Autor: cris

  • ¿Cómo se debe entender el pasaje bíblico que se encuentra en Proverbios 17:19 donde dice: “El que ama la disputa, ama la transgresión; y el que abre demasiado la puerta busca su ruina”? ¿Qué significado tiene la expresión “el que abre demasiado la puerta busca su ruina”?

    Aprecio mucho su consulta. Siempre es un gozo responder consultas de personas apasionadas por el estudio de la Biblia. Permítame dar lectura al texto que es materia de su consulta. Se encuentra en Proverbios 17:19. La Biblia dice: El que ama la disputa, ama la transgresión;  Y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.

    Este es un proverbio que básicamente confronta a personas que tienen esa nada honrosa inclinación a propiciar disputas o peleas. Digamos las personas que se encienden igual de rápido que un fósforo ante cualquier provocación por mínima que sea. Personas así, aman la transgresión, en el sentido que se deleitan en ocasionar todo tipo de mal, como abuso verbal, abuso físico, y tantas otras cosas más. Pero su consulta apunta al significado de la segunda parte de este proverbio, donde dice: Y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.

    Pues, algunos lo han interpretado literalmente en el sentido que, por falta de tener cuidado en cuanto a quien entra a una casa se pone en riesgo esa casa. Sería como un consejo para no ser demasiado confiados y permitir que personas desconocidas entren a nuestra casa. Esto pondría en riesgo la seguridad de la casa por cuanto entre esas personas desconocidas podría infiltrarse algún delincuente. Esta interpretación tendría sentido, pero lamentablemente no es lo que está diciendo el texto. Otros lo han interpretado también literalmente en el sentido que, al construir una puerta demasiado grande, ancha y adornada en una casa, se está invitando a la ruina por cuanto los ladrones van a pensar que al atravesar esa lujosa puerta van a encontrar muchas riquezas. También tiene sentido, pero lamentablemente no es lo que está diciendo el texto. Entonces ¿qué es lo que está diciendo el texto? Pues, tomando en cuenta el contexto, notamos que tiene que ver con pecados de la lengua, con cosas que decimos con la boca. El que ama la disputa, o la pelea o la violencia verbal, ama la transgresión. De la misma manera, quien abre demasiado la boca y no pone cuidado en lo que dice, o habla sin pensar, o habla a gritos abriendo mucho la boca, está buscando su propia ruina. Es decir, que debemos entender la palabra “puerta” en un sentido figurado para indicar la boca. Así es como se lo toma en la Nueva Versión Internacional de la Biblia. Dice allí textualmente: El que abre mucho la boca, busca que se la rompan. En varias partes de la Biblia se habla acerca de los pecados de ese pequeño pero poderoso miembro de nuestros cuerpos que se ubica en la boca, me refiero a la lengua. Note lo que dice Santiago 3:5-8 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

    Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Cuidado con hablar sin pensar o con hablar insultando a gritos.

     

  • La consulta de hoy es de una persona incrédula que a causa de sus problemas económicos está pensando abandonar su casa. Pide un consejo.

    En primer lugar, me gustaría decirle que más que solución a los problemas económicos, necesita solución a los problemas espirituales. Su problema más importante es la falta de una relación con Dios por medio de la persona y obra del Señor Jesucristo. Por eso le sugiero que antes de ocuparse de su situación económica, se ocupe primeramente de su situación espiritual. La Biblia dice que está muerto espiritualmente, o, en otras palabras, está separado de Dios. Romanos 3:23 dice: por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios,

    Por estar separado de Dios o destituido de la gloria de Dios, está en peligro de recibir la consecuencia de esa triste realidad. Romanos 6:23 dice: Porque la paga del pecado es muerte,

    Si sale de este mundo sin haber recibido perdón de pecados, tendrá que pagar la consecuencia de su pecado, la muerte eterna, la separación eterna de Dios en un lugar de tormento en fuego llamado infierno. Hasta aquí las malas noticias. Pero las buenas noticias son que Dios ama al pecador y por ese amor envió a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. Juan 3:16 dice: Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.

