Mantener intacta la fe

Saludos cordiales amigos oyentes. Sean todos Uds. bienvenidos al estudio bíblico del día de hoy. La apostasía siempre ha estado presente a lo largo de la historia del cristianismo, pero lo lamentable es que a medida que avanza el tiempo, la apostasía se fortalece más y más. Con sobrada razón podemos decir que la apostasía el día de hoy es mayor que la apostasía del día de ayer y menor que la apostasía del día de mañana. Ante este incremento constante de apostasía, ¿qué debernos hacer los creyentes para si no eliminarla, al menos no permitir que nos arrastre y nos destruya? Judas ha dicho ya que debemos contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Esto nos habla de luchar con toda nuestra fuerza, al punto de agonizar por ello, por el ideal de mantener intacta la fe, o el cuerpo de doctrina dada por Dios una vez y para siempre a los santos. La pregunta es cómo. En el estudio bíblico de hoy, analizaremos una manera de hacerlo.

Si tiene una Biblia a la mano, por favor ábrala en la epístola de Judas, versículos 17 a 19. Este pasaje bíblico nos habla de un mandato que es parte de contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Consideraremos los ejecutores del mandato, el enfoque del mandato y el efecto del mandato. En cuanto a los ejecutores del mandato, la primera frase del versículo 17 dice: «Pero vosotros, amados…» Recordemos que Judas estaba hablando sobre los apóstatas, diciendo que ellos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, que hablan cosas infladas y que adulan a las personas para sacar provecho personal de ellos. Ahora, Judas ya no va a hablar de los apóstatas, por eso comienza la frase con las palabras, pero vosotros. La mirada de Judas se quita de los apóstatas y se pone sobre otro grupo de personas. ¿Sobre quienes? sobre los amados. Los amados son los verdaderos creyentes que iban a leer su carta. Los amados somos Ud. y yo que hemos recibido el perdón gratuito de nuestros pecados con tan solo haber creído en la palabra de Dios. Judas nos trata con ternura al llamarnos amados. Lo que Judas va a decir no es para los apóstatas, sino para los amados. En cuanto al enfoque del mandato, Judas 17 continúa diciendo «tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo» Dirigiéndose a los amados. Judas les dice: Tened memoria o recordad. ¿Recordar qué? Las palabras que antes fueron dichas por un grupo especial de hombres llamados los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Lo que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo dijeron, esta en el Nuevo Testamento. Judas está diciendo: Miren amados, si Uds. quieren mantenerse firmes en medio de un mundo caracterizado por la apostasía, lo primero que tienen que hacer es recordar, no lo que tal o cual maestro ha dicho, tampoco lo que tal o cual religión ha dicho, ni siquiera lo que tal o cual denominación ha dicho, sino lo que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo han dicho. Judas ve como algo demasiadamente importante que los creyentes volvamos a nuestra vieja y amada Biblia. Los apóstatas con su vocabulario florido nos tratan de alejar de la Biblia. El Espíritu Santo por medio de Judas nos trata de acercar a la Biblia. La apostasía amigos oyentes se sustenta en opiniones y razonamientos humanos y por eso es corrupta en esencia, porque el corazón del hombre es por naturaleza corrupto. Jeremías 17:9 dice «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? En cambio la palabra de Dios, las cosas que fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo son la verdad. Juan 17:17 dice «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad» Amigos oyentes, necesitamos urgentemente volver a la Palabra de Dios, la Palabra de Dios debe ser nuestra norma de conducta y práctica. En la medida que estemos apegados a la Biblia estaremos seguros en lo que es la verdad. Todo lo que oigamos o leamos comparémoslo con lo que dice la palabra de Dios. Si hay coincidencia, amén. Dios ha utilizado un siervo suyo para comunicar su palabra, pero si hay diferencia, cuidado, a lo mejor estamos frente a un apóstata. Interesante es notar que para recordar algo primero es necesario conocerlo. Ud. y yo debemos hacer un esfuerzo sincero por estudiar y asimilar la palabra de Dios. Si es posible debemos memorizar versículos importantes o pasajes importantes, para que cuando enfrentemos a un apóstata inmediatamente lo identifiquemos y cerremos nuestros oídos a su basura doctrinal. Recuerde que los apóstatas no entran de frente a las Iglesias. Los apóstatas entran encubiertamente, y una vez que están adentro empiezan con engaño a sacar sus herejías. Si Ud. y yo no tenemos un conocimiento al menos somero de la Biblia, perfectamente podemos caer en sus garras y ser arrastrados en el error. En cuanto al efecto del mandato, Judas 18-19 dice «los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu» Recordar lo que han dicho los apóstoles del Señor Jesucristo trae mucho beneficio al creyente. Dentro de este beneficio está por ejemplo saber que los apóstoles hablaron acerca de la pronta aparición de los apóstatas en la Iglesia. Tome por ejemplo el caso del apóstol Pablo, hablando a los ancianos de Efeso, note lo que les dijo según Hechos 20:29-30 «Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras si a los discípulos» Pablo está hablando de algo futuro. Igual cosa hace cuando escribe a Timoteo. 1ª Timoteo 4:1 dice «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios» Todavía habla en futuro. También el apóstol Pedro habló de la futura presencia de los apóstatas. 2ª Pedro 2:1 dice «Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina» También está en tiempo futuro. Pero no pasarían sino unos pocos años cuando Judas dice en Judas 4 «Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo» Lo que Pablo y Pedro anunciaron, para el tiempo de Judas ya era un hecho. Los apóstatas habían entrado a la iglesia. Estos apóstatas andan según sus malvados deseos. Esto significa que buscan su propio beneficio y con tal de lograrlo no miden los medios para conseguirlo. También causan divisiones. Su meta es destruir las iglesias y para ello encabezan una sublevación al interior de la iglesia con el lamentable resultado que la iglesia se divide. Además son sensuales. Esto significa que sus vidas están gobernadas exclusivamente por sus instintos. Son como los animales. El apóstol Pablo los llama hombres naturales. Finalmente no tienen al Espíritu. Esta es otra manera de decir que no son creyentes. Romanos 8:9 dice «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él» Una persona que no tiene al Espíritu, no es un creyente y los apóstatas son eso. Fingen ser creyentes pero no tienen al Espíritu y por eso son sensuales, guiados simplemente por sus propios instintos. ¿Cómo contender ardientemente por la fe dada una vez y para siempre a los santos? Pues recordando lo que dice la Biblia, retornando a la vieja y amada Biblia. ¿Se ha alejado Ud. de la Biblia? ¿Todo lo que tiene que ver con Dios proviene de lo que alguien dice o de lo que lee? Si es axial, Ud. está en peligro de ser arrastrado por la apostasía. Vuelva hoy mismo a la Biblia, encuentre en ella su gozo y satisfacción. Solo axial estará seguro ante el embate de la apostasía.

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