego vino la crucifixión en sí mismo. La crucifixión fue una práctica que probablemente empezó entre los persas, y los romanos la perfeccionaron como una forma de tortura. La víctima era atada a un poste vertical para mantener sus pies elevados sobre el suelo. Solo años más tarde fue en realidad una verdadera cruz, que estaba conformada por un palo vertical y una barra horizontal o patíbulo. Se ordenaba al mártir que cargue su propia cruz desde el poste de flagelamiento hasta el lugar de crucifixión. Debido a que el peso de la cruz era de alrededor de 300 libras, solo se cargaba la barra del patíbulo, la cual pesaba entre 75 a 125 libras, colocándola en el cuello desnudo de la víctima y balanceándola sobre sus hombros. En el lugar de la ejecución, y de acuerdo con la ley imperante, al mártir se le daba de beber un vino amargo mezclado con un analgésico suave. Jesús rehusó ingerir esta bebida. Después era arrojado al piso sobre su espalda con los brazos estirados a lo largo del patíbulo. Entonces se procedía a clavar las manos o se ataban a la barra de crucifixión. Los restos arqueológicos de un cuerpo crucificado que data del tiempo de Jesús, demostraron que los clavos con puntas de hierro tenían de 13 a 18 centímetros de largo y un diámetro de un centímetro. Después que se sujetaban los brazos del sentenciado en el patíbulo, el patíbulo y la víctima eran alzados sobre el poste vertical, entonces los pies también eran fijados en la barra, ya sea con clavos o atándolos con cuerdas. El tiempo que el sentenciado sobrevivía, variaba entre tres horas y cuatro días y tenía relación inversa con la severidad del flagelamiento. Sin embargo, si el castigo era relativamente suave, los soldados romanos apresuraban la muerte rompiéndoles las piernas por debajo de las rodillas. Hasta aquí la cita de este artículo, escrito por un doctor en medicina, especialista en cardiología. Ahora bien, según la profecía de Isaías, Jesús debía ser maltratado hasta quedar desfigurado. Note lo que dice Isaías 52:14 “Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” Esta profecía se cumplió totalmente. Jesús fue escupido, golpeado con puños y con varas, azotado y se le colocó una corona de espinas en su cabeza. Antes de ser clavado en la cruz, Jesús estaba al borde de la muerte. Esto explica que hicieron falta solo seis horas para que voluntariamente Jesús entregue el espíritu a su Padre. Pero además de este motivo de orden físico para que Jesús muera sobre la cruz en solo seis horas, existe en segundo lugar, un motivo no menos importante y que es de orden teológico o espiritual. Jesús es visto en la Biblia como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Como tal, Jesús debía ser sacrificado a Dios en expiación por el pecado del hombre. Este sacrificio no podía llevarse a cabo en cualquier día. Tenía que ocurrir el día preciso, en la fiesta judía llamada la Pascua. El día de la Pascua, las familias judías sacrificaban al cordero pascual, y lo comían asado con panes sin levadura y yerbas amargas, al anochecer de ese día. Esta fiesta era una permanente recordación de lo que sucedió en Egipto la noche que el ángel de Jehová salió a herir a los primogénitos. Si un hogar no quería que su primogénito sea muerto por el ángel de Jehová tenía que sacrificar un cordero, tomar la sangre derramada con un hisopo y rociar el dintel de la puerta con esa sangre. En un sentido simbólico, el cordero estaba siendo sacrificado en lugar del primogénito. El primogénito podía entonces conservar la vida, porque hubo alguien que murió en su lugar. Pues Jesús como Cordero de Dios, tomó el lugar de todo el pecador para recibir el castigo por el pecado. El castigo por el pecado es la muerte. Por eso murió Jesús. De modo que amigo oyente, Jesús debía ofrecerse a sí mismo en sacrificio a Dios por el pecado del hombre. Esto debía acontecer el día de la pascua. Un examen minucioso de los escritos proféticos y los eventos que ocurrieron en la así llamada semana de la pasión, mostrará que Jesús fue crucificado a las nueve de la mañana del día de la preparación de la Pascua, es decir, del día cuando se debía sacrificar el cordero pascual. Seis horas más tarde, esto es a las tres de la tarde del día de la preparación de la Pascua, murió Jesús en la cruz. Note como lo registra Lucas en el capítulo 23 de su Evangelio, versículos 50 a 55. “Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo. Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos, fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto nadie. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo.” Así que, amigo oyente Jesús murió a las tres de la tarde del día de la preparación de la pascua. Según el historiador Flavio Josefo, los judíos tenían la costumbre de sacrificar el cordero pascual a las tres de la tarde del día de la preparación de la pascua. Siendo así, Jesús como el Cordero de Dios, murió exactamente a las tres de la tarde del día de la preparación de la pascua, tomando el lugar de todo aquel que crea en él como Salvador. Estas dos razones explican por qué Jesús expiró solo después de seis horas de haber sido crucificado.