    Por amor al pecador, y para que el pecador pueda librarse del castigo que merece, el Señor Jesucristo tomó el lugar del pecador para morir en lugar del pecador. Note lo que dice Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros,  en que siendo aún pecadores,  Cristo murió por nosotros.

    El Señor Jesús pagó todo lo que Usted debe a Dios por ser pecador. Para aprovechar esa obra del Señor Jesucristo, lo único que tiene que hacer es creer y manifestarlo por medio de recibir al Señor Jesucristo como su único y personal Salvador. Note lo que dice Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna;  pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,  sino que la ira de Dios está sobre él.

    Cuando reciba a Cristo como su Salvador, llegará a ser hijo de Dios, su pecado será perdonado y tendrá vida eterna. Le animo a tomar esta crucial decisión. Esto será el comienzo de una nueva vida. No estoy diciendo que sus problemas económicos se resolverán instantáneamente y que se transformará en un hombre acaudalado, pero tendrá un nuevo poder para manejar su vida con una nueva perspectiva, con una nueva esperanza. Ahora me gustaría referirme a esa idea de abandonar su hogar a causa de los problemas económicos. Una decisión así, es posible que haga su vida un poco más cómoda, pero ¿Qué será de los que queden en casa? Si la situación de todos, ahora que está en su casa, es desesperada, ¿cuánto más si abandona su casa? Mi consejo es que una vez que arregle su problema espiritual por medio de recibir a Cristo como Salvador, dependa de la guía y el poder de Dios, para en oración buscar alguna fuente de ingreso económico por más mínimo que sea, con lo cual pueda cubrir las necesidades de su casa.

     

  • La consulta de hoy es acerca de la Trinidad. Nos pide una explicación.

    Gracias por su consulta. El concepto teológico de la trinidad es más fácil enunciar que comprender. Significa que hay un solo Dios, pero en la unidad de la divina esencia hay tres personas coeternas e iguales en todo, de la misma sustancia, pero distintas en la subsistencia. Esto significa que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, pero no son tres dioses sino un solo Dios. El Antiguo Testamento no revela la trinidad, pero prepara su posterior revelación. Esto se nota en pasajes bíblicos del Antiguo Testamento que usan el plural Elohim y pronombres plurales al referirse a Dios. Un ejemplo de esto es Isaías 6:8 donde dice: Después oí la voz del Señor,  que decía:   ¿A quién enviaré,  y quién irá por nosotros?  Entonces respondí yo:  Heme aquí,  envíame a mí.

    Es Dios hablando, pero al referirse a sí mismo dice: Nosotros, no mí. ¿Quién irá por nosotros? No ¿quién irá por mí? La trinidad se revela totalmente en el Nuevo Testamento. Allí podemos ver que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Dios, pero no son tres dioses sino uno solo. Que el Padre es Dios queda claro en textos como Juan 6:27 donde dice: Trabajad,  no por la comida que perece,  sino por la comida que a vida eterna permanece,  la cual el Hijo del Hombre os dará;  porque a éste señaló Dios el Padre.

    Que el Hijo es Dios queda claro en textos como Hebreos 1:8 donde dice: Mas del Hijo dice:  Tu trono,  oh Dios,  por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

    Que el Espíritu Santo es Dios queda claro en textos como en Hechos 5:3-4 donde dice: Y dijo Pedro:  Ananías,  ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo,  y sustrajeses del precio de la heredad?  Reteniéndola,  ¿no se te quedaba a ti?  y vendida,  ¿no estaba en tu poder?  ¿Por qué pusiste esto en tu corazón?  No has mentido a los hombres,  sino a Dios.

    Aquí viene el concepto clave. El Nuevo Testamento dice que el Padre es Dios, que el Hijo es Dios y que el Espíritu Santo es Dios, sin embargo no son tres dioses sino uno, como aparece en Mateo 28:19 donde dice: Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo;

    Dios es uno, por eso se usa la forma singular “el nombre” no “los nombres” del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Cada persona de la trinidad tiene su función específica dentro de la deidad. En resumen, entonces, por trinidad de Dios se quiere decir que Él es uno en ser y sustancia, poseyendo tres distinciones personales que se nos revelan como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

     

  • Jesús dijo que Dios no es Dios de muertos sino de vivos. ¿Cómo puede ser esto, si Abraham, Isaac y Jacob habían muerto cuando Jesús pronunció estas palabras?

