¿Cómo explicar la maldición en la geneología de Jesús? 

En la genealogía de Jesús en Mateo aparece que Jeconías era hijo de Josías. Si este Jeconías es Conías, habría algo grave, porque según Jeremías hubo una maldición sobre Conías, según la cual ninguno de sus descendientes se sentará en el trono de David. ¿Cómo explicarlo? 

Vamos a leer el texto en Jeremías 22:25-30. dice: Te entregaré en mano de los que buscan tu vida,  y en mano de aquellos cuya vista temes;  sí,  en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia,  y en mano de los caldeos.  Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz,  a tierra ajena en que no nacisteis;  y allá moriréis.  Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver,  allá no volverán. ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada?   ¿Es un trasto que nadie estima?   ¿Por qué fueron arrojados él y su generación,  y echados a tierra que no habían conocido? ¡Tierra,  tierra,  tierra!  oye palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová:  Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia,  hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida;  porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David,  ni reinar sobre Judá.

Como consecuencia de su pecado, Joaquín o Jeconías o Conías fue castigado por Dios por medio de que ninguno de sus descendientes se pueda sentar sobre el trono de David para reinar sobre Judá. Esta maldición recaía sobre José el esposo de María la virgen, quien era descendiente de David a través de Joaquín, o Jeconías, o Conías, según el texto que leímos en Mateo 1:11. La gran pregunta es: ¿Cómo podría Jesús ser el Mesías, o el Cristo, o el Rey de Judá, si uno de sus antepasados fue Joaquín, o Jeconías o Conías, sobre quien pesaba la maldición que ninguno de sus descendientes podría sentarse en el trono de David para reinar sobre Judá? La respuesta es que José, el esposo de María, no fue el padre biológico del Señor Jesús, quien fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la virgen.

El derecho de sangre que el Señor Jesús tiene sobre el trono de David vino a través de María, la virgen, por medio de Natán, el hermano de Salomón, mas no por medio de Salomón, de quien desciende Joaquín, o Conías o Jeconías, de tal manera que esta maldición no tiene efecto sobre el Señor Jesús. De modo que, Dios jamás levantó la maldición sobre Joaquín o Conías o Jeconías. Ciertamente que este hombre tuvo algunos privilegios en el exilio, cuando ya era anciano, pero eso no significa que hubiera prosperado ni que Dios le hubiera quitado la maldición que pesaba sobre él. 2 Reyes 24:27-30 dice: Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá,  en el mes duodécimo,  a los veintisiete días del mes,  que Evil-merodac rey de Babilonia,  en el primer año de su reinado,  libertó a Joaquín rey de Judá,  sacándolo de la cárcel;  y le habló con benevolencia,  y puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. Y le cambió los vestidos de prisionero,  y comió siempre delante de él todos los días de su vida. Y diariamente le fue dada su comida de parte del rey,  de continuo,  todos los días de su vida.

Las palabras con benevolencia del rey de Babilonia al representante sobreviviente de la casa de David sirvieron como recordatorio final de la buena palabra de Dios a David. La dinastía de David había sobrevivido a través de la maldición del exilio. Había esperanza todavía de que se cumpliría la buena palabra de Dios y se establecería un reino eterno de Dios.