Autor: cris

  • Si fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, entonces ¿por qué existen personas con diferentes rasgos físicos, como color de piel y estatura, y diferentes idiomas?

    Gracias por su pregunta. Permítame leer el pasaje bíblico en Génesis 1:26-27 donde se trata este asunto. La Biblia dice: Entonces dijo Dios:  Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,  en las aves de los cielos,  en las bestias,  en toda la tierra,  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.  Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. El uso del verbo “hacer” en plural en este pasaje bíblico es un primer indicio que apoya lo que aparece más adelante en la Biblia acerca de la trinidad. Cuando habla del hombre usa la palabra en hebreo “adam” que a veces aparece como nombre propio como en Génesis 5:3 y a veces como un nombre genérico para referirse a toda la humanidad. El concepto bíblico de la imagen de Dios en el hombre indica que el hombre de alguna manera refleja algunos de los atributos y características de su Creador. Pero esta imagen no puede ser semejanza física, pues la Biblia declara que Dios es Espíritu, y por tanto no posee cuerpo físico. Observe lo que dice Juan 4:24 Dios es Espíritu;  y los que le adoran,  en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    La imagen y semejanza debe referirse por tanto a capacidades que Dios otorgó al hombre, como la capacidad para pensar, el intelecto, la capacidad para sentir, las emociones, y la capacidad para decidir por sí mismo, la voluntad, la capacidad para discernir la diferencia entre lo bueno y lo malo, la capacidad moral. De esta manera, el hombre estaba en capacidad de conocer y obedecer la voluntad de Dios. Inclusive el hombre podía tener una comunión íntima y persona con Dios. La imagen de Dios en el hombre distingue a la humanidad del resto de la creación y le da una dignidad y valor no compartido por el resto de lo que Dios creó. El valor y la santidad de la vida humana está relacionada con la imagen de Dios en el hombre. Génesis 9:6 dice: El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

    La creación de la humanidad se presenta como la obra cumbre del Creador. Así que, el hecho que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza no tiene nada que ver con apariencia física o estatura o color de piel. En la composición genética del hombre creado por Dios residían todas las combinaciones genéticas necesarias para que de ese hombre salgan todas las razas existentes en el mundo. En cuanto a los diferentes idiomas en el mundo, eso fue el resultado de la intervención divina en la humanidad para evitar que el hombre tercamente persista en algo que era imposible alcanzar, la famosa torre de Babel. Note lo que dice Génesis 11:5-7. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.  Y dijo Jehová:  He aquí el pueblo es uno,  y todos éstos tienen un solo lenguaje;  y han comenzado la obra,  y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.  Ahora,  pues,  descendamos,  y confundamos allí su lengua,  para que ninguno entienda el habla de su compañero.

  • Números 16:31-33 habla de que los hombres de Coré descendieron vivos al Seol o al infierno, y en Mateo 12:40 dice que el Hijo del Hombre descenderá al corazón de la tierra por tres días. ¿Será que Jesús fue al infierno cuando murió?

    Comencemos leyendo el pasaje bíblico que se encuentra en números 16:31-33 donde dice: Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.» Además de mostrar la severidad con la cual Dios castiga el pecado de rebeldía, este pasaje indica simplemente que los hombres de Coré descendieron vivos al sepulcro. Normalmente se sepulta a las personas muertas, pero en el caso de los hombres de Coré, la tierra se abrió debajo de ellos y fueron sepultados estando vivos. Fue el juicio de Dios por su rebeldía.

    Para entender el significado de la palabra Seol, es necesario observar atentamente el contexto, porque esta palabra puede tener varios significados. A veces significa el lugar donde se sepulta los restos mortales de una persona. Otras veces significa el mundo de los muertos o el lugar donde van las personas que han muerto. Hablando del mundo de los muertos o del lugar donde van las personas que han muerto, la Biblia nos habla de que antes de Cristo, el Seol estaba dividido en dos partes, una para los condenados y otra para los salvos. La parte del Seol destinada a los salvos se llamaba el paraíso o el Seno de Abraham. Los salvos estaban junto a Abraham, eran conscientes de su estado y recibían consolación.

