El criterio de Dios

Es grato compartir este tiempo junto a Usted, amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Proverbios en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. Ahora nos corresponde estudiar la segunda parte del capítulo 28. Luego de la pausa musical, estará con nosotros David Logacho guiándonos en este estudio.

Continuemos alimentándonos de la sabiduría celestial que destila el libro de Proverbios.

En el capítulo 28 versículo 14 dice: «Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal.»

La palabra: «bienaventurado» significa: Muy dichoso, o afortunado, o muy feliz. ¿Quién es bienaventurado, según este proverbio? Pues, el hombre que siempre teme a Dios. Temer a Dios significa honrar a Dios por medio de someterse a su voluntad. Bienaventurado, o afortunado, o muy dichoso es el hombre que siempre honra a Dios por medio de someterse a su voluntad. El mundo tiene lástima del hombre que honra a Dios por medio de someterse a su voluntad. Piensa que un hombre así no podrá disfrutar de la vida.

Pero ¿qué importa lo que el mundo piensa? Lo que importa es el criterio de Dios. La palabra de Dios dice que es bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios. Por contraste, el que endurece su corazón, o el que da sus espaldas a Dios y vive como si Dios no existiera, caerá en desgracia. Es terriblemente peligroso vivir ignorando a Dios amable oyente. Si desea una vida plena de significado es imperativo que comience a honrar a Dios por medio de someterse a su voluntad. Será bienaventurado.

Proverbios 28:15 dice: «León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.»

Un gobernante tirano que se ensaña contra los pobres es tan inhumano que la Biblia lo compara con un león rugiente o un oso voraz. ¡Cuánto tienen que sufrir los pobres en manos de estos depredadores implacables! Si Dios le ha dado el privilegio de gobernar, aunque sea en una pequeña esfera, tenga mucho cuidado amable oyente en la manera como trata a los pobres.

Ahora tenemos Proverbios 28:16 donde dice: «El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días»

Una vez más tenemos en mente a un gobernante. El gobernante falto de entendimiento usará la extorsión como herramienta para conseguir sus fines, pero el gobernante honesto, el gobernante que aborrece la avaricia, tendrá larga vida.

A continuación tenemos Proverbios 28:17 donde dice: «El hombre cargado de la sangre de alguno huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.»

Se trata de un asesino. Su conciencia cargada de culpa le impulsa a huir en cualquier dirección para evitar ser capturado. El proverbio dice que su huída terminará en el sepulcro. Quitó la vida, debe pagar con su vida. Nadie le detendrá en esta macabra carrera hacia la muerte.

Ahora tenemos Proverbios 28:18 donde dice: «El que en integridad camina será salvo; mas el de perversos caminos caerá en alguno.»

Este proverbio nos habla de dos hombres, dos estilos de vida y dos resultados.

El primer hombre tiene un estilo de vida caracterizado por la integridad. Como resultado, este hombre será salvo. Esto significa que vivirá seguro mientras esté en este mundo y una vez que salga de este mundo será salvo del castigo eterno. No es que por vivir en integridad se salvará del castigo eterno. Este hombre arregló su problema de pecado con Dios, fue perdonado y su estilo de vida en integridad es el resultado de todo ello. No olvide que la salvación del castigo eterno no es por obras, sino por la fe en la obra que hizo Cristo al morir en la cruz.

El segundo hombre tiene un estilo de vida caracterizado por la impiedad. Anda en perversos caminos. Como resultado, en algún momento caerá para no levantarse más. Saldrá de este mundo sin haber arreglado su problema de pecado con Dios y en consecuencia recibirá el justo castigo de Dios.

Consideremos ahora Proverbios 28:19 donde dice: «El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.»

El trabajo diligente tiene asegurada abundante recompensa. El labrador que con diligencia prepara el terreno, arroja la semilla y prodiga todos los cuidados a sus cultivos, obtendrá una abundante cosecha. Se saciará de pan, dice el proverbio.

Pero el labrador que descuida su campo y se pasa la vida en compañía de los ociosos está condenado a vivir en pobreza. Aquí se hace obvio que si bien la riqueza depende de Dios, porque Él la da a quien quiere, también depende del trabajo diligente. Cuando se trabaja con empeño, Dios bendice ese trabajo y premia con abundancia.

