Autor: cris

  • Muchos eruditos bíblicos sostienen que los Hijos de Dios de Génesis 6:1-4 fueron ángeles que tomaron forma humana y tuvieron relaciones sexuales con las hijas de los hombres de las cuales nacieron hijos. Si esto fuera así, resultaría que en la tierra han existido dos tipos de naturalezas, una de parte de Adán y otra de parte de los ángeles, esto resultaría en que no todos somos descendientes de Adán y por tanto ¿Cómo se explicaría la naturaleza pecaminosa trasmitida desde Adán hasta nuestros días, de lo cual nos hablan textos como Romanos 5:12?

    La interpretación que los hijos de Dios en Génesis 6:1-4 son ángeles caídos que tomaron forma humana, se sustenta en el hecho que la frase “hijos de Dios” se usa en el Antiguo Testamento exclusivamente para referirse a los ángeles, según se desprende de textos como Job 1:6, 2:1 y 38:7. Para refutar esta interpretación, normalmente se echa mano del texto en Marcos 12:25 donde dice: Porque cuando resuciten de los muertos,  ni se casarán ni se darán en casamiento,  sino serán como los ángeles que están en los cielos.

    Se argumenta entonces que los hijos de Dios en Génesis 6:1-4 no podrían ser ángeles caídos en forma humana, porque este texto dice que los ángeles no se casan ni se dan en casamiento. Pero lo que este texto en realidad está diciendo es simplemente que, en el cielo, no existen matrimonios ni entre ángeles, ni entre las personas que están allí. La evidencia de que ángeles en forma humana tienen la capacidad involucrarse en actividades sexuales con seres humanos se comprueba por el hecho que los hombres perversos de Sodoma y Gomorra intentaron abusar sexualmente de los ángeles en forma humana que se hospedaron en la casa de Lot, según el relato en Génesis capítulo 19. Es sobre esta interpretación que surge su duda. Según su parecer, si un ángel caído en forma humana engendra hijos en mujeres hijas de los hombres, entonces esos hijos ya no tendrían naturaleza humana sino naturaleza angélica y habría por consiguiente dos naturalezas en el mundo, los que descienden de Adán y los que descienden de los ángeles. Pero esto no puede ser así, porque la Biblia descarta esta posibilidad al afirmar que todos los seres humanos descendemos del primer ser humano, creado por Dios a su imagen y semejanza. Hechos 17:26 dice: Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres,  para que habiten sobre toda la faz de la tierra;  y les ha prefijado el orden de los tiempos,  y los límites de su habitación;

    Siendo así, todos los seres humanos compartimos la naturaleza pecaminosa, conforme a lo que leemos en Romanos 5:12 donde dice: Por tanto,  como el pecado entró en el mundo por un hombre,  y por el pecado la muerte,  así la muerte pasó a todos los hombres,  por cuanto todos pecaron.

    Por todo lo expuesto, se deduce que los hijos que nacieron a las mujeres hijas de los hombres que concibieron de los ángeles caídos en forma humana, no tenían naturaleza angélica sino naturaleza humana, contaminada con el pecado, al igual que todos los seres humanos. Prueba de ello es que en algún momento deben haber muerto, al igual que los seres humanos.

     

  • Como yo sé que la Biblia no se contradice sino se complementa agradezco su respuesta a esta consulta.

    Muchos eruditos bíblicos sostienen que los Hijos de Dios manifestados en Génesis 6 fueron ángeles que tomaron forma humana y que al tomarla tuvieron relaciones con las hijas de los hombres de los cuales nacieron hijos. Según lo descrito en Génesis Capitulo 6 versículo 4: donde dice: Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

    Si esto es así, estaría indicando que en la tierra han existido dos tipos de naturalezas, una de parte de Adán y otra de parte de los Ángeles, esto indicaría que no todos somos descendientes de Adán y por tanto como se explica la naturaleza pecaminosa trasmitida desde Adán hasta nuestros días, en pasajes como Romanos 5:12 que dice Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron

    También pasajes como Hechos 17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación. también indicaría que no todos tenemos la misma naturaleza

