El clímax de la profecía bíblica

Con mucha satisfacción le damos la bienvenida, amiga, amigo oyente y le invitamos al estudio bíblico de hoy en el libro de Apocalipsis. Estaremos estudiando la segunda parte del capítulo 19. En muchas maneras, este pasaje bíblico recoge el clímax de la profecía bíblica. ¡Relata el evento tan esperado! Presenta la segunda venida del Rey de Reyes y Señor de Señores.

Luego del preludio de alabanza a Dios tanto en la tierra como en el cielo, y del relato de las bodas del Cordero, el apóstol Juan nos introduce al evento más importante de toda la profecía bíblica. El evento más codiciado por todos los que amamos al Señor. Me refiero a la segunda venida de Cristo. Al inicio del libro de Apocalipsis se hizo referencia a este evento cuando Apocalipsis 1:7 dice “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá” El que ascendió al cielo y que en la actualidad está sentado a la diestra del Padre, regresará a la tierra para destronar a Satanás y tomar lo que es suyo y para establece su reino en la tierra por mil años. No olvide amable oyente que la segunda venida de Cristo difiere totalmente del arrebatamiento de la iglesia. En el arrebatamiento, Cristo vendrá a las nubes y desde allí llamará a la iglesia. En su segunda venida, Cristo vendrá a la tierra a establecer su reino milenial. En el arrebatamiento, Cristo vendrá por los suyos, en cambio en la segunda venida, Cristo vendrá con los suyos. El arrebatamiento será un asunto secreto entre Cristo y su iglesia, en cambio en la segunda venida será un asunto público. Todo el mundo será testigo de ella. El arrebatamiento marcará el inicio del terrible juicio sobre la tierra. La segunda venida de Cristo marcará el final del terrible juicio sobre la tierra. Son las diferencias entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo. Dicho esto, consideremos los detalles de la segunda venida de Cristo. En la primera parte, Apocalipsis 19:11-16 Juan nos hace una descripción del que viene, y en la segunda parte, Apocalipsis 19:17-21 Juan nos presenta la gestión del que viene. Por ahora vamos a estudiar solamente la primera parte, la descripción del que viene. Juan vio a Jesús mientras Jesús estaba en el mundo. Juan lo vio morir, Juan lo vio siendo sepultado, Juan lo vio resucitado y finalmente Juan lo vio levantándose de la tierra al cielo. Pero lo que Juan está contemplando ahora, aunque es el mismo Jesús, sin embargo, la apariencia es totalmente diferente. Note amable oyente. Apocalipsis 19:11 dice: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.” Muchas de las cosas que Juan vio en el cielo, fueron a través de una puerta abierta en el cielo. Pero para el evento culminante de la profecía, ya no es una puerta en el cielo lo que se abre sino el cielo mismo, en todo su esplendor, gloria y magnificencia. Allí en medio de indescriptible gloria, aparece un brioso corcel blanco y en sus lomos un jinete. Esta figura nos lleva a pensar en los desfiles romanos para celebrar una victoria militar. El general romano que había comandado las huestes militares triunfadoras montaba un caballo blanco y era seguido por su ejército victorioso en una imponente marcha por la Vía Sacra hacia el templo de Júpiter en la colina del Capitolio. La primera venida de Cristo fue en humillación. Entró a Jerusalén montado en un pollino. Pero la segunda venida será en gloria. Vendrá como un conquistador victorioso, montando un caballo blanco, listo para aplastar al Anticristo y sus fuerzas, para derrotar a Satanás y para tomar control de la tierra. Solo con pensarlo se me llena de un gozo indescriptible el corazón. Juan dice que el jinete sobre el caballo blanco se llamaba Fiel y Verdadero. Esto hace referencia a su carácter. Él dijo que vendría otra vez y está cumpliendo con su palabra. Es digno de confiar. Además, Juan dice que con justicia juzga y pelea. Por ser Dios, Cristo Jesús es absolutamente justo. Sus palabras son justas, sus pensamientos son justos y sus obras son justas. Inclusive, su castigo para el pecador, es justo. Los siete años previos a la segunda venida de Cristo serán de terrible castigo para los incrédulos moradores de la tierra. Muchos dirán: Dios es injusto por castigar así a los humanos. Pero no hay tal. Dios es justo amable oyente. Con justicia juzga y pelea. Puede ser que Usted esté enfrentando profundo sufrimiento a causa de alguna situación que le parece injusta. No se desanime amable oyente. Por alguna razón que ni Usted ni yo la entendemos, Dios lo ha permitido, y si Él lo ha permitido es porque eso es justo. Dios no puede hacer nada que sea injusto. Juan continúa con la descripción del que viene. Apocalipsis 