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Algunos médicos han hecho algún tipo de análisis de las causas, desde el punto de vista médico, que produjeron la muerte de Jesús en la cruz.
Me gustaría compartir con Usted el análisis médico de la muerte de Jesús, realizado por el Dr. Ricardo Hidalgo, tal como apareció en la revista Domingo, de fecha 8 de Abril del 2001, publicada por el diario Hoy de Quito, Ecuador. Dice así este doctor: Con el conocimiento de las prácticas de crucifixión y de algunos detalles anatómicos, se puede reconstruir algunos aspectos de la forma de ejecución por crucifixión. Cada herida aparentemente tenía la intención de producir una larga agonía y contribuir a la muerte de la víctima. Los azotes previos a la crucifixión debilitaban al mártir y si la hemorragia era considerable, se producía una hipotensión ortostática, o una pérdida de presión sanguínea y un shock hipovolémico. O el shock por la pérdida de volumen sanguíneo producido por alguna hemorragia. Cuando la víctima era lanzada hacia el piso sobre su espalda, en preparación para una transfixión de sus manos, o la acción de herir pasando de parte a parte, sus heridas de flagelación probablemente volvían a abrirse y se contaminaban en el suelo. Mas aún, en cada respiración, las heridas dolorosas del flagelamiento eran raspadas con el madero áspero en el que colgaba. Como resultado, la pérdida de sangre proveniente de la espalda seguramente continuaría durante la crucifixión. Con los brazos estirados pero no en forma tirante, las muñecas eran clavadas al patíbulo. Se ha demostrado que los ligamentos y los huesos de la muñeca pueden soportar el peso del cuerpo suspendido. En cuanto a los clavos de hierro, seguramente eran guiados entre el radio y los huesos del carpo, o entre las dos filas de huesos del carpo, ya sea próximos o a través del flexor retináculum y los ligamentos intercarpianos. A pesar de que el clavo podía pasar entre los elementos óseos y no producir ninguna fractura, posiblemente la herida perióstica era muy dolorosa, periostio es la membrana fibrosa adherida a los huesos, que sirve para su nutrición y renovación. Mas aún, el clavo podría cortar el nervio mediano, sensitivomotor, que al ser estimulado produciría descargas de dolor en ambos brazos. A pesar de que la lesión del nervio mediano provocaría una parálisis de una porción de la mano, las contracciones isquemáticas, por falta de circulación sanguínea adecuada, y el daño de varios ligamentos podrían provocar un desgarro. En cuanto a los pies, estos eran sujetados a través de unos clavos de hierro colocados entre el primero y segundo espacio intermetatarsiano, justamente cerca de la articulación tarsometatarsiana. Es lógico afirmar entonces que el nervio peróneo y las ramas medias y laterales de los nervios plantares podrían lesionarse con los clavos. A pesar que la flagelación pudo haber producido una considerable pérdida de sangre, la crucifixión más bien era un proceso de pérdida de poca sangre, ya que la mayoría de las arterias o el arco plantar profundo eran los lugares anatómicos favoritos de la transfixión, o el herir de un lado a otro con algo punzante. Hoy sabemos que el mayor efecto patofisiológico de la crucifixión es la interferencia con la respiración normal, particularmente con la exhalación. El peso del cuerpo tirando hacia abajo con los brazos abiertos tiende a colocar los músculos intercostales en un estado de inhalación y por ende obstaculiza una exhalación que es pasiva. De acuerdo con esto, la exhalación era primordialmente diafragmática, y la respiración se hacía muy superficial. Es habitual que esta forma de respiración no supla las necesidades de oxígeno, y como resultado se produzca una hipercarbia o un aumento de la concentración de anhídrido carbónico en la sangre. La presencia de calambres musculares, debido a la fatiga y a la hipercarbia, dificultaría la respiración aún más. Para una exhalación adecuada se precisa elevar el cuerpo utilizando como apoyo los pies, la flexión de los codos y hacer movimientos de aducción de los hombros. Sin embargo, esta maniobra coloca todo el peso del cuerpo sobre los huesos del tarso y producirían un dolor severo. Más aún, la flexión del codo causa la rotación de las muñecas alrededor de los clavos de hierro, provocando un dolor pronunciado a lo largo del nervio mediano. Levantar el cuerpo también sería una acción muy lacerante, ya que apoyaría la espalda sangrante en el poste de madera. Los dolores musculares y una parestesia, o sensación de adormecimiento u