    Es sobre esta interpretación que surge su duda amable oyente. Según su parecer, si un ángel caído en forma humana engendra hijos en mujeres hijas de los hombres, entonces esos hijos ya no tendrían naturaleza humana sino naturaleza angélica y habría por consiguiente dos naturalezas en el mundo, los que descienden de Adán y los que descienden de los ángeles. Pero esto no puede ser así, porque la Biblia descarta esta posibilidad al afirmar que todos los seres humanos descendemos del primer ser humano, creado por Dios a su imagen y semejanza. Hechos 17:26 dice: Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres,  para que habiten sobre toda la faz de la tierra;  y les ha prefijado el orden de los tiempos,  y los límites de su habitación;

    Este principio tiene varias implicaciones, como aquella notada por Usted en el sentido que todo los seres humanos compartimos la naturaleza pecaminosa, conforme a lo que leemos en Romanos 5:12 donde dice: Por tanto,  como el pecado entró en el mundo por un hombre,  y por el pecado la muerte,  así la muerte pasó a todos los hombres,  por cuanto todos pecaron.

    Por todo lo expuesto, amable oyente, se deduce que los hijos que nacieron a las mujeres hijas de los hombres que concibieron de los ángeles caídos en forma humana, no tenían naturaleza angélica sino naturaleza humana, contaminada con el pecado, al igual que todos los seres humanos. Prueba de ello es que en algún momento deben haber muerto, como murieron los seres humanos contemporáneos de ellos. Incidentalmente, los gigantes de los cuales habla Génesis 6:4 no fueron los descendientes de esa unión anti natural de ángeles caídos en forma humana con mujeres hijas de los hombres. Lo que dice el texto simplemente es que estos gigantes estaban vivos en la tierra tanto antes como después que los ángeles caídos en forma humana se unieron sexualmente con las hijas de los hombres.

     

  • La consulta de hoy es de una persona que ha sido invitada a asistir a una iglesia evangélica en la cual fue recibido muy cordialmente y por lo cual estuvo muy agradecida, pero lamentablemente, durante el culto, se manifestó un desorden de todo tipo, por parte de creyentes de esa iglesia que supuestamente estaban actuando bajo el control del Espíritu Santo. Esto ha hecho asustar a esta persona y nos pregunta si así es como actúa un creyente cuando está bajo el control del Espíritu Santo.

    Gracias por su consulta. Siento mucho que haya tenido esa desagradable experiencia la primera vez que ha visitado una iglesia evangélica. Es triste reconocerlo, pero no son pocas las iglesias evangélicas, en las cuales con el pretexto de estar bajo el control del Espíritu Santo los creyentes, entre comillas, realizan actos poco menos que vergonzosos que en lugar de atraer a la gente que no conoce a Cristo como Salvador, más bien la ahuyentan, como lamentablemente ha sido su caso. Me imagino que estará pensando que todas las iglesias evangélicas son así, pero quiero decirle que no, porque todavía quedan iglesias en las cuales la conducta de los creyentes se fundamenta en el testimonio de la palabra de Dios, y por ejemplo, se da mucha importancia a textos como 1 Corintios 14:40 donde dice: pero hágase todo decentemente y con orden.

    Nos consulta si un creyente que está bajo el control del Espíritu Santo manifiesta esa conducta que vio en la iglesia Evangélica donde asistió por primera vez. La respuesta es absolutamente no. Un creyente controlado por el Espíritu Santo es lo mismo que un creyente lleno del Espíritu Santo, y note como es su conducta, según Efesios 5:18-21 donde dice: No os embriaguéis con vino,  en lo cual hay disolución;  antes bien sed llenos del Espíritu,  hablando entre vosotros con salmos,  con himnos y cánticos espirituales,  cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre,  en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  Someteos unos a otros en el temor de Dios.

    Un creyente lleno del Espíritu Santo, no manifiesta una conducta desordenada o sin control, sino una conducta que entre otras cosas se ajusta a lo que dice este pasaje bíblico. Primero, una vida de adoración a Dios. Segundo, una vida de agradecimiento a Dios, no sólo por las bendiciones, sino también por las pruebas, las cuales son bendiciones en disfraz. Tercero, una vida de sumisión a otros. Note que en ningún lugar aparece esa conducta desordenada que vio en la iglesia evangélica que visitó por primera vez. Pero no se desanime en su intento de acercarse a Dios. Lo que más necesita es recibir por la fe a Cristo como su personal Salvador, y una vez que lo haga, Dios mismo le guiará a una iglesia local donde se hagan las cosas decentemente y con orden, conforme a la palabra de Dios. No todas las iglesias evangélicas son como lo que vio. En una iglesia evangélica, bíblica, Cristocéntrica, con sana doctrina, no se produce el espectáculo que le ha causado temor.

