El Evangelio y el Matrimonio Pt. 3

Hola amigo, que gusto estar junto a ti, antes de empezar este nuevo estudio bíblico hay algo que quiero que recuerdes: Cristo es suficiente para tu matrimonio. Sé que hay muchas circunstancias por las que cada matrimonio atraviesa a lo largo de su vida y al decir esto no pretendo simplificar lo que ocurre, pero si quiero dejar claro que, si no vamos a la gracia de Cristo en nuestros matrimonios, no tenemos esperanza de experimentar lo que Dios desea para nosotros en esto. La gracia de Dios es fundamental para esto. Cristo es suficiente para nuestras vidas y Cristo es suficiente para nuestros matrimonios.

Estamos estudiando los fundamentos del matrimonio a la luz de Efesios 5, en programas anteriores hemos vistos dos de ellos: número uno, la gloria de Dios es el objetivo final del matrimonio y número dos, la gracia de Dios es la máxima esperanza para el matrimonio. Hoy veremos un tercer fundamento, el Evangelio de Dios es la imagen definitiva en el matrimonio. Este es el núcleo de Efesios 5. Existe una correlación dominante entre la relación de un esposo con su esposa y la relación de Cristo con su Iglesia que se encuentra en Efesios 5.

Así que, toma tu Biblia y acompáñame al versículo 22 de Efesios 5. Escucha las palabras comparativas: «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Efesios 5: 22-25).

Esto nos lleva al versículo 31, de Efesios 5: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.» Entonces escucha lo que dice. Esto es increíble. «Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia«. ¿Te das cuenta de lo que dice allí? Él dice que cuando Dios creó el matrimonio en el capítulo 2 de Génesis, Él no solo hizo algo al azar, Él diseñó el matrimonio intencionalmente.

Pablo dijo en Efesios 5, que el matrimonio es un misterio. Es un misterio que Moisés y las personas en el Antiguo Testamento no se dieron cuenta de la plenitud del significado de lo que estaba sucediendo allí. Cuando Dios diseñó el matrimonio y trajo a un hombre y una mujer juntos, fue su diseño desde el principio, no fue Pablo quien lo dijo en Efesios 5.

Pablo está diciendo que el diseño de Dios, desde el principio, fue para darnos una ilustración en el matrimonio de la forma en que Cristo ama a su pueblo. La relación matrimonial la diseñó Dios para ser una imagen de Él diciéndole al mundo cuanto lo ama. Dios le dice al mundo: “si quieres saber cómo mi Hijo ama a mi pueblo, mira el matrimonio y verás una imagen del Evangelio”.

Las esposas le dan una imagen de la Iglesia al mundo. Eso es lo que Efesios 5 está enseñando. Las esposas le dan una imagen de la Iglesia al mundo y los maridos le dan una imagen de Cristo al mundo. Señoras y señores, sus matrimonios, cada uno de nuestros matrimonios, le da una imagen al mundo de la relación de Cristo con su pueblo. Una imagen ineludible. Con eso quiero decir que no eres tu quien elige si dar o no una imagen; tu matrimonio, mi matrimonio le está dando una imagen al mundo. La pregunta no es si estamos dando una imagen. La pregunta es ¿qué tipo de imagen estamos dando? Y esta verdad es a la vez desafiante y alentadora.

Esposas, si no duermes con tu esposo, le muestras al mundo que Cristo no está satisfaciendo lo suficiente para su pueblo. Si faltas el respeto a tu marido, le muestras al mundo que la Iglesia no respeta a Cristo. Si no siguen a su esposo como lo describe Efesios 5, le muestran al mundo que Cristo no vale la pena seguirlo. Esposos, si abandonan a sus esposas, le muestran al mundo que Cristo abandona a su pueblo. Si ignoras a tu esposa, le muestras al mundo que Cristo no quiere tener nada que ver con su pueblo. Entonces ¿nos damos cuenta de lo que está en juego aquí?

Es por eso que ese primer fundamento es tan clave. Esta es la gloria de Cristo y su pacto con su pueblo que está ligado a la imagen del matrimonio. Pensar cómo lo hacen en toda nuestra cultura y no solo en nuestra cultura, sino en toda la iglesia, es algo terrible porque calumniamos abiertamente la fidelidad de Cristo. Calumniamos la fidelidad de Cristo con la forma en que nos alejamos del matrimonio, muchas veces, para disfrutar de unos momentos de placer mundano. Que Dios nos perdone.

Es por eso que nos mantenemos juntos en el matrimonio, no porque sea fácil, no porque siempre tenga sentido según tus sentimientos. Permanecen juntos en matrimonio porque el pacto de Cristo está en juego. En esta imagen ante un mundo perdido y agonizante que necesita ver el amor de Cristo debemos ser la imagen de fidelidad de Dios a través de nuestro matrimonio.

Esto eleva el matrimonio a un nivel completamente diferente que debemos ver en la iglesia. Y lo que es alentador acerca de esto es que los maridos tienen un perfecto ejemplo de cómo hacerlo. ¿Quieres saber cómo amar a tu esposa? ¿Quieres saber cómo amar a tu novia? Mira a Cristo. Él nos muestra cómo hacerlo, Él nos dice cómo hacerlo. Toda su vida es una imagen de cómo hacerlo, así que mira hacia Él. No tienes que ser un pionero en esto, tienes uno que ya lo ha sido antes que tú. Jesús ha demostrado cómo se ve el matrimonio en su relación con su pueblo. Y las esposas ven esto. Así como Dios diseñó la satisfacción de su iglesia para ser encontrada en un esposo llamado Cristo. Él ha diseñado el disfrute y la satisfacción para ti.