    Los condenados estaban separados de los salvos por una gran sima, y estaban plenamente conscientes, en pleno uso de sus facultades, con la memoria muy despierta, pero en tormento en fuego. Así que en cuanto a los hombres de Coré, cuando la Biblia dice que descendieron vivos al Seol, significa que fueron enterrados vivos y como eran impíos, sus almas y espíritus fueron a parar al lugar de condenación en el Seol, en donde están en tormento en fuego hasta ahora. Ahora pasemos a la otra cita bíblica que menciona en su consulta, se encuentra en Mateo 12:40 donde leemos lo siguiente: «porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.» Como antecedente, diremos que los escribas y fariseos querían ver a Jesús haciendo señales, no para creer en él sino para satisfacer su curiosidad. La experiencia de Jonás siendo tragado por un gran pez, y siendo luego vomitado en tierra, era un tipo o un cuadro o prefiguraba la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.

    Así como Jonás estuvo confinado en el vientre del gran pez tres días y tres noches, el Señor Jesucristo también estará confinado a un sepulcro tres días y tres noches. Note que Jesús dijo que estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra, no en el infierno. No existe fundamento alguno para afirmar que el Señor Jesús descendió al infierno después de su muerte y antes de su resurrección.

     

  • ¿Habrá algo de malo, según la Biblia, si cuando una pareja se casa van a vivir cerca de sus suegros?

    Para responder esta pregunta me gustaría hacer referencia al texto en Génesis 2:23-25. La Biblia dice: Dijo entonces Adán:  Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne;  ésta será llamada Varona,  porque del varón fue tomada  Por tanto,  dejará el hombre a su padre y a su madre,  y se unirá a su mujer,  y serán una sola carne.  Y estaban ambos desnudos,  Adán y su mujer,  y no se avergonzaban.

    Dios vio que no era bueno que el hombre esté solo. Por eso hizo uso de su poder para tomar una de las costillas del hombre y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. El hombre estaba tan entusiasmado con la mujer que Dios le había dado que presa de emoción dijo: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona; porque del varón fue tomada. En este punto, el hombre debe haberse dispuesto a tomar a la mujer, pero antes de ello, era necesario que Dios deje establecido para la posteridad esa institución llamada matrimonio. El matrimonio implica un dejar, un unirse y un ser una sola carne. Por ahora nos interesa el dejar. El texto dice: Dejará el hombre a su padre y a su madre. Se asume que este mandato es también para la mujer, dejará la mujer a su padre y a su madre.

    El principio no es solo para el hombre sino también para la mujer. El verbo dejar es un verbo que denota hacer un corte total. Es comparable a la acción de cortar el cordón umbilical en un bebé que acaba de nacer. Hasta antes de casarse, tanto el hombre como la mujer estaban, por decirlo así, unidos a sus respectivos padres, por una especie de cordón umbilical. Había un fuerte vínculo de dependencia hacia los respectivos padres. Para que el matrimonio funcione bien, es necesario hacer un corte de este vínculo, tanto en lo material como en lo emocional. En el plano material, el hombre y la mujer deben dejar de depender económicamente de sus respectivos padres, deben dejar de vivir en la casa de sus respectivos padres. En el plano emocional, el hombre y la mujer deben dejar de depender de sus padres. El significado, la seguridad, la confianza, deben buscarlo primeramente en Dios y luego en el esposo o en la esposa. Cuando se viola este principio básico de separación se está abriendo la puerta a una infinidad de problemas dentro del matrimonio. El dejar padre y madre no tiene nada que ver con olvidar o ignorar a los padres o a los suegros. Tampoco tiene que ver con vivir lo más lejos de ellos.

    Como ya mencioné tiene que ver con cortar fuertes vínculos tanto en lo material como en lo emocional. Perfectamente se puede vivir cerca de los suegros o de los padres, pero totalmente independientes de ellos en lo material o en lo emocional. Algunas veces este principio es pasado por alto por los suegros o los padres, cuando se entrometen en los asuntos del matrimonio de sus hijos. Otras veces este principio es pasado por alto por los esposos cuando recurren a sus padres para depositar sus quejas y frustraciones de la vida matrimonial. Cuando esto pasa, se pone en grave riesgo a la estabilidad de un matrimonio.