    Aprecio mucho su consulta. La declaración que ha motivado su consulta fue hecha por el Señor Jesús y ha sido registrada en todos los evangelios sinópticos, es decir en Mateo, Marcos y Lucas. Que tal si tomamos el texto en el Evangelio según Marcos para leerlo. Se encuentra en Marcos 12:24-27 donde dice: Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Pero respecto a que los muertos resucitan,  ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza,  diciendo:  Yo soy el Dios de Abraham,  el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos,  sino Dios de vivos;  así que vosotros mucho erráis.

    El contexto de este pasaje bíblico tiene que ver con el cuestionamiento que hacían al Señor Jesús, los saduceos, quienes negaban lo sobrenatural y dentro de ello, la resurrección de los muertos. Así que, en apoyo de la resurrección el Señor Jesús hizo una pregunta retórica: ¿No habéis leído en el libro de Moisés como le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Los saduceos deben haber estado asintiendo con la cabeza mientras escuchaban la pregunta de Jesúas, porque ellos sabían muy bien que en el libro escrito por Moisés, el libro de Éxodo, capítulo 3 versículo 6 dice lo siguiente: Y dijo:  Yo soy el Dios de tu padre,  Dios de Abraham,  Dios de Isaac,  y Dios de Jacob.  Entonces Moisés cubrió su rostro,  porque tuvo miedo de mirar a Dios.

    Los saduceos creían que solamente los escritos de Moisés son la palabra de Dios. La línea del razonamiento del Señor Jesús es la siguiente: En el momento que Dios habló a Moisés en la zarza en el desierto, tanto Abraham como su hijo Isaac y su nieto Jacob ya habían muerto físicamente hace mucho tiempo, sin embargo de ello, Dios se identificó a sí mismo como el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Sobre esto, los Saduceos lo sabían muy bien. Por el hecho que Dios no puede ser Dios de muertos, sino Dios de vivos, esto significa que Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob deben estar vivos, a pesar que sus restos mortales estaban en la tierra. Esto asegura que hay vida después de la muerte, no como pensaban los saduceos que la muerte era el fin de todo. La resurrección es un elemento fundamental de esa vida después de la muerte. Por ahora, desde el mismo momento que murieron físicamente, Abraham, Isaac y Jacob y muchos como ellos, están vivos en espíritu y alma en la presencia de Dios, pero día todavía futuro van a recibir sus cuerpos gloriosos resucitados.

     

  • ¿Qué alcance tiene la expresión que aparece en Apocalipsis y que hace referencia a que el que agregue o quite cosas de la Biblia le vendrán plagas y hasta será quitado su nombre del libro de la vida? ¿Caen en esta condenación las sectas falsas, que aunque creen en la salvación por fe y que Jesús es Dios, sin embargo discrepan en cuanto a cosas como el arrebatamiento? Bajo mi particular punto de vista son más bien errores de interpretación, los cuales también podemos cometer nosotros. Tanto ellos como nosotros, confiamos en que el Espíritu Santo nos guía para interpretar correctamente la palabra de Dios.

    Gracias por su consulta. El pasaje bíblico que declara lo que menciona en su consulta es Apocalipsis 22:18-19 donde dice: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro:  Si alguno añadiere a estas cosas,  Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.  Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,  Dios quitará su parte del libro de la vida,  y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