     

     

  • ¿Cómo afectó la transfiguración a la vida de los tres discípulos?

    El relato de la transfiguración aparece en Mateo 17:1-9 donde dice: Seis días después,  Jesús tomó a Pedro,  a Jacobo y a Juan su hermano,  y los llevó aparte a un monte alto;  y se transfiguró delante de ellos,  y resplandeció su rostro como el sol,  y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.  Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías,  hablando con él.  Entonces Pedro dijo a Jesús:  Señor,  bueno es para nosotros que estemos aquí;  si quieres,  hagamos aquí tres enramadas:  una para ti,  otra para Moisés,  y otra para Elías. Mientras él aún hablaba,  una nube de luz los cubrió;  y he aquí una voz desde la nube,  que decía:  Este es mi Hijo amado,  en quien tengo complacencia;  a él oíd. Al oír esto los discípulos,  se postraron sobre sus rostros,  y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó,  y dijo:  Levantaos,  y no temáis.  Y alzando ellos los ojos,  a nadie vieron sino a Jesús solo. Cuando descendieron del monte,  Jesús les mandó,  diciendo:  No digáis a nadie la visión,  hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.

    De este relato, y en relación con su inquietud, se desprende que la primera reacción de los tres discípulos fue de adoración al Señor Jesús. Por eso es que Pedro, Jacobo y Juan se postraron sobre sus rostros. La segunda reacción fue de temor. Esto por un lado significa profundo respeto y admiración y por otro lado significa un miedo natural al reconocer el poder y la magnificencia del Señor Jesús. La tercera reacción fue un deseo profundo de prolongar lo más posible esta experiencia gloriosa. Por eso es que Pedro sugirió al Señor Jesús que sería bueno para los tres discípulos quedarse en el monte de la transfiguración y hacer tres enramadas, una para el Señor Jesús y otra para Moisés y otra para Elías. La respuesta del Padre celestial fue que el Señor Jesús es el Hijo amado de Él, en quien Él se complace y al único a quien se debe oír. La cuarta reacción fue un convencimiento interior de que el Señor Jesús es realmente el Mesías, el Cristo. Por eso es que el Señor Jesús les pidió que no digan a nadie sobre la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. En la actitud de estos apóstoles cuando reconocieron la grandeza y la magnificencia del Señor, a raíz de la transfiguración, encontramos un hermoso ejemplo a seguir para nosotros sus discípulos cuando reconocemos lo majestuoso que es el Señor que nos rescató del pecado. Nosotros también deberíamos adorarlo porque él es el único digno de toda honra y adoración. Nosotros también deberíamos tener un temor reverencial para no hacer nada que por su palabra sabemos que no le agrada. Nosotros también deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para estar lo más cerca posible de él. Nosotros también deberíamos reconocer que en nuestro Salvador residen todos los atributos divinos y que él tiene todo el derecho para que toda rodilla se doble delante de él en adoración.

     

  • La consulta de este día es de una persona que ha recibido al Señor Jesucristo como su personal Salvador y está tratando de agradarle en todo con su vida. Sucede que esta persona tiene un trabajo bien remunerado desde antes de ser creyente, pero como parte de sus obligaciones tiene que servir licor a los invitados de su jefe. Muchas de estas personas terminan ebrias. Nos pide un consejo acerca de si debe seguir en este trabajo obedeciendo las órdenes de su jefe o si debe buscar otro empleo.