hormigueo, de los brazos se añadirían a la posición incómoda. Como resultado, cada esfuerzo para respirar sería más agobiante y llevaría a la asfixia. Como vemos, la causa de la muerte por crucifixión es entonces multifactorial, pero lo más importante quizá sean el shock hipovolémico, por la súbita pérdida del volumen sanguíneo, y la asfixia. Otros factores contribuyentes podrían ser la deshidratación, arritmias cardíacas producidas por el estrés y un fallo congestivo del corazón, con una acumulación rápida de líquido en la pleura y pericardio. La crucifractura, es decir la ruptura de las piernas por debajo de las rodillas podía acelerar la muerte por asfixia. Ya que los israelitas no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz después del ocaso, al empezar el Shabat, pidieron a Poncio Pilato que ordene su crucifractura para apresurar la muerte. Los soldados rompieron las piernas de los dos ladrones, pero cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, traspasaron su costado con una lanza de infantería y de la herida salió un fluido de sangre y agua. En relación con la muerte de Jesús, dos aspectos han sido la fuente de gran controversia, a saber: la naturaleza de las heridas en su costado y su muerte después de pocas horas en la cruz. El evangelio de Juan describe el repentino flujo de sangre y agua a través de la cortadura. Algunos autores han interpretado que el flujo de agua que salía de su costado, podía ser orina debido a una perforación en la línea media abdominal que logró traspasar la vejiga. Sin embargo, la palabra griega utilizada por Juan claramente denota la lateralidad e implica la ubicación en las costillas. Es por eso que, probablemente, la herida fue torácica, muy lejos del abdomen. A pesar de que el sitio de la herida no está señalado por Juan, tradicionalmente ha sido presentado en el costado derecho. Apoyando esta tradición también se ha postulado que probablemente se provocó la perforación de la pared de la aurícula derecha, o del ventrículo del mismo lado. Es por eso, que el agua posiblemente fue el líquido pleural o pericárdico, y pudo haber precedido a un sangrado profuso proveniente del ventrículo. La muerte de Jesús después de seis horas en la cruz sorprendió aun a Poncio Pilato. El hecho de que Jesús gritara en voz alta y luego dejara caer su cabeza y muriera, sugiere la posibilidad de una muerte súbita por rotura cardíaca o arritmia letal. En el momento de la crucifixión y de la flagelación, con una hipovolemia, o falta de volumen sanguíneo e hipoxemia, o falta de oxígeno en la sangre, concomitantes, y quizá con un estado de coagulación alterado, pudo provocarse un estado de hipercuagulabilidad con formación de trombos que embolizaron la circulación coronaria y produjeron un infarto agudo de miocardio transmural. Las vegetaciones valvulares trombóticas pueden desarrollarse bajo condiciones traumáticas agudas, y hoy sabemos que la rotura de la pared del ventrículo izquierdo también puede ocurrir en las primeras horas que siguen a un infarto masivo. En otro orden de cosas, también es probable que se produjera una arritmia cardíaca fatal. Entonces, permanece la incertidumbre de si la muerte de Jesús fue debido a una rotura cardíaca o a un fallo cardiorrespiratorio. Claramente se ve que el peso de la evidencia histórica y médica indica que Jesús murió antes de que le perforasen su costado, apoyando la visión tradicional de que lanza penetró entre sus costillas y atravesó probablemente no solo el pulmón derecho, sino también el pericardio y el corazón. Hasta aquí el escalofriante recuento de lo que pudo haber pasado con Jesús en la cruz, desde el punto de vista médico. La pregunta obligada es ¿Por qué? La respuesta aparece en la Biblia. Considere lo que dice Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Allí lo tiene amigo oyente. Jesucristo pasó por todo esto, que ha sido analizado desde el punto de vista médico, para que Usted y yo seamos librados del castigo por nuestro pecado. Cristo murió en lugar del pecador para que el pecador pueda ser perdonado. Todo fue por el amor que Dios tiene al pecador. Por amor, Jesús fue abandonado de su Padre para que su Padre pueda ampararnos a nosotros. Por amor, Jesús se hizo pecado para que nosotros podamos estar libres del pecado. Por amor, Jesús probó la muerte para que nosotros podamos tener vida. Qué grandioso es nuestro Dios y nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
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¿Qué es la doctrina del purgatorio? ¿Qué dice la Biblia sobre eso?
