La paciencia

Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido a este estudio bíblico que es el último en el libro de Santiago. Quiero agradecer a los amigos oyentes que apoyan este ministerio con sus oraciones y sus ofrendas. Su colaboración es vital para la continuación de esta obra del Señor. Haciendo algo de memoria, recordemos que Santiago exhortó a tener paciencia ante las circunstancias adversas de la vida. Habíamos mencionado que paciencia significa soportar sin desmayar y debe ser la actitud que usted y yo necesitamos desarrollar en nuestra vida para evitar ser afectados negativamente por las pruebas. Tener paciencia ante las pruebas es algo activo, se manifiesta no quejándonos los unos a los otros, imitando la fe de los profetas y siendo transparentes. En el estudio bíblico de hoy consideremos una manifestación más de la paciencia ante las condiciones adversas a veces nos depara la vida.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en el libro de Santiago, capítulo 5 versículos 13 a 20. En estos ocho versículos aparece por siete veces el verbo orar o el sustantivo oración. Casi una vez por versículo. No hay lugar a dudas que el autor está enfatizando la necesidad de oración en este pasaje de la Escritura. La oración es al espíritu de un creyente, lo que la respiración es al cuerpo de ese creyente. Si usted es creyente, muéstreme que su cuerpo puede vivir sin respirar y me demostrará que su espíritu puede vivir sin orar. La razón por la cual hay tantos creyentes al borde de la asfixia espiritual es porque no oran. Orar es básicamente hablar con Dios. Antes de hablar con alguien, siempre tenemos en la mente lo que queremos decir, la razón por la cual vamos a hablar. Igual debe ser con la oración. Antes de hablar con Dios debemos saber lo que queremos decir, debemos tener claro en nuestra mente los motivos para orar. Una oración de carácter general no logrará nada de Dios. En el pasaje bíblico que tenemos para hoy, Santiago nos va a dar cuatro razones para orar. Primero, por los afligidos. Santiago 5:13 dice: ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

