Dios te ama demasiado para permitirte caminar por esta vida con puntos ciegos. Ellos te impactarán. Impactarán a los demás y, por lo tanto, envían llamadas de atención.
Lo que no sabes puede hacerte daño y lo que tu corazón no puede ver incluso con los ojos bien abiertos puede destruirte espiritualmente. Hoy Ron Moore prueba tu visita y enciende tu corazón para Dios
Cada persona tiene un punto ciego físicamente hablando. Ahora, ¿crees que quizás cada persona tiene un punto ciego espiritual? Algo que haga que, en cierto punto de su vida, simplemente no puedan ver. Está ahí y todos los demás lo ven y todos los demás hablan de ¿por qué no lo puedes ver?, pero simplemente no puedes verlo. Un punto ciego espiritual.
Para algunos de ustedes puede ser un defecto de carácter; al examinar tu vida espiritual, ves que las cosas van muy bien, pero existe esta área de enojo y ha estado sucediendo en tu vida tanto tiempo que ya ni siquiera lo piensas más. Quizás para algunos de ustedes es una actitud; tienes un espíritu crítico y, por lo que sea que suceda en la vida, aflora de una manera no muy cordial. Tal vez para ti se trata de disciplinas espirituales; estás leyendo la Biblia todos los días, estás orando todos los días, pero cuando se trata de dinero, no has dado el diezmo en toda tu vida, así que cuando hacemos un sermón sobre el dinero, no vienes, es por eso que hemos preferido ya no te decir qué sermón vamos a hacer.
Estamos involucrados en una serie de sermones que hemos titulado “Encendiendo” y nuestra oración a través de esta serie es que Dios encendería su corazón con una ardiente pasión para seguirlo. Mira, Dios enciende el corazón ciego con un llamado de atención. Ahora si atrapas tu punto ciego antes de eso, confiesas y luego lidias con eso, pues mucho mejor. Pero si no lo haces, Dios te ama demasiado para permitirte caminar por esta vida con puntos ciegos. Estos puntos ciegos te impactarán, impactarán a otros, impactarán a tu familia y a tus amigos, ellos tendrán un impacto en la iglesia y Dios no permitirá que eso ocurra, por lo que enviará llamadas de atención.
Toma tus Biblias y vamos a 2 Samuel capítulo 12. Aquí hay una importante historia que me gustaría leerles, pero antes examinemos el contexto: “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, Betsabe, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, … y él durmió con ella… Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, … Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías (el esposo de Betsabe) … Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, pero él no fue. Entonces David escribió a Joab una carta, pidiendo poner a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera, y murió Urías. Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Más esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová” (2 Samuel 11)
Mira, si no lidias con tus puntos ciegos, ya sea en el área sexual o en cualquier otra área, eres un accidente esperando a suceder. El punto ciego de David se hizo más y más grande. Así que después de un tiempo él no estaba satisfecho con casarse con muchas mujeres y tener muchas concubinas, él eligió robarle a otro hombre. Ahora, debes recordar esto: tarde o temprano, Dios te llamará la atención por aquellos puntos ciegos que dejas ir sin antes resolverlos.
Entonces, Nathan el profeta va a visitar a David, pero Nathan sabe que ir ante David y preguntarle: ¿por qué mando a asesinar a Urias? No sería tan apropiado como ir y contarle una historia para que la emoción de David se involucre en su pecado, pues él tiene un punto ciego. Mira la historia. «Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.»(2 Samuel 12:1-4) Y Natán le cuenta esto porque los seres humanos siempre vemos mejor en otros y no en nosotros mismos. Es más fácil ver sus puntos ciegos y odiarlos.
Al oír su historia, “se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia. Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre.» (2 Samuel 12: 5-7). Ese hombre eres tú David y porque has hecho algo tan terrible tendrás consecuencias. El bebé que nació, tu hijo, va a morir.
Nunca pienses que Dios aprueba sus puntos ciegos porque hay bendiciones en otras áreas de tu vida. Nunca pienses que Dios se hace de la vista gorda con respecto a tus puntos ciegos porque hay éxito en otras áreas de tu vida. Nunca pienses que Dios va a decir: “oh, lo siento, no haré nada por tu pecado porque sé que ese es uno de tus puntos ciegos. ¿Sabes? Mi Hijo no vino a morir por eso”
Mira, somos responsables de nuestros pecados, de los que somos conscientes y de los producidos por nuestros puntos ciegos. Ustedes conocen la parte triste de la historia de David; él disfrutó de la bendición y el éxito, pero este hombre conforme al corazón de Dios, debido a los puntos ciegos en su vida, tuvo que afrontar situaciones muy difíciles, consecuencias de su pecado. Si miras 2 Samuel, a partir del capítulo 13, hay consecuencias en todas partes; hay celos entre sus hijos, sus hijos se matan entre ellos, hay una violación dentro de su familia y todas son consecuencias de su pecado.
