El precepto y el mandamiento

Qué privilegio es para nosotros saber que Usted, amiga, amigo está acompañándonos en esta audición. Bienvenida, bienvenido a un nuevo estudio bíblico en el libro de Proverbios. Esta serie lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. Hoy nos corresponde estudiar la segunda parte del capítulo 13. En instantes más estará con nosotros David Logacho para guiarnos en este estudio.

Seguimos extrayendo sabiduría del capítulo 13 de Proverbios.

El versículo 13 dice: «El que menosprecia el precepto perecerá por ello; mas el que teme el mandamiento será recompensado.»

Cuando este versículo habla del precepto y del mandamiento, se está refiriendo a la palabra de Dios. En Salmo 19:8 aparecen ambas palabras para en referencia a la palabra de Dios. Dice así: «Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.»

En esencia entonces, aquel que hace caso omiso o menosprecia la palabra de Dios está en peligro de muerte. Al hablar de muerte, se refiere tanto a la muerte física como a la muerte espiritual. Una vida alejada de lo que Dios enseña en su palabra es una vida de constante riesgo. Lo peor que puede pasar es que la persona jamás reciba a Cristo como Salvador y consecuencia de ello, sufra la muerte eterna. En cambio, aquel que respeta o se somete a la palabra de Dios será generosamente recompensado. La recompensa tiene que ver con el presente porque la Biblia garantiza vida abundante para los que oyendo la palabra de Dios, reciben a Cristo como Salvador, pero también tiene que ver con el futuro, después de la muerte, porque la Biblia garantiza gloria eterna para los que obedecen la palabra de Dios recibiendo a Cristo como Salvador.

Proverbios 13:14 dice: «La ley del sabio es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.»

Al igual que en el versículo anterior, la ley de sabio es una referencia a la palabra de Dios, aunque algunos intérpretes bíblicos piensan que solamente se refiere al consejo que proviene de un sabio. Lo que este proverbio está diciendo que la Biblia, la palabra de Dios es manantial o fuente de vida. Los que de ella beben son apartados de los lazos de la muerte. Si alguien desea evitar ser atrapado por la muerte, es necesario que atesore en su corazón la enseñanza de la Biblia. Es a través de la Biblia que el hombre llega a saber que es un pecador condenado y es a través de la Biblia que el hombre llega a saber lo que Dios ha hecho por él para librarle de la condenación eterna.

Proverbios 13:15 dice: «El buen entendimiento da gracia; mas el camino de los transgresores es duro.»

El buen entendimiento o el buen juicio es generalmente apreciado. Los sabios aprecian mucho el buen entendimiento. No así con el camino de los transgresores o la forma de vivir de los que se apartan de las leyes. Para los sabios es duro, o difícil contemplar lo que hacen los pecadores.

Proverbios 13:16 dice: «Todo hombre prudente procede con sabiduría; mas el necio manifestará necedad.»

Lo que este proverbio está diciendo es que el hombre sabio, o el hombre prudente, actúa siempre con cordura, sabiamente. Pensará antes de hablar, no saltará a conclusiones equivocadas, no tomará acciones precipitadas. Todo lo que haga será fruto de un concienzudo análisis de la situación y guiado por los principios de la palabra de Dios. Por su lado, el necio, al instante hará pública su necedad. Dirá las cosas sin pensar, llegará a conclusiones equivocadas, y actuará controlado por el impulso del momento. Una vez más, la forma como reaccionamos a alguna situación difícil, indica si somos sabios o si somos necios. Jamás reaccione como una gallina asustada cuando enfrente una situación conflictiva. Tome su tiempo, analice la situación y actúe con cordura.

Proverbios 13:17 dice: «El mal mensajero acarrea desgracia; mas el mensajero fiel acarrea salud.»

El mensajero es portador de algo importante para solucionar un problema. Si el mensajero es malo, irresponsable y todo lo demás, contribuirá para que se produzca una desgracia, pero si el mensajero es fiel, diligente, responsable, impedirá que se produzca una desgracia, porque traerá consigo la solución. Todos los hijos de Dios debemos ser mensajeros de Dios. ¿Qué tipo de mensajeros es? ¿Tal vez como el mal mensajero que acarrea desgracia o como el buen mensajero que acarrea soluciones?

Proverbios 13:18 dice: «Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección recibirá honra.»

Cuando este texto habla de consejo y corrección se está refiriendo básicamente a la disciplina, la cual muchas veces es correctiva, para rectificar algún error cometido. Aquel que menosprecia la disciplina está invitando a su vida a la pobreza y a la vergüenza. Por otro lado, aquel que aprecia la disciplina está invitando a su vida a la honra. Cuán importante es tener una buena actitud a la disciplina. Cuando somos disciplinados es para nuestro bien. Jamás debemos despreciar la disciplina.

Proverbios 13:19 dice: «El deseo cumplido regocija el alma; pero apartarse del mal es abominación a los necios.»

