Humildad 3pt.

Hola amigo, amiga oyente, existen tres razones por las cuales la grandeza de Dios estará en el centro de nuestra adoración en lugar de actividades baratas y vulgares que nos entretendrían en la adoración. En el programa anterior estudiamos la primera razón y este día continuaremos estudiando ¿por qué Dios debe ser el centro de nuestra adoración? Empecemos recordando la primera de ellas; la grandeza de Dios está en el centro de nuestra adoración porque Él desea nuestra adoración. Segundo, Él es glorioso. La salvación y la gloria pertenecen a nuestro Dios. Ahora nota que cuatro veces diferentes en este pasaje se menciona la palabra, “aleluya”. Lo que es interesante es que es una palabra muy común en el Antiguo Testamento y que, no es común en el Nuevo Testamento. Esta es la única vez que se usa en todo el Nuevo Testamento y se usa cuatro veces diferentes enfatizando la alabanza, la gloria que se le da a Dios. Y así, cuando llegamos al capítulo 19 de Apocalipsis, Juan trae estas imágenes del Antiguo Testamento de Dios liberando a su pueblo, dándole a Él la gloria como resultado de eso para decir que Dios nos ha liberado y que es digno de toda nuestra alabanza y de toda nuestra gloria y así Él repite una y otra vez aleluya, alabado sea el Señor. Él es Salvador, Él es glorioso.

Tercero, Él es omnipotente. La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios. A la luz de la imagen de Babilonia y del mal y del sufrimiento en Apocalipsis capítulo 17 y 18 que el mundo tiene. El capítulo 19 de Apocalipsis exalta a Dios por su poder. ¿Quién es la única persona que tiene el poder de vencer el mal y el sufrimiento en Babilonia? ¿Quién es el único en el mundo que puede vencer el mal y el sufrimiento? Solo Él tiene el poder de hacer eso. Él es omnipotente. Siguiente y estos dos próximos van juntos. Él es verdadero y Él es justo. Apocalipsis capítulo 19 versículo 2 dice: «porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.”  Dios está siendo alabado por su venganza contra los que mataron a su pueblo.

Apocalipsis capítulo 17 versículo 6 dice: «Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.» Babilonia había acabado con la vida de muchos de los del pueblo de Dios. Y así, en Apocalipsis capítulo 19, Él en realidad es alabado en Su verdad y en Su juicio por la venganza que trae sobre las naciones. Ahora parece un poco raro que Dios sea alabado por su venganza.

Cuando leemos el capítulo 149 de Salmos, cuyo comienzo es simplemente majestuoso, solemos decir amén después de cada versículo, leámoslo para estudiar un poco de esto, la Biblia dice: «Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos.» Dios nos ha dado la salvación. Pero luego, llegamos a la mitad del camino y dice «Para ejecutar venganza entre las naciones, Y castigo entre los pueblos» y, de repente, ya nadie dice “amen”. Y luego dice: «Para aprisionar a sus reyes con grillos, Y a sus nobles con cadenas de hierro; Para ejecutar en ellos el juicio decretado; Gloria será esto para todos sus santos. Aleluya.» Luego saltamos al Salmo 150, esto dice: «Alaba al Señor, alaba a Dios» y volvemos a decir amén, amén.

Lo que quiero que veas es que lo que se está enfatizando en el capítulo 19 de Apocalipsis no es el sufrimiento que la gente finalmente experimentará debido a su pecado. Lo que se enfatiza es que tenemos un Dios que no hace oídos sordos a la injusticia y el mal. Él no pretende que no sucedió, Él no pretende que no es real y no pretende que no duela. Él es un juez verdadero y justo, y esto es importante para nosotros en nuestra adoración.

Luego, Él es eterno. El versículo 3 dice: “Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.” Su justicia es eterna. Su verdad es eterna. Su poder es eterno. Todas estas características que hemos visto de Él duran para siempre. Ahora bien, esta es una noticia sólida y es algo que instaría a cada persona a considerarlo. Te insto a que te des cuenta de que el adversario no se deleitaría más que en convencerte de que tu pecado en realidad no va a importar en la eternidad y que puedes jugar con el pecado porque no habrá consecuencias, pero esto no es verdad.

El juicio de Dios sobre el pecado es irreversible y su gracia es eterna. Su gracia es eterna, pero también su juicio es eterno. ¿No es bueno saber que habrá un día en el que no existirán más actos sin sentido de violencia e injusticia y maldad y sufrimiento? No existirán más porque Él es eterno en Su justicia y Su verdad. Lo alabamos porque Él es eterno por los siglos de los siglos. Él es poderoso.

Bien, acompáñame a Apocalipsis capítulo 19 versículo 6, la Biblia dice: «¡Aleluya! Porque nuestro Señor Dios Todopoderoso reina.» Me encanta esta frase aquí en el Libro de Apocalipsis. En este momento tenemos que conocer algunos antecedentes. Domiciano, el emperador de Roma había declarado que se le debía dirigir como señor y dios. Entonces, si tuvieras que dirigirte al emperador de Roma, Domiciano, lo llamarías señor y dios. Ahí vemos a Juan, sentado en el exilio en la isla de Patmos, escribiendo a aquel continente que está bajo el dominio de los emperadores y él decide que va a mostrarles quién es Dios. Este es uno de los pocos momentos en el Nuevo Testamento, donde se enfatiza esto y Juan lo hace nueve veces en el Libro de Apocalipsis, él dice que el Dios que adora no es solo Señor Dios; es el Señor Dios Todopoderoso y eso es lo que separa a Domiciano, de su Dios. ¿No es eso bueno? Todopoderoso, Él es poderoso, Él está por encima de cada dios, cada ídolo que podría ser adorado en este mundo. Él es poderoso.