    En este pasaje bíblico, el Señor Jesús expresa su testimonio sobre la autoridad y la totalidad de la profecía. Todo lo que Dios quiso comunicar al hombre está en su Palabra, la Biblia. Si los hombres añaden algo a este libro de Apocalipsis, recibirán como castigo las plagas descritas en este libro. Puesto que los asuntos que aparecen en el libro de Apocalipsis están entretejidos a lo largo y ancho de toda la Biblia, este pasaje bíblico en realidad condena cualquier manipulación de la palabra de Dios. Un juicio similar se pronuncia sobre cualquiera que quite de las palabras del libro de la profecía. Esto no se aplica a diferencias menores de interpretación, sino a un deliberado ataque a la inspiración y totalidad de la Biblia. A la Biblia no le falta nada ni le sobra nada. El juicio para los que quiten palabras del libro de esta profecía es que Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Esto significa que esta persona nunca compartirá las bendiciones de los que tienen vida eterna. No se trata de una persona salva que pierde su salvación, sino de una persona incrédula que en su incredulidad se cree con derecho para quitar algo que Dios ha dicho en su palabra. De modo que, amable oyente, la advertencia en Apocalipsis 22:18-19 no se aplica a creyentes que tiene diferencias menores de interpretación de las Escrituras, como esto del arrebatamiento de la iglesia, si es antes de la tribulación, o después de la tribulación o a la mitad de la tribulación, sino a incrédulos que abiertamente añaden o quitan algo que Dios ha comunicado en las Escrituras para cumplir con sus propósitos. Los líderes y seguidores de algunas sectas falsas cometen esta grave falta.

     

  • ¿PODRÍA DESCRIBIRME EN FORMA CRONOLÓGICA LOS ACONTECIMIENTOS DESDE EL ARREBATAMIENTO HASTA EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO?

     

    Claro que sí. Será una descripción en extremo resumida por lo voluminoso del tema. Todo comienza con la venida del Señor Jesucristo a las nubes a llevar a su iglesia. Es un evento inminente. Podría ocurrir en cualquier momento. Se lo conoce como arrebatamiento. Los creyentes muertos resucitarán primero, luego los que estemos vivos seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos y todos juntos seremos sacados de este mundo para estar con el Señor Jesucristo para siempre. Esto lo tenemos en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:51-53. Una vez que estemos con nuestro Salvador en el cielo, tendrá lugar el tribunal de Cristo, donde se evaluará y se premiará las obras de los creyentes mientras estábamos vivos en este mundo. De esto nos habla 2 Corintios 5:10 y Romanos 14:10.

    También en el cielo tendrá lugar las Bodas del Cordero. Cristo Jesús el Cordero tomará a la Iglesia como su esposa. De esto nos habla Apocalipsis 19:7-9. Mientras todo esto ocurre en el cielo entre el Señor Jesucristo y la iglesia, en la tierra comenzarán los siete años de tribulación, tiempo en el cual Dios derramará su juicio sobre este mundo incrédulo por medio de tres series de siete juicios cada una, esto es, los juicios de los sellos, los juicios de las trompetas y los juicios de las copas. De esto nos habla Apocalipsis capítulo 6 a capítulo 18. Al final de la tribulación tendrá lugar la batalla de Armagedón, según Apocalipsis 16:13-16 y Apocalipsis 19:17-19. Simultáneamente tendrá lugar la segunda venida del Señor Jesucristo.

    De esto nos habla Apocalipsis 1:7 y Apocalipsis 19:11-16. Al final de la tribulación resucitarán los santos del Antiguo Testamento, según Isaías 26:19-21. Simultáneamente resucitarán los santos de la tribulación, según Apocalipsis 20:4. Tan pronto el Señor Jesucristo ponga sus pies en la tierra, tendrá lugar el juicio a Israel, según dice Mateo 24:42-45 y Ezequiel 20:33-38. Después de esto ocurrirá el juicio a las naciones gentiles, según Mateo 25:31-46. Los que paseen estos juicios, a Israel y a las naciones gentiles, serán solamente creyentes y ellos serán los que entrarán en calidad de súbditos al reino milenial de Cristo. Será un reino en el cual Cristo es el Rey y Jerusalén la capital del reino. Sobre esto nos habla Apocalipsis 20:1-3, Apocalipsis 5:10 y Apocalipsis 1:6. Durante el reino milenial, la iglesia morará no en la tierra sino en la Jerusalén celestial, conforme a lo que tenemos en Apocalipsis 21:9 a 22:5.

