La consulta de este día es de una persona que ha recibido al Señor Jesucristo como su personal Salvador y está tratando de agradarle en todo con su vida. Sucede que esta persona tiene un trabajo bien remunerado desde antes de ser creyente, pero como parte de sus obligaciones tiene que servir licor a los invitados de su jefe. Muchas de estas personas terminan ebrias. Nos pide un consejo acerca de si debe seguir en este trabajo obedeciendo las órdenes de su jefe o si debe buscar otro empleo.

Gracias por su consulta. Es reconfortante saber de personas que tienen un elevado concepto de vivir en santidad delante de Dios. Su consulta es: Debo seguir o debo renunciar a mi trabajo, por el hecho que parte del mismo es servir licor a los invitados de mi jefe. Tal vez muchos dirían: ¿Por qué debería renunciar? ¿Acaso es él quien está tomando licor hasta emborracharse? A lo mejor otros dirían: Debe renunciar porque está tomando parte en el pecado ajeno y 1 Timoteo 5:22 habla de no participar en pecados ajenos sino conservarse puro. De manera que la decisión no es fácil y demandará mucho discernimiento espiritual de su parte, y tal vez lo que convenga en su caso no necesariamente se puede generalizar a todos los casos similares. Cada caso deberá ser analizado en forma individual. Pero si me permite me gustaría compartir algunos consejos. En primer lugar, ponga el asunto en oración. No se apresure tomando la decisión de seguir en ese trabajo o renunciar al mismo. Pida a Dios que le dé discernimiento para saber si obedecer a su jefe y servir licor a los invitados de él hasta que algunos se emborrachan es algo que ofende a