Pablo advirtió a los judíos que no menosprecien algo asombroso que Dios ha hecho

Nuevamente llegamos hasta usted para compartir algo mas del interesante tema que estamos desarrollando “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo” en contados instantes David Logacho estará frente a este micrófono para seguir compartiendo con nosotros este estudio.

I. Introducción. Saludos y bienvenida. Estudio de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada mediante el Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, terminamos de analizar el mensaje que Pablo predicó en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, durante su primer viaje misionero. Este fue el primer mensaje de Pablo que se registra en el libro de Hechos. En este mensaje, Pablo mostró que Jesús es el tan esperado y deseado Mesías, el Cristo, descendiente de David por el lado humano. Sin embargo, la nación de Israel lo rechazó y lo entregó a Pilato para que sea crucificado. Pero la muerte no pudo retener a Jesús en el sepulcro y al tercer día, Jesús resucitó de entre los muertos, lo cual fue constatado por sus discípulos, quienes fueron sus testigos. Es en ese nombre, en el nombre de Jesús, que Pablo y sus compañeros, anunciaron perdón de pecados, de modo que en Jesús el pecador que cree en él logra ser justificado o declarado justo delante de Dios, algo que era imposible por medio de cumplir con los mandatos y preceptos de la ley de Moisés. Pablo terminó su mensaje advirtiendo a los judíos que no menosprecien algo asombroso que Dios ha hecho, así como menospreciaron sus antepasados algo también asombroso que Dios hizo en su tiempo. Veamos qué es lo que aconteció a continuación. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Hechos 13 a partir del versículo 42.

