Autor: cris

  • La consulta del día de hoy tiene que ver con el Anticristo, ¿Quién será, de dónde saldrá y qué cualidades tendrá? ¿Cuál será su relación con la Bestia y el número 666?

    El Anticristo será un perverso ser de carne y hueso, pero con poderes satánicos que se manifestará en la tierra una vez que la iglesia de Cristo haya sido arrebatada por el Señor y aquí en la tierra se dé inicio a ese período de siete años que se llama Tribulación. La Biblia habla mucho de este siniestro personaje. Para ser breve, permítame únicamente citar lo que de él se declara en la Biblia y que ha sido recopilado por el Dr. Dwight Pentecost.

    Aparecerá en la escena al fin de la historia de Israel.

    No aparecerá en escena sino cuando el día del Señor haya comenzado.

    Su manifestación está siendo detenida en la actualidad por el Espíritu Santo morando en los creyentes.

    • Antes que él aparezca, el mundo se entregará a la apostasía.
    • Será un gentil.
    • Surgirá del imperio romano resucitado.
    • Será la cabeza de la forma final del dominio gentil mundial, por cuanto será como un leopardo, un oso y un león. Como tal será un líder político.
    • Su influencia será mundial por cuanto reinará sobre todas las naciones.
    • Eliminará a tres gobernantes en su afán por el dominio mundial.
    • Su surgimiento será con un ofrecimiento de paz y prosperidad mundial.
    • Personalmente se caracterizará por su inteligencia, carisma y persuasión.
    • Gobernará sobre la federación de naciones con autoridad absoluta.
    • Su principal interés estará en la fuerza y el poder.
    • Como cabeza del imperio confederado, hará un pacto de paz por siete años con Israel.
    • Introducirá culto idolátrico en el cual se establecerá a sí mismo como dios.
    • Será blasfemo, por cuanto exigirá que le adoren como dios.
    • Estará vigorizado por Satanás y recibirá su autoridad de él.
    • Será la cabeza del sistema inicuo de Satanás y su derecho al poder y a la deidad lo probará mediante señales maravillosas que hará.
    • Se convertirá en el gran adversario de Israel.
    • Su autoridad será cuestionada, pero vencerá.
    • Establecerá su cuartel general en Jerusalén.
    • Cuando tome el poder recibirá apoyo del sistema religioso apóstata o la gran ramera.
    • Después de utilizar a este sistema religioso apóstata o la gran ramera, lo destruirá.
    • Se convertirá en un adversario a muerte de Jesucristo.
    • Aunque permanecerá en el poder por siete años, su actividad satánica se hará manifiesta en la segunda mitad de este periodo.
    • Su gobierno terminará mediante la intervención directa de Dios.
    • Terminará siendo arrojado al lago de fuego.

    Todos estos detalles sobre el Anticristo tienen su respectivo apoyo escritural. En cuanto a su relación con la Bestia, debo decirle, que Anticristo y Bestia son dos nombres distintos para el mismo personaje. Al Anticristo se le llama la Bestia, en el capítulo 13 del libro de Apocalipsis. En cuanto a su relación con Satanás, hemos señalado ya que sus poderes, su astucia, su autoridad, su carisma serán derivados directamente de Satanás. A decir verdad, el Anticristo no es más que un títere en las hábiles manos de Satanás.

    Sobre el número 666, lo que sabemos a ciencia cierta es que, de alguna manera, desconocida para nosotros, este número jugará un papel importante para identificar al Anticristo en el porvenir. No es prudente por tanto que intentemos relacionar este número con algún emperador del antiguo imperio romano o con Hitler o con computadoras de algún país poderoso o con sistemas para codificar productos o con líderes de un sistema religioso que se ha caracterizado por su apostasía.

     

     

  • En mi lectura diaria de la palabra de Dios, he notado que en el libro de Mateo se repite el milagro de la alimentación a una multitud, en Mateo 14:14-21 y Mateo 15:32-35. ¿Por qué la repetición? ¿Por qué la segunda vez que se realizó el milagro de la alimentación a la multitud no lo hicieron los discípulos, imitando a su maestro Jesús?