     

  • ¿Es verdad que el Señor Jesús fue al infierno una vez que murió?

    No son pocos los creyentes que creen que el Señor Jesús fue al infierno entre su muerte y resurrección. Esta idea se origina en un credo atribuido a los apóstoles y conocido como: Credo de los apóstoles, el cual afirma lo siguiente: Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro; que fue concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida perdurable. Amén. Este credo dice muchas cosas buenas y comprobables bíblicamente, pero no es la palabra inspirada de Dios. Se dice que fueron los apóstoles quienes lo plantearon, pero no se puede comprobar. Parece ser que quienes formularon el credo apostólico interpretaron al menos un par de escrituras en el sentido que el Señor Jesucristo fue al infierno entre su muerte y resurrección. La primera escritura se encuentra en Efesios 4:9-10 donde dice: Y eso de que subió,  ¿qué es,  sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?  El que descendió,  es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

    Note que este texto no habla del infierno, sino de las partes más bajas de la tierra. Tampoco habla de algo que el Señor Jesucristo hubiera hecho entre su muerte y resurrección sino algo que hizo sin especificar cuándo lo hizo. Perfectamente puede ser que el texto esté hablando de la humillación máxima del Hijo de Dios cuando se hizo hombre, y en esas condiciones se humilló a lo sumo, inclusive muriendo y permaneciendo en un sepulcro, las partes más bajas de la tierra, por tres días y tres noches. Pero después de ser humillado tan grandemente, el Señor Jesús fue exaltado a lo sumo y en esas condiciones triunfó sobre Satanás y compartió despojos con los que son suyos. El otro pasaje bíblico es 1 Pedro 3:18-20. La Biblia dice: Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados,  el justo por los injustos,  para llevarnos a Dios,  siendo a la verdad muerto en la carne,  pero vivificado en espíritu;  en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,  los que en otro tiempo desobedecieron,  cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,  mientras se preparaba el arca,  en la cual pocas personas,  es decir,  ocho,  fueron salvadas por agua.

    Pedro deseaba animar a sus lectores que estaban sufriendo por su fe. Lo hace mostrando que también el Señor Jesucristo sufrió injustamente por hacer la voluntad de Dios. Pero esto sirvió para que los que creemos en él podamos ser llevados a Dios. Jesucristo fue muerto en la carne pero vivificado en espíritu. Fue su espíritu vivificado, quien entre la muerte y la resurrección, fue a predicar o anunciar a los espíritus encarcelados que había triunfado sobre ellos. Los espíritus encarcelados es una referencia a los ángeles caídos o demonios que fueron puestos en prisión perpetua a causa de su extrema peligrosidad e impiedad en los días de Noé,

     

  • ¿Qué es el Seol, el Hades y el Lago de Fuego?

    ¿Qué es el Seol, el Hades y el Lago de Fuego?

    En la Biblia podemos encontrar las palabras Seol, Hades y Lago de fuego, aunque todas pueden parecer sinónimos de Infierno, dependiendo del contexto, estas palabras en su idioma original pueden hacer referencia a lugares físicos o lugares espirituales, a continuación veremos sus significados y en qué pasajes de la Biblia encontramos estas palabras.

    ¿Qué es el Seol?

    El Seol o Sheol es una palabra hebrea (שאול) que básicamente denota el mundo de los muertos o la esfera de los muertos, aparece exclusivamente en el Antiguo Testamento. A veces se usa esta palabra para hablar del sepulcro, a veces se usa esta palabra para hablar de la muerte, a veces se usa esta palabra para hablar de un pozo o cisterna. Todo depende del contexto.

    La palabra Seol de origen Hebreo aparece unas 66 veces en el Antiguo Testamento y tiene básicamente dos significados:

    En primer lugar, Seol significa sepulcro

    Este es el significado en textos como por ejemplo Números 16:30 que dice: «Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová»

    Note que el Seol simplemente describe el sepulcro al cual van los cuerpos de los muertos sin distinción.