    Al final del reino milenial ocurrirán varios eventos simultáneamente. El reino será purificado según Apocalipsis 20:3 y 7-9, la creación también será purificada según 2 Pedro 3:10-13, habrá un juicio a Satanás y sus ángeles según Apocalipsis 20:10, 2 Pedro 2:4 y 1 Corintios 6:3. También tendrá lugar el juicio del gran trono blanco, donde serán evaluados y sentenciados según sus obras todos los incrédulos una vez que resuciten, según Apocalipsis 20:11-15. Finalmente, Dios creará cielos nuevos y tierra nueva, según Apocalipsis 21:1. Así se mantendrá por la eternida.

  • Apocalipsis 19:11-19 habla de una guerra y Apocalipsis 20:8-9 habla de otra guerra. Aparentemente una se libra antes del milenio, y la otra después del milenio. Mi pregunta es: ¿Es correcta esta interpretación? Si son dos guerras diferentes ¿cuál de las dos es Armagedón?

    En Apocalipsis 19:17-19 encontramos la descripción de una cruenta batalla. Será tan cruenta que un ángel hará una invitación a todas las aves del cielo para que vengan y se congreguen a lo que llamó la gran cena de Dios. Note lo que dice este pasaje de la Escritura: Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol,  y clamó a gran voz,  diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo:  Venid,  y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes,  y carnes de fuertes,  carnes de caballos y de sus jinetes,  y carnes de todos,  libres y esclavos,  pequeños y grandes.  Y vi a la bestia,  a los reyes de la tierra y a sus ejércitos,  reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo,  y contra su ejército.

    La mortandad será espantosa. Se trata de la última batalla de la guerra entre las fuerzas lideradas por el Anticristo contra el Rey de Reyes y Señor de Señores. Se la conoce como la batalla de Armagedón. La segunda venida de Cristo desatará esta cruenta batalla. Inmediatamente después se establecerá el reino milenial de Cristo en la tierra. Ahora echemos un vistazo a otra batalla. Se encuentra en Apocalipsis 20:7-9. Cuando los mil años se cumplan,  Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra,  a Gog y a Magog,  a fin de reunirlos para la batalla;  el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra,  y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada;  y de Dios descendió fuego del cielo,  y los consumió.

    Del texto se desprende que cronológicamente esta batalla ocurre al final del reino milenial de Cristo, es decir como mil años después de la batalla de Armagedón. El texto dice que Satanás va a ser suelto de su prisión y saldrá del abismo en el cual estaba confinado por mil años mientras tenía lugar el reino milenial. Al salir, hará lo que siempre ha hecho. Me refiero a engaña a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra. A Gog y a Magog, nombres de los ejércitos rebeldes liderados por Satanás al final del milenio. El resultado de la obra de engaño de Satanás dará un gran resultado porque reunirá a tanta gente como la arena del mar. Este ejército con Satanás al mando subirá sobre la anchura de la tierra y rodeará el campamento de los santos y la ciudad amada, la ciudad de Jerusalén, con claras intenciones de tomar esta ciudad donde reina el Señor Jesucristo. Será la última obra perversa de Satanás y sus aliados, porque descenderá fuego del cielo enviado de Dios y consumirá a los rebeldes y Satanás será arrojado por la eternidad al lago de fuego y azufre. De modo que la batalla de Armagedón ocurre al final de la tribulación o comienzo del milenio y la otra batalla, ocurre al final del milenio.

     

  • Según Apocalipsis 20:1-3 el diablo será atado y encadenado y arrojado en el abismo por 1000 años. Mi pregunta es: ¿Por qué Dios lo va a soltar, si luego lo a arrojar nuevamente al abismo? ¿Por qué no lo dejó definitivamente en el abismo la primera vez?

    Demos lectura a dos pasajes bíblicos. El primero se encuentra en Apocalipsis 20:1-3. La Biblia dice: Vi a un ángel que descendía del cielo,  con la llave del abismo,  y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón,  la serpiente antigua,  que es el diablo y Satanás,  y lo ató por mil años;  y lo arrojó al abismo,  y lo encerró,  y puso su sello sobre él,  para que no engañase más a las naciones,  hasta que fuesen cumplidos mil años;  y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