La doctrina del purgatorio es un dogma de fe de la iglesia Católico Romana, según la cual, aunque la muerte de Cristo hizo posible que los pecados fuesen perdonados, el pecador perdonado debe sufrir algún dolor o tormento, de intensidad y duración desconocidas, a fin de ser purificado y, por consiguiente, hecho apto para entrar en el cielo. Al explicar la doctrina del purgatorio, el Segundo Concilio Vaticano dice lo siguiente: La doctrina del purgatorio demuestra con claridad que aun cuando la culpa del pecado ha sido eliminada, la pena de ella o las consecuencias de la misma pueden permanecer y deben ser expiadas o limpiadas… En el purgatorio las almas de los que han muerto en la caridad de Dios y se han arrepentido verdaderamente, pero que no habían hecho satisfacción con la penitencia adecuada por sus pecados y omisiones, son limpiadas después de la muerte con castigos designados para purificar la deuda. Hasta aquí la explicación del Segundo Concilio Vaticano acerca del purgatorio. La doctrina del purgatorio, con el purgatorio como un lugar de purificación del alma después de la muerte, fue sugerida por el papa Gregorio el Grande en el año 593 DC. Había tal renuencia en aceptar esta doctrina en la iglesia, que fue recién en el Concilio de Florencia, en 1439, cuando fue aceptada como un dogma católico romano oficial. Es decir que hicieron falta casi 850 años para que la doctrina del purgatorio sea oficialmente aceptada por la iglesia católico romana. Su consulta tiene también que ver con qué dice la Biblia sobre la doctrina del purgatorio. Bueno, la Biblia refuta totalmente la mencionada doctrina por cuanto la obra de Cristo en la cruz a favor del pecador fue una obra perfecta y completa. Poco antes de expirar en la cruz, luego de seis horas de indescriptible suplicio, el Señor Jesús pronunció una de sus últimas frases. Note como lo registra el apóstol Juan en su Evangelio, capítulo 19 versículo 30: “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” La frase “Consumado es” es la traducción de una sola palabra griega, la palabra “tetelestai”, la cual tenía al menos tres significados para la gente de la época en la que Jesús murió. Tetelestai se usaba en el mundo de los negocios. Cuando una persona hacía un préstamo el deudor firmaba un documento legal por en el cual constaba el monto adeudado, la forma de pago y la fecha de vencimiento del pago. Cuando el deudor pagaba la deuda se estampaba un sello en el documento legal. El sello era la palabra “tetelestai”. De aquí, la palabra tetelestai significa deuda cancelada. Cuando desde la cruz, Jesús pronunció la palabra tetelestai estaba diciendo: La deuda por el pecado del hombre está totalmente cancelada. La doctrina del purgatorio atenta contra esta verdad insoslayable al pensar que el pago por el pecado efectuado por Cristo en la cruz no fue completo y el hombre necesita colaborar con algo mediante el castigo en el purgatorio. Pero la palabra tetelestai no solo se usaba en el mundo de los negocios sino también en el mundo del arte. Cuando un pintor daba la última pincelada a su obra de arte, ponía a un lado los utensilios para pintar y pronunciaba la palabra tetelestai. Con esto estaba diciendo: He terminado una obra de arte. La muerte de Cristo en la cruz fue por decirlo así, la última pincelada de la obra de arte de Dios para poder salvar al pecador. La doctrina del purgatorio niega esta verdad al dar lugar a pensar que la obra de Cristo en la cruz no completó el plan de Dios para la salvación del hombre y por eso el hombre también debe hacer su parte para poder ser salvo. Además de ser usada en el campo de los negocios y del arte, la palabra tetelestai también se usaba en el trato del esclavo con el amo. Cuando un amo pedía hacer algo a un esclavo y el esclavo cumplía al pie de la letra con lo que su amo había pedido, mirando a los ojos del amo, el esclavo decía: tetelestai. Con eso estaba afirmando que la obra se había cumplido a cabalidad. Cristo, como el siervo de Jehová vino a este mundo para hacer la obra sin igual de redimir al pecador. Él mismo dijo que había venido al mundo para buscar y salvar lo que se había perdido. La muerte en la cruz fue el episodio final de la obra de redención de Dios en Cristo. La obra fue cumplida a cabalidad. Cuando Jesús pronunció desde la cruz: Consumado es o tetelestai, estaba diciendo: No hace falta nada más para que el pecador que crea en mí sea salvo. La doctrina del purgatorio niega esta verdad al pensar que Jesús no cumplió a cabalidad con la obra que Dios le dio de salvar al pecador y por eso el hombre tiene que hacer al menos una parte de esa obra para poder entrar al cielo. De modo que, amiga oyente, Cristo efectuó el pago completo por el pecado del hombre en la cruz del calvario. Cristo terminó la obra de arte para que el pecador condenado se convierta en pecador redimido. Cristo cumplió a cabalidad con la obra que su Padre le dio para hacer y no hace falta nada más para que el pecador que cree en él sea inmediatamente salvo. Todo esto se hizo patente cuando Jesús, poco antes de morir dirigió palabras de esperanza a un ladrón que fue crucificado junto a él en el monte calvario. Cuando este ladrón dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino, Jesús no le dijo: De cierto te digo que tendrás que ir al purgatorio y cuando tu alma sea purificada estarás conmigo en el paraíso. Ponga mucha atención a lo que dijo Jesús a este ladrón arrepentido. Se encuentra en Lucas 23:43 “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” Como Usted podrá notar amigo oyente. Las palabras de Jesús no dan ni siquiera un leve indicio para pensar en la existencia de un lugar de purificación intermedio antes de ir al paraíso o al cielo. La esperanza viva que tenemos los creyentes es que tan pronto muramos, si hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, estaremos en el cielo. Observe lo que enseña el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:6-8 “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” El creyente puede estar solamente en uno de dos lugares. O en el cuerpo, mientras vive en este mundo, o en el cielo, cuando sale de este mundo. No existe en absoluto lugar intermedio como afirma la doctrina del purgatorio. Esto es lo que la Biblia enseña en cuanto a la doctrina del purgatorio.
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¿Existe alguna evidencia confiable, bien sea en la Biblia o fuera de ella, en cuanto a que el Apóstol Pedro fue el primer obispo de Roma?
