El hermoso funcionamiento de la iglesia de Cristo

Reciba cordiales saludos, amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio durante las últimas semanas, ha sido la primera epístola de Pablo a los Corintios, en la serie titulada: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En esta ocasión, David Logacho nos mostrará el hermoso funcionamiento de la iglesia de Cristo.

Aquellos que tienen una Biblia a la mano, pueden abrirla en 1 Corintios 12: 12-26. Como antecedente, tenemos que Pablo está haciendo saber sobre las cosas espirituales, entre ellas, los dones espirituales. Ya explicó que los dones fueron distribuidos por, o a través del Espíritu Santo. Los dones espirituales son varios, pero todos han sido dados mediante el Espíritu Santo. También explicó que los dones espirituales han sido dados a cada uno de los creyentes. No existe creyente auténtico que no tenga al menos un don espiritual. Luego para apreciar su variedad Pablo nos proporcionó una lista de algunos de los dones espirituales. En todo caso, todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. A partir del versículo 12 del capítulo 12, Pablo va a mostrar como funcionan los dones en la iglesia local. Para eso, Pablo echa mano del funcionamiento del cuerpo humano. El cuerpo humano tiene una diversidad de miembros, las manos, los pies, los ojos, las orejas, etc., pero todos cumplen una función y trabajan en perfecta armonía. De esto aprovecha Pablo para mostrar que así debe funcionar una iglesia local. Lo primero que tenemos es la unidad del cuerpo. 1 Corintios 12:12 dice: «Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.» Cuando Pablo habla del cuerpo en este versículo, se está refiriendo al cuerpo humano. El cuerpo humano es uno, pero consta de varios miembros, unos son visibles, como las manos, los brazos, los pies, las piernas, los ojos, las orejas, la nariz, etc. Otros miembros del cuerpo son invisibles, porque están al interior del cuerpo humano, como el cerebro, el estómago, el hígado, los riñones, etc. Todos los miembros juntos hacen un cuerpo. Son muchos miembros pero un solo cuerpo. Lo mismo pasa con la iglesia de Cristo, o simplemente Cristo. Son muchos los miembros, pero todos hacen un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo, la iglesia. En segundo lugar Pablo habla de la manera de entrar a formar parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. 1 Corintios 12:13 dice: «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.» Pablo está mostrando como los creyentes llegamos a ser miembros del cuerpo de Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. El verbo bautizar significa sumergir o introducir o meter algo dentro de otra cosa. Entonces lo que Pablo está diciendo es que por un solo Espíritu fuimos todos introducidos en un cuerpo, el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Observe que no es el Espíritu Santo quien hace esta obra de introducir a los creyentes en el cuerpo de Cristo. Mateo 3:11 nos muestra quién es. Hablando de Jesús, note lo que dijo Juan el Bautista: «Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.» Quien venía tras Juan el Bautista, era Jesús. Entonces es Jesús quien bautiza en, o por, o mediante el Espíritu Santo. Con absoluta propiedad podemos afirmar que Cristo Jesús introduce mediante el Espíritu Santo, a los creyentes en su cuerpo que es la iglesia. El único requisito para que Jesucristo introduzca mediante el Espíritu Santo a una persona en su cuerpo en la iglesia, es que esa persona sea creyente, no importa si es judío o gentil, no importa si es esclavo o libre. La primera vez que Jesús introdujo mediante el Espíritu Santo a creyentes en su cuerpo que es la iglesia, fue el día de Pentecostés. A partir de ese momento, toda persona que recibe a Cristo como Salvador, es introducida por Jesucristo mismo, mediante el Espíritu Santo, en su cuerpo que es la iglesia. No existe creyente genuino que no haya sido bautizado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo, en su cuerpo que es la iglesia. Esto es el bautismo por el Espíritu Santo. Además, Pablo deja muy en claro que todo creyente que ha sido bautizado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo, tiene el Espíritu Santo o se le ha dado a beber de un mismo Espíritu. Es la presencia del Espíritu Santo morando en cada creyente, que produce esa maravillosa unión en un cuerpo que es la iglesia. En tercer lugar, Pablo habla de la diversidad de miembros del cuerpo. 