    En segundo lugar, Seol significa un lugar de existencia consciente después de la muerte.

    Esto es evidente en textos Salmo 31:17 que dice: «No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.»

    Note que los impíos estarán avergonzados y mudos en el Seol. Es decir que el Seol describe un estado de existencia consciente donde están las almas y los espíritus de los que han muerto. Esta existencia consciente puede ser en dos diferentes lugares. Uno de estos lugares, llamado simplemente Seol, está reservado para los impíos.

    De esto nos habla por ejemplo Job 24: 19 que dice: «La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve, así también el Seol a los pecadores.»

    La sequía y el calor castigan, arrebatan a las aguas de la nieve. Así también el Seol castiga, arrebata a los pecadores. El otro lugar del Seol, estaba reservado para los justos. Era un lugar de descanso, de bendición.

    De este lugar nos habla por ejemplo Job 14:13 que dice: «¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!»

    Job deseaba ser escondido por Dios en el Seol para evitar el sufrimiento que estaba soportando mientras estaba vivo. Consecuentemente, Job tenía una idea de un lugar de paz, de descanso en el Seol. Ahora bien, en el Nuevo Testamento se traduce la palabra Seol del Antiguo Testamento por Hades. Esto nos conduce a hablar entonces del Hades. El pasaje que mejor describe el Hades está en Lucas 16:19-31 en la historia del rico y Lázaro. Allí se confirma que el Seol o Hades es el lugar al que van todos los muertos, pero como ya hemos dicho, el Seol o Hades tenía dos divisiones.

    ¿Qué es el Hades?

    La palabra Hades es el equivalente de la palabra Seol en el idioma griego del Nuevo Testamento. El Hades tenía dos divisiones separadas por una gran sima o un abismo sin fondo, de modo que no se podía pasar de una a otra división. Una de estas divisiones se llamaba el seno de Abraham y era un lugar de bendición reservado para las personas que habían salido de este mundo habiendo arreglado el problema de pecado con Dios. La otra división, se llamaba simplemente Hades y era un lugar de tormento, en el cual están los que murieron sin jamás haber arreglado su problema de pecado con Dios. Están allí, en estado incorpóreo, sufriendo tormento en fuego. En algún día todavía futuro, el Hades entregará los muertos, esto es que resucitarán, para presentarse ante el juicio del gran trono blanco, luego del cual serán arrojados al tormento eterno en fuego en el infierno o en el lago de fuego.

    Note lo que dice Lucas 16:22-24 acerca del Hades: «Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.»

    Como usted podrá notar, el Seol o Hades es un lugar donde existen conscientemente las almas y espíritus de los que han muerto. Los justos, como es el caso de Lázaro, van a esa parte del Seol o Hades llamado aquí, el Seno de Abraham. El seno de Abraham se lo conoce también como el paraíso. Esto lo sabemos por lo que Jesús dijo al ladrón que estaba junto a él en la cruz del calvario.

    Lucas 23:43 dice: «Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso»

    El Seno de Abraham es sinónimo de paraíso. Una vez que Cristo murió y resucitó, el paraíso pasó a la presencia inmediata de Dios. Esto lo sabemos por lo que Pablo el apóstol relató en 2 Corintios 12:1-4 que dice: «Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.»

    Podemos entonces decir con propiedad que después de la muerte y resurrección de Cristo, el paraíso o el Seno de Abraham pasó a la presencia inmediata de Dios. Pero volvamos al Seol o Hades. La segunda sección está reservada para los impíos, como es el caso del rico, un lugar caracterizado por tormento en fuego. Note que hasta ahora no interviene para nada el Infierno. Las almas y espíritus de los que mueren en Cristo van al cielo inmediatamente y las almas y espíritus de los que mueren sin Cristo, los incrédulos, van a ese tormento en fuego del Seol o Hades.

    Esto nos lleva a considerar lo que la Biblia dice sobre el Infierno.

    ¿Qué es el Infierno?