La Biblia no provee de ninguna evidencia en cuanto a que el Apóstol Pedro fuera el primer obispo de Roma. Si Pedro hubiera sido el primer obispo de Roma, este hecho hubiera sido resaltado en la Epístola de Pablo a los Romanos, pero allí no se hace ninguna mención de Pedro. Más aún, al final de su carta a los Romanos, Pablo hace una larga lista de personas importantes en la iglesia de Roma a quienes envía saludos. Menciona por nombre a unas 28 personas pero Pedro no aparece por ningún lado. Sería rarísimo que viviendo Pedro en Roma no haya sido saludado por Pablo y más raro todavía que siendo Pedro obispo de Roma, no haya sido saludado por Pablo en la carta a los Romanos. El hecho es que por el testimonio de la Biblia no se puede afirmar de ninguna manera que Pedro hubiera sido primer obispo de Roma. Pero no es solamente la Biblia la que no apoya el hecho que Pedro fuera el primer obispo de Roma, sino también algunos personajes importantes de la naciente iglesia cristiana, conocidos como los padres de la iglesia. Por ejemplo, Ireneo, obispo de Lyons entre el año 178 y 200 DC proveyó una lista de los primeros 12 obispos de Roma. Según él, el primero fue Lino y el nombre de Pedro no aparece en la lista. Eusebio de Cesarea, el padre de la historia de la iglesia nunca menciona a Pedro como obispo de Roma. Simplemente dice que Pedro vino a Roma al final de sus días, y fue crucificado allí. En esencia entonces, ni la Biblia ni personajes importantes de la naciente iglesia cristiana afirman que el Apóstol Pedro hubiera sido el primer obispo de Roma.
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¿Cuáles son los orígenes de la Meditación Trascendental, sus principales postulados y su evaluación a la luz de la Biblia?
Gracias amigo por su consulta. Con mucho gusto compartiré con Usted la información que sobre Meditación Trascendental ofrece el Dr. Fernando D. Saravi en su libro titulado Invasión Desde Oriente, Los Peligros de Las Nuevas Filosofías Hinduistas. La Meditación Trascendental conocida también como Ciencia de la Inteligencia Creativa, se publicita como un ejercicio psicológico, no religioso, con base científica, destinado a aliviar el estrés, a traer paz al hombre interior, teniendo así un efecto positivo sobre la sociedad, y a capacitar al practicante avanzado para participar en la proyección astral, lo cual tiene que ver con que el alma abandone temporalmente el cuerpo, y la levitación. La Meditación Trascendental se originó con Malesh Prasad Warma, quien nació en 1911 en Allahabad, India. Tras licenciarse en Física, se hizo discípulo y amigo del famoso maestro Swami Brahmananda Saraswati Maharaj, más conocido como Gurú Dev. En 1959 Warma se estableció en Madrás, y empezó a hacerse llamar Maharishi Mahesh Y-o-g-i. Como en la India pululaban los Gurúes, el Maharishi, nombre que significa gran maestro, decidió buscar nuevos aires en Occidente. Tras algunos años sin mayor trascendencia en Londres, el Maharishi tuvo la inmensa fortuna de que George Harrison, y luego los demás miembros de la famosa banda de Los Beatles se interesen en sus enseñanzas. Iniciados en la Meditación Trascendental, los Beatles dieron público testimonio de ello, tanto en reportajes como en su producción musical. Su canción titulada Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, muestra una clara influencia Hinduista, tanto en la música como en la letra. Así los efluvios orientales en canciones como: Dentro de Ti, Sin Ti y Karma Instantáneo, envolvieron a millones de jóvenes fans. Pronto, artistas famosos como Mia Farrow, y otras personalidades de renombre, mostraron gran interés en las enseñanzas del Maharishi y la popularidad de éste creció enormemente. Empero, el éxito estuvo cerca de desaparecer con tanta celeridad como había llegado, cuando las volubles celebridades se cansaron de meditar y se marcharon en busca de otras ilusiones. Sin desalentarse, el Maharishi comenzó a realizar giras por Estados Unidos, donde dictó conferencias en diversas universidades, incluida la de Harvard. En 1968 el gurú anunció que abandonaría su ministerio público para dedicarse exclusivamente, en lo sucesivo, al entrenamiento de instructores en Meditación Trascendental. Desde entonces, se han formado varios miles de instructores, y el número total de los que practican la Meditación Trascendental es próximo al millón. En cuanto a sus beneficios, según el Maharishi, si el 1% de la población del mundo practicase la Meditación Trascendental, se acabarían las guerras, el hambre y el sufrimiento en el mundo. Según sus promotores, la Meditación Trascendental puede disminuir la ansiedad y el nerviosismo, aumentar la confianza propia, desarrollar la inteligencia y mejorar el rendimiento laboral y las relaciones sociales. Generalmente los candidatos son interesados a través de conferencias públicas gratuitas. Quines decidan aprender Meditación Trascendental deberán pagar el costo del curso y comprometerse a abstenerse de alcohol y drogas, meditar durante veinte