¿Hay varios títulos para referirse a Jesucristo?

Bueno, comencemos por una breve explicación de lo que dice Mato 28:19 donde leemos: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Este texto está hablando del paso de obediencia que deben dar todos aquellos que han recibido a Jesucristo como su Salvador personal. Este paso de obediencia se llama el bautismo en agua. Los creyentes se bautizan en agua porque son creyentes, mas no se bautizan en agua para ser creyentes. Este texto también habla de lo que se llama la fórmula bautismal. El bautismo en agua debe ser en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Mientras los diferentes nombres de las Personas de la Deidad son plenamente empleados en todas partes en el Nuevo Testamento la designación completa de Dios aparece en varias partes, entre ellas en Mateo 28:29. Como el bautismo subsiste como el acto inicial de un creyente en acto público de testimonio por Cristo, así en ese umbral, es proclamado el título completo del Dios en cuya comunión entra el candidato. En esta conexión, es muy significativo que la primera aparición en público de Cristo fuera la de Su bautismo, y que, aunque no se registra ninguna fórmula bautismal que Juan hubiese pronunciado sobre Cristo en esa ocasión, las tres personas de la Deidad estaban presentes y fueron identificadas. El Padre reconoció al Hijo, Este es mi Hijo amado, el Hijo estaba presente y visible; y el Espíritu se vio descendiendo sobre Cristo en forma de paloma. En la gran comisión se instruye en cuanto al bautismo para que fuera administrado en el nombre, no en los nombres, el nombre único del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. La frase el nombre, es una fuerte declaración de la unidad divina que subsiste como Padre, Hijo y Espíritu. La ordenanza del bautismo en agua ha de ser ejecutada por la autoridad de ese incomparable nombre, pero ese nombre triple. El Padre es una persona que tiene varios títulos y varios nombres. El Hijo también es una persona que tiene varios títulos y varios nombres y el Espíritu Santo también es una persona que tiene varios títulos y varios nombres. Jesús está pensando no sólo en una persona, ni en sólo título, ni en un solo nombre, Jesús está pensando en las tres personas, con los títulos y nombres para cada una, pero esas tres personas son uno, por eso usa el singular: Nombre. Ahora en relación con la doctrina de la trinidad, en sus enseñanzas, la Biblia no es politeísta, como si hablara de más de un dios, ni triteista, como si hablara de tres dioses, ni unitaria, como si hablara de un dios que ejercita sus intereses y poderes en varias maneras. La doctrina monoteísta de un Dios que subsiste en una pluralidad de Personas, tres, no menos y no más, es la que está acorde con la Escritura y, aunque caracterizada por el misterio cuando se llega a ella con una mente finita, es, sin embargo, sin contradicción y es perfecta en todas sus adaptaciones y en todas sus partes. Es tan perfecta como a Dios a quien manifiesta. El Dr. John Dick dice: Mientras que hay sólo una divina naturaleza, hay tres subsistencias, o personas, llamadas el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que poseen, no una similar, sino la misma esencia numérica, y la distinción entre ellos no es meramente nominal, sino real. A. H. Strong dice: En la naturaleza del Dios uno hay tres distinciones eternas y estas tres son iguales, la doctrina de la Trinidad, por una parte, no afirma que tres personas están unidas en una persona, o tres seres en un ser, o tres dioses en un Dios, ni por otra parte, que Dios meramente se manifiesta a sí mismo en tres diferentes modos; sino más bien que hay tres distinciones eternas en la subsistencia de Dios. Joseph Cook dice: El Padre, Hijo y el Espíritu Santo son un Dios. Cada uno tiene una peculiaridad incomunicable a los otros; ninguno es Dios sin los otros; cada uno, sin los otros, es Dios. Agustín dice: El Padre no es la Trinidad, ni el Hijo, la Trinidad, ni el Espíritu Santo la Trinidad; pero dondequiera que se hable de uno solo, entonces no están hablando como de tres, en número plural, sino de uno, la Trinidad misma. Diremos entonces que, a cada una de las tres personas se les aplican directamente los nombres de Dios. No existe ningún problema en admitir que los títulos divinos pertenezcan propiamente al Padre. Sin embargo el Hijo y el Espíritu Santo llevan las mismas designaciones. El Hijo es llamado Dios en Juan 1:1, el verdadero Dios en 1 Juan 5:20, Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos, en Romanos 9:5, gran Dios en Tito 2:13. El Espíritu Santo es también llamado Dios en Hechos 5:3-9 y Señor en 2 Corintios 3:17. Así que, cuando en Mateo 28:19 habla del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, se está refiriendo a las tres personas que componen la trinidad. Cada una de estas tres personas tiene sus títulos y sus nombres propios. Cuanto este texto usa el singular, nombre, para referirse a las tres personas, está mostrando el concepto de la Trinidad. Un solo Dios verdadero que existe en tres personas diferentes, cada una de la misma esencia, pero con diferente subsistencia.