    ¿Por qué el Señor Jesús hizo dos milagros muy similares? Bueno, fue para mostrar su poder, fue para mostrar sus credenciales como Dios en forma humana, fue para aliviar el hambre física de la gente, fue para mostrarse a sí mismo como el pan de vida que satisface la sed espiritual del hombre pecador. Pero existe algo muy sutil que me gustaría señalar. Está en relación con lo que dijo el Señor Jesús cuando afirmó que alimentó a cinco mil hombres partiendo de cinco panes y alimentó a cuatro mil hombres partiendo de siete panes. ¿Nota la relación inversamente proporcional? Mientras menos panes, más se alimentaron. Mientras más panes, menos se alimentaron. ¿Qué ilustra esto? Pues algo hermoso. Lo poco es mucho cuando se lo pone en la mano del Señor Jesús. Puede ser que nosotros seamos nada a los ojos de los hombres, pero si nos ponemos en las manos del Señor Jesús, él puede hacer mucho por medio de nosotros. Es el milagro de la multiplicación. No olvide jamás esta lección: Poco es mucho cuando se lo pone en la mano del Señor Jesús. Finalmente, el Señor Jesús jamás esperó que sus discípulos realicen milagros de multiplicar panes y peces para alimentar a las multitudes. El Señor Jesús esperaba algo mucho más grande de sus discípulos. Esperaba que se sacrifiquen a ellos mismos, que tomen su cruz y que le sigan. De esa manera, no pocos, sino muchos, llegarán a encontrar al Señor Jesús como su personal Salvador. Este milagro es mayor y más importante que llenar el estómago a unos cuantos miles partiendo de pocos panes y pocos peces. Lo que cuenta para Dios es que el hombre pecador llegue a ser salvo. Una persona es salva cuando ha recibido por la fe a Cristo como su Salvador personal. Recibir a Cristo como mi Salvador personal, significa creer totalmente que Cristo murió en la cruz en mi lugar, para pagar el castigo que yo merezco porque yo soy un pecador. Recibir a Cristo como mi Salvador personal significa también creer que Cristo fue sepultado, pero resucitó al tercer día y que hoy está vivo, ofreciendo vida eterna a todos los que en él creen. La diferencia entre estar condenado y ser salvo descansa sobre el hecho de creer o no creer en Jesucristo como Salvador. Juan 3:36 dice: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.»

    La salvación viene por creer en una persona, mas no en un dogma de cualquier religión que sea. Esa persona es Cristo Jesús. Hoy en día existe mucha confusión en cuanto al significado de creer. Se piensa que creer es solamente un mero asentimiento intelectual; pero creer va más allá de lo intelectual. Creer es sinónimo de confiar plenamente. Una persona que cree en Cristo ha depositado totalmente su confianza en Cristo como su Salvador y por tanto ha renunciado totalmente a su religión o a sus obras como aquello que le otorga mérito para ser salvo.

     

     

  • ¿Qué son los libros apócrifos? ¿Por qué no aparecen en las Biblias protestantes?

    La palabra apócrifo tiene sus raíces en la palabra griega “apócrufos” que literalmente significa oculto o secreto.

    Cuando se habla de libros apócrifos se está haciendo referencia a un grupo de libros cuyos autores, fechas de escritura y propósito están rodeados por una espesa capa de duda e incertidumbre.

    También se los conoce como libros deuterocanónicos, en una clara alusión a su calidad inferior con respecto a los libros canónicos, o del primer canon. Deuterocanónico significa de un segundo canon.

    La iglesia católico romana no decretó la canonicidad de los libros apócrifos sino hasta el Concilio de Trento como una reacción a la Reforma protestante. Al canonizar los libros apócrifos, estaban haciendo uso de su supuesta autoridad en asuntos doctrinales.

    En los libros apócrifos existen varias afirmaciones que contradicen cosas que aparecen en los libros canónicos. Por ejemplo, considere lo que dice el libro apócrifo llamado 2ª Macabeos 12:45 “Pero, como tenía en cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara su pecado”

    Según este texto en este libro apócrifo, es válido hacer sacrificio por los muertos, para que Dios les perdone su pecado, pero note lo que dice Hebreos 9:27 donde leemos: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”

    Después de la muerte no existe más oportunidad de salvación. Lo único que espera es el juicio. Inútil es por tanto ofrecer sacrificio por los muertos. Lo que dice el texto en el libro apócrifo contradice lo que dice el texto en el libro canónico.

