El inicio del ministerio del Señor Jesús

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Para conocer a Jesús íntimamente para seguirlo y obedecerlo apasionada e incondicionalmente debemos mirarlo a través de los evangelios y hoy veremos a Jesús iniciar su Ministerio.

El Ministerio terrenal del hijo de Dios tuvo un inicio muy humilde, su bautismo fue en un río fangoso en un lugar apartado, pero este pequeño comienzo tiene un gran significado para ti y para mí. El Pastor Ron Moore comparte este sentir para conocer realmente al Salvador y seguirlo más de cerca.

En el último libro del Antiguo Testamento el profeta Malaquías ha dicho que iba a llegar un Mesías, alguien lo llamó Elías, pero no el “Elías” del pasado, sino un nuevo Elías, uno que le diría a la gente sobre el día del Señor. Luego de que estas palabras fueron escritas no pasó nada por 400 años, Dios no habló a través de ningún otro profeta.

Cuando Malaquías escribió su libro los persas eran la potencia mundial y Alejandro Magno había conquistado el mundo instituyendo la lengua y la cultura griega, esto tuvo un gran impacto en Israel, de hecho, la Biblia fue escrita originalmente en hebreo y se tradujo al griego durante este periodo.  En el 160 A.C. el General Romano Pompeyo conquistó la ciudad y el imperio Romano comenzó. Ellos eran politeístas, es decir tenían varios dioses; esto era muy grave para los judíos pues ellos adoraban a un solo Dios, Yahvé, por lo que eran perseguidos y asesinados.

En el 27 A.C. un nuevo líder mundial llegó. El poeta romano Virgilio decía que un gran cambio estaba por llegar a todo el mundo, y que “una nueva raza humana descendería de las alturas de los cielos”, él estaba hablando acerca de Octavio, quien dijo “No soy sólo Cesar, soy Augusto Cesar gobernador del mundo” su imperio era tan grande que tuvo que poner reyes en diferentes poblaciones y puso a cargo de Palestina a Herodes el Grande.

Los judíos sufrieron pobreza económica, emocional y espiritual, ellos oraban por libertad, para que Dios enviara a aquel que había sido prometido en el Antiguo Testamento, el Mesías; esta palabra significa “El Ungido” y creyeron que al igual que Moisés sacó al pueblo de Egipto este Mesías los liberaría de la opresión de Roma.

De la misma manera que Josué llevó al pueblo a la Tierra Prometida, el Mesías establecería un Reino independiente, tan fuerte como el de Salomón, clamaron a Dios y finalmente Dios habló de nuevo a través de un profeta, Juan el Bautista, quien predicaba en el desierto de Judea y decía: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas”.

El propósito de Juan era preparar el camino para el Mesías, exhortando a la gente a arrepentirse, cambiando su manera de pensar y actitud. Juan decía: “prepárense, Dios está listo para hacer grandes cosas, un Mesías está en camino, arrepiéntanse y prepárense para no enfrentarse ni oponerse a él. Como demostración de su deseo de cambio, quiero que sean bautizados en agua como una declaración pública de que están listos y de que se están preparando para el Mesías.”

El bautismo era para los gentiles que deseaban convertirse al judaísmo, era un símbolo externo de lo que quería hacer desde adentro, era una limpieza de lo exterior y un abrazo a una nueva vida. Pero esto, no era sólo para los no-judíos, era para todos. Cuando los Saduceos y los Fariseos vinieron a Juan, él los llamó “camada de víboras” si ustedes creen que esto es sólo religión, se equivocan, ¿piensan que se pueden adherir a algunas leyes y códigos religiosos y que eso ya los convierte en hijos de Dios? “yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”.

Juan tuvo mucha gente bautizándose y recibiendo este mensaje, él estaba allí para preparar el camino del Señor y dijo: “viene uno después de mí, del que no soy siquiera digno de atar sus sandalias; él no va a bautizarlos con agua, él los bautizará con el Espíritu Santo y con Fuego, vendrá con poder, prepárense.”

Tres décadas antes, un pequeño bebe había nacido, sus padres eran José y María, María era una virgen, pero el Espíritu Santo vino sobre ella, y dio a luz al hijo de Dios, Él fue totalmente Dios y totalmente hombre. María y José eran de Nazaret, una pequeña aldea de Galilea. Cesar Augusto ordenó realizar un censo, así que José y María fueron hacia Belén dónde Jesús nació. Aproximadamente dos años más tarde hombres sabios llegaron desde oriente, estos eran astrónomos habían visto una estrella y fueron hasta el Rey Herodes preguntándole acerca de un Rey que había nacido en su provincia. Herodes no quería ningún tipo de rivales y condenó a muerte a todos los niños menores de dos años, pero un ángel advirtió a José y entonces ellos fueron a Egipto donde permanecieron hasta que Herodes murió en el 4 D.C.