Una cosa más, si no lidias con tus puntos ciegos, si no te ocupas de tus puntos ciegos, se los transmitirás a tus hijos y ellos vivirán otra generación mientras los accidentes se preparan para suceder. Fue Salomón quien sucedió a David como rey, y si vamos a 1 Reyes capítulo 11, vemos que él había heredado los puntos ciegos de su padre. Mire el versículo 1 «Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras«. Y luego, si desciendes al versículo 4 «Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David«. Dos cosas allí: David transmitió sus puntos ciegos a sus hijos. Tal vez David pensó que su corazón estaba completamente dedicado a Dios, sin embargo, a pesar de que estaba viendo un gran éxito, a pesar de que era un hombre según el corazón de Dios, sus puntos ciegos trajeron tremendas consecuencias para él y su familia. Dios enciende el corazón ciego con llamadas de atención.
Bien, ahora me gustaría decirte cuatro cosas que hacer para lidiar con estos puntos ciegos: primero, antes de la llamada de atención severa, que puede no ser tan agradable, pídale a Dios que te muestre tus puntos ciegos. Veamos el Salmo 139, esta puede ser tu oración: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.» Ahora, te invito a que la digamos juntos: “Búscame, oh Dios. Brilla tu luz en mi corazón porque hay algunas áreas oscuras y algunos puntos ciegos que no veo y quiero que por favor me los des a conocer. Quiero saber cuáles son para poder lidiar con ellos. Examina mi corazón y mira si hay alguna forma ofensiva en mí, no por un vano conocimiento, sino por confesión y cambio verdadero.
En segundo lugar, lee la Palabra de Dios. Ahora la pregunta es ¿por qué necesitas estar en la Palabra de Dios? Hay una razón muy simple, para que sea Dios mismo quien te ayude a ver tus puntos ciegos. No puedes leer la Palabra de Dios y no escuchar su voz, confrontándote directamente con respecto a tus puntos ciegos a menos que estés leyendo el mismo pasaje todos los días. Ahora algunas personas hacen eso; leen su pasaje favorito todos los días. Diversifica tu lectura con respecto a las escrituras, muévete a otros lugares porque podría ser que haya un punto ciego allí. Leamos el Salmo 19: «La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.»(Salmo 19: 7-11)
Ahora mira el versículo 12 «¿Quién podrá entender sus propios errores?» Estos son puntos ciegos. Puedo verlos en otras personas, pero ¿quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.» (Salmos 19:12). ¿Ves lo que dice el salmista? Guárdame del pecado voluntario. De acuerdo, sé que estoy haciendo mal, pero mantenme alejado de esas fallas ocultas, esas áreas ciegas y muéstrame lo que son porque yo mismo no puedo verlas. Cuando lees a través de las Escrituras, Dios va a usar Su Palabra para descubrirlas.
Número tres, involucrarse en una comunidad de la iglesia. Involúcrate con otras personas que te mirarán a los ojos y dirán: “estás en un lío, te amo, pero tienes algunos problemas” La verdad es que no somos capaces de ver por nosotros mismo estos pecados, por eso necesitamos de nuestros hermanos en la fe.
Una cosa más. Sea receptivo cuando Dios envía un «Natán» para señalar sus puntos ciegos. Ahora todos nosotros nos ponemos un poco a la defensiva en estas áreas, pero déjame decirlo de esta manera: adoptar una actitud prepotente no servirá de nada, enojarse o perder amistades valiosas porque no te gusta escuchar acerca de tus puntos ciegos, sólo hará que pierdas las bendiciones de Dios para tu vida, e impedirás que Dios restaure integralmente tu vida. Se receptivo cuando Dios envía un «Natán» para señalar tus puntos ciegos.
Verás, las Escrituras dicen que hay tiempo para hablar y hay un tiempo para callar, entonces debes callar y decir: “Dios, una persona imperfecta me está hablando, pero deja que sus palabras sean tuyas y dime cuáles son mis puntos ciegos” La inclinación natural del ser humano será responder y defender, pero no debes hacer eso aquí, solo debes escuchar, aceptar y agradecer; porque el hierro aguza el hierro para que un hombre agudice otro.
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