    Otro ejemplo, en el libro apócrifo de Judit, encontramos a Judit haciendo una oración a Dios pidiendo que le ayude a engañar a sus enemigos. Observe lo que dice en Judit 9:13 “dame palabras para poder engañarlos y causarles el desastre y la muerte, pues tienen planes perversos contra tu alianza, contra el templo consagrado a ti, contra el monte de Sión y contra la ciudad que es hogar y propiedad de tus hijos”

    El fin que tenía en mente Judit, era bueno, pero un buen fin no se consigue a través de un mal medio. Engañar siempre es pecado.

    Finalmente se nota la falta de autoridad en los libros apócrifos. Por ejemplo, mire la manera como termina el libro de 2 Macabeos. Leo en 2ª Macabeos 15:37-38 donde dice: “Así sucedieron las cosas relativas a Nicanor; desde entonces la ciudad ha estado en poder de los hebreos. Y yo termino aquí mi narración. Si está bien escrita y ordenada, esto fue lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso fue lo que pude hacer. ¿Qué le parece? Si 2ª Macabeos fuera un libro inspirado por Dios, ¿Piensa que Dios tendría dudas sobre si lo que ha escrito es mediocre y sin valor? ¿Piensa que Dios se disculparía ante los lectores diciendo cosas como: Sólo eso fue lo que pude hacer? Definitivamente no. Por eso es que los libros apócrifos no aparecen en las Biblias llamadas protestantes, aunque mejor sería llamarlas Biblias que no contienen los libros apócrifos o deuterocanónicos, los cuales fueron añadidos por la iglesia Católico Romana.

     

     

  • La consulta para el programa de hoy tiene que ver con una esposa creyente que está casada con un esposo incrédulo. Muchas veces se ha sentido desfallecer y rendirse, pero hasta ahora ha mantenido la relación matrimonial confiando en Cristo. Últimamente ha estado pensando muy seriamente en divorciarse. Nos pide nuestra opinión.

    Veamos lo que la Biblia dice sobre este asunto. Leo 1ª Corintios 7:12-16 dice: «Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consciente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consciente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?»

    Este pasaje bíblico da la respuesta a su inquietud. Si una esposa creyente tiene marido que no sea creyente, y él consciente en vivir con ella, la responsabilidad de la esposa creyente es no abandonar o no divorciarse del marido incrédulo. La razón para esto es porque el marido incrédulo es santificado en la mujer creyente. Esto significa que el marido incrédulo está expuesto a la influencia piadosa de su esposa mientras ella está junto a él.

    Esta influencia piadosa de la esposa creyente, podría ser lo que eventualmente lleve a los pies del Señor al marido incrédulo. Pero si el marido incrédulo no desea continuar viviendo junto a su esposa creyente y él toma la iniciativa para divorciarse, entonces la esposa creyente no debe oponerse o no debe forzar a su marido incrédulo a vivir con ella. La razón es porque la hermana no está sujeta a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.

    Sin embargo, si el marido incrédulo por su mala conducta amenaza la integridad física de la esposa creyente o de los hijos, lo prudente podría ser que la esposa creyente considere la posibilidad de separarse de su esposo incrédulo. No estoy hablando de divorcio sino de separación. En estas condiciones se aplicaría lo que la Biblia aconseja a las parejas casadas, creyentes, que por alguna razón deciden separarse, no divorciarse.

    1ª Corintios 7: 10-11 dice: «Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.»

    Si una esposa creyente se separa de su marido incrédulo tiene ante sí, solamente dos opciones. La primera opción es permanecer separada el resto de su vida. La segunda opción es, reconciliarse con su marido. Esto último sería lo ideal, pero se complica cuando por ejemplo el esposo incrédulo persiste en vivir en adulterio o en fornicación o en algún vicio como alcoholismo o drogadicción. O cuando el esposo incrédulo amenaza la integridad física y emocional de los miembros de la familia. Pero lo mejor sería que el esposo incrédulo reciba al Señor como su Salvador y de esa manera su estilo de vida sea totalmente transformado para hacer posible la restauración del matrimonio.

