La oposición

Qué bendición es para nosotros contar nuevamente con su sintonía. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy con David Logacho. En la continuación de la serie sobre la vida auténticamente cristiana, hoy nos corresponde tocar el tema de la oposición.

Plinio, el gobernador Romano en Asia Menor, en los albores del segundo siglo, estaba tan asombrado por los creyentes que le traían para ser juzgados, que escribió su famosa carta al Emperador Trajano en búsqueda de consejo.

Entre otras cosas Plinio escribió lo siguiente: Cierto creyente me fue traído para juzgarle, y no habiendo encontrado nada digno de ser castigado le amenace diciendo: Os desterraré. No podéis, fue la respuesta del creyente, porque todo el mundo es la casa de mi Padre. Luego le dije: Os mataré. No podéis, fue la respuesta del creyente, porque mi vida está escondida con Cristo en Dios. Entonces os quitaré vuestras posesiones, le dije. No podéis, respondió el creyente, porque mi tesoro está en el cielo. Entonces os alejaré de todos los hombres y no tendréis ningún amigo, le dije. Nuevamente, con mucha calma respondió el creyente: No podéis, porque yo tengo un Amigo invisible de quien no me podéis separar jamás.

Interesante. En las respuestas de aquel creyente se ha plasmado la seguridad que tenemos a disposición todos los creyentes. Nadie puede hacernos nada que no sea la voluntad de Dios.

Estamos hablando de oposición, porque aunque no nos guste, la oposición es otra característica de la vida auténticamente cristiana. Si todavía no lo ha experimentado es probable que dentro de poco lo experimente y será mejor que esté preparado para hacerle frente.

La Biblia contiene mucha enseñanza acerca de la oposición.

La oposición puede tomar forma de vituperio, persecución y calumnia. Mateo 5:11 dice al respecto: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”

Cuando sus familiares y amigos lleguen a saber que Usted está siguiendo al Señor es muy probable que echen a rodar cualquier calumnia en contra de su integridad con el propósito de menoscabar su imagen.

La oposición puede tomar forma de odio. Mateo 10:22 dice: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”

El mundo odia tanto al Señor Jesucristo, que le llevó a la cruz. No debe ser extraño que el mismo mundo odie a todos los que somos seguidores de Cristo. Este odio puede provenir inclusive de nuestros propios amigos o familiares, quienes no logran comprender los cambios que Dios está haciendo en nosotros.

La oposición también puede tomar forma de encarcelamiento y despojo de bienes. Muchos de los creyentes del primer siglo sufrieron esto. Hebreos 10:34 da testimonio de este hecho: “Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos”

Esta oposición está presente en varios países musulmanes de hoy en día, donde los creyentes sufren encarcelamiento y el despojo de sus pocas pertenencias.

La oposición también toma la forma de afrenta, de lo cual nos habla 1ª Corintios 4:10 donde dice: “Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados”

Este episodio se repite muy probablemente en cada nuevo creyente. Cuántas veces no habremos sido catalogados como necios o insensatos por estar siguiendo a Cristo. Cuántas veces no habremos sido considerados como borregos, como gente sin criterio propio, por el solo hecho de seguir a Cristo. Cuántas veces no habremos sido despreciados y marginados ante el solo hecho de identificarnos como discípulos de Cristo.

La oposición inclusive puede tomar forma de martirio. 2ª Corintios 4:11 dice: “Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.”

La historia del Cristianismo está plagada de fieles hermanos que ofrendaron su vida por la causa de Cristo. Según la tradición, Mateo fue traspasado con una espada en una ciudad distante de Etiopía. Marcos expiró en Alejandría, después de ser cruelmente arrastrado por las calles de esa ciudad. Lucas fue colgado de un olivo en Grecia. Juan fue arrojado en un caldero de aceite hirviendo, pero escapó de la muerte milagrosamente y después fue desterrado a Patmos. Pedro fue crucificado cabeza abajo en Roma. Jacobo fue traspasado con espada en Jerusalén. Jacobo el menor fue lanzado del pináculo del templo y luego apaleado. Bartolomé fue desollado vivo. Andrés fue atado a una cruz, donde predicó a sus captores hasta que murió. Tomás fue atravesado con una lanza en la India. Judas, hermano de Jacobo, murió clavado por flechas. Matías fue apedreado y después decapitado. Bernabé murió apedreado en Salónica. Pablo, sufrió varias torturas y prisiones y fue finalmente decapitado en Roma por el emperador Nerón.

