Requisitos de carácter para las mujeres creyentes ancianas para ser una bendición

Cordiales saludos amable oyente. Soy David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy en la epístola de Pablo a Tito. Este estudio es parte de la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. Los creyentes de edad pueden ser fuente de gran bendición en una iglesia local. Lamentablemente los creyentes de edad no son siempre apreciados en todas las iglesias locales. En muchas iglesias locales se considera a los creyentes de edad como una carga. Para que los varones creyentes ancianos no sean una carga sino una bendición en una iglesia local, es necesario que sean sobrios, sean serios, sean prudentes, sean sanos en la fe, sean sanos en el amor y sean sanos en la paciencia. Tito debía asegurarse que los varones creyentes ancianos cumplan con estos requisitos de carácter. Esto es lo que vimos en nuestro estudio bíblico último. En el estudio bíblico de hoy vamos a ver qué requisitos de carácter deben tener las mujeres creyentes ancianas para ser una bendición y no una carga en una iglesia local.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Tito 2:3-5. En este corto pero importante pasaje bíblico, Pablo instruye a Tito acerca de lo que las mujeres creyentes de edad deben ser y lo que las mujeres creyentes de edad deben hacer. En cuanto a lo primero, los que las mujeres creyentes de edad deben ser, permítame leer el texto en Tito 2:3. La Biblia dice: Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien;
Así como en el versículo anterior a este, dijimos que la palabra ancianos se refiere a varones creyentes de edad, o para decirlo con cariños, a ancianitos o viejitos, en este texto también, la palabra ancianas se refiere a mujeres creyentes de edad, o a las ancianitas o viejitas. Tito debía procurar que las mujeres creyentes de edad cumplan al menos con cuatro cualidades de carácter. La primera, deben ser reverentes en su porte. Esta frase también puede traducirse como reverentes en su conducta, o como portarse con reverencia, o como vivir de una manera que honre a Dios. Esta es una cualidad inclusiva, una cualidad que encierra a todas las demás que Pablo menciona a continuación. Las mujeres creyentes de edad deben ser muy cuidadosas en cuanto a su forma de vivir, en cuanto a su testimonio. La segunda cualidad de carácter que deben tener las mujeres creyentes de edad es, no calumniadoras. La palabra que se ha traducido como “calumniadoras” es una palabra en plural relacionada con la palabra diábolos, en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, palabra de la cual proviene la palabra diablo, uno de los nombres para Satanás. Diablo literalmente significa falso acusador o calumniador. Las mujeres creyentes de edad deben esmerarse por refrenar la tendencia natural de la vieja naturaleza de todo creyente, de acusar falsamente o de calumniar a alguien. Esta es una cualidad que no solamente debe manifestarse en las mujeres creyentes de edad, sino en todos los que somos creyentes. Respondiendo a la pregunta: Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
Una parte de la respuesta, según Salmo 15:3 es: El que no calumnia con su lengua,
Una de las cosas más difíciles de controlar no sólo para las mujeres creyentes de edad sino para todos los creyentes en general, es la lengua. Por algo Santiago 3: 6 dice: Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
La tercera cualidad de carácter de las mujeres creyentes de edad es que no sean esclavas del vino. Es triste reconocerlo, pero en algunos casos, el vino, o cualquier otra bebida alcohólica, se constituye en un severo amo para muchos creyentes, y dentro de ello mujeres creyentes de edad. El mandato de Pablo es que las mujeres creyentes de edad no permitan ser esclavizadas por las bebidas alcohólicas. Una mujer creyente de edad avanzada en estado de ebriedad es un pobre espectáculo y un terrible ejemplo para otras mujeres y para los creyentes en general. La cuarta cualidad de carácter de las mujeres creyentes de edad es que deben ser maestras del bien. Esto es interesante. Las mujeres de edad no deben ser una carga en la iglesia local o un estorbo en la iglesia local. Pablo dice que deben ser maestras. No maestras de cualquier cosa, sino maestras del bien. Las mujeres creyentes de edad han vivido lo suficiente como para adquirir experiencia para hacer diferencia entre lo bueno y lo malo y esa experiencia deben ponerla a disposición de la iglesia por medio de enseñar a las mujeres jóvenes a ser buenas. Este es un ministerio desafiante para toda mujer de edad avanzada. Inmediatamente a continuación, Pablo describe lo que las mujeres de edad deben hacer. Tito 2:4-5 dice: que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