    Gracias por su consulta. Es reconfortante saber de personas que tienen un elevado concepto de vivir en santidad delante de Dios. Su consulta es: Debo seguir o debo renunciar a mi trabajo, por el hecho que parte del mismo es servir licor a los invitados de mi jefe. Tal vez muchos dirían: ¿Por qué debería renunciar? ¿Acaso es él quien está tomando licor hasta emborracharse? A lo mejor otros dirían: Debe renunciar porque está tomando parte en el pecado ajeno y 1 Timoteo 5:22 habla de no participar en pecados ajenos sino conservarse puro. De manera que la decisión no es fácil y demandará mucho discernimiento espiritual de su parte, y tal vez lo que convenga en su caso no necesariamente se puede generalizar a todos los casos similares. Cada caso deberá ser analizado en forma individual. Pero si me permite me gustaría compartir algunos consejos. En primer lugar, ponga el asunto en oración. No se apresure tomando la decisión de seguir en ese trabajo o renunciar al mismo. Pida a Dios que le dé discernimiento para saber si obedecer a su jefe y servir licor a los invitados de él hasta que algunos se emborrachan es algo que ofende a Dios. Tome en cuenta que esto no es algo que lo hace porque usted quiere, sino algo que lo está haciendo porque su jefe lo está ordenando. Segundo, intente dialogar con su jefe con miras a que no le pida que sirva licor a la gente que él invita. Abra su corazón y dígale lo que siente en cuanto a sus convicciones espirituales sobre el licor y la borrachera. De esta manera estará cumpliendo con lo que dice Efesios 5:11, donde leemos: Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas,  sino más bien reprendedlas;

    Es posible que su jefe, aunque no es creyente, entienda su situación y le libere de esta responsabilidad y de esa manera pueda seguir en ese trabajo. Inclusive es posible que su jefe se sienta atraído por la palabra de Dios al mirar su testimonio. Si la respuesta que recibe es negativa, tal vez sea Dios quien le está guiando a dejar ese trabajo y buscar otro, pero tómelo con la madurez del caso. En tercer lugar, hable con los pastores o ancianos de la iglesia donde se congrega, pidiendo consejo sobre este asunto. Como ellos conocen el medio más de cerca, su consejo será muy valioso. Pídales que le apoyen en oración en cuanto a la decisión que debe tomar. Cuarto, si todo apunta a que debe renunciar a ese trabajo y buscar otro, pida a Dios que le provea otro trabajo en el cual no tenga la misma lucha que está teniendo ahora. Si la voluntad de Dios es que salga de ese trabajo, Dios mismo le proveerá de un trabajo diferente. Que Dios le colme de sabiduría para tomar la decisión adecuada.

     

  • La consulta para el día de hoy tiene que ver con porciones bíblicas que no aparecen en algunas versiones de la Biblia cuando se las compara con la versión Reina Valera 1960. La pregunta es si este hecho atenta contra la veracidad de la Biblia en general y más directamente contra la revisión Reina Valera 1960. Los pasajes bíblicos en cuestión, son por ejemplo Marcos 16:9-20 y una buena parte de 1 Juan 5:7-8.

    Gracias por su consulta. Vayamos por partes. En primer lugar, en cuanto al pasaje bíblico que en la traducción Reina-Valera, revisión 1960, se encuentra en Marcos 16:9-20. Lo que podemos decir es que todo este pasaje bíblico no aparece en los manuscritos existentes más antiguos, sin embargo, aparece como tal en muchos manuscritos que datan de fechas posteriores a esos manuscritos más antiguos. Mientras más antiguo el manuscrito, más confiable es su texto. Esta es la razón por la cual la autenticidad de este pasaje bíblico está en debate entre los eruditos bíblicos. En segundo lugar, consideremos el otro pasaje bíblico que se encuentra en 1 Juan 5:7-8. En la traducción Reina-Valera, revisión 1960, aparece de esta manera: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo:  el Padre,  el Verbo y el Espíritu Santo;  y estos tres son uno.  Y tres son los que dan testimonio en la tierra:  el Espíritu,  el agua y la sangre;  y estos tres concuerdan.