    El infierno es una palabra exclusiva del Nuevo Testamento, aparece trece veces, doce de las cuales es la traducción de la palabra griega Geenna que es la palabra que se usaba para designar el valle de Hinom o el valle de Tofet. Este valle es el lugar donde se depositaba los desperdicios de la ciudad de Jerusalén. Era un lugar pestilente, lleno de humo y hogueras aisladas, como todo lugar donde se arrojan los desperdicios de cualquier gran ciudad. Este cuadro macabro era un perfecto símbolo o tipo de lo que es el lugar donde serán castigados los impíos por la eternidad. Note como describe el Señor Jesucristo al Infierno.

    Marcos 9: 43-44 dice: «Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga»

    Al hablar del infierno, Jesús no podía estar refiriéndose al valle de Hinom, porque el valle de Hinom tenía fuego, pero no era un fuego que nunca se apaga, ni tampoco era un lugar donde los que allí estaban no se extinguían jamás. Al hablar de Infierno, Jesús se estaba refiriendo a otra cosa mucho más severa que el simple valle de Hinom. ¿Qué es esa cosa mucho más severa que el valle de Hinom o geenna? Pues no puede ser otra cosa que lo que el Nuevo Testamento llama el Lago de fuego en el libro de Apocalipsis.

    ¿Qué es el Lago de fuego?

    Apocalipsis 20:10 dice: «Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos»

    Aquí tenemos un lago de fuego, donde están personas en tormento sin extinguirse día y noche por los siglos de los siglos. ¿No le parece una descripción semejante a la que hizo Cristo del infierno, cuando dijo que es un fuego que no puede ser apagado donde el gusano de los que están allí no muere y el fuego nunca se apaga? Es por esto que sostenemos que el infierno es equivalente al lago de fuego. Dando esto por sentado, entonces cuando un incrédulo muere, su cuerpo va a la tumba o al sepulcro, pero su alma y su espíritu no va al infierno sino al lugar de tormento en el Seol o Hades. Allí permanecerá hasta la resurrección de los incrédulos. Cuando los incrédulos resuciten, se presentarán al juicio del gran trono blanco.

    Y note lo que va a pasar entonces Apocalipsis 20: 11-15 dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie antes Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.»

    La muerte entrega sus muertos. Una referencia a los cuerpos de los que han muerto. El Hades entrega sus muertos, una referencia a las almas y espíritus de los que han muerto. Habrá una resurrección de incrédulos. Una vez juzgados por sus obras, estos muertos incrédulos, ahora resucitados, son lanzados al Infierno o al lago de fuego.

  • ¿Cuál es la diferencia entre el infierno y el lago de fuego?

    Gracias por su pregunta. La palabra infierno aparece exclusivamente en el Nuevo Testamento y es la traducción de la palabra griega “geenna” que es el equivalente griego de la palabra Hebrea para el valle de Hinom. El valle de Hinom era el lugar donde se arrojaba y se incineraba la basura de la ciudad de Jerusalén en los tiempos del Nuevo Testamento. Este era un lugar fétido, sombrío y con permanentes hogueras humeantes producto de la quema de la basura, y por eso hacía un cuadro o un símbolo perfecto del lugar de tormento eterno conocido como el lago de fuego. El infierno es el lugar donde van a parar las personas que voluntariamente rechazaron su oportunidad de recibir perdón de pecados por medio de recibir al Señor Jesucristo como su personal Salvador. El Señor Jesucristo alertó apasionadamente a sus oyentes acerca de lo terrible de ir a parar en el infierno. Note lo que dijo según Marcos 9:43-48. Si tu mano te fuere ocasión de caer,  córtala;  mejor te es entrar en la vida manco,  que teniendo dos manos ir al infierno,  al fuego que no puede ser apagado,  donde el gusano de ellos no muere,  y el fuego nunca se apaga.  Y si tu pie te fuere ocasión de caer,  córtalo;  mejor te es entrar a la vida cojo,  que teniendo dos pies ser echado en el infierno,  al fuego que no puede ser apagado,  donde el gusano de ellos no muere,  y el fuego nunca se apaga.  Y si tu ojo te fuere ocasión de caer,  sácalo;  mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo,  que teniendo dos ojos ser echado al infierno,  donde el gusano de ellos no muere,  y el fuego nunca se apaga.