    Ahora leamos el texto en Apocalipsis 20:7-10. La Biblia dice: Cuando los mil años se cumplan,  Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra,  a Gog y a Magog,  a fin de reunirlos para la batalla;  el número de los cuales es como la arena del mar.  Y subieron sobre la anchura de la tierra,  y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada;  y de Dios descendió fuego del cielo,  y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,  donde estaban la bestia y el falso profeta;  y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

    Sobre la base de estos dos pasajes bíblicos, es claro que cuando el Señor Jesús venga por segunda vez, Satanás será atado y arrojado al abismo. Allí estará confinado por mil años. Durante esos mil años, sobre la tierra tendrá lugar lo que se llama el reino milenial de Cristo. Cristo Jesús en su gloria será el rey y sus súbditos serán los creyentes tanto judíos como gentiles que quedaron vivos en la tierra hasta el final de la tribulación. A partir de estos creyentes la tierra comenzará a repoblarse. El reino milenial estará caracterizado por la prosperidad, la santidad, el gozo. Satanás estará impedido de actuar. Pero lo triste y lamentable es que a pesar de lo maravilloso del reino milenial, y la ausencia total de influencia satánica, habrá muchos que se resistirán a adorar de corazón al Señor Jesucristo. Tal vez externamente lo hagan, pero su corazón estará lejos de Dios. Tanto es así que tan pronto Satanás sea suelto de su prisión y salga del abismo, hará lo que siempre hace, engañar a las naciones, Serán muchos los que sean engañados. Será en estas condiciones que Dios enviará fuego del cielo para consumir a los aliados de Satanás. En cuanto a Satanás o el diablo, será lanzado, esta vez, no a un abismo de donde se puede salir, sino al lago de fuego y azufre de donde no se puede salir jamás. ¿Por qué Satanás va a ser hecho prisionero por mil años y después liberado para volver a ser arrojado al lago de fuego? La respuesta es porque Satanás con su engaño es el instrumento utilizado por Dios para revelar la verdadera condición espiritual de la gente durante el milenio. Los que de labios para afuera adoraban a Cristo, seguirán el engaño de Satanás y serán consumidos con fuego del cielo.

     

  • “Libro de los Hechos de los Apóstoles” ¿Es cierta esta afirmación?

    La consulta para este día es la siguiente: Algunos cristianos hacen la fascinante, y hasta por demás increíble afirmación que el “Libro de los Hechos de los Apóstoles” nunca fue cerrado totalmente por Dios, sino que, muy por el contrario, aún continua escribiéndose, pero no en la tierra, sino en los cielos, y que cada cristiano aquí en la tierra escribe una nueva historia en las hermosas páginas de este libro sagrado. Esta teoría la sostienen en razón de que a lo largo de todo el Libro de los Hechos, casi no se hace mención a la palabra de AMÉN. ¿Es cierta esta afirmación? O es simplemente una fábula. Y de ser cierta ¿Existe alguna parte en las Sagradas Escrituras que haga referencia a esto?

    Gracias por su consulta. El libro de los Hechos es más de lo que comunica su título: Hechos de los Apóstoles. En realidad, el libro de Hechos de los Apóstoles registra la obra que hizo y sigue haciendo el Señor Jesucristo, edificando la iglesia, por medio del Espíritu Santo. Siendo así, mientras el Señor Jesucristo tarde, en venir a las nubes para llevar a su iglesia en lo que se llama el rapto o arrebatamiento, la iglesia sigue en crecimiento, por cuanto es un organismo vivo y el Señor mismo por medio de su Espíritu va añadiendo uno a uno a los que son salvos. De modo que, la vida de la iglesia no abarca solamente desde su nacimiento en el día de Pentecostés hasta que Pablo predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento por dos años enteros en una casa alquilada en Roma, conforme a lo que se relata en la última parte del último capítulo del libro, sino que continúa hasta ahora y continuará hasta que ocurra el rapto o arrebatamiento.