    Ahora compare como se leería este mismo pasaje bíblico, pero en los manuscritos existentes más antiguos del Nuevo Testamento. Diría así: Porque tres son los que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Al igual que en el caso anterior, lo que tenemos en la traducción Reina Valera, revisión 1960 aparece en muchos manuscritos del Nuevo Testamento que no son tan antiguos como otros manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento. Por este motivo, la autenticidad de este texto está en debate por los eruditos bíblicos. En este punto es necesario señalar que no es que los traductores Reina y Valera omitieron intencionalmente estos pasajes bíblicos en su traducción de la Biblia, sino que en el momento que ellos trabajaron en su traducción no tenían a la mano los manuscritos más antiguos de la Biblia, los cuales salieron a la luz o fueron encontrados años o tal vez siglos más tarde en el tiempo. Reina y Valera usaron manuscritos en los cuales los textos bíblicos referidos aparecían tal cual como ellos lo tradujeron. Por otro lado, este hecho no debe arrojar ninguna sombra de duda en cuanto a la autenticidad de todo el Nuevo Testamento, o contra la revisión Reina Valera 1960 por cuanto las doctrinas fundamentales que tocan estos pasajes bíblicos en debate en cuanto a su autenticidad, son claramente expuestas en otros pasajes bíblicos acerca de los cuales no existe ninguna controversia en absoluto.

     

  • ¿Estaba María, la madre de Jesús, casada con José, cuando quedó embarazada del Espíritu Santo?

    Gracias por su consulta. Qué tal si damos lectura al texto bíblico en Mateo 1:18-25 para fundamenta nuestra respuesta. La Biblia dice: El nacimiento de Jesucristo fue así:  Estando desposada María su madre con José,  antes que se juntasen,  se halló que había concebido del Espíritu Santo.  José su marido,  como era justo,  y no quería infamarla,  quiso dejarla secretamente.  Y pensando él en esto,  he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo:  José,  hijo de David,  no temas recibir a María tu mujer,  porque lo que en ella es engendrado,  del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo,  y llamarás su nombre JESÚS,  porque él salvará a su pueblo de sus pecados.  Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta,  cuando dijo:  He aquí,  una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es:  Dios con nosotros. Y despertando José del sueño,  hizo como el ángel del Señor le había mandado,  y recibió a su mujer.  Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito;  y le puso por nombre JESÚS.

    Hablando del nacimiento de Jesucristo, el texto dice que María su madre estaba desposada, no casada con José. Permítame explicarlo. El desposorio era parte de las bodas judías, por el cual una pareja quedaba comprometida a casarse en determinado momento. Era algo parecido al noviazgo de la actualidad. En algunos casos los padres de los contrayentes arreglaban el desposorio cuando los contrayentes eran niños. El desposorio era un compromiso solemne y no se podía disolverlo así nomás. Durante la etapa del desposorio, los contrayentes no vivían juntos y tenían que mantenerse fieles el uno al otro. Cualquier infidelidad en esta etapa de desposorio por cualquiera de las partes se castigaba de la misma manera que se castigaba a una pareja que ya estaba casada. El castigo era la muerte por apedreamiento. José y María estaban en esta etapa de su boda, cuando se halló que María estaba embarazada. El texto dice que antes que se juntasen, se halló que María había concebido del Espíritu Santo. Esto se podría decir en otras palabras de la siguiente manera. Antes que José y María tuvieran relaciones sexuales, se halló que María había concebido del Espíritu Santo. No olvide que María era virgen cuando Jesús fue concebido en su seno por el Espíritu Santo. Por eso se habla del nacimiento virginal de Cristo. Esto tuvo que ser así para cumplir con las profecías y para satisfacer una cantidad de razones teológicas. Tuvo que intervenir un ángel del Señor para informar a José lo que había pasado con María de modo que José pueda recibir a María como su esposa. El texto registra también que José no conoció a María, o no tuvo relaciones sexuales con ella, a pesar que era su esposa, hasta que la virgen María dio a luz a Jesús, su hijo primogénito. Después que la virgen María dio a luz a Jesús, José tuvo relaciones sexuales con ella, porque era su esposa y le engendró varios hijos.

     

  • ¿Vino ya el profeta Elías? Pregunto esto porque Jesús dijo que Juan el Bautista era Elías.

    a venida del profeta Elías antes que venga el día de Jehová, fue profetizada por el profeta Malaquías en su libro capítulo 4 versículos 5-6 donde dice: He aquí,  yo os envío el profeta Elías,  antes que venga el día de Jehová,  grande y terrible.