19:12-13 dice: “Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.” Los ojos de llama de fuego significan que nada escapa de su visión penetrante, de modo que sus juicios son siempre justos, apegados a la realidad de los hechos. Los hombres podemos engañar a otros hombres escondiendo cosas que no queremos que ellos sepan, pero eso no funciona con Cristo Jesús. Sus ojos como llama de fuego están al tanto de todo. Las muchas diademas en su cabeza significan que él tiene autoridad suprema. Él es el Todopoderoso y Magnífico Rey de reyes y Señor de señores. Luego Juan distinguió un nombre, pero al leerlo, no pudo entender su significado. Esto denota que en Cristo Jesús existen cosas demasiadamente profundas para ser comprendidas por la mente de los humanos. La vestimenta de Cristo es por demás interesante. Se trataba de una ropa teñida en sangre. La sangre no proviene de los muertos en la batalla de Armagedón, porque a estas alturas de los acontecimientos, la batalla de Armagedón todavía no ha tenido lugar. Jesucristo todavía no ha entrado en batalla. La sangre que ha teñido la ropa de Jesucristo, es un símbolo de las muchas batallas que ha enfrentado contra el pecado, contra Satanás y contra la muerte. Algo que para Juan era muy evidente es que Cristo es: EL VERBO DE DIOS. Fue con este título que Juan describió a Jesucristo en su evangelio. Como VERBO DE DIOS, Jesús es la imagen del Dios invisible, la imagen misma de la sustancia de Dios y la revelación completa y final de Dios. Ver a Cristo es como ver a Dios. Amar a Cristo es como amar a Dios. Recibir a Cristo es como recibir a Dios. Rechazar a Cristo es como rechazar a Dios. Pero Cristo no vendrá solo a la tierra. Note lo que dice Apocalipsis 19:14 “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.” Los ejércitos celestiales son los salvos, los santos, los redimidos de todas las edades. Allí están los santos del Antiguo Testamento, entre ellos está la iglesia glorificada, también están los santos que murieron durante la tribulación. Sus vestiduras consistentes en lino finísimo, blanco y limpio nos hace pensar en que estas personas lavaron sus ropas en la sangre que derramó Jesucristo en la cruz del Calvario. Parece inclusive que los ángeles de Dios formarán parte de los ejércitos celestiales. Los ejércitos celestiales están montando caballos blancos porque ellos también han sido hechos por Cristo participantes de sus victorias como Conquistador. Pero tome en cuenta amable oyente, que los ejércitos celestiales no vienen para ayudar a Cristo en la inminente batalla de Armagedón. Observe que los ejércitos celestiales no traen armas. Los ejércitos celestiales vienen únicamente para reinar juntamente con Cristo en el ya próximo reino milenial, en el cual Cristo será el Rey de reyes y Señor de señores. Luego de hablarnos de los que acompañan a Cristo en su segunda venida, Juan retoma la descripción de la persona de Cristo. Apocalipsis 19:15-16 dice: “De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Esta parte de la descripción de la persona de Cristo en su segunda venida tiene que ver con el juicio que trae sobre Satanás, el Anticristo, el Falso profeta, los ejércitos del mundo congregados para hacer guerra a Jesucristo y en general sobre todo el mundo incrédulo. Juan vio que de la boca de Cristo salía una espada aguda. Esto significa el poder de Cristo para destruir a sus adversarios con el solo poder de su palabra. Cristo dará la orden y todos sus adversarios se harán mil pedazos. Por eso Juan dice que las naciones serán heridas con la espada aguda que sale de la boca de Cristo. Además, Cristo tiene como cetro una vara de hierro. Esto simboliza que en su reino sobre la tierra, Cristo Jesús gobernará con justicia y con severidad a las naciones. El mal no será tolerado en el reino de Cristo sobre la tierra. Jesucristo también es quien pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Esto simboliza que Cristo es quien ejecuta el castigo sobre todos los incrédulos del mundo al final de la tribulación. Juan termina su descripción de Cristo afirmando que en una especie de banda, como las que usan los presidentes y las reinas de belleza, la cual cubre la vestidura y el muslo de Cristo, se podía leer un título glorioso: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Esto significa que Cristo es el Soberano absoluto sobre los reyes y poderosos de la humanidad. Grandiosa descripción de mi Amado Salvador amable oyente. Un día futuro seremos testigos de esto.¡Oh cuan digno es de toda la adoración! Como no decirle desde lo más profundo del corazón: ¡Bendito seas por siempre!

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