1 Corintios 12:14-19 dice: «Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?» En la iglesia de Corinto, todos se sentían atraídos a tener los dones más espectaculares, como el don de lenguas o el don de sanidad, o el don de milagros. Esto sería como si todos los miembros del cuerpo humano quisieran ser sólo pie, o sólo oreja, o sólo ojo, etc. Algo absurdo. Por el hecho que el pie no es oreja, ¿Hace que la oreja no sea parte del cuerpo? Absolutamente no. En el cuerpo humano se ve una variedad de miembros pero cada uno haciendo su parte para que cuerpo pueda funcionar muy bien. Igual debe ser en la iglesia de Cristo. Hay variedad pero en unidad. No todo miembro debe tener el mismo don y ningún miembro se debe sentir como que no es parte del cuerpo de Cristo, por el solo hecho de no tener el don que le gustaría tener. En cuarto lugar, Pablo habla de la complementariedad de los miembros del cuerpo. 1 Corintios 12:20-21 dice: «Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.» Como hay muchos miembros en el cuerpo humano, hay muchos miembros en el cuerpo de Cristo. Como los miembros del cuerpo humano se necesitan unos a otros, los miembros de la iglesia de Cristo también se necesitan unos a otros. Esta verdad es una bofetada a la actitud de algunos creyentes de la iglesia de Corinto, que pensaban que porque tenían algún don espectacular, estaban en su derecho de mirar por debajo del hombro a los demás creyentes que no tenían dones similares. Pablo dice: ¿Qué piensan si el ojo de pronto se rebela y decide que no necesita de la mano? ¿Cómo podrá el cuerpo hacer cosas como comer por ejemplo? ¿Puede un ojo tomar una cuchara y meterla en un plato de comida? Por supuesto que no, porque el ojo y la mano deben complementarse el uno al otro. El ojo ve donde está el plato de comida. La mano toma la cuchara y entre los dos se complementan para que el cuerpo pueda comer. Así debe ser en el cuerpo de Cristo. Cada miembro del cuerpo debe complementarse con los otros miembros del cuerpo para que el cuerpo pueda funcionar adecuadamente. En quinto lugar, Pablo habla de la armonía del cuerpo. 1 Corintios 12:22-26 dice: «Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupan los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos miembros con él se gozan.» Entre los miembros del cuerpo humano no hay nada de discordia, nada de celos, nada de competencia entre ellos. Todo es armonía y equilibrio. Los pies parece que no fueran tan importantes como la cabeza, pero ¿A dónde podría movilizarse la cabeza, si el cuerpo no tuviera pies? Los miembros que parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente. Los pies tal vez no son las partes del cuerpo que todos quieren mostrar y por eso los cubrimos con zapatos. Los miembros del cuerpo menos decorosos son tratados con más decoro. Piense en miembros como el cerebro, el corazón, el estómago, etc. No son miembros muy vistosos que digamos y por eso son tratados con más decoro y han sido puestos en el interior del cuerpo. Dios ordenó el cuerpo de esta manera, dando más abundante honor al que le faltaba para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupan los unos por los otros. Existe un espíritu de unidad y armonía en el cuerpo. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren igual. Si un miembro goza, todos los miembros gozan por igual. Todo esto debería estar presente en la iglesia de Cristo. Debe haber unidad en armonía. Los creyentes que tienen dones que no son vistosos o espectaculares, son los más necesarios. Los creyentes que tienen dones que parecen no ser tan vistosos, deben ser siempre animados por los creyentes que tienen los dones más vistosos. Solamente así no habrá celos, ni divisiones, ni contiendas en la iglesia de Cristo.

Antes de despedirnos queremos agradecerle por su sintonía y además le invitamos a visitar nuestra página en Internet y nos haga llegar sus comentarios acerca del programa y además conozca la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA. Romanos 11:26 dice que todo Israel será salvo, pero Mateo 8:12 dice que Israel será echado a las tinieblas de afuera donde será el lloro y el crujir de dientes. ¿Parece contradictorio? Nuestra dirección en la Internet es: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga ricamente.

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