Obras de Dios

Es un gozo saludarle amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio bíblico es el libro de Daniel. Hemos estudiado ya el capítulo primero del libro. En este capítulo se presenta el marco histórico de todo lo que Daniel escribe en su libro. En el año 605 AC Daniel y muchos otros judíos más fueron llevados al cautiverio en Babilonia. Siendo muy joven, Daniel y tres amigos suyos fueron escogidos por el rey Nabucodonosor, para ser capacitados por tres años en todas las ciencias y las letras de los Babilonios, con la finalidad de ser utilizados posteriormente en la corte real. Durante este tiempo de preparación, Daniel y sus amigos se propusieron en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía. Dios honró este deseo de Daniel y sus amigos de vivir en santidad y les recompensó haciéndolos diez veces más sabios e inteligentes que todos los magos y astrólogos de Babilonia. Daniel ejerció su influencia durante todo el tiempo que duró el imperio Babilónico y la parte inicial del imperio Persa, bajo el mando de rey Ciro. A partir del capítulo 2, Daniel comienza a relatar las obras maravillosas que Dios hizo por medio de él. Veamos la primera de ellas.

Si tiene una Biblia, ábrala en Daniel capítulo 2. Este capítulo gira alrededor de un sueño que tuvo el rey Nabucodonosor. Lo primero que notamos es al rey soñando. Daniel 2:1 dice: En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño.
El episodio que Daniel está por relatar, aconteció en el segundo año del reinado de Nabucodonosor. Algunos han pretendido encontrar un error en el relato de Daniel, por cuanto, según lo que dice el capítulo 1 debían haber transcurrido al menos tres años del reinado de Nabucodonosor hasta el momento de sus sueños, pero el texto habla de dos años solamente. Sin embargo, el aparente error queda resuelto cuando se considera que la costumbre babilónica era considerar el primer año de reinado de un rey como el año de preparación y el reinado comenzaba oficialmente a partir del segundo año, de modo que cuando Daniel fija los sueños de Nabucodonosor en el segundo año de su reinado, han transcurrido al menos tres años desde que fue rey. Para entonces, Nabucodonosor había obtenido contundentes victorias sobre naciones poderosas como Egipto y Judá y había anexado bastos territorios a su reino. Nabucodonosor estaba en el apogeo de su gloria, de su poder, de su riqueza. Sin embargo, aquí lo tenemos perturbado en su espíritu y sufriendo de insomnio. La razón para esto podría ser doble. Tal vez su preocupación se debía a no saber como mantener su dominio en el futuro, o tal vez se debía a no saber como conquistar más de lo que ya había conquistado. En todo caso, no podía disfrutar de lo que tenía y en consecuencia estaba perturbado en espíritu. De esto podemos aprender una gran lección amable oyente. Las cosas que este mundo ofrece, por más codiciadas que sean, no pueden traer la tranquilidad de espíritu que el hombre anhela. Lo único que puede traer la paz verdadera al corazón del hombre es una relación personal con Dios. Esto es lo que le faltaba a Nabucodonosor. Así que trasnochado por el insomnio que le produjo los sueños que tuvo, Nabucodonosor va a tratar de hallar significado a los mismos. Note que el texto usa el plural para el sustantivo sueño. Esto implica que Nabucodonosor debe haber soñado varias veces el mismo sueño o tal vez se trató de un mismo sueño entregado en varios episodios. En segundo lugar tenemos al rey solicitando interpretación de sus sueños. Daniel 2:2 dice: Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.
Haciendo uso de su poder soberano como rey, Nabucodonosor hizo llamar a los más indicados para explicar sus sueños. A la cita acudieron los magos, es decir los hombres sabios de Babilonia conocedores de los misterios sagrados y las ciencias ocultas, los astrólogos, los que supuestamente predecían eventos por medio de contemplar los cielos y la posición de las estrellas, los encantadores, es decir los que hacían uso de la magia y la invocación de espíritus malignos y los caldeos, una casta sacerdotal de las religiones paganas de Babilonia. En otras palabras, se congregó la flor y nata de la sabiduría humana de Babilonia. Muy pronto se hará evidente que todos estos hombres, no eran otra cosa sino meros charlatanes. En tercer lugar tenemos al rey sorprendiendo a los hombres sabios con su pedido. Daniel 2:3-6 dice: Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.
Dan 2:4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.
Dan 2:5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares.
Dan 2:6 Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación.
Nabucodonosor habló franca y abiertamente a sus hombres sabios, mencionando la premura que tenía por saber el significado del sueño que había tenido y que tanto le había alterado. Los hombres sabios deben haberse frotado las manos, porque era una gran oportunidad para ellos para sacar provecho de este asunto. Total, todo era cuestión de ponerse de acuerdo entre ellos en cualquier interpretación, porque el rey no tenía forma de comprobar si la interpretación era genuina o inventada. Así que, lisonjeando al rey le dijeron en lengua aramea: Rey, para siempre vive, di el sueño a tus siervos y te mostraremos la interpretación. Incidentalmente, este es el momento en el cual se cambia de idioma en el texto original en el libro de Daniel. Hasta este punto, la escritura estaba en Hebreo, pero a partir de aquí la escritura está en Arameo, un idioma común del imperio Asirio y se usaba tanto en el imperio babilónico como en el imperio persa para la comunicación diplomática y comercial. Pero los sabios de Babilonia no contaban con que Nabucodonosor era más sabio que ellos y les sorprendió diciéndoles que había olvidado el sueño y que por tanto debían decirle lo que soñó y lo que ese sueño significa. De esta manera, Nabucodonosor estaba asegurándose de que la interpretación del sueño sea verídica. Si los sabios no podían cumplir con el pedido del rey serían hechos pedazos y sus casas serían convertidas en muladares y si los sabios cumplían con el pedido del rey serían colmados de honores y favores. Nabucodonosor estaba por desenmascarar a estos falso sabios de su reino. En cuarto lugar tenemos al rey sentenciando a los sabios. Daniel 2:7-13 dice: Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación.
Dan 2:8 El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.
Dan 2:9 Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación.
Dan 2:10 Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo.
Dan 2:11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
Dan 2:12 Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia.
Dan 2:13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
Los sabios entre comillas se hicieron como que no entendían lo que pedía el rey y reiteraron en su pedido original. Seguramente muy molesto, el rey les dijo de frente lo que sospechaba de ellos en cuanto al engaño. Estos a su vez se defendieron afirmando que no existe absolutamente nadie en la tierra que pueda cumplir con lo que el rey estaba solicitando. Los únicos que podían cumplir con el pedido del rey eran los dioses cuya morada no es con la carne, dijeron los sabios de Babilonia. Esto fue la gota que derramó el vaso de la ira del rey. Enceguecido de ira ordenó que se mate a todos los sabios de Babilonia. La orden comenzó a ejecutarse por medio de emitir un edicto por el cual todos los sabios sean llevados a la muerte. Como Daniel y sus amigos eran parte del grupo de los sabios de Babilonia, también fueron buscados para matarlos. Dejemos en este punto el relato para continuar en nuestro próximo estudio bíblico. La vida de Daniel y sus amigos estaba en peligro, pero no olvidemos que para los que tememos a Dios, las crisis son simplemente oportunidades para que Dios manifieste su poder. Daniel y sus amigos lo entendieron así y Dios mostró su inigualable poder por medio de ellos.

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