Para comprender a cabalidad el significado de este proverbio es necesario mirarlo desde esta perspectiva: El deseo de felicidad en los justos se hace una realidad por su disposición a alejarse del mal. Cuando esto pasa se produce un profundo regocijo en el alma. Pero el deseo de felicidad en los necios jamás se hace una realidad, por su indisposición a alejarse del mal, y esto les trae mucha aflicción a su espíritu. Cuando a un necio se le aconseja apartarse del mal, lo toma como una ofensa o una abominación.

Proverbios 13:20 dice: «El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado»

Este proverbio ilustra la importancia de cuidar nuestras relaciones con otras personas. Cuando las personas con quienes nos relacionamos son sabias, la gran probabilidad es que se incrementará nuestra sabiduría, porque aprenderemos de ellos. Pero cuando las personas con quienes nos relacionamos son necias, la gran probabilidad es que nos contagiemos de su necedad con grave perjuicio para nuestro bienestar. En esto último se base aquel dicho popular que reza así: El que con lobos se junta, a aullar aprende. Tenga mucho cuidado con quien se lleva, amable oyente.

Proverbios 13:21 dice: «El mal perseguirá a los pecadores, mas los justos serán premiados con el bien.»

Este pensamiento es recurrente en el libro de Proverbios. Expresa la estrecha relación que existe entre el estilo de vida y el bienestar del individuo. Cuando el estilo de vida se fundamenta en lo que dice la palabra de Dios, habrá una generosa recompensa. Pero cuando el estilo de vida deja mucho que desear por su constante violación de los principios bíblicos, entonces habrá una consecuencia dolorosa. El mal perseguirá a los pecadores. A veces pensamos que nada pasará cuando se peca. Pero no hay tal. El pecado siempre nos alcanzará con una consecuencia funesta.

Proverbios 13:22 dice: «El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; pero la riqueza del pecador está guardada para el justo»

La riqueza de los justos es duradera. Sirve para quien la posee, luego cuando éste muere, sirve a sus hijos, y después cuando éstos mueren, sirve a los nietos. Tan contrario a lo que pasa con la riqueza de los impíos. Ni siquiera ellos la pueden disfrutar, peor sus hijos y sus nietos. La riqueza de los impíos se les escurrirá de las manos y pasará a los justos, quienes la obtendrán por medio del arduo trabajo.

Proverbios 13:23 dice: «En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.»

El barbecho es la tierra labrantía que no se siembra durante uno o más años. El barbecho de los pobres es la tierra difícil de cultivar, pero la diligencia de los pobres hace que esa tierra difícil de cultivar produzca abundante fruto. Por otro lado, los buenos campos de una persona impía, no producirán ningún fruto, por la falta de juicio o por falta de diligencia de su propietario.

En esencia entonces, las adversidades no deben ser lo que determina si nos va bien o nos va mal en la vida. La clave para que nos vaya bien en la vida radica en saber sacar el provecho a las adversidades.

Tomás Alva Edison fue un inventor connotado. Muchas de las cosas que disfrutamos hoy en día se la debemos a él. Un día, la planta donde él trabajaba con su equipo de investigadores se incendió. Mientras Edison miraba impotente como el fuego consumía todo, reduciendo a cenizas tantos costosos experimentos, llamó a su hijo Carlos y le dijo: ¡Ven! Nunca vas a ver algo así otra vez. Luego llamó a su esposa. Mientras los tres contemplaban la planta en llamas, Edison dijo: Allí se van todos nuestros errores. Ahora podremos comenzar todo de nuevo. En dos semanas comenzó la reconstrucción de la planta y no mucho tiempo después inventó el fonógrafo. Hermosa lección para sacar provecho de las adversidades. Recuerde el proverbio: En el barbecho de los pobres hay mucho pan.

Proverbios 13:24 dice: «El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige.»

Los hijos necesitan el castigo con vara mientras son tiernos. Se estima que cuando los hijos llegan a la adolescencia el castigo con vara ya no produce el resultado que se espera. Cuando los padres rehúsan castigar con vara a sus hijos pequeños, están demostrando que no los aman, porque no están haciendo lo que deben hacer para que a los hijos les vaya bien en la vida. Pero cuando los padres castigan con vara a sus hijos pequeños, siempre y cuando sea con amor, por supuesto, entonces estarán demostrando que aman a sus hijos, por cuanto estarán preparándolos para que sean hombres o mujeres de bien. El castigo con vara a los hijos debe ser administrado desde edad temprana. Tan pronto como los hijos muestren la rebeldía que resulta de su naturaleza pecaminosa, los padres deben tomar las medidas correctivas con amor.

Proverbios 13:25 dice: «El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.»

Este proverbio muestra la plena satisfacción en los que son justos y la falta de satisfacción en los que son impíos. A manera de ejemplo, los justos comen modestamente y se sienten saciados, pero los impíos comen opíparamente pero no se sienten saciados. La satisfacción en la vida es consecuencia del carácter de la persona.

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