     

  • ¿Cuál es el significado del texto Bíblico que se encuentra en 1ª Corintios 7:14, donde dice que la mujer incrédula es bendecida en el varón y el varón incrédulo es bendecido en la mujer?

    Comencemos por leer el pasaje bíblico que se encuentra en 1 Corintios 7:12-14. La Biblia dice:

    «Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consciente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consciente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos».

    Pablo está tratando el caso en el cual uno de los cónyuges había llegado a ser creyente, pero el otro todavía no. Algunos creyentes estaban pensando que la mejor solución en este caso sería el divorcio o al menos la separación. Pero Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, y con la autoridad de un apóstol determina la conducta a seguir en esta situación. Dice que si una esposa incrédula está de acuerdo en vivir con un esposo creyente, la obligación del esposo creyente es no abandonar a su esposa incrédula. Igual en el otro caso. Si un esposo incrédulo está de acuerdo en vivir con una esposa creyente, la obligación de la esposa creyente es no abandonar a su esposo incrédulo.

    Luego, el apóstol Pablo da la razón para este mandato. Un cónyuge creyente no debe separarse del cónyuge incrédulo, porque el cónyuge incrédulo es santificado en el cónyuge creyente.

    Note que el texto habla de santificar y no de bendecir. El verbo santificar, de donde proviene la palabra santificado, significa primordialmente separar. En este caso, la presencia de un cónyuge creyente en un hogar, separa, en cierto modo, a ese hogar del mundo, y le provee de una influencia cristiana, que en la voluntad de Dios puede inclusive conducir a que el cónyuge incrédulo se convierta al Señor en algún momento. Esto no pasaría si el cónyuge creyente se separara.

    Es decir que cuando la Biblia habla de que el cónyuge incrédulo es santificado en el cónyuge creyente, no está dando a entender que el cónyuge incrédulo se salva automáticamente debido a su relación con el cónyuge creyente. La salvación es asunto entre Dios y la persona. Si la persona no quiere ser salva, jamás lo será, aun cuando esté unida en matrimonio a un cónyuge creyente.

    Además, Pablo prosigue diciendo, que un cónyuge creyente no debe separarse del cónyuge incrédulo, por el beneficio que el cónyuge creyente trae a los hijos de la pareja. La parte creyente pensaba que debía separarse de la parte incrédula para que de esa manera los hijos de la pareja no sean inmundos, pero Pablo dice que lo opuesto es lo correcto. Es decir que la presencia de la parte creyente en la pareja hace santos a los hijos de la pareja, pero si la parte creyente se aleja los hijos de la pareja serían inmundos.

    Nuevamente aquí, cuando Pablo dice que los hijos de la pareja son santos, no está diciendo que son salvos, sino que están santificados en el cónyuge creyente, es decir, puestos aparte del mundo para recibir la influencia benéfica del creyente, lo cual eventualmente podría conducir a la salvación a los hijos de la pareja.

     

  • ¿Se aplican a la iglesia las parábolas de las diez vírgenes y los talentos?

    La parábola de las diez vírgenes y la parábola de los talentos se encuentran en el capítulo 25 del Evangelio según Mateo. Tratemos ahora de ubicar el contexto de este capítulo de Mateo. Si observa con detenimiento, encontrará que la sección donde se encuentra Mateo 25 comienza en Mateo 24:3 en donde leemos lo siguiente

    «Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?”

