El misterio de la Misericordia. Pt.2

Hola amigo, amiga, que bendición estar un día más junto a ti. Hemos empezado nuestro estudio sobre el libro de Rut y en el programa anterior vimos una imagen desoladora de Noemí, ella ha perdido todo: su seguridad, su familia, sus proveedores, su esperanza. Y para realzar esta imagen completa está el hecho de que Noemí no es solo una viuda y no solo se quedó sin hijos, sino que las nueras con las que sus hijos se casaron, no tienen hijos. Ellas son estériles. Después de 10 años, no han tenido hijos, lo que significa sin descendientes; que nadie continuará con su línea. Esta es la maldición de todas las maldiciones en el Antiguo Israel. Tu nombre se detiene contigo y no continuarás con tu línea. Esta es la profundidad de la desesperanza aquí en 5 versos. Entonces llegas al final del verso 5 que dice: “quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido”. El nombre de Noemí ni siquiera es mencionado aquí. En su lugar el autor dice “quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.”

Ahora los traductores del español nos ayudan a entender sobre quién realmente está hablando, pero la verdad es que en el hebreo ni siquiera se identifica quien es ella. La mujer es dejada sin sus dos hijos y su esposo. Ella ha perdido todo. Y es la profundidad de la desesperación y sin esperanza en los cinco versículos que establece el escenario, para tener un rayo de esperanza en el verso 6: “oyó en el campo de Moab que Jehová”, encierra en un círculo a Jehová. Por primera vez Dios es mencionado en el libro. “Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.” Esta es una micro pausa de lo que vamos a ver en todo el libro. Lo que vamos a ver es que en medio de la oscuridad y la desesperanza, una luz de esperanza viene de Dios, su fidelidad y su provisión; y esta es la imagen de que Dios había visitado a su pueblo en Belén y les había dado comida.

Él había venido a su auxilio, así que Noemí se prepara con sus dos nueras para hacer un viaje a Belén. Verso 7: “salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.” Ahora, en el camino vemos el primer diálogo que  este libro nos va a dar. Esto es importante. Hemos visto 10 años y 3 muertes; una tragedia terrible, nadie todavía dijo una palabra en el libro. Nadie ha dicho una palabra. Lo que el autor hace es que él toma momentos conmovedores para traer diálogos a la superficie para ayudarnos a entender la realidad de lo que está sucediendo aquí.  Así que, este es el primer diálogo, el primer intercambio que vemos entre personas. Y esto es lo que sucede, estas son Noemí y sus nueras en su camino de regreso a Belén y ella les dice, verso 8: “y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.” (Rut 1:8 y 9).

Esto es más importante que solo un adiós y un Dios te bendiga. Aquí Noemí está mirando a sus nueras, ahora obviamente aquí hay tensión debido a la relación israelita/moabita, además que estas mujeres han caminado juntas sobre y a lo largo de este proceso de años, ellas han lamentado, se han afligido y han llorado juntas, ellas son todo lo que Noemí tiene. Pero incluso para Orfa y Rut, Noemí es todo lo que ellas tienen, y es que ellas dejaron sus familias moabitas para juntarse con esta familia israelita. Ellas son todo lo que tienen. Y mientras están caminando juntas a lo largo del camino, Noemí se voltea hacia ellas y dice, necesitan quedarse aquí.

Cuando leí esto me pregunté: ¿por qué Noemí está tratando de disuadirlas de que vayan con ella? Casi parece rudo de Noemí, pero la realidad es que mientras más piensas en esto, más parece un tipo de demostración de bondad. Sería bueno para ellas quedarse en Moab. Ellas podrían encontrar otro esposo, podrían tener una familia, podrían vivir felices por siempre. Ellas no necesitaban ir con ella. Y lo que ella hace después de esto, dice la Biblia que “las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron” (Rut 1:9) Podrías solo imaginar las emociones en esta escena; todas ellas llorando juntas mientras se ven una a otra “y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.” (Rut 1:10) Ellas amablemente dicen, iremos contigo. No te dejaremos sola. Este es el tipo de bondad que ellas le han mostrado a lo largo de estos años.

Lo que Noemí hace en el verso 11 es que ella básicamente construye un argumento fuerte y convincente del porqué ellas necesitan quedarse. Mira lo que dice: Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.” (Rut 1:11-13).

Me tomaré unos minutos para darte un poco de contexto aquí. En Deuteronomio, Dios había establecido una manera para las viudas en aquellas situaciones, para ser provistas como Orfa y Rut; si tu esposo moría, entonces lo que sucede es que su hermano, básicamente tomarían la responsabilidad para cuidar de ti y serías cuidada por él. Pero aquí en Rut, ambos hermanos han muerto y no hay ningún otro hermano para cuidar de Orfa o Rut. Ninguna familia que cuide de ellas. Noemí no tenía nada, así que ella dice casi hipotéticamente, si yo estuviese casada lo cual no es porque mi esposo murió, incluso si lo estuviese, incluso si estuviese embarazada en este momento y estuviese a punto de dar a luz a un niño, ustedes todavía no serían capaces de esperar tanto tiempo, para que él crezca y cuide de ustedes. Si ustedes vienen conmigo, no tienen nada; si ustedes se quedan aquí, tienen una vida y una familia así que quédense aquí.

Después ella llega al clímax y dice: «¡La mano de Jehová ha salido contra mí!”. La implicación de esto es que, si te quedas conmigo, la mano de Jehová también está contra ti. Este es un argumento muy convincente. Y entonces lo que sucede es que “ellas lloraron otra vez” (Rut 1:14). Solo siente la emoción aquí.