Tit 2:5  a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Ya hemos visto que las mujeres creyentes de edad deben enseñar, deben ser maestras del bien. Dentro de esto, Pablo menciona varias cosas muy interesantes. En primer lugar, deben enseñar a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos. Interesante. El amor a los esposos y a los hijos es algo que las mujeres jóvenes deben aprender. Aprender ¿De quiénes? Pues de las mujeres creyentes de edad. Ninguna mujer nace sabiendo como debe amar a su esposo y a sus hijos. Es algo que necesitan aprender. Todo parte en un deseo por amar de la manera que enseña Dios en la Biblia, y luego, paso a paso, se debe ir creciendo en amor, a medida que se va absorbiendo la enseñanza de las mujeres de mayor edad y de mayor experiencia. Si usted, amable oyente, es una mujer de edad, ¿Está enseñando a alguna joven esposa como debe amar al esposo y a sus hijos? Si no lo está haciendo, está desperdiciando toda esa experiencia que ha adquirido en su vida. Además de esto, las mujeres creyentes de edad deben enseñar a las mujeres jóvenes a ser prudentes. Esto significa que sean equilibradas, sanas en su forma de pensar, dueñas de ellas mismas, discretas, que ejerzan auto control en todos los aspectos de la vida. También, las mujeres creyentes de edad deben enseñar a las mujeres jóvenes a ser castas. Esto habla de la pureza especialmente en lo sexual. Viviendo en un mundo en el cual la tendencia generalizada es el libertinaje sexual, es muy importante que las mujeres jóvenes aprendan a mantenerse fieles a sus esposos, tanto en lo emocional como en lo físico. Una mujer casta no debe dar ningún motivo para que otros hombres la codicien sexualmente. Debe cuidar su conducta, cuidad sus gestos, cuidar su forma de hablar, cuidar su forma de vestir. Además, las mujeres creyentes de edad deben enseñar a las mujeres jóvenes a ser cuidadosas de su casa. Esta frase es la traducción de una sola palabra en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento y significa alguien que se queda trabajando en casa, o alguien que se ocupa de los quehaceres domésticos. El ideal de Dios es que la esposa se quede en casa cuidando de sus hijos mientras el esposo busca la forma de ganar el sustento para la familia. No siempre se puede cumplir con el ideal de Dios y por eso algunas esposa se ven obligadas a trabajar fuera de su casa. También, las mujeres creyentes de edad, deben enseñar a las mujeres jóvenes a ser buenas. Esto significa formar un carácter semejante al carácter de Cristo. Las mujeres creyentes de edad deben tomar a una mujer joven y paso a paso guiarla en el camino hacia la madurez cristiana. Esto es lo que se conoce como un discipulado. Los hombres no podemos hacer esto con las mujeres, pero para eso están las mujeres creyentes de edad. También las mujeres creyentes de edad deben enseñar a las mujeres jóvenes a estar sujetas a sus esposos. Esto significa a que aprendan a ocupar el lugar que Dios ha diseñado para ellas en el hogar. El modelo de Dios es que en todo hogar, el esposo sea la cabeza y la esposa la ayuda idónea. Toda esposa tiene una lucha interna para refrenar su tendencia natural a ejercer dominio sobre su esposo. Esta lucha resultará en victoria cuando las mujeres jóvenes aprovechan de la experiencia de las mujeres creyentes de edad, las cuales vivieron con gozo en sumisión a sus esposos. Pablo termina esta sección diciendo que la buena conducta de las esposas jóvenes hará que la palabra de Dios no sea blasfemada. Este es el propósito de la buena conducta de los creyentes en general. Busca eliminar cualquier posibilidad de ataque a la palabra de Dios. Para que una persona se convenza que Dios puede salvar del pecado, necesita ver a alguien que vive en santidad. Si los creyentes afirman creer en la palabra de Dios pero no la obedecen, la palabra de Dios es objeto de burla por parte de los incrédulos. De manera que, uno de los rasgos de una iglesia saludable es que las mujeres de edad, tienen buen testimonio y se ocupan en enseñar a las mujeres jóvenes a vivir en santidad en lo personal y en la iglesia, de modo que la palabra de Dios no sea blasfemada.

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