Reciba cordiales saludos amigo oyente, al inicio de una nueva emisión de este su programa de estudio bíblico. Cuando una persona recibe a Cristo como su Salvador, se enfrenta inmediatamente a la gran interrogante: ¿Qué hago ahora que soy de Cristo? La respuesta a esta pregunta ha sido el tema de nuestros últimos estudios bíblicos y para ello hemos tomado como guía el librito titulado 10 Primeros Pasos para el Nuevo Creyente, escrito por el Dr. Woodrow Kroll Presidente de Back to the Bible Internacional. Hemos analizado ya los cinco primeros pasos y consecuentemente, en esta ocasión, David Logacho nos hablará del sexto paso.
¿Qué hago ahora que soy de Cristo? Es la pregunta que frecuentemente se escucha de labios de muchos recién convertidos, al final de toda campaña evangelística. De la respuesta que demos a esta pregunta, depende en buena parte el tipo de creyentes que estos recién convertidos llegarán a ser en el futuro. Si la respuesta es vaga o imprecisa o simplemente inexistente, es indudable que el nuevo creyente jamás logrará levantarse del plano de la infancia espiritual para proyectarse al plano de la madurez espiritual. Una buena respuesta a la pregunta ¿qué hago ahora que soy de Cristo? La encontramos en el librito titulado 10 Primeros Pasos para el Nuevo Creyente, escrito por el Dr. Woodrow Kroll, Presidente de Back to the Bible Internacional. En este librito, con su habilidad característica como maestro bíblico, el Dr. Kroll propone un plan de 10 pasos que puestos en práctica por cualquier nuevo creyente resultará en indudable crecimiento espiritual. Ya hemos estudiado los cinco primeros pasos. El primer paso es, asegúrese de que es salvo. El segundo paso es, dígaselo a alguien. El tercer paso es, establezca un tiempo devocional. El cuarto paso es, ore. El quinto paso es, haga amistades cristianas. Ahora consideremos el sexto paso. Este paso es consecuencia del anterior. Todo creyente necesita rodearse de amistades cristianas, por todo lo que mencionamos en nuestro estudio bíblico último. Quizá la pregunta sería: ¿dónde encontrar estas amistades cristianas? Una probable fuente es en una iglesia local. Por eso, el sexto paso que debe dar todo nuevo creyente es: Busque una Iglesia Verdaderamente Cristiana. Después de haber confiado en Cristo como su Salvador, Ud. necesita llegar a ser parte de una iglesia dinámica. Esto no solo le ayudará a hacer amigos creyentes, sino que también le ayudará as seguir creciendo en su nueva fe cristiana. La asistencia a la iglesia local ha ido declinando en las décadas pasadas, especialmente en Europa y norte América. Un buen número de personas, dicen pertenecer a tal o cual religión pero difícilmente logran levantarse de la cama un día a la semana para asistir a alguna de sus reuniones religiosas. Son como el viejo Eduardo que se considera a sí mismo como una persona muy religiosa por cuanto asiste al templo una vez al año al culto de resurrección. Increíble, pero esa es la actitud que impera hoy con respecto a las reuniones de la iglesia. Pero, ¿Por qué es tan importante hacerse parte de una buena iglesia? Existen muchas razones. Entre las más importantes, diríamos para adorar a Dios con otros que tienen nuestra misma mentalidad, para orar a Dios en conjunto, para alabar el nombre de Dios por medio de la música, para hacer memoria de la persona y obra del Señor Jesucristo, para tener comunión con otros creyentes, para aprender más de la palabra de Dios, para ser edificados por otros y para edificar a otros y para ser enviados al mundo con el mensaje glorioso del evangelio. La Biblia por tanto dice en Hebreos 10:25 «no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca». La iglesia en el primer siglo fue muy cumplidora de este mandato. A poco de haber nacido como iglesia se congregaban todos los días y más adelante cada primer día de semana. De esta manera perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros; en el partimiento del pan y en las oraciones. Visto desde otro ángulo, podemos afirmar que una iglesia existe con el doble propósito de congregar y enviar. Permítame explicarlo así: Cuando nos