    En su primera venida, el Señor Jesús había muerto y había resucitado y estaba a punto de ascender al cielo. En algún momento había anunciado que si se iba al cielo era para volver otra vez. Los discípulos por tanto estaban muy perplejos sobre el tiempo cuando Jesús vendría por segunda vez. Por eso fue que le hicieron esa pregunta crucial: ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo? Jesús no quería dejar sin respuesta a sus discípulos y fue así como a partir de Mt.24:4 comenzó a responder la inquietud de sus discípulos. La respuesta de Jesús va hasta el final del capítulo 25. podemos decir entonces, que Mt.24 y 25 tienen que ver principalmente con los eventos que anteceden a la segunda venida de Cristo. Ahora bien, antes de la segunda venida de Cristo, tendrá lugar el arrebatamiento de la iglesia e inmediatamente después de esto, se iniciará sobre la tierra lo que la Biblia llama la Tribulación. Cristo vendrá por segunda vez al final de la Tribulación. Los eventos inmediatamente anteriores a la segunda venida de Cristo, descritos en los capítulos 24 y 25 de Mateo, se inscriben por tanto dentro de lo que se llama la Tribulación. Siendo que el Arrebatamiento de la iglesia precede a la tribulación, la iglesia estará ausente de la tierra durante la tribulación. Esto significa que los capítulos 24 y 25 de Mateo no se aplican a la iglesia. Este razonamiento es corroborado por lo que dice Mt.25:1 al introducir la parábola de las diez vírgenes. Mateo 25:1 dice:

    «Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.»

    El entonces, con que se inicia este texto, claramente coloca a esta parábola en el tiempo inmediatamente anterior a la segunda venida de Cristo. Lo mismo podemos decir sobre la parábola de los talentos, ubicando esta parábola en el tiempo inmediatamente anterior a la segunda venida de Cristo cuando la iglesia ya estará con el Señor en la gloria. Sin embargo, es válido el extraer aplicaciones secundarias, podríamos decir, de estas parábolas para aplicarlas a la iglesia. Siempre será beneficioso para la iglesia el permanecer alerta ante la inminencia del arrebatamiento que precede a la segunda venida de Cristo. La parábola de las diez vírgenes ilustra este hecho. Siempre será beneficioso para la iglesia que sus miembros sean buenos administradores de lo que Dios nos ha dado para beneficio del reino de Dios, lo cual es ilustrado en la parábola de los talentos. Pero la interpretación estricta de estas parábolas demanda su aplicación directa a los creyentes que se conviertan durante la tribulación, una vez que la iglesia ya haya sido arrebatada por el Señor.

  • La consulta de hoy tiene relación con un libro apócrifo conocido como el Evangelio de Judas. Se ha dicho que tal vez fue escrito por miembros de una secta gnóstica. Mi consulta es ¿Quiénes son los gnósticos?

    El gnosticismo es una filosofía que resulta de la mezcla de la filosofía oriental y el legalismo judío. Los seguidores de esta filosofía se llaman los gnósticos. La palabra gnosticismo viene de la palabra griega «gnosis» que significa conocimiento.

    El gnosticismo es considerado como una herejía en la Biblia. Existe todo un libro en el Nuevo Testamento que se escribió para refutar esta herejía. Se trata de la carta del Apóstol Pablo a los Colosenses. Esta herejía prometía a la gente tal unidad con Dios, que prácticamente llegaban a la perfección espiritual. Para llegar a esta perfección, era necesario iniciarse en las obscuras ceremonias y enseñanzas prescritas por el gnosticismo. Los supuestos beneficios del gnosticismo no estaban a disposición del común de los mortales sino solamente de los iniciados. El conocimiento profundo de todo, era tal que la gente podía liberarse de lo material y ponerse en contacto exclusivamente con lo espiritual. El apóstol Pablo refutó ardientemente esta filosofía diciendo que era una hueca sutileza según las tradiciones de los hombres y no según Dios.

    El gnosticismo nació de una pregunta filosófica. ¿por qué existe el pecado en el mundo si el mundo fue creado por un Dios santo? Los filósofos se rompían la cabeza tratando de hallar una respuesta a esta pregunta y la conclusión a la que llegaron es que la materia debía ser esencialmente mala. Esta conclusión errada condujo a otra conclusión errada. La idea que un Dios santo no podía tener contacto con la materia porque la materia era esencialmente mala. De modo que para que Dios tenga algún contacto con el mundo, debía hacerlo por medio de una serie de emanaciones de Dios. Los gnósticos creían en un mundo espiritual poderoso, que usaba las cosas materiales para atacar a la humanidad. También apoyaban una especie de astrología, pensando que los seres angélicos gobernaban los cuerpos celestes y así ejercían una influencia sobre los asuntos de la tierra.