II. Lo primero que vamos a notar es la reacción de los gentiles al mensaje que acabó de predicar Pablo. Hechos 13:42 dice: Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas.
Al terminar su mensaje, Pablo y sus compañeros salieron de la sinagoga en Antioquía de Pisidia. Una vez afuera, se les acercaron los gentiles y les rogaron que la semana siguiente, en el día de reposo, nuevamente les hablen de estas cosas, es decir, el mensaje del Evangelio, las buenas noticias acerca del perdón de pecados que está disponible para todo pecador que cree en Jesús, el Cristo. Este entusiasmo de los gentiles debe haber comenzado a exasperar a una buena parte de los judíos, quienes despreciaban a los gentiles. En segundo lugar, tenemos la reacción de muchos judíos y prosélitos al mensaje que acabó de predicar Pablo. Hechos 13: 43 dice: Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.
Una vez que concluyó lo que siempre se hacía en la sinagoga en un día de reposo, muchos de los judíos, no todos, y muchos de los prosélitos piadosos, no todos, buscaron y siguieron a Pablo y a Bernabé. Los prosélitos piadosos eran gentiles que oficialmente habían sido aceptados dentro del judaísmo, luego de haber pasado por el rito de la circuncisión. Pablo y sus compañeros les hablaron y les persuadieron a perseverar en la gracia de Dios. Es posible que estas personas todavía no habían recibido a Jesús como su Salvador personal, pero estaban considerando seriamente hacerlo. Por eso, necesitaban ser animados a perseverar, o mantenerse en la gracia de Dios, esto es, aceptar y tomar para ellos mismos el hecho que por la fe en la persona y obra de Jesús, podían ser justificados o declarados justos ante Dios, algo que de ninguna manera podía lograr por medio de cumplir con los mandatos y ordenanzas de la ley de Moisés, como ellos estaban pensando. Muy bien. Pasó una semana, Pablo y sus compañeros deben haberse dedicado a hacer la obra del Señor durante esa semana. Esto explica lo que sucedió cuando llegó el séptimo día de la semana, el día de reposo, día cuando los judíos se congregaban en la sinagoga. No olvide que no se trata de una iglesia cristiana, sino de una sinagoga judía, por eso se reunían el séptimo día de la semana. En tercer lugar tenemos la actividad en la sinagoga en el segundo día de reposo de Pablo y sus acompañantes en Antioquía de Pisidia. Hechos 13:44 dice: El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
La sinagoga judía debe haber quedado pequeña para tanta gente que quería estar allí. Lucas dice que casi toda la gente que vivía en la ciudad de Antioquía de Pisidia se juntó para oír la palabra de Dios. Pablo y los que le acompañaban se dispusieron a aprovechar esta grandiosa oportunidad para proclamar con claridad las buenas nuevas de salvación. Esta gran bendición, podríamos decir, será muy pronto atacada por el enemigo. Esto siempre ha sido así. Después de una gran victoria en las cosas espirituales, normalmente ocurre también un gran ataque del enemigo. Esto es justamente lo que sucedió en Antioquía de Pisidia. En cuarto lugar tenemos la oposición al mensaje de Pablo. Hechos 13:45 dice: Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
Note que lo que motivó a los judíos a atacar a Pablo fue los celos, claro, vieron amenazada su hegemonía, su dominio. La muchedumbre estaba atendiendo a Pablo y no a ellos. Los celos les hizo rebatir lo que Pablo decía. Los judíos estaban contradiciendo cada cosa que Pablo proclamaba. Cuando los judíos no pudieron rebatir más a Pablo, pasaron a blasfemar. Esto significa que trataron algo sagrado como si fuera algo profano. Ante esto, Pablo no podía seguir predicando. Veamos qué es lo que hizo. En quinto lugar tenemos la respuesta de Pablo y Bernabé a los judíos incrédulos. Hechos 13:46-47 dice: Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
Te he puesto para luz de los gentiles,
A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
Ante la oposición blasfema de los judíos, Pablo y Bernabé, no agacharon la cabeza, sino que hablando con denuedo, esto significa con vigor, con la osadía que solamente viene del Espíritu Santo, dijeron a los judíos: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios. Esto es así porque la salvación viene de los judíos. Romanos 1:16 dice al respecto: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Luego Pablo y Bernabé prosiguieron diciendo: Mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí nos volvemos a los gentiles. El rechazo de los judíos al mensaje del Evangelio motivó a Pablo a predicar el Evangelio a los gentiles, quienes estaban dispuestos a recibirlo con gozo. Esto en sí mismo era el cumplimiento de lo que el Señor anunció por medio del profeta Isaías en Isaías 49:6: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
En sexto lugar tenemos el cálido recibimiento de los gentiles a las palabras de Pablo. Hechos 13:48-49 dice: Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.
Lo que los judíos estaban rechazado, era recibido por los gentiles y esto les trajo mucho gozo. Los gentiles glorificaban la palabra del Señor. No es extraño entonces que hayan creído todos los que estaban ordenados para vida eterna. La palabra del Señor y el Espíritu Santo producen salvación, vida eterna, en el pecador que recibe al Señor Jesucristo como Salvador. Interesante que los que recibieron a Jesucristo como Salvador, fueron todos los que estaban ordenados para salvación. Esto significa que Dios los había escogido de antemano. Pablo dice en Efesios que los creyentes hemos sido escogidos por Dios en Cristo, antes de la fundación del mundo. Esto fue el comienzo de un marcado crecimiento de la obra de Dios por toda la provincia. No se sabe con precisión cuánto tiempo estuvo Pablo y su equipo misionero en Antioquía de Pisidia, pero llegó la hora de proseguir el viaje misionero. Esto ocurrió a raíz de la persecución que se originó en Antioquía de Pisidia. En séptimo lugar tenemos la persecución y partida de Antioquía de Pisidia. Hechos 13:50-52 dice: Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.
Cuando los judíos no pudieron detener la obra de Dios en Antioquía de Pisidia, adoptaron otra estrategia. Instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a gente importante de la ciudad, para hacer un solo frente de oposición a Pablo y Bernabé, lo cual terminó en que Pablo y Bernabé sean expulsados de Antioquía de Pisidia. En respuesta, Pablo y Bernabé hicieron algo muy propio de los judíos. Me refiero a esto de sacudir el polvo de los pies, contra los judíos de Antioquía de Pisidia. Era una manera de decir: El rechazo de Ustedes hacia la palabra de Dios les pone en el mismo plano que los gentiles. Ustedes merecen el trato que Ustedes mismo dan a los gentiles. Hecho esto, Pablo y Bernabé salieron de Antioquía de Pisidia y llegaron a otra ciudad llamada Iconio. La oposición y las pruebas no desanimaron a Pablo y su equipo misionero. Todo lo contrario, estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo. En nuestro próximo estudio bíblico veremos qué sucedió después.

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