Una tarde fuimos al cine con mi familia y vimos “Up” esa película de Disney Pixar y a tan solo cinco minutos en esta película todo se pone realmente triste y todos caímos en llanto. ¿Cómo sucede esto? Pues es exactamente lo que sucede en este libro de la Biblia. Este libro está hecho para este tipo de película.

Leemos que ellas están llorando otra vez ahora vemos en el verso 14: y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella”. (Rut 1:14). Así que Orfa se va y Rut se queda. No solo se queda sino que se aferra a ella. Podrías subrayar esta palabra y hacer una pequeña nota a un lado, aquí se usa la misma palabra que Génesis 2 utiliza para describir como en el matrimonio, un hombre y una mujer dejarán a sus familias y se aferrarán el uno al otro, aferrarse, dejar, y aferrarse el uno al otro. Esa es la imagen, Rut se aferra a ella. Y ahora el escenario está listo para un diálogo entre Noemí y Rut. Noemí dice, “He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.” (Rut 1:15). Y en respuesta, Rut da uno de los discursos más memorables en toda la Escritura en dos cortos versículos.

Antes quiero recordarte una de las cosas que te propuse al iniciar estos estudios, y espero que te unas a nosotros. Parte de lo que estamos haciendo es memorizar ciertos versículos cada semana. Tenemos un versículo cada semana, así que al final de este año, si sigues, memorizarás 52 versículos que concuerdan con las verdades que estamos viendo en la Palabra de Dios. Entonces, si no tienes un plan intencional de memorizar las Escrituras, déjame animarte. Es un versículo por semana, solamente uno. Y luego, si eres un poco más ambicioso, lo que tenemos es un pasaje para cada serie. Entonces, por ejemplo, de esta serie en los próximos programas, a través de Rut, hay un pasaje que memorizaremos juntos y es Rut 1:16 y 17 dos versículos.

Así que estos versículos Rut 1:16 y 17 están simplemente llenos de drama, emoción, amor, devoción, compromiso y son muy densos. Escucha lo que Rut dice: “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.” Esto es fuerte.

Sabes, lo que yo encuentro realmente interesante aquí, son estas palabras a menudo utilizadas en los votos matrimoniales. Esta es ciertamente una imagen increíble de compromiso. Piensa acerca de lo que esta nuera le está diciendo a su suegra. Déjame decirte que nunca he escuchado en una boda decir este tipo de palabras a los parientes políticos. Cuan profundo es esto, ella está cambiando todo. Y este es uno de los momentos en nuestra vida donde todo cambia. Momentos en nuestra vida donde tomamos una decisión que altera todo lo demás que viene en el futuro. Piensa acerca de lo que ella está dejando atrás: su tierra, su familia, todo lo que es familiar para ella: su religión, sus dioses, su seguridad. Ella está entregando todo su futuro a esta viuda, una mujer sin hijos. Y no solo en esta vida, en la Antigüedad, se pensaba que donde eras enterrado, entre quienes eras enterrado, tenía implicaciones para tu vida después de la muerte. Así que ella está diciendo, seré enterrada entre ti y tu pueblo bajo tu Dios. Ella dice: me comprometo por completo a ti.

Solo puedes imaginar la intensidad de esta escena mientras Rut se está aferrando a Noemí. Ella entrega su vida a su suegra, la mira a los ojos y le dice, estoy comprometida a ti. No trates de disuadirme fuera de esto. Voy contigo a tu pueblo con tu Dios, y si rompo este compromiso, entonces tu Dios me juzgará severamente. Esto es profundo, tan profundo que el resto de la travesía hacia Belén está en silencio. El verso 18 dice: “y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más. Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén” (Rut 1:18 y 19).

Ahora quiero que hagamos una pausa aquí por un segundo. Hay silencio aquí en la historia a causa de la profunda naturaleza de lo que acaba de ser dicho por Rut a Noemí, pero también hay un poco de incomodidad. Ahora, quiero que te imagines a ti mismo en los zapatos de Noemí mientras estás de regreso, caminando desde Moab hasta Belén. Este es el lugar al que tu familia le dio las espaldas hace unos años, te fuiste a una tierra pagana donde viviste entre los moabitas. Y ahora estás regresando sin nada. No solo es lo suficiente difícil regresar a la tierra que has abandonado, sino que estás regresando sin un esposo y sin tus hijos. La única cosa que tienes es una nuera moabita contigo. ¿Puedes imaginar la tensión mientras Noemí pisa la ciudad? Ella entra e inmediatamente todo el pueblo comienza a murmurar. “Y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?” (Rut 1:19) La gente empieza a decir, ¿es esta Noemí?, ¿es Noemí?

Y las personas quienes llegan a Noemí en ese día llegan y dicen: Noemí, estás de regreso, ellos no la estaban esperando. Entonces ella los regresa a mirar: Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?” (Rut 1:20 y 21)

Ves que tan pronto ella escucha su nombre mencionado, su nombre significa “complaciente”, “amorosa” y así que cuando las personas vienen a ella y dicen, Noemí, complaciente, amorosa, ella los regresa a ver y dice para nada. Soy una persona totalmente diferente. Ya no soy complaciente, soy amarga, salí de aquí llena con todo lo que necesitaba y regreso completamente vacía. Esa fue la respuesta de Noemí en medio de su dolor, y es posible que esa haya sido o sea tu respuesta después de haber pasado por un gran dolor. Pero hoy quiero contarte que la historia no termina ahí. Hay algo más detrás de tanto dolor y es justamente de eso de lo que hablaremos en el siguiente programa. Dios te bendiga.

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