    Lo mismo tenemos en Mateo 5: 29-30. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

    Así que, infierno es la palabra que denota el lago de fuego. El Nuevo Testamento enseña que una vez que resuciten todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad, se van a presentar a un juicio ante el gran trono blanco, y allí oirán una fatídica sentencia. Observe lo que dice Apocalipsis 20:11-14 en cuanto a este juicio y su sentencia.  Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,  de delante del cual huyeron la tierra y el cielo,  y ningún lugar se encontró para ellos.  Y vi a los muertos,  grandes y pequeños,  de pie ante Dios;  y los libros fueron abiertos,  y otro libro fue abierto,  el cual es el libro de la vida;  y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,  según sus obras.  Y el mar entregó los muertos que había en él;  y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos;  y fueron juzgados cada uno según sus obras.  Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego.  Esta es la muerte segunda.

    El infierno, o en otras palabras, el lago de fuego es la morada eterna de todos los incrédulos, los cuales, con cuerpos resucitados sufrirán eterna condenación en fuego.

  • ¿Cómo puede una persona saber que es salva?

    Gracias por haber tocado ese asunto tan importante. Una persona es salva cuando ha recibido por la fe a Cristo como su Salvador personal. Recibir a Cristo como mi Salvador personal, significa creer totalmente que Cristo murió en la cruz en mi lugar, para pagar el castigo que yo merezco porque yo soy un pecador. Recibir a Cristo como mi Salvador personal significa también creer que Cristo fue sepultado, pero resucitó al tercer día y que hoy está vivo, ofreciendo vida eterna a todos los que en él creen. La diferencia entre estar condenado y ser salvo descansa sobre el hecho de creer o no creer en Jesucristo como Salvador. Juan 3:36 dice: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.»

    La salvación es por creer en una persona. Esa persona es Cristo Jesús. Hoy en día existe mucha confusión en cuanto al significado de creer. Se piensa que creer es solamente un mero asentimiento intelectual; pero creer va más allá de lo intelectual. Creer es sinónimo de confiar plenamente. Una persona que cree en Cristo ha depositado totalmente su confianza en Cristo como su Salvador y por tanto ha dejado de confiar totalmente en su religión o en sus obras como aquello que le otorga mérito para ser salvo. Una persona que cree en Cristo como Salvador depende única y exclusivamente de lo que Cristo ha hecho por él en la cruz del Calvario. Para creer en Cristo se necesita de fe. La fe que salva no es una fe ciega, sino que es una fe inteligente. El objeto de esa fe es la persona de Cristo. La fe que salva ha sido llamada una fe viva. Si existe una fe viva, entonces debe existir también una fe muerta. ¿Cómo se diferencia una fe viva de una fe muerta? Pues por el fruto de la fe. La fe viva produce buenas obras. La fe muerta produce malas obras. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador y es sincera en la decisión de recibir a Cristo como Salvador, entonces es de esperarse que esa persona manifieste buenas obras que resultan de su fe viva.

    No estoy diciendo que las buenas obras producen salvación o que las buenas obras producen seguridad de salvación. Lo que estoy diciendo es que las buenas obras son el resultado de la fe viva de una persona que es verdaderamente salva. Jesucristo decía: Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. ¿Cómo saber si una persona es salva? Pues, si ha recibido a Cristo como su único y suficiente salvador. Cuando la fe para tomar esta decisión es una fe viva, la persona mostrará las buenas obras que acompañan a la fe viva. Efesios 2:10 dice: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para anduviésemos en ellas.

     

  • Apocalipsis 14:6 menciona a un ángel con el evangelio eterno. ¿Es este el ángel Moroni, el que dio mensajes a José Smith?

    Gracias por su pregunta. Vamos a dar lectura al texto en Apocalipsis 14:6, pero para tomar en cuenta el contexto, incluyamos el versículo 7. La Biblia dice: Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra,  a toda nación,  tribu,  lengua y pueblo,  diciendo a gran voz:  Temed a Dios,  y dadle gloria,  porque la hora de su juicio ha llegado;  y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra,  el mar y las fuentes de las aguas.