Afligido en este versículo significa literalmente: Sufriendo circunstancias adversas. ¿Qué hace cuando sufre circunstancias adversas? Bueno, si es como muchos creyentes, a lo mejor se queja de su mala suerte, como si la suerte existiera para los creyentes, o reclama a Dios por lo que le está pasando o se enoja contra los que no están sufriendo como usted. Pero Santiago dice, en lugar de quejarse, reclamar, enojarse, lo que debe hacer es orar. Si la voluntad de Dios es quitar la causa de su sufrimiento lo hará, pero si eso no es la voluntad de Dios, su oración logrará que Dios le permita sobrellevar el sufrimiento sin desmayar. Dios le dará la fuerza suficiente para soportar con gozo el sufrimiento. De todas manera usted saldrá ganando. La oración tiene la increíble facultad de disipar la preocupación. Filipenses 4:6 dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Pero no todo en la vida es sufrimiento. Existe también momentos de alegría. ¿Qué hace cuando está alegre? Bueno, si es como muchos creyentes, a lo mejor olvida a Dios. Santiago dice: No olvide a Dios cuando todo va bien en la vida. Tenga presente a Dios y cante alabanzas. La segunda razón para orar es por los enfermos. Santiago 5:14-16 dice: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Jas 5:15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Jas 5:16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Es necesario mencionar que este pasaje bíblico ha sido entendido de diversas maneras a lo largo de la historia del cristianismo, por tanto, la manera como yo lo entiendo no se debe tomar como un ataque directo a los que lo entienden de forma diferente. Nadie puede ser dogmático en la interpretación de un pasaje bíblico como este. El pasaje bíblico tiene en mente a un creyente que ha enfermado físicamente. Ante esta situación, el creyente enfermo llama a los ancianos o pastores de la iglesia local. Los ancianos o pastores acuden al llamado del creyente enfermo y oran por él ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. ¿Qué sucede entonces? El texto dice que pasan tres cosas. Número uno, la oración de fe salvará al enfermo. Salvar en este caso, significa sanar de esa enfermedad. Note que es la oración de fe de los ancianos o pastores lo que sana al enfermo, no el ungimiento con aceite ni la fe del enfermo. La oración de fe se refiere a una oración en la voluntad del Señor. Los ancianos o pastores deben discernir la voluntad del Señor y orar al Señor en esa voluntad. 1 Juan 5:14-15 dice al respecto: Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
1Jn 5:15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Número dos, el Señor lo levantará. La oración de fe de los ancianos o pastores es importante, pero quien actúa en último término es el Señor. Así, la gloria o el crédito se da quien realmente lo merece, al Señor, no a los ancianos o pastores. Gran lección para los que usurpan gloria para ellos mismos bajo el pretexto de haber realizado sanidades. Número tres, y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Esta declaración abre la puerta para pensar que el motivo que causó la enfermedad en el creyente pudo haber sido el pecado no confesado. Enfermedad y aún muerte puede ser la medida de disciplina que Dios administra a un creyente que peca. Este hecho es ampliamente corroborado por la Biblia, pero cuando un creyente confiesa a Dios su pecado, Dios perdona ese pecado y consecuentemente levanta también la medida de disciplina, en este caso, esa enfermedad del creyente. Santiago prosigue exhortando a confesar nuestras ofensas unos a otros y a orar unos por otros para ser sanados. Esto no significa que la Biblia ordena reuniones públicas de confesión de pecados en las iglesias, tampoco que debemos confesar nuestros pecados a los ancianos o pastores. Lo que significa es que si usted ha pecado ofendiendo a cierto hermano, debe ponerse de acuerdo con el hermano a quien ofendió, en el sentido que lo que usted hizo contra él fue contrario a la voluntad de Dios y lastimó al hermano. Todo esto acompañado de oración hará que las enfermedades por mantener pecados no confesados estén lejos de usted. Con razón que Santiago termina esta sección diciendo que la oración eficaz del justo puede mucho. Vemos que puede lograr sanidad, perdón de pecados, restauración de relaciones afectadas por las ofensas. La tercera razón por la cual debemos orar, es por la decadencia espiritual en el mundo por nos rodea. Santiago 5:17-18 dice: Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Jas 5:18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Elías vivió en una época de gran decadencia espiritual, tan severa como la que vivimos hoy en día, pero a diferencia de muchos de nosotros, Elías no se quedó impávido ante lo que veía. Lo que hizo fue orar para que su nación reconozca su estado deplorable en lo espiritual. Dios respondió a la oración de Elías y envió sequía por tres años y medio. Esta difícil prueba debió haber hecho pensar a muchos en su necesidad de arreglar su vida delante de Dios. Luego Elías oró nuevamente y vino la lluvia, lo cual no sólo produjo fruto en los campos secos, sino también en las almas de los israelitas. La cuarta razón para orar es por el descarriado. Santiago 5:19-20 dice: Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver,
Jas 5:20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.
Santiago está dirigiéndose a creyentes. A veces los creyentes se alejan temporalmente de la verdad de Dios, digo temporalmente porque un verdadero o genuino creyente jamás se aleja de la verdad de Dios para siempre. Ante un alejamiento así, cuan necesaria es la intervención de otro creyente para con amor y en oración hacer volver al extraviado al camino correcto. El que lo logra, salvará de muerte un alma, es decir evitará que Dios tenga que disciplinar con la muerte física al creyente extraviado y cubrirá multitud de pecados, es decir, evitará que el creyente extraviado cometa más pecados que los que ya ha cometido. Cuan necesaria es la oración para lograr todo esto. Cuatro razones importantes para orar. La próxima vez que ore, trate de incluir al menos una de estas razones en su oración. Estoy seguro que su oración adquirirá un nuevo significado. De esta manera hemos llegado al final del estudio del libro de Santiago. Ha sido muy útil para mi propia vida. El estudio bíblico de este libro me ha ayudado a sobrellevar sin desmayar circunstancias difíciles y también me ha ayudado a tener más en claro cuál es mi responsabilidad como hijo de Dios. Mi gozo será cumplido si usted también experimenta igual bendición.

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