    Junto con esta especulación filosófica oriental apareció una forma de legalismo judío. Los maestros de esta filosofía creían que el rito judío de la circuncisión ayudaba en el desarrollo espiritual. Pensaban también que la ley del Antiguo Testamento, especialmente lo que tenía que ver con los alimentos, era útil para alcanzar la perfección espiritual. Tenía reglas muy específicas y complejos reglamentos para determinar lo que era bueno y lo que era malo. Por cuanto para los gnósticos, la materia es esencialmente mala, tenían que hallar algún modo de controlar su propia naturaleza humana, en su afanosa búsqueda de la perfección espiritual. Fue así como resultaron dos líneas de pensamiento dentro de los gnósticos. Una línea de pensamiento sostenía que la única manera de conquistar la materia malévola era por medio de una disciplina rígida y esto condujo al ascetismo. La otra línea de pensamiento enseñaba que el ser humano podía cometer todo tipo de pecado porque después de todo, como el cuerpo es materia y por tanto malo, no importa que haga cualquier cosa mala que desee.

    Los gnósticos también atacaban a la persona de Cristo. Para los gnósticos, Cristo era simplemente una de las muchas emanaciones de Dios, pero de ninguna manera el Hijo de Dios en carne.

     

  • Si cada uno es tentado por sí mismo, como afirma Santiago, ¿Cómo pudo ser tentado Adán? Puesto que él no tenía concupiscencia y no podía ser de ninguna manera tentado por sí mismo.

    Gracias por su consulta. Comencemos por leer el texto que tiene que ver con su consulta. Se encuentra en Santiago 1:13-15. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Muy bien. En la Biblia se observa que la tentación que enfrenta el creyente puede provenir de tres posibles fuentes. La primera fuente es, Satanás, como sucedió con Eva en el huerto de Edén y también con el Señor Jesucristo en el desierto. La segunda fuente de la tentación es la naturaleza pecaminosa que poseemos todos los los seres humanos por el hecho de ser descendientes de Adán y Eva, de esto justamente habla Santiago en el pasaje bíblico que ya fue leído.

    La tercera fuente de la tentación es el mundo, o el sistema de valores que es ampliamente aceptado en este mundo y está controlado o energizado por Satanás. Ahora bien, en el caso específico de Adán y Eva, antes de su caída en el pecado, ellos no poseían una naturaleza pecaminosa como nosotros sus descendientes poseemos. Adán y Eva fueron creados en un estado de inocencia, con la capacidad de decidir hacer el bien o hacer el mal. En el caso de ellos, la tentación a pecar vino directamente de Satanás, no de su naturaleza pecaminosa, porque no la tenían, ni del mundo, porque en ese momento Adán y Eva eran los únicos habitantes del mundo y además la naturaleza toda todavía no había sido afectada de ninguna manera por el pecado. La fuente de la tentación para Adán Eva se identifica con absoluta precisión el en texto de Génesis 3:1 donde dice: Pero la serpiente  era astuta,  más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho;  la cual dijo a la mujer:  ¿Conque Dios os ha dicho:  No comáis de todo árbol del huerto?

    Satanás en forma de serpiente tienta a Eva, Eva cede a la tentación y cae en pecado. Después Adán también comió del árbol de la ciencia del bien y del mal, y cayó como ella. En resumen, entonces, Adán y Eva no tenían naturaleza pecaminosa cuando fueron creados y fue Satanás en forma de serpiente, quien tentó a Eva para que haciendo uso de su facultad  de hacer el bien o el mal, decida hacer el mal con la funestas consecuencias que nos muestra la Biblia y que perduran hasta la actualidad.

     

  • ¿Será que hay una contradicción entre lo que dice Mateo 27 en cuanto a que Judas devolvió las monedas y fue y se ahorcó y que los sacerdotes compraron con esas monedas un terreno, y lo que dice Hechos 1 cuando afirma que Judas compró un terreno y que no se ahorcó sino que se cayó de cabeza y se le salieron las entrañas?

    No, la Biblia no contiene ninguna contradicción porque sencillamente es la palabra de Dios y Dios no puede contradecirse. Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Mateo 27:3-8. La Biblia dice: Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre.

    Con esto en mente, vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Hechos 1: 15-19. La Biblia dice: En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.