    Este episodio está todavía en el futuro. Sucederá a la mitad de los siete años de tribulación, o lo que es lo mismo al inicio de la Gran tribulación. No olvide, que la tribulación tiene lugar justo después que la iglesia de Cristo sea arrebatada de la tierra para encontrarse con el Señor Jesucristo en el aire. El texto no revela la identidad del ángel que vuela por en medio del cielo. Lo único que dice es que este ángel tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Esto corresponde a lo que tenemos en Mateo 24:14 donde leemos lo siguiente:  Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones;  y entonces vendrá el fin.

    Se trata, por decirlo así, del último llamado de gracia que Dios hará a este mundo antes de que Cristo venga a derramar un terrible juicio sobre los incrédulos. El mensaje es el evangelio eterno y aparece en el versículo siete. Exhorta a los hombres a temer a Dios, en lugar de temer a la bestia o el Anticristo. Exhorta a dar gloria a Dios, en lugar de dar gloria a la imagen que el falso profeta pondrá en el templo de Jerusalén. La razón para esto es porque ha llegado la hora para que se derrame su ira en juicio sobre el mundo incrédulo. Dios es el único que merece adoración porque él es quien hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Esto es lo que dice la Biblia sobre el ángel que volará por en medio del cielo con el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, según Apocalipsis 14:6. Po otro lado, con respecto a Moroni, esto es parte de la mitología que sostiene la secta de los Mormones. Según ellos, cuando José Smith, el fundador del Mormonismo, tenía 17 años, estaba orando acostado en su cama, y en eso se le presentó un ángel, a quien, de alguna manera, Smith identificó como el ángel Moroni, el cual le dio instrucciones para buscar unas planchas doradas que supuestamente estaban enterradas en algún lado. Encontrar estas planchas doradas era importante porque contenían la historia de la América antigua. Este mensajero celestial añadió que en aquellas planchas estaba escrito lo que los Mormones llaman “la plenitud del Evangelio eterno” tal cual como fue entregado por el Salvador a los habitantes de antaño. Así que, el supuesto ángel Moroni que se le apareció a José Smith el fundador del Mormonismo, no tiene nada que ver con el ángel que volará en medio del cielo con el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra durante la tribulación.

     

  • ¿Qué debo hacer para ser salvo? ¿Cómo puedo tener la certeza de ser salvo?

    Lo único que necesita hacer es creer en el Señor Jesucristo. La salvación no resulta de seguir algún rito en algún lugar, bajo la dirección de alguna persona. La salvación tampoco resulta de afiliarse a alguna religión, cualquiera que sea. La salvación tampoco resulta de ser bueno en la vida. La salvación resulta de creer. Creer tiene que ver con dar como un hecho lo que Dios dice en su palabra, la Biblia. Note lo que dice Romanos 3:22-23 Porque no hay diferencia,  por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios,

    Dios dice que todo ser humano es pecador y por tanto está separado de Dios. ¿Cree esto? Si cree, ha dado el primer paso para ser salvo. Es indispensable también que crea lo que dice la Biblia en cuanto al peligro en el que se encuentra el pecador a causa de su pecado. Note lo que dice Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte,  mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

    El castigo, o la paga por el pecado es la muerte en su sentido más amplio, es decir una eterna separación de Dios. El pecador está separado de Dios en este mundo a causa de su pecado y si muere físicamente en ese estado, lo único que le espera es condenación eterna en el infierno. Es lo que la Biblia llama la muerte segunda. Si cree, ha dado el segundo paso para ser salvo. Es indispensable también que crea lo que dice la Biblia en cuanto a la obra que hizo Dios para salvar por amor al pecador. Note lo que dice Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros,  en que siendo aún pecadores,  Cristo murió por nosotros.