    Todo esto debe estar siendo registrado en algún lado, seguramente en el mismo cielo, para testimonio solemne a favor de la gracia de Dios para la eternidad. Los actores de esta historia ya no son los Apóstoles y tantos obreros que se citan por nombre en el libro de los Hechos, sino personas comunes y corrientes como Usted y yo, en quienes mora y sigue actuando el Espíritu Santo de Dios. Es muy interesante el final un tanto abrupto del libro de los Hechos y eso hace pensar que la historia no termina allí, sino que sigue con otros actores, con otras experiencias, con otras victorias, con otros obstáculos. Todos los creyentes somos parte de esta historia que todavía se está escribiendo.  Todo esto es un razonamiento lógico, coherente con los hechos, pero no existe en las Escrituras un texto que específicamente haga esta afirmación. Como bien señala en su consulta, la palabra Amén no aparece en ninguna parte del libro de Hechos. Esto no necesariamente denota que la historia no se ha terminado, pero ciertamente lo insinúa.

     

  • La consulta de hoy es de una persona que nos pide explicación sobre tres palabras que aparecen en la Biblia. Son las palabras sepulcro, hades e infierno

    En cuanto a la palabra sepulcro. En el Antiguo Testamento, la palabra sepulcro significa el lugar donde se coloca un cuerpo muerto, esto es, la tumba. En el Nuevo Testamento, la palabra sepulcro es la traducción de la palabra griega “táfos” que significa el lugar donde se coloca un cuerpo muerto, diríamos, la tumba. Sepulcro es también la traducción de la palabra “mnémeion de mnéma, que tiene el mismo significado, aunque resaltando el aspecto decorativo de la tumba. De manera que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, sepulcro se limita al lugar donde se coloca el cuerpo de una persona muerta.

    En cuanto a la palabra Hades, esta palabra es de uso exclusivo en el Nuevo Testamento. Es la transliteración de la palabra griega hádes y aparece diez veces en el Nuevo Testamento. Hades significa simplemente el mundo de los muertos, o el mundo invisible. Esta palabra tiene el mismo significado que la palabra hebrea Seol. De manera invariable, la Septuaginta traduce la palabra hebrea Seol por medio de la palabra griega hades. Tanto Hades como Seol no se refieren solamente al lugar donde se coloca el cuerpo de una persona muerta sino también la esfera o el mundo donde va el espíritu y alma de la persona muerta. El hades se revela como el lugar donde se encuentran los espíritus y almas de los seres humanos que han muerto, hasta el día de la resurrección. En cuanto al hades antes de la ascensión de Cristo, podemos decir que los pasajes donde la palabra ocurre hacen claro que el Hades se dividía antes en dos partes, una para los perdidos y otra para los salvos. La parte para los salvos se llamaba el paraíso o el seno de Abraham. Ambos nombres tienen su origen en el Talmud, pero Cristo utilizó estas palabras en la historia del rico y Lázaro. Los salvos o bienaventurados estaban con Abraham, eran conscientes de su estado y recibían consolación.

    El ladrón que se salvó en la cruz recibió la promesa de que iba a estar con Cristo en el paraíso aquel mismo día que murió. Los perdidos por contraste se hallaban separados de los salvos por una grande sima y atormentados en fuego. Muy bien, ahora en cuanto al infierno.  Esta palabra también es de uso exclusivo del Nuevo Testamento. Aparece 13 veces. Es la traducción de la palabra griega “geenna”, un lugar en el valle de Hinom, donde antiguamente se ofrecían sacrificios a ídolos y por tanto era un lugar inmundo, en el cual, en los tiempos de Cristo se arrojaba y se quemaba la basura de la ciudad de Jerusalén. El ambiente era sombrío, por el olor nauseabundo, el fuego y el humo. Esto era un cuadro o símbolo del castigo eterno en fuego. El Señor Jesucristo usó muchas veces esta palabra como la más solemne advertencia contra las consecuencias del pecado. El Señor Jesús describe al infierno como el lugar donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Esto en esencia constituye el lago de fuego, según aparece en Apocalipsis 19:20, 20:10, 14,15.

    El infierno por tanto es el lugar donde sufrirán pena de eterna condenación en fuego todos los seres humanos que no han recibido el perdón de sus pecados. Las personas que padezcan en el infierno lo harán en cuerpo, alma y espíritu, porque antes de ser lanzados a ese horrendo lugar, experimentarán lo que se conoce como la resurrección de los incrédulos.