    Estos son los dos relatos del mismo evento. Son relatos complementarios, no repetitivos. Nuestra tarea es integrar las partes. Viendo que Jesús había sido condenado, Judas Iscariote devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos. Los principales sacerdotes y los ancianos le dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Tal vez desesperado y confundido, Judas Iscariote arrojó las treinta piezas de plata en el templo. Los principales sacerdotes no sabían qué hacer con las treinta piezas de plata que Judas Iscariote había arrojado en el templo. Mientras los principales sacerdotes y los ancianos deliberaban sobre este asunto, Judas Iscariote fue a un campo conocido como el campo del alfarero para ahorcarse. Algo debió haber salido mal en su intento de ahorcarse con la fatal consecuencia de que se cayó de cabeza se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Seguramente al saber lo sucedido, los principales sacerdotes y los ancianos decidieron usar las treinta piezas de plata para comprar el campo del alfarero y dedicarlo a la sepultura de los extranjeros, por lo cual aquel campo se llamó Campo de sangre o Acéldama. Por el hecho que el campo del alfarero se compró con el dinero que era de Judas Iscariote, es como si él mismo lo hubiera comprado, tal cual como lo registra el libro de los Hechos.

  • Conforme a lo que enseña la Biblia, Jesucristo es totalmente Dios y totalmente hombre. ¿Significa esto que durante su permanencia física en la tierra, Jesucristo manifestó atributos como omnisciencia, omnipotencia y omnipresencia mientras estaba en este mundo?

    Gracias por su consulta. Efectivamente, el testimonio bíblico es abundante y contundente para demostrar que el Señor Jesucristo es 100% divino y 100% humano. Veo que esto lo tiene muy claro, tal cual como debe ser. Su duda sin embargo reside en el hecho de si durante el tiempo que estuvo en la tierra, el Señor Jesucristo manifestó los atributos divinos como omnisciencia, omnipotencia y omnipresencia. Al respecto, es necesario tener en mente que el Señor Jesús jamás dejó de ser Dios mientras estuvo en la tierra en su primera venida, sin embargo, algunos de sus atributos como Dios, quedaron, velados o cubiertos, por la condición humana que tomó. De esto da amplia cuenta textos bíblicos como Filipenses 2:5-11 donde dice: Haya,  pues,  en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,  el cual,  siendo en forma de Dios,  no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,  sino que se despojó a sí mismo,  tomando forma de siervo,  hecho semejante a los hombres;  y estando en la condición de hombre,  se humilló a sí mismo,  haciéndose obediente hasta la muerte,  y muerte de cruz.  Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,  y le dio un nombre que es sobre todo nombre,  para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,  y en la tierra,  y debajo de la tierra;  y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,  para gloria de Dios Padre.

    Cristo comparte la misma naturaleza y esencia de Dios Padre, sin embargo, no pensó que eso fuese algo digno de ser explotado para su propia conveniencia sino que se despojó a sí mismo. Esto es lo que los teólogos llaman la kenosis, o vaciamiento de Cristo durante su encarnación, lo cual no quiere decir que Cristo renunciase a ningún atributo de su deidad, sino que tomó sobre sí las limitaciones de la humanidad. Esto implicaba un velo sobre la gloria que tuvo antes de su encarnación. Sin embargo, algunos atributos divinos tuvieron plena manifestación durante la encarnación de Cristo. Por ejemplo, el Señor Jesús conocía los pensamientos de la gente, antes que la gente pronuncie palabra. Esto habla de su omnisciencia. El Señor Jesucristo manifestó poder creador en las bodas de Caná al transformar el agua en vino. Demostró poder sobre la naturaleza, la enfermedad, la muerte, demostró que es más poderoso que Satanás y sus demonios. Esto habla de su omnipotencia. En cuanto a su omnipresencia, es decir la capacidad de estar en todo lugar del universo al mismo tiempo, no se puede afirmar que se hubiera manifestado durante su encarnación. Parece que este atributo quedó velado por su naturaleza humana mientras el Señor Jesús estuvo físicamente en la tierra, sin embargo, hoy en día este atributo y también todos los demás atributos divinos están manifestándose plenamente en la persona gloriosa del Señor Jesucristo.