Treinta años han pasado y Jesús está listo para dar inicio a su Ministerio, Mateo 3:13-15 dice: “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se oponía diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó”. El propósito del bautismo es el arrepentimiento, cambiar, prepararnos para la llegada del Mesías, Jesús era sin pecado, Él es el Mesías, entonces, ¿Por qué Jesús necesitaba ser bautizado? Aquí tenemos tres razones:

Primero: la inauguración del Ministerio público de Jesús. Jesús se consagró a sí mismo públicamente al plan de Dios. Jesús está de pie ante el Padre y ante la gente, reconociendo que ha llegado como el Mesías, y está iniciando su Ministerio terrenal, Jesús está diciendo que está dispuesto para ir hasta la cruz. En Juan 1:29 Juan el Bautista ve a Jesús y le dice a la multitud: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

Jesús es el sacrificio perfecto por nuestros pecados, no podemos llegar a Dios de otro modo, Él siendo plenamente hombre y plenamente Dios, murió por nosotros en la cruz. Él es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo y allí en el bautismo, el Padre y el Espíritu Santo, celebran la inauguración de su Ministerio aquí en la tierra, mira los versos 16 y 17: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Marcos dice que “los cielos fueron rasgados”. Esto fue el cumplimiento de Isaías 61:1 al 3: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”

El verso 17 dice: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Con una voz audible, esto no lo vimos durante el éxodo cuando Dios hablaba desde la montaña. Aquí Dios toma dos pasajes del Antiguo Testamento y los une. La primera parte del Salmo 2: 6 y 7 también llamado un himno de coronación, cantado cuando un nuevo Rey era coronado dice: “Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”. La segunda parte viene de Isaías 42: 1, “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones”. Así es como Dios proclama a su hijo, plenamente Dios y plenamente hombre, como el siervo sufriente, confirmando así la Trinidad de Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo. Jesús comienza su Ministerio público con la misión de convertirse en Rey Siervo de Dios.

El comentarista J.C. Ryle, dice: “La Trinidad dijo al principio de la creación “hagamos al hombre” y ahora, nuevamente al comenzar el Ministerio de Jesús la Trinidad dice: “salvemos al hombre” ahora Jesús está en camino hacia la cruz.”

La segunda razón por la que creo que Jesús fue bautizado es para identificarse con nuestro pecado y nuestro fracaso, él experimento la sed, el hambre, el rechazo, el sufrimiento, la justa indignación, y la tentación. Hebreos 4:15-16 dice; “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.  Sea lo que sea que estés pasando Él lo entiende, él lo sabe, tú puedes acudir a Él sabiendo que te escucha, se identifica con nosotros toma nuestra oración y se la lleva al Padre, Jesús te está diciendo hoy, “Yo sé exactamente cómo te sientes” Aunque fueron muchas las personas las que estaban siendo bautizadas Jesús espero a que todos sean bautizados, Jesús no era uno más en medio de la multitud, nunca fue uno más en la multitud, se identifica con nosotros plenamente como hombre, pero al mismo tiempo es plenamente Dios, tentado en todo, pero sin pecado.

He aquí la tercera cosa, él se bautizó para darnos ejemplo a seguir. Si Jesús consideraba al bautismo como algo importante, nosotros también debemos hacerlo, nuestro bautismo es una identificación con Cristo. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. Jesús no fue bautizado cuando era un bebe, las escrituras dice: y creyeron y fueron bautizados, ellos creyeron y fueron bautizados. El bautismo no salva y no te hace más creyente de lo que ya eres, tú ya tienes todo lo que viene de parte de Dios. El bautismo es una proclamación pública de lo que Dios ha hecho por ti y es un anuncio público para Él. Entrar en el aguar te identifica con su muerte y salir de ella te identifica con su resurrección para seguirlo y obedecerle de todo corazón.

Si aún no has sido bautizado te animamos a que lo hagas, sólo se trata de estar dispuesto a hacer lo que Dios te ha mandado a hacer: “La Gran Comisión”, Mateo 28: 18 al 20. El murió por nosotros, lo hizo públicamente en una cruz, ¿puedes tú demostrar públicamente lo que estás dispuesto a hacer por Jesús?

Esperamos que puedas acompañarnos en nuestra próxima emisión. Bendiciones.

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