Ahora, sé que algunos de ustedes piensan: “bien, eso no es lo que está sucediendo en mi vida en este momento. No es lo que estoy experimentando en el matrimonio, entonces ¿qué debo hacerlo?” Y sé que hay hombres y mujeres que no han mostrado esta imagen en el pasado y no pueden deshacer eso. Pero lo que quiero hacer este día, es alentarte, ante todo, a mirar tu pasado redentor. Mira tú pasado a la luz de la gracia de Dios que cubre tu pasado. La gracia de Dios cubre nuestro pasado. Alabado sea Dios, su gracia cubre nuestro pasado. Pero no solo cubre nuestro pasado. Su gracia empodera nuestro presente y la gloria de Dios está ligada en el pacto matrimonial. La gracia de Dios permite el pacto matrimonial, y el Evangelio de Dios se está proclamando al mundo a través del pacto matrimonial. Eso significa que Dios está muy involucrado en su alianza matrimonial. Él quiere darte todo lo que necesitas para que esto funcione. Dios pone los recursos divinos del cielo a tu disposición para que, para su gloria, tú y tu esposa, por su gracia, tú y tu esposo se unen aun cuando no sea fácil, incluso cuando es difícil, se unen y juntos predican el Evangelio al mundo con la forma en que se aman. Este es el diseño de Dios para el matrimonio.

El factor motivador en nuestros corazones es la gloria de Dios y el Evangelio por su gracia. Nunca podremos continuar con lo que dice el resto de las Escrituras si no creemos en el Señorío de Cristo, y digo esto porque de pronto tu puedes pensar: “no me creo esto, esa no es la respuesta para mi matrimonio, eso es algo que esta pasado de moda.” Y permíteme decirte que, la razón por la que no lo crees es porque no has creído en el señorío de Cristo en tu vida. El Señorío de Cristo dice: “aquí está mi gloria, aquí está mi gracia disponible para ti y aquí está el Evangelio. Te doy lo que necesitas para que esto sea una realidad.” Entonces, ¿cómo se ve esta realidad?

Ahora ingresemos a las instrucciones basadas en estos tres fundamentos, y dividiremos estas instrucciones en roles y responsabilidades. Eso es lo que hace Efesios 5. Entonces, tenemos roles y responsabilidades de esposos y esposas. Comenzaremos con los roles. Ahora, recuerda que Dios no diseñó el matrimonio al azar. No fue solo arbitrario. Él hizo todo esto a la luz de estos fundamentos. Todo es intencional.

Empecemos, número uno, como Cristo se relaciona con la Iglesia, el esposo es la cabeza de su esposa. Cuando Cristo se relaciona con la iglesia, el esposo es la cabeza de su esposa. Este es el versículo 23: «porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia«. Ahora quiero hacer una pequeña lección de gramática aquí para recordarte algo; muchas veces confundimos indicativos con imperativos en las Escrituras. Quiero que me prestes atención aquí, algunos están confundidos sobre cuáles son los indicativos y los imperativos.

Los indicativos son declaraciones de hecho, esta es la forma en que algo es. Los imperativos son órdenes, es algo que debes hacer. Estas son acciones que hacemos. Ahora, la razón por la que resalto la diferencia entre indicativos, declaraciones de hechos e imperativos, mandatos para hacer es que, cuando vengas a Efesios 5, debemos darnos cuenta de que no hay un solo imperativo en este pasaje, para que los esposos sean los jefes de sus esposas. Déjame repetir eso. No hay un mandato en este pasaje para que los maridos sean jefes de sus esposas.

No dice que los maridos deben ser la cabeza de su esposa, eso no es un imperativo en Efesios 5. En cambio, es un indicativo, es una declaración de hecho. La Biblia dice que el esposo es el jefe de la esposa. Así como el cielo es azul, el esposo es la cabeza de la esposa. Es una realidad es la forma en que Dios lo ha diseñado. Ahora, en este punto, quiero recordarte 1 Corintios capítulo 11, versículo 3 donde leemos: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”

Bien, quiero decírtelo porque sé que tan pronto como hable de esto muchos se molestaran, pero déjame aclarar algo. Cristo es mencionado como el jefe de su iglesia, Él es la cabeza sobre todos nosotros, por lo que este pasaje no dice que el esposo toma el lugar de Cristo en la vida de una esposa, no es lo que dice este pasaje. Este pasaje no dice que un esposo sea infalible, perfecto o supremo como Cristo, en absoluto. Este pasaje no dice que Cristo no es la cabeza de una esposa. Cristo definitivamente está a cargo de esposas y esposos, Él es cabeza de todos nosotros. Pero la imagen que vemos aquí es que existe una relación entre un esposo y la esposa; el esposo es el jefe de la esposa.

Ahora, 1 Corintios 11: 3 dice que la cabeza de Cristo es Dios, y esto, de ninguna manera está dando una imagen de inferioridad y superioridad. Gálatas 3:28 dice: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Esto deja muy en claro que todos somos iguales en Cristo, juntos en Cristo. Y la razón por la que menciono 1 Corintios 11: 3 es porque habla de cómo Dios es la cabeza de Cristo y sabemos que Cristo es completamente Dios, Él es completamente divino, Dios no es menos que el Padre.

Espero que puedas acompañarnos en nuestro siguiente capítulo y conocer juntos cual es el verdadero propósito del matrimonio bajo a luz de la Palabra de Dios. Que Dios te bendiga.

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