minutos dos veces al día y firmar un contrato. En éste se establece que el aprendiz se abstendrá de enseñar la técnica por su cuenta, y que no revelará a nadie su mantra personal. Esta mantra, que se recibe en a iniciación es en un sentido estricto una palabra breve, para ayudar en la meditación. Se supone que el instructor escoge la mantra sobre una base estrictamente individual, según la personalidad del iniciado. Supuestamente, cada mantra es única y exclusiva para quien fue dada, y revelarla a un tercero haría que perdiese su eficacia, según el Maharishi. Los cursos de Meditación Trascendental cuestan varios cientos de dólares por persona, y constituyen una fuente de pingues ganancias. Por ejemplo, en el verano de 1979, tres mil estudiantes pagaron entre 800 y 3,000 dólares cada uno, por asistir a un curso dado en un gimnasio alquilado a la universidad de Massachussets. La ganancia bruta de este curso se estimó entre tres y cinco millones de dólares. El Maharishi obtiene igualmente muchísimo dinero por la venta de materiales y servicios a diversas empresas, un negocio de muchos millones de dólares anuales que ha enriquecido a su fundador, quien reside en la actualidad en Suiza. En cuanto a sus postulados, se distinguen al menos cuatro. Primero, el objetivo del hombre es su propia felicidad. El Maharishi enseña que la meta primordial del hombre es librarse del dolor y del sufrimiento, ya que tiene pleno derecho a la felicidad. Según palabras de Maharishi, el hijo del millonario no ha nacido para ser pobre, y que por tanto los hijos del Ser Grande, Todopoderoso y Misericordioso no pueden haber nacido para sufrir dolor tampoco. En su arremetida contra el sufrimiento, el Maharishi se ha atrevido incluso a negar los sufrimientos de Jesucristo. Esta enseñanza es radicalmente opuesta a la verdad bíblica, según las Escrituras, el objetivo principal del hombre es la reconciliación con Dios y la comunión con él, para gloria de Dios. La felicidad es un resultado o un subproducto de dicha actitud centrada en Dios. El sufrimiento es parte del proceso del creyente hacia la madurez. El sufrimiento de Cristo en la cruz no es una ilusión sino parte vital de su obra expiatoria por el pecado del hombre. Segundo, la felicidad se logra buscando en el interior de la persona. El Maharishi se basa en el concepto hinduista según el cual se concibe a Dios como un Absoluto impersonal, al cual hay que alcanzar por medio de la separación del alma autoconsciente de sus vehículos provisorios, el cuerpo y la mente. Consecuentemente con tal concepción, Maharishi afirma la noción del devenir universal, del cual hay que desembarazarse para poder fundirse con el Absoluto. Para alcanzar la liberación hay que cumplir con la ley del karma. El karma se debe pagar durante las vidas sucesivas del individuo en lo que se conoce como reencarnación. Todo esto es incompatible con lo que enseña la Biblia. El reino de Dios nos llega desde afuera, por gracia. El hombre no debe buscar a Dios dentro de sí, sino clamar a él para recibir su misericordiosa gracia. Ningún hombre puede decir: Yo soy Dios. La salvación es por gracia. Un regalo inmerecido. Donde rige la gracia no hay lugar para el karma y la reencarnación. Tercero. Las vibraciones de los que practican Meditación Trascendental pueden cambiar el mundo. Según el Maharishi, si tan solo el 1% de la población mundial practicara Meditación Trascendental, el efecto conjunto de sus vibraciones o buenas ondas bastarían para pacificar y transformar la tierra. Se trata de una noción mágica propia del hinduismo. Los cristianos por otra parte, confían en el poder de la oración, que es una actividad de comunicación inteligente con un Creador personal. Además, tal oración es solamente un aspecto de la vida cristiana; también hay un inescapable llamado al compromiso y la acción. Cuarto, la validez del sistema de castas. Entre otras concepciones clásicas del hinduismo que el Maharishi suscribe, está la justicia y conveniencia del sistema de castas. Esto es consistente con la creencia en el devenir cósmico y la justicia del karma; cada cual recibe lo que merecen sus hechos en su anterior vida. Según esta mentalidad, las castas son una respuesta adecuada a la necesaria división del trabajo en una sociedad organizada, y su abolición traería un caos social. Pero todo este asunto complejo e injusto de las castas es totalmente contrario a lo que enseña la Biblia, que propugna la igualdad y libertad, elementos importantes del evangelio de Cristo. En conclusión amable oyente, Toda doctrina auto redentora, que busca la divinización del hombre, que promete cierta sensación de poder y de control sobre las circunstancias y de suprimir la responsabilidad por los pecados, suele ser atractiva para las entenebrecidas mentes de los incrédulos. La Meditación Trascendental cae dentro de esto, pero en el fondo se trata solamente de otro esfuerzo del Enemigo para alejar a las personas de la verdad divina expresada en la Biblia, la palabra de Dios.
