Cualidades de carácter de los líderes en una iglesia local

Reciba cordiales saludos amable oyente. Le habla David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico del día de hoy. Estamos estudiando la epístola de Pablo a Tito, en la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. Una iglesia saludable se caracteriza, entre otras cosas, por tener un liderazgo bíblicamente diseñado, no un liderazgo humanamente diseñado. Los líderes en muchas iglesias son los más populares, o los que tienen mayor número de votos en una elección, o los que tienen más dinero, o los que son más antiguos, pero el Nuevo Testamento enseña que los líderes en una iglesia local, llegan a esa posición sobre la base de sus cualidades de carácter. Esta es la razón por la cual tanto en 1 Timoteo, como en Tito, Pablo se da el trabajo de hacer una lista de las cualidades de carácter de los líderes de una iglesia local. No olvide que a los líderes de una iglesia local se les puede llamar obispos o ancianos o pastores, todos estos, términos sinónimos. En lo que hemos progresado mirando las cualidades de carácter de los líderes, sabemos que los líderes deben ser irreprensibles, maridos de una sola mujer, que tengan hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía, irreprensibles como administradores de Dios, no soberbios, no iracundos, no dados al vino, no pendencieros, no codiciosos de ganancias deshonestas, hospedadores, amantes de lo bueno y sobrios. En el estudio bíblico de hoy vamos a ver algunas otras cualidades más de carácter de los líderes en una iglesia local.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en una de las epístolas pastorales, la epístola de Pablo a Tito. Pablo dejó a Tito en la isla de Creta para que corrija lo deficiente en las iglesias en esa isla y establezca ancianos en cada ciudad. Se asume que es en cada ciudad donde había una iglesia local. Para que Tito pueda hacer el trabajo de establecer ancianos era necesario que tenga a la mano lo que podríamos llamar el perfil de carácter o los requisitos de carácter de los que podían tomar el oficio de ancianos o de pastores o de obispos, que es lo mismo. En el versículo 8 del capítulo 1 encontramos seis de estas cualidades de carácter. Permítame leer este versículo. La Biblia dice: sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,
En nuestro estudio bíblico último estudiamos las tres primeras cualidades de carácter que aparecen en este versículo. En este estudio bíblico vamos a estudiar las tres restantes. La primera, justo. La palabra justo se usa de diversas maneras en la Biblia. Por ejemplo, la Biblia habla de justos e injustos, para referirse a los que son salvos y a los que no son salvos. Pero la Biblia también usa la palabra justo para referirse a la justicia práctica, es decir a una persona que tiene una vida piadosa y recta. Pues a esto se refiere la palabra justo como cualidad de carácter de los obispos, pastores o ancianos. Un creyente justo es aquel que es recto, sabio y comprensivo, capaz de tomar decisiones correctas y maduras en cuanto a los demás. Un creyente justo es también una persona imparcial, una persona que no permite ser influenciado externamente para hacer lo que es correcto. La Biblia está llena de personajes que al mirar su conducta llegamos a la conclusión que fueron justos. Entre ellos podríamos citar a Salomón cuando joven, por su sabiduría y su discernimiento de la conducta de sus súbditos. Otro sería Daniel, quien propuso en su corazón no contaminarse con la comida del rey ni con el vino que él bebía. Su integridad le movió a jugarse por la causa de Dios pase lo que pase. Así obra un hombre justo. Es un hombre que no acomoda su conducta a las circunstancias que vive sino que mantiene siempre en alto su compromiso con Dios. Los obispos, ancianos o pastores deben ser justos. Dentro de esto, es de especial importancia que los obispos, ancianos o pastores sean hombres íntegros, que viven lo que predican. A continuación, en Tito 1:8 dice que los obispos, ancianos o pastores deben ser santos. La palabra que se ha traducido como “santo” significa santidad práctica. Literalmente significa estar libre de pecado o de maldad. Existe otra palabra que también se traduce como santo, pero esta palabra significa santidad relacionada con la posición, es decir, estar separado para un propósito especial. Esta palabra se usa para hablar de la nación de Israel. Israel es una nación santa, es decir separada. Los Israelitas no siempre fueron santos en su práctica, más bien, muchas veces fueron infieles hacia Dios, pero sin embargo, no dejaron de ser una nación santa o una nación separada. Igual sucede con la iglesia, o el cuerpo de Cristo. El Nuevo Testamento dice que somos un pueblo santo, esto significa un grupo de personas separadas del mundo para Dios. Efesios 2:19 dice: Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