reunimos como iglesia, recibimos bendición, pero no nos reunimos como iglesia por el solo hecho de recibir bendiciones sino porque tenemos un sentido de llamamiento, un sentido de deber hacia los demás y hacia el Señor, un sentido de necesidad, una necesidad de Dios y una necesidad de estar con otros que han confiado en Cristo. Al reunirnos como iglesia, también se recargan nuestras baterías espirituales, de modo que podamos ser enviados al mundo para dejar que nuestras vidas brillen ante el mundo. Visto desde cualquier perspectiva es imperativo el congregarnos en una iglesia local. Pero algunos nuevos creyentes no captan la importancia de esto y se escudan detrás de diferentes excusas. Una de estas excusas es aquella tan trillada: Yo no me congrego porque hay demasiada gente hipócrita en tal o cual iglesia. La falacia de esta excusa descansa en asumir gratuitamente que los creyentes somos perfectos y por tanto las iglesias deben ser perfectas. Pero no hay tal, amigo oyente. La iglesia es la reunión de pecadores, pero con una diferencia. Somos pecadores redimidos. Ante Dios somos santos porque él nos mira a través de su Hijo el Señor Jesucristo, pero en la práctica, desafortunadamente, todavía cedemos de vez en cuando a los impulsos de nuestra vieja naturaleza y por tanto no es raro que en la iglesia se den brotes esporádicos de carnalidad. No estamos de ninguna manera justificando la carnalidad, pero muy a pesar de la voluntad de Dios, es algo real. Si la iglesia fuera perfecta, Ud. y yo no podríamos entrar en ella. La iglesia no es como el cielo. Nada en la tierra jamás lo será. Henry Ward Beecher ha escrito lo siguiente: La iglesia no es una galería para exhibición de creyentes eminentes, sino una escuela para la educación de creyentes imperfectos. Sin embargo de esto, la iglesia, formada de pecadores redimidos por la sangre de Cristo, es amada por Jesucristo al punto que él dio su vida por ella. Efesios 5:25 dice: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» Esta iglesia es también el cuerpo de Cristo. Efesios 1:22-23 dice: «y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a las iglesias, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo» Todo cuerpo necesita una cabeza y la iglesia como cuerpo de Cristo no es la excepción. La cabeza de la iglesia es Cristo. Colosenses 1:18 dice: «y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia» En este punto se hace imprescindible dilucidar la pregunta: ¿A qué iglesia Ud. debe asistir? Bueno, existen tantas que a veces se torna algo difícil escoger entre ellas. Pero tome en cuenta al menos lo siguiente: Busque una iglesia en donde se trate a la Biblia como la palabra autoritativa y final de Dios. Hoy en día existen varias iglesias donde la Biblia ha sido dejada de lado para dar paso a supuestas nuevas revelaciones, entregadas a determinadas personas en visiones, sueños, y aún mensajes audibles. Pero la misma Biblia declara que la fe o el cuerpo de doctrina, o la Biblia fue dada una vez y para siempre. Por tanto no es correcto poner a un lado este testimonio de Dios, o quitar o añadir a algo que ya es completo. También busque una iglesia donde los creyentes expresen un genuino interés y amor por los millones de millones que todavía están perdidos en sus pecados en este mundo. Además busque una iglesia donde la adoración a Dios sea con respeto y orden. 1ª Corintios 14:40 dice: «pero hágase todo decentemente y con orden» Si yo fuera Ud. evitaría congregarme en una iglesia donde no se ocupa la Biblia para nada en las reuniones, donde nunca se oye exaltar el nombre de Cristo y donde no se ve ninguna preocupación por alcanzar a los perdidos con el mensaje del evangelio. Uno debería tener mucho cuidado con una iglesia de esta clase. A lo mejor se trata de un buen mausoleo. Después de recibir a Cristo como su Salvador, lo antes posible, busque una iglesia que crea en la Biblia, y participe activamente en ella. No lo deje para después. Es fácil perder interés en la iglesia si no ha invertido nada en ella. Recuerde amigo oyente, buscar una iglesia es un paso importante para el nuevo creyente.
Leave a comment