    Mal 4:6  El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,  y el corazón de los hijos hacia los padres,  no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

    Esta profecía la tenían muy presente los judíos, tanto es así que cuando Juan el Bautista comenzó a predicar diciendo: Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado, los judíos inmediatamente pensaron que a lo mejor Juan el Bautista tal vez sea el profeta Elías que tenía que venir antes que venga el día de Jehová, grande y terrible, conforme a la profecía de Malaquías. Con esto en mente indagaron con diligencia sobre la verdadera identidad de Juan el Bautista. Note lo que dice Juan 1:19-23 Este es el testimonio de Juan,  cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen:  ¿Tú,  quién eres?  Confesó,  y no negó,  sino confesó:  Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron:  ¿Qué pues?  ¿Eres tú Elías?  Dijo:  No soy.  ¿Eres tú el profeta?  Y respondió:  No.  Le dijeron:  ¿Pues quién eres?  para que demos respuesta a los que nos enviaron.  ¿Qué dices de ti mismo?  Dijo:  Yo soy la voz de uno que clama en el desierto:  Enderezad el camino del Señor,  como dijo el profeta Isaías.

    Juan el Bautista admitió que él no era el Cristo, tampoco Elías, ni el Profeta. Juan el Bautista se identificó a sí mismo como la voz de uno que clama en el desierto, diciendo: Enderezad el camino del Señor, conforme a lo que profetizó Isaías. Si no hubiera más referencias no habría ningún problema. Juan el Bautista simplemente no era Elías. Pero la dificultad radica en una declaración del Señor Jesús cuando momentáneamente manifestó su gloria divina, en lo que se conoce como la transfiguración. Si el Señor Jesús es el Cristo, entonces debe haber estado precedido por Elías, porque eso fue lo que profetizó Malaquías. Era natural por tanto que los discípulos del Señor Jesús le hagan la pregunta que aparece en Mateo 17:10 donde leemos: Entonces sus discípulos le preguntaron,  diciendo:  ¿Por qué,  pues,  dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

    Es una pregunta muy legítima y pertinente al Señor Jesús. Veamos como la respondió. Se encuentra en Mateo 17:11-12. Respondiendo Jesús,  les dijo:  A la verdad,  Elías viene primero,  y restaurará todas las cosas.

    Mat 17:12  Mas os digo que Elías ya vino,  y no le conocieron,  sino que hicieron con él todo lo que quisieron;  así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

    La explicación es que, si la nación de Israel hubiera aceptado al Señor Jesús como su Mesías o el Cristo, la profecía de Malaquías 4:5 acerca de la venida de Elías se hubiera cumplido en la persona de Juan el Bautista, pero como la nación de Israel rechazó al Señor Jesús, y eso condujo a su muerte, resurrección y ascensión al cielo, el establecimiento del reino del Señor Jesús fue pospuesto hasta su segunda venida y esta segunda venida estará precedida por la venida de Elías.

     

  • ¿Se podrán casar y tener hijos las personas en el reino milenial? ¿Quiénes son estas personas? ¿No se refería a estas personas el Señor Jesús cuando dijo que no se pueden casar ni dar en casamiento porque son como los ángeles? ¿Tal vez será la iglesia de Cristo?

    La Biblia enseña que durante la tribulación se predicará el mensaje del Evangelio en el mundo por medio de 144.000 judíos. Habrá muchos que recibirán al Señor Jesús como su Salvador, pero la mayoría de ellos serán víctimas de la terrible persecución dirigida por el Anticristo y el Falso Profeta. Serán pocos los creyentes de la tribulación que queden vivos hasta el final de la misma. Al final de la tribulación vendrá el Señor Jesucristo por segunda vez a la tierra, y acabará con el poder militar de las naciones de este mundo, en lo que se llama la batalla de Armagedón. En ese momento, los seres humanos que queden vivos, serán algunos creyentes y el resto incrédulos. Por eso es que tendrá lugar lo que se llama el juicio a Israel y el juicio a las naciones gentiles. Del juicio a Israel nos habla Ezequiel 20:37-38 donde dice: Os haré pasar bajo la vara,  y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes,  y a los que se rebelaron contra mí;  de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré,  mas a la tierra de Israel no entrarán;  y sabréis que yo soy Jehová.