Quizá hoy en día no sea frecuente esta forma de oposición, pero nunca debemos olvidar que una cantidad de hermanos en la fe, ofrendaron sus vidas por la causa de Cristo. Estas son algunas de las formas de oposición que puede enfrentar un creyente.

La gran pregunta sería: ¿Cuál debería ser la reacción recomendable para un creyente ante la presencia de la oposición?

Pues la Biblia aconseja al menos lo siguiente:

Primero, reconocer que la oposición es algo natural en el creyente verdadero. Esto fue lo que dijo por ejemplo el apóstol Pablo en 2ª Timoteo 3:12 donde se lee: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.”

Este es un principio inviolable. El momento que Usted decida vivir piadosamente, o conforme a los principios establecidos por Dios en su palabra, ese momento comenzará a padecer algún tipo de persecución. No debemos sorprendernos con la presencia de oposición, más bien deberíamos sorprendernos por la ausencia de oposición, porque ello a lo mejor podría indicar que no estamos viviendo piadosamente.

Segundo, debemos gozarnos por la oposición. 1ª Pedro 4:12-14 dice: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.”

La oposición es calificada como fuego de prueba. Este fuego de prueba no debe ser motivo de sorpresa, como si algo extraño estuviera pasando, tal cual como quedó establecido anteriormente, sino que debe ser motivo de gozo, no por el dolor que normalmente acompaña a la oposición, sino porque esa oposición nos identifica con el sufrimiento de Cristo y también porque el gozo será pleno cuando se manifieste la gloria majestuosa de Cristo.

Un creyente debe considerarse bienaventurado, o muy afortunado a causa de ser vituperado, o de sufrir persecución por el nombre de Cristo. Esto es evidencia de que el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ese creyente. Después que los apóstoles fueron liberados de su prisión por la causa de Cristo, note cuál fue su reacción. Hechos 5: 41 dice: “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre”

Tercero, debemos saber que la oposición es solo por un poco de tiempo. Podrá durar toda la vida, pero aún eso es un poco de tiempo cuando se lo mira a la luz de lo eterno. 1ª Pedro 5:10 dice: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayamos padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”

Estas palabras fueron escritas por Pedro, un apóstol que sufrió cruel martirio por la causa de Cristo al final de sus días en este mundo, pero aún así, dice que ese sufrimiento fue sólo por un poco de tiempo.

¿Cómo puede un creyente ver a la oposición de esta manera? Pues cuando lo ve bajo la perspectiva de la gloria futura que nos espera. Jamás olvide que el dolor del momento, se transformará muy pronto en gloria eterna.

Cuarto, debemos saber que la oposición es aprobada por Dios. 1ª Pedro 2:20-21 dice: “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”

Lo que esto significa es que si un creyente es tratado injustamente, y acepta este maltrato, por la fe en el cuidado soberano de Dios, en lugar de responder con ira, hostilidad, descontento, orgullo, o rebelión, encuentra favor de Dios. La oposición es aprobada por Dios. De modo que, la oposición no es ajena a la experiencia cristiana.

La oposición es característica de la vida auténticamente cristiana. Si Usted está atravesando por severa oposición de cualquier tipo, a causa de su compromiso con Cristo, no se desanime, no piense que algo extraño está pasando con Usted. Agradezca a Dios por haber sido tenido por digno de sufrir por la causa de Cristo, ratifique su confianza total y absoluta en la soberanía de Dios, y persista en aquello que Dios le ha encomendado.

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