Y tal como fue con la nación de Israel que en muchas ocasiones su conducta no estuvo a la altura de su llamado, los creyentes también con mucha frecuencia, su conducta no está a la altura de su llamado. Por eso es que el Nuevo Testamento contiene varias exhortaciones en el sentido que los creyentes vivamos conforme a nuestro llamamiento. Efesios 4:1 dice por tanto: Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
Así que, cuando Pablo dice que los obispos, ancianos o pastores deben ser santos, no está hablando de la santidad posicional que todo creyente tiene ante Dios, sino de la santidad práctica o progresiva, que resulta de aplicar lo que Dios dice en su palabra en el diario vivir. Los obispos, ancianos o pastores deben mostrar en su vida que son diferentes a las personas que no tienen a Cristo como su Salvador. Esta es otra cualidad de carácter que tiene que ver con el testimonio personal de un líder en una iglesia local. Sin ser perfectos, porque nadie puede ser perfecto a este lado del cielo, los líderes de una iglesia local deben marcar una diferencia con su conducta en este mundo. La tercera cualidad de carácter en Tito 1:8 aparece al final del versículo. La Biblia dice: dueño de sí mismo,
La frase “dueño de sí mismo” es la traducción de una sola palabra en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento y tiene que ver con una persona que es equilibrada, en el sentido de no ir a los extremos, de una persona que tiene dominio de sí mismo, de una persona auto disciplinada. La palabra se aplica tanto a los apetitos naturales como a las acciones. Esta cualidad de carácter es fruto del Espíritu Santo controlando a una persona. Gálatas 5:22-23 dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gal 5:23  mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
La palabra que se ha traducido como templanza en este pasaje bíblico es la misma que se ha traducido como dueño de sí mismo en Tito 1:8. El obispo, pastor o anciano debe ejercitar dominio propio o autocontrol en todos los órdenes de la vida. Los extremos son peligrosos. Está bien comer, pero no demasiado al punto de excederse de peso. Está bien dormir, pero no hasta el medio día. Debemos dormir para vivir no vivir para dormir. Está bien trabajar, pero no hasta el agotamiento. Está bien distraerse, pero no gastar la vida en distracciones. Está bien ocuparse en el ministerio pastoral, cualquiera que sea, pero está mal olvidarse del Señor y de la familia por estar ocupado en la obra. Se dice que muchos obispos ancianos o pastores están tan ocupados en la obra del Señor que se olvidan del Señor de la obra. La falta de dominio propio o de ser dueño de sí mismo, puede conducir al obispo, anciano o pastor a manifestar una pobre imagen de sí mismo tanto en su familia como en la iglesia donde ejerce su oficio como en el mundo incrédulo. De modo que, amable oyente, las cualidades de carácter que deben tener los obispos, ancianos o pastores son en extremo exigentes y eso que no hemos examinado todas ellas. Estas cualidades no resultan solamente de la fuerza de voluntad para ser buenos. Además del deseo hace falta echar mano del poder sobrenatural del Espíritu Santo. Muchos creyentes razonan y dicen: Si para ser anciano se requiere todas estas cualidades de carácter, entonces es imposible que yo sea anciano, porque de ninguna manera puedo cumplir con esas cualidades de carácter. Pero no hay tal amable oyente. Si Dios ordena que los obispos ancianos o pastores cumplan con esas cualidades de carácter, es porque Dios sabe que los obispos ancianos o pastores están en capacidad de hacerlo, no en su propia fuerza sino en el poder del Espíritu Santo que mora en ellos. El secreto está en vivir una vida llena del Espíritu Santo.

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