    Dios ama al pecador y por ese amor, dio a su Hijo unigénito para que tome el lugar del pecador y muera como si fuera el mismo pecador en la cruz del Calvario. Cristo murió por, o en lugar de nosotros dice el texto. En la cruz del Calvario, el Hijo de Dios tomó mi lugar, y murió en mi lugar, de modo que yo pueda ser libre de tener que pagar con la muerte por mi pecado. ¿Cree que el Señor Jesucristo tomó su lugar para morir en la cruz en su lugar de modo que no tenga que morir eternamente a causa de su pecado? Si lo cree habrá dado el tercer paso para ser salvo. También es indispensable que crea lo que dice la Biblia en cuanto a cómo apropiarse de lo que el Señor Jesucristo hizo al morir en la cruz del Calvario. Note lo que dice Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

    Para apropiarse o hacer una realidad en uno, el beneficio de la muerte del Señor Jesucristo en la cruz del Calvario, es necesario recibir al Señor Jesucristo como Salvador. ¿Cree esto? Si lo cree, en este mismo instante debe hablar con Dios para decirle que desea recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Si lo hace, habrá dado el paso de fe. Como resultado, es salvo. No lo digo yo, sino Dios por medio de su palabra. Si ha depositado su fe en la persona y obra del Señor Jesucristo, es instantáneamente, totalmente y eternamente salvo.

     

  • ¿Cuál es el significado del texto Bíblico que se encuentra en 1 Corintios 7:14, donde dice que la mujer incrédula es bendecida en el varón y el varón incrédulo es bendecido en la mujer?

    Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en 1Corintios 7:12-14. La Biblia dice: «Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consciente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consciente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos».

    Pablo está tratando un caso en el cual uno de los cónyuges había llegado a ser creyente, pero el otro todavía no. Algunos creyentes estaban pensando que la mejor solución en este caso sería el divorcio o al menos la separación. Pero Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, y con la autoridad de un apóstol determina la conducta a seguir en esta situación. Dice que si una esposa incrédula está de acuerdo en vivir con un esposo creyente, la obligación del esposo creyente es no abandonar a su esposa incrédula. Luego, el apóstol Pablo da la razón para este mandato. El “porque” con el cual comienza el versículo 14 introduce la razón para lo que Pablo acaba de decir. Se trata básicamente de que un cónyuge creyente no debe separarse del cónyuge incrédulo, porque el cónyuge incrédulo es santificado en el cónyuge creyente. Note que el texto habla de santificar y no de bendecir. El verbo santificar, de donde proviene la palabra santificado, significa primordialmente separar. En este caso, la presencia de un cónyuge creyente en un hogar, separa, en cierto modo, a ese hogar del mundo, y le provee de una influencia cristiana, que en la voluntad de Dios puede inclusive conducir a que el cónyuge incrédulo se convierta al Señor en algún momento. Esto no se daría jamás si el cónyuge creyente se separara, por eso justamente Pablo ordena a la parte creyente que no se separe, siempre y cuando la parte incrédula esté de acuerdo en vivir junto a la parte creyente por supuesto.

    Es decir que cuando la Biblia habla de que el cónyuge incrédulo es santificado en el cónyuge creyente, no está dando a entender que el cónyuge incrédulo se salva automáticamente debido a su relación con el cónyuge creyente. La salvación es asunto entre Dios y la persona. Si la persona no quiere ser salva, jamás lo será, aun cuando esté unida en matrimonio a un cónyuge creyente. Además, Pablo prosigue diciendo, que un cónyuge creyente no debe separarse del cónyuge incrédulo, por el beneficio que el cónyuge creyente trae a los hijos de la pareja. La parte creyente pensaba que debía separarse de la parte incrédula para que de esa manera los hijos de la pareja no sean inmundos, pero Pablo dice que lo opuesto es lo correcto. Es decir que la presencia de la parte creyente en la pareja hace santos a los hijos de la pareja, pero si la parte creyente se aleja los hijos de la pareja serían inmundos.

    Nuevamente aquí, cuando Pablo dice que los hijos de la pareja son santos, no está diciendo que son salvos, sino que están santificados en el cónyuge creyente, es decir, puestos aparte del mundo para recibir la influencia benéfica del creyente.