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Los mormones dicen que el hombre existe desde la eternidad pasada, eso es ¿verdad?
Gracias por su consulta amigo. Efectivamente los Mormones sostienen que el alma del hombre existe desde la eternidad pasada y toma un cuerpo al nacer en este mundo. Note lo que afirma el fundador de los Mormones, José Smith, en el libro que se llama “Progreso del Hombre” Dice así: El hombre es un espíritu revestido con un tabernáculo; su parte inteligente nunca fue creada ni hecha, sino que existió eternamente; el hombre también estaba en el principio con Dios. ¿Qué le parece amable oyente? Hablando también del hombre, John Widtsoe afirma: Existía antes de venir a la tierra. Estaba con Dios en el principio. El destino del hombre es divino. El hombre es un ser eterno. Él también es desde la eternidad y hasta la eternidad. De modo que, amiga, amigo oyente, efectivamente, para los mormones el hombre es un alma preexistente que toma cu cuerpo al nacer en este mundo. Pero ¿qué dice la Biblia? Y esto es lo que su hijo pudo haber mencionado a los mormones que le abordaron. Pues la Biblia dice que el hombre es un ser creado por Dios. Observe lo que dice Génesis 1:26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Algunos rebaten este texto bíblico diciendo que se refiere solo a la parte material del hombre, no a la parte inmaterial. Pero el texto afirma que tanto la parte inmaterial como la parte material fueron creados por Dios. Esto se confirma con textos como Zacarías 12:1 donde dice: “Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho” Queda claro entonces que el hombre en su totalidad es una obra creativa de Dios. Solo el Hijo de Dios, el Cristo, es preexistente y por tanto existe desde la eternidad y por la eternidad.
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Tengo un hijo y ahora deseo casarme, ¿debo hacerlo obligatoriamente con la madre de mi hijo?
Soy creyente desde hace algunos años atrás. Lamentablemente, me aparté del Señor y durante ese tiempo cometí algunos pecados que me han traído serias consecuencias. Uno de esos pecados fue la fornicación con una muchacha incrédula. Como consecuencia de ello, la muchacha quedó embarazada y dio a luz un niño. Yo, como padre he asumido toda la responsabilidad por ese niño. Hace un par de años atrás me reconcilié con el Señor y he vuelto a sus caminos. No sé si es de Dios, pero me ha entrado un deseo profundo de casarme. He compartido esto con algunos hermanos en la fe y me han dicho que si quiero casarme debo hacerlo con la muchacha con quien tuve mi hijo hace varios años. ¿Qué piensa Usted?
Bueno, muchos pensamientos vienen a la mente. Antes de nada, lo serio que es apartarse del Señor siendo creyente. Dios puede perdonar cualquier pecado cometido durante este tiempo, siempre y cuando se lo confiese y se aparte del mismo, pero es imposible evitar las consecuencias del pecado. Son como las cicatrices que quedan después que ha sanado una herida profunda. En su caso, la consecuencia de su pecado, es la criatura que vino al mundo como producto del embarazo no deseado de la muchacha con quien Usted cayó en fornicación. Al decir esto, no estoy atentando contra la dignidad de esta criatura. La criatura es inocente y está muy bien que Usted haga todo lo que esté a su alcance para proveer para las necesidades de esta criatura y para prodigar el amor de padre que todo hijo necesita. Sé que aún así, su hijo no tendrá todo lo que le hace falta para crecer en disciplina y amonestación del Señor, porque le falta la estructura de una familia en la cual el padre y la madre se ocupan de la crianza de ese niño. Esto es otra consecuencia del pecado cometido. Las consecuencias del pecado no afectan solo a los que cometen el pecado sino inclusive a personas inocentes del pecado cometido. ¿Qué culpa tiene su hijo para tener que crecer sin la presencia permanente de su padre y de su madre? ¿Qué tal si la madre del niño se casa con un hombre quien no puede tolerar al niño que ella tuvo de soltera? Ese pobre niño tendrá que vivir el permanente rechazo de su padrastro con serias consecuencias en su integridad espiritual, emocional y probablemente también física. Espero amable oyente que Usted clame al Señor en oración por el bienestar de su hijo. Aunque Usted no me lo ha dicho, yo me imagino que Usted habrá confesado al Señor su pecado. Si no lo ha hecho, debe hacerlo lo antes posible. Dígale al Señor que le ofendió gravemente por medio del pecado que cometió. No se auto justifique. No diga cosas como: Lo hice porque estaba débil espiritualmente, o lo hice porque ella me incitó, o lo hice porque me sentía solo, etc. No busque alguien o algo para echar la culpa de lo que hizo. Simplemente hable con Dios aceptando toda la culpa de lo que hizo. Si le es posible y con la discreción del caso, confiese su pecado también a la muchacha con quien cometió fornicación. Pídale perdón por haber aprovechado de ella. No importa si ella estuvo también dispuesta a cometer el pecado. El hecho es que Usted aprovechó de ella, y le ofendió