Consideraremos los dos últimos eventos

Es motivo de mucho gozo saludarle amable oyente. Muchas gracias por su sintonía. Soy David Logacho, dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el Evangelio según Lucas. Seguimos examinando los eventos que ocurrieron en lo que se conoce como la última cena. En esta ocasión consideraremos los dos últimos eventos.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Lucas 22:31-38. Lo que estamos por estudiar ocurrió durante la noche que se celebró lo que se conoce como la última cena. Previo a esto, el Señor Jesús confrontó a sus discípulos que disputaban entre ellos en cuanto a quien de ellos sería el mayor. El Señor Jesús fue claro mostrando que mayor es aquel que está dispuesto a servir a los demás, siguiendo el ejemplo del Señor Jesús quien vino a este mundo no para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Acto seguido, el Señor Jesús hace su primer anuncio. Lucas 22: 31-34 dice: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
Luk 22:32  pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Luk 22:33  El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.
Luk 22:34  Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.
Las palabras del Señor Jesús fueron dirigidas a una persona en particular. A Simón. Al repetir su nombre, el Señor Jesús quería mostrar la seriedad de lo que estaba por suceder con él y con los otros discípulos dentro de poco. Interesante que el Señor Jesús no se refirió a Simón con el nombre que le había dado antes, cuando Simón declaró que el Señor Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente y el Señor Jesús le dijo que él era Pedro. Tal vez haya sido para enfatizar que Satanás iba a apuntar su artillería pesada a la debilidad de Pedro. Satanás sabe de nuestras debilidades y apela a nuestras debilidades para tratar de hacernos caer. Esta era una época en la cual Satanás estaba utilizando todos sus recursos para hacer daño al reino de Dios. Satanás es poderoso pero no todo poderoso. Satanás puede hacer mucho daño, pero ningún daño va más allá de lo que Dios lo permite. Esto fue lo que sucedió con Job del Antiguo Testamento. Satanás hizo mucho daño a Job, pero nada fuera de lo que Dios lo permitió. Esta vez también, el Señor Jesús anuncia a Simón, que Satanás ha pedido zarandear como a trigo, no sólo a Simón sino a todos los discípulos. Zarandear es la acción de limpiar el grano o la uva pasándolo por la zaranda. También significa mover alguna cosa con prisa, ligereza y facilidad. En un sentido figurado significa separar de lo común, lo especial y más precioso. Esto es interesante. Satanás pidió zarandear a los discípulos, y ciertamente lo iba a hacer, pero Dios está listo para utilizar esto para bien, de modo que se pueda separar de lo común lo que es más precioso. Pero para lograr esto, es necesaria la ayuda sobrenatural, la ayuda divina. Esto justamente es lo que prometió el Señor Jesús a sus discípulos. Hablando a Simón dijo: Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Simón iba a ser zarandeado como a trigo, pero no estaba solo. El Señor Jesús había rogado a su Padre por él, para que su fe no falte. El Señor Jesús sabía que luego de su fracaso, Simón se iba a volver. Su fe no iba a faltar. Esto significa que Simón iba a dar un giro de 180 grados. Una vez que lo haga, Simón tenía el solemne encargo de confirmar a sus hermanos. Al escuchar todo esto, Simón comenzó a ser zarandeado por Satanás. Confiando en su propia capacidad, Simón respondió al Señor Jesús: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Es como si dijera: Señor, muchas gracias por rogar por mí para que mi fe no falte, pero, a decir verdad, no lo necesito, porque me conozco a mí mismo y yo sé que lo que me propongo eso lo hago. Así que Señor, estoy dispuesto a ir contigo donde quiera que vayas, no importa si es a la cárcel o a la misma muerte. ¿Nota la autosuficiencia? Más tarde derramaría lágrimas de dolor por esto. El Señor Jesús entonces hizo saber a Simón que en algún momento le iba a negar tres veces. Le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces. Este anuncio se realizó tarde a la noche. Antes que salga el sol Pedro habría de negar al Señor Jesús por tres veces. El canto del gallo sería la señal para que Pedro sepa que se había cumplido lo que se había anticipado. Inmediatamente después, el Señor Jesús se dirigió a todos sus discípulos. Lucas 22:35-37 dice: Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado,(J) ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.