    Después de este juicio a Israel, todos los judíos incrédulos serán sacados de este mundo para recibir su justa condenación. Del juicio a las naciones nos habla Mateo 25:31-45. Es un pasaje bastante extenso, pero permítame leer solamente del versículo 31 a 34 y el versículo 41. La Biblia dice: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,  y todos los santos ángeles con él,  entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones;  y apartará los unos de los otros,  como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha,  y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha:  Venid,  benditos de mi Padre,  heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Entonces dirá también a los de la izquierda:  Apartaos de mí,  malditos,  al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

    Después deljuicio a las naciones gentiles, todos los gentiles incrédulos serán sacados de este mundo para recibir su justa condenación. En otras palabras, luego de estos dos juicios, sobre la faz de la tierra quedarán solamente creyentes, algunos de origen judío y otros de origen gentil. Estas personas serán de carne y hueso, normales como nosotros los creyentes. Estas son las personas que entrarán al reino milenial como súbditos del reino. Se trata de seres humanos, como nosotros, todos creyentes, con la capacidad de casarse y multiplicarse, tal cual como podemos hacerlo nosotros hoy en día. Así que, efectivamente, los que entren al reino milenial de Cristo serán seres humanos creyentes, algunos de origen judío y el resto de origen gentil. Estas personas se casarán y se multiplicarán. Estas personas no son creyentes muertos y resucitados, tampoco son ángeles, así que no tienen ningún problema para casarse y multiplicarse. La iglesia de Cristo y los creyentes de Antiguo Testamento y de la tribulación estarán morando con Cristo en la nueva Jerusalén o en la Jerusalén celestial mientras en la tierra tiene lugar el milenio.

     

  • ¿Qué simboliza la mujer con dolores de parto en Apocalipsis 12?

    Vamos a leer el pasaje bíblico que se encuentra en Apocalipsis 12:1-6. La Biblia dice: Apareció en el cielo una gran señal:  una mujer vestida del sol,  con la luna debajo de sus pies,  y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

    Rev 12:2  Y estando encinta,  clamaba con dolores de parto,  en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo:  he aquí un gran dragón escarlata,  que tenía siete cabezas y diez cuernos,  y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo,  y las arrojó sobre la tierra.  Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz,  a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.  Y ella dio a luz un hijo varón,  que regirá con vara de hierro a todas las naciones;  y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.  Y la mujer huyó al desierto,  donde tiene lugar preparado por Dios,  para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

    Este pasaje bíblico habla de señales. Toda señal apunta o simboliza algo, en este caso, la gran señal de la mujer apunta o simboliza a la nación de Israel. La mujer como símbolo de Israel ocurre varias veces en el Antiguo Testamento, como por ejemplo en Isaías 54:5-6 donde dice: Porque tu marido es tu Hacedor;  Jehová de los ejércitos es su nombre;  y tu Redentor,  el Santo de Israel;  Dios de toda la tierra será llamado.

    Isa 54:6  Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová,  y como a la esposa de la juventud que es repudiada,  dijo el Dios tuyo.

    La mujer en Apocalipsis 12:1 estaba vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Esto tiene su explicación en el sueño de José. Jacob su padre lo entendió en el sentido que el sol representaba a él, la luna a la madre de José, y las once estrellas a los once hermanos de José. La simbología tiene entonces que ver con la nación de Israel, la cual desciende de Jacob. Por otro lado, el hecho que la mujer de la gran señal en Apocalipsis 12:1 está vestida de sol denota también la gloria, la dignidad y el estado de exaltación de Israel, el pueblo de la promesa, el cual una vez salvo, constituirá un reino. El cuadro de la luna debajo de los pies de la mujer posiblemente es una alusión al pacto de Dios con Israel, porque las lunas nuevas jugaban un papel importante en la adoración a Dios en Israel. Las doce estrellas en la corona simbolizan a las doce tribus de Israel. La gran señal mostraba a la mujer encinta, clamando con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. En el Antiguo Testamento se ve a la nación de Israel simbolizada de esta manera. Los dolores de parto hacen pensar en la aflicción que tuvo que soportar la nación de Israel esperando la manifestación del Cristo, o el Mesías para destruir a Satanás, el pecado, la muerte y poder entrar a un reino de esplendor. Más adelante, la gran señal muestra a la mujer dando a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones. Esto describe al Señor Jesús quien en su humanidad provino de Israel.