gravemente. Asegúrese que ella entienda que fue su culpa. Bueno, gracias a Dios que Usted se ha reconciliado con el Señor y ahora está buscando agradar a Dios con su vida. Es en esta nueva etapa de su vida cuando Usted está pensando en casarse. Bueno, no hay nada de malo en eso. Sin embargo, si la voluntad del Señor es que Usted se case, Usted debe poner mucha atención al consejo de la palabra de Dios en cuanto a con quien debe casarse. Si bien es cierto que en la Biblia Usted no va a encontrar el nombre de la mujer con quien debe casarse, sin embargo, la Biblia le provee de los requisitos que debe cumplir la mujer con quien Usted se case. Estos requisitos son básicamente dos. El primero, debe ser una mujer creyente. Note lo que dice 2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas? El mandamiento es claro amigo oyente. No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. Usted es creyente y por tanto no debe enamorarse ni ponerse de novio, peor casarse con una mujer incrédula. Intentar hacerlo sería como pretender que la justicia se una con la injusticia, o como pretender que la luz se una con las tinieblas. Algo imposible desde todo punto de vista. Yo asumo que la muchacha con quien Usted cayó en pecado de fornicación y con quien procreó un hijo, sigue siendo incrédula. Siendo así, esta muchacha no cumple con el requisito primordial para que sea su novia y más tarde su esposa. Si esta muchacha fuera creyente, sería distinto. Por ser creyente estaría en posibilidad de llegar a ser su esposa, siempre y cuando el Señor guíe en esa dirección por supuesto. Yo no sé cuál es el razonamiento que han seguido las personas con quienes Usted ha hablado sobre esto, para afirmar que porque Usted tuvo un hijo con aquella muchacha sin estar casado con ella, Usted debe casarse con ella a pesar de ser incrédula. En las cosas del Señor no se arregla un pecado cometiendo otro pecado. Usted ya cometió el pecado de fornicación con esta muchacha incrédula, no cometa otro pecado sobre ese pecado al casarse en yugo desigual con ella. El segundo requisito de la mujer con quien Usted debe casarse, es que además de ser creyente, debe ser madura en la fe. La Biblia enseña que la esposa es la ayuda idónea del esposo. Pero si Usted se casa con una mujer que aun siendo creyente, sin embargo no tiene ningún interés por las cosas espirituales, pues una mujer así en lugar de se ayuda idónea para Usted será un peso idóneo para Usted y su matrimonio pasará por momentos difíciles. Conocidos los requisitos de la mujer con quien Usted debe casarse, es decir que sea creyente y que sea madura en la fe, Usted me dirá que existen muchas mujeres que Usted conoce y que cumplen con estos requisitos. Pues ahora viene su tarea para saber cual de esas candidatas es la elegida. No se guíe por lo que ve. Lo físico no es lo más importante. Lo físico es temporal y tiende a cambiar mucho con el paso del tiempo. Es mejor que se deje guiar por el Espíritu Santo. No es cuestión de misticismo ni de oír voces o tener visiones o de que a alguien Dios le revele con quien Usted debe casarse. Es mas bien cuestión de que Usted cultive su comunión personal con Dios en el estudio de la palabra de Dios y la oración, es cuestión de que clame a Dios para que Dios ponga en su camino la mujer a quien Usted va a hacer feliz. Si Usted es fiel al Señor y espera confiado en la gracia de Dios, Dios mismo se encargará de poner en su camino la mujer que Dios quiere que sea su esposa. Recuerde el dicho: Las cosas hechas en la voluntad de Dios y en el tiempo de Dios siempre contarán con la bendición de Dios.
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Si el bautismo en agua no es esencial para la salvación, ¿por qué entonces se exige que los creyentes deben bautizarse en agua?
Gracias por su consulta. Nada es esencial para la salvación aparte de la sola fe en la persona y obra del Señor Jesucristo. Recuerde amigo oyente que la salvación es por gracia, esto significa que es algo que el pecador no merece. Si añadimos requisitos, aparte de la sola fe en Cristo, para ser salvos, estamos haciendo que la salvación sea mérito de quien cumple con esos requisitos y esto destruye el concepto de la salvación por gracia. Ahora bien, una persona que sincera y voluntariamente ha confiado en Cristo como su Salvador, tendrá un deseo profundo de obedecer lo que su Salvador pida. Pues Cristo Jesús, en sus instrucciones a sus discípulos les dijo lo que tenemos en Mateo 28:19 donde leemos: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” La voluntad de Cristo es que los que le reciben sean bautizados. Para cumplir con esa voluntad es que los creyentes sinceros se bautizan en agua. A esto es necesario añadir que el bautismo en un verdadero creyente es también para imitar a su Salvador quien también fue bautizado en agua, y además para dar un testimonio público de la fe en Cristo Jesús como Salvador. No es que personas exigen a los creyentes que se bauticen en agua. Más bien es que los creyentes reconocen su deber de cumplir con la voluntad de su Salvador y proceden a bautizarse.