Luego, Él es soberano. El Señor Dios Todopoderoso reina. Él está en control. Él está en Su trono. Él está reinando en el cielo. Esta es una gran imagen. La soberanía de Dios está en todo el Libro de Apocalipsis. ¿Cómo te aferras a tu fe si eres un cristiano del primer siglo y estás enfrentando persecución a tu alrededor desde Babilonia? Te aferras a tu fe porque sabes que Dios reina sobre Babilonia, que Dios reina sobre Roma, Dios reina sobre cada poder que este mundo podría traernos. Dios reina. Satanás está atado. Ese es el mensaje del Libro de Apocalipsis. Dios es soberano.

Finalmente, Él es santo. Vamos a ver esto en otro programa, donde se representa a su novia como brillante y limpia a causa de la justicia que le había sido dada por Cristo y cómo eso muestra la santidad del pueblo de Dios. Pero ahora quiero que veas esto, Él es el Salvador, Él es glorioso, Él es omnipotente, Él es verdadero, Él es justo, Él es eterno, Él es poderoso, Él es soberano, Él es santo. Si tenemos ese tipo de Dios, entonces, ¿por qué no queremos poner la grandeza de Dios en el centro de nuestra adoración? ¿Por qué querríamos enfocarnos en cualquier otra cosa cuando nos reunimos? Me agobia que en nuestros deseos de atraer gente a la adoración en la iglesia hoy en día, se haya convertido en una gran tentación diluir la adoración y diluir la imagen de la verdad, la justicia de Dios y la soberanía, el poder y la santidad de Dios. Y se ha hecho esto con el deseo de atraer a más personas.

Amigo oyente, tengo noticias para ti, las personas no están hambrientas por la grandeza del poder de la música. Están hambrientos por la grandeza de nuestro Dios. La gente no tiene hambre de discursos entretenidos y actuaciones resbaladizas. Tienen hambre del Salvador, que es todo glorioso y todo poder, verdadero, justo, eterno, poderoso, soberano y santo. Están hambrientos de verlo porque si no lo ven en nuestra adoración congregacional, ¿dónde lo verán? ¿En la tele, en películas o en Internet? Dios nos ayude a no diluir de ningún modo esta imagen de grandeza. Y que, cuando veamos esta imagen de grandeza, adoraremos como las multitudes del cielo adoran a Dios por toda la eternidad.

Mira su grandeza porque entonces verás la alegría del pueblo de Dios en la adoración. Mira la respuesta de la gente cuando llegas al versículo 5 y 6, la iglesia comienza a alabar a Dios. Dice en el versículo 5: «Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.» Aquí está la primera respuesta del pueblo de Dios, lo veneramos. Tememos su nombre. En la adoración congregacional lo veneramos. Nuestra adoración congregacional mostrará lo que creemos acerca de Dios, demostrará si estamos aburridos con Dios o si Lo veneramos y lo tememos. Luego dice “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”. Verso 7 «¡Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria!»

Segundo, nos regocijamos en él. ¿Por qué nos regocijamos en él? Bueno, si miras todo el capítulo verás que es porque el pecado es juzgado, porque reina, porque el matrimonio del Cordero ha llegado. Tenemos muchas razones para alegrarnos. Lo que es interesante en estas dos palabras, “se regocijan y se alegran”, es que es la única vez en la Escritura, además de esta, en la que se usan juntas es en el Sermón del Monte, en Mateo capítulo 5 versículo 12, cuando se está hablando con algunas personas acerca de la persecución. Regocíjate y alégrate cuando eres perseguido porque tus Padres enfrentaron persecución antes de ti. Regocíjate y alégrate en medio de la persecución. ¿Por qué? Porque Dios es glorioso. Porque Dios es todas estas cosas que hemos visto. Es por eso por lo que nos regocijamos en Él.

Y luego, en tercer lugar, esta es la mejor parte, y es que estamos listos para Él. Lo veneramos, nos regocijamos en Él y estamos listos para Él. «porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.» ¿qué? «Se ha preparado«. Esta es la imagen de la novia o el banquete de bodas y es una imagen que hemos visto en el Nuevo Testamento hasta este punto. Todo se dirigió a esto. Ahora, en el primer siglo, básicamente había dos etapas principales en una boda; tienes el compromiso, que es básicamente cuando un hombre y una mujer se comprometen a casarse y casi se los mira como marido y mujer, a pesar de que oficialmente no se han casado. Tienes el compromiso y luego tienes, en acto de la boda. Y la boda, básicamente, de la manera en que funcionaría es que el novio iría con sus asistentes a la casa de la novia, de donde la sacaría y la llevaría a su casa donde celebrarían la boda. Ahora, agarremos esa imagen y pongámosla en el Nuevo Testamento por un segundo, a la luz de Apocalipsis capítulo 19, según Dios que ha dicho que si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonarlos y limpiarnos de toda nuestra injusticia. Cuando confesemos que Él es Jesús, Él es Señor y creemos en nuestro corazón que Dios lo levantó de la muerte, seremos salvos.

Sabemos que en el cielo tenemos nuestra eternidad garantizada por la gracia de Jesucristo. Estamos esperando, que el novio llegue y lleve a su novia y se está acercando el día cuando Él vendrá por nosotros y nos llevará a Su casa donde pasaremos la eternidad con Él para siempre. La razón por la cual la grandeza de Dios está en el centro de nuestra adoración, es porque estamos listos. Estamos listos para que nuestro novio venga y nos lleve como su novia y como resultado de esto, fijaremos nuestros ojos, nuestros pensamientos, nuestras mentes y nuestros corazones en Él, semana tras semana, día tras día hasta que Él regrese, porque nos mostraremos listos para Él. Que Dios te bendiga.

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