Seguimos con Proverbios 28:20 donde dice: «El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa»

Cuando este proverbio habla del hombre de verdad, se está refiriendo a un hombre honesto, leal, veraz y sobre todo diligente en su trabajo. Un hombre así será bendecido por Dios. Puede ser que Dios le premie con riqueza, o puede ser que no, pero de todas maneras será feliz y vivirá a plenitud. Por contraste, el hombre que no es de verdad, es aquel que busca enriquecerse de cualquier manera, sin importar cómo. Para él, el fin justifica el medio. Está dispuesto hasta vender su alma al diablo por conseguir riqueza. Una persona así, no será sin culpa, dice el proverbio. Esto significa que recibirá el castigo que sus malas obras merecen.

A continuación tenemos Proverbios 28:21 donde dice: «Hacer acepción de personas no es bueno; hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.»

Este proverbio condena la discriminación por cualquier motivo. Como un sabio observador, el proverbista ha notado que el hombre es tan propenso a hacer acepción de personas que realmente no necesita de mucho incentivo para hacerlo. Dice que hasta por un bocado de pan el hombre cae en este pecado de hacer acepción de personas. Triste y lamentablemente esta es la realidad de la humanidad. Hacemos acepción de personas por color de piel, por su apariencia física, por su vestimenta, por su cultura, por su posición social, por su nacionalidad, y tantas otras cosas más. La palabra de Dios cuestiona esta muy humana conducta.

Luego tenemos Proverbios 28:22 donde dice: «Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza.»

El avaro está desesperado por acumular la mayor cantidad de riqueza en el menor tiempo posible. No importa como. Para él no significará problema si los medios para obtener riqueza son ilegítimos. La palabra de Dios anuncia con anticipación, que esta loca carrera del avaro por conseguir riqueza terminará en ruina. Al avaro le vendrá la pobreza.

Prosiguiendo tenemos Proverbios 28:23 donde dice: «El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua»

A nadie le agrada ser reprendido, pero con el tiempo, se llega a apreciar más al que reprende que al que alaba. Piense por un momento en los amigos que ha tenido. Algunos de ellos se han armado de valor y le han reprendido cuando fue necesario y esa reprensión le ayudó a no cometer algo muy grave. Otros en cambio, a pesar que sabían que andaba en algo malo, nunca le reprendieron y dejaron que se hunda más y más en la maldad. ¿A cuál de estos amigos aprecia más? De eso es lo que está hablando este proverbio.

Avancemos. Tenemos Proverbios 28:24 donde dice: «El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, compañero es del hombre destruidor»

Cuando este proverbio habla del hombre destruidor, se está refiriendo a un criminal, o a un asesino. El proverbio dice entonces que una persona que roba a sus padres y piensa que no hay nada de malo en ello, está en el mismo plano que un criminal o un asesino.

Mirando un noticiero en televisión, hace algún tiempo atrás, quedé horrorizado ante la noticia de la policía desalojando por la fuerza a un par de ancianos de una humilde vivienda. Lo que había pasado es que, de alguna manera, un hijo de estos ancianos padres, se dio modos para vender la casa, sin que sus padres lo sepan por supuesto, y el que compró la casa quería tomar el bien que había adquirido. Por robar a sus padres, este hijo está en el mismo plano que un criminal o un asesino.

Proverbios 28:25 dice: «El altivo de ánimo suscita contiendas; mas el que confía en Jehová prosperará»

El orgulloso o altivo de ánimo será motivo para que haya muchas peleas. Pero el humilde, el que confía en Jehová en todo sentido, será prosperado.

Proverbios 28:26 dice: «El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría será librado»

Es altamente peligroso rechazar la palabra de Dios y depender de nuestro propio humano razonamiento. La Biblia lo califica como necedad. Lo propio es pensar y actuar como dice Dios en su palabra. Esto nos librará de todo tipo de mal.

Proverbios 28:27 dice: «El que da al pobre no tendrá pobreza; mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.» La generosidad hacia los pobres resulta en prosperidad. La falta de generosidad hacia los pobres resulta en calamidad.

Proverbios 28:28 dice: «Cuando los impíos son levantados se esconde el hombre; mas cuando perecen, los justos se multiplican.»

Cuando los malos toman el poder, la población tiene que esconderse, pero cuando los malos dejan el poder, los justos salen de sus escondites. Mi oración es que la sabiduría que destilan todos estos proverbios sean un bálsamo a nuestra vida y nos den la dirección para andar en esta vida.

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