Luk 22:36  Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una.
Luk 22:37  Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos;(K) porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento.
El Señor Jesús estaba todavía a la mesa con sus discípulos. En instantes más saldría hacia el monte de los Olivos. Había llegado la hora de anunciar a sus discípulos como iban a ponerse las cosas dentro de poco. Para esto, el Señor Jesús trajo a la mente de sus discípulos aquella ocasión cuando les encomendó ir a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Una de las instrucciones que les dio, aparece en Lucas 9:3. Y les dijo:(A) No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas.
Estos eran otros tiempos. El Señor Jesús estaba entre ellos, listo a proveer para las necesidades básicas de sus discípulos. Además, en aquel tiempo, el Señor Jesús y su enseñanza era muy apreciada por la mayoría de la gente. La gente trataba con mucha consideración al Señor Jesús y a sus discípulos. Ellos fueron tal cual como el Señor Jesús les ordenó, y no les faltó nada en todo momento. Por eso es que a la pregunta del Señor Jesús: ¿Os faltó algo? La respuesta de ellos fue: Nada. Sin embargo, los tiempos habían cambiado. Las circunstancias eran diferentes. En estas circunstancias, el Señor Jesús ordena a sus discípulos que el que tiene bolsa, la tome. La bolsa se usaba para guardar el dinero. Eran generalmente de cuero o de seda y se las sujetaba al cinto. El que tiene alforja también tenía que tomarla. La alforja se usaba para guardar alimentos y ropa. El que no tiene espada, debería vender su capa y comprar una. Esto es todo lo opuesto a las instrucciones que los discípulos recibieron anteriormente cuando fueron enviados a predicar el reino de Dios y sanar a los enfermos. ¿Por qué el cambio? El Señor Jesús dio la respuesta. Dijo: Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí, aquello que está escrito, o aquello que ha decidido el Padre celestial. ¿De qué se trata? Pues, que el Señor Jesús iba a ser contado con los inicuos. Esto se refiere a su inminente entrega a los principales sacerdotes y escriba a traición, para luego ser entregado en manos de Pilato para ser crucificado. Esto estaba por acontecer. El Señor Jesús dijo por tanto: Porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento. Esto fue lo que hizo la diferencia. Si el Señor Jesús es objeto de persecución, sus seguidores también serán objeto de persecución. Si los enemigos tratarán de acabar con la vida del Señor Jesús, también tratarán de acabar con la vida de sus discípulos. Por eso era necesario que sus discípulos procuren tener bolsa, alforja y espada. Se ha debatido mucho en cuanto a esto de la espada. ¿Cuál sería el propósito? Se debe descartar el propósito de atacar o de defender, porque un poco más adelante, el Señor Jesús reprendió a Pedro por el uso de la espada. Todo parece indicar que se trata de un uso simbólico para referirse a la protección de las autoridades que son puestas por Dios. Note amable oyente que estaba por iniciarse un tiempo muy difícil, no sólo para el Señor Jesús, sino también para sus discípulos. Lo que sucedió después demuestra que la vida para los discípulos del Señor Jesús no era nada fácil. Muchos de ellos terminaron martirizados, como relata el Nuevo Testamento y lo confirma la historia. ¿Cuál fue la reacción de los discípulos al oír todo esto? Lucas 22:38 dice: Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.
Parece que los discípulos no captaron muy bien lo que el Señor Jesús dijo y lo tomaron en el sentido de: Armémonos para defender al Señor Jesús y defendernos nosotros mismos. Por eso dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. ¿Cuál fue la respuesta del Señor Jesús? Dijo: Basta. Esto no significa: Basta con estas dos espadas para estar seguros. Lo que significa es: Dejen de hablar sin pensar. El reino de Dios no se conquista con espadas. Este evento fue lo último que sucedió en el aposento alto donde tuvo lugar la última cena. Lo que viene a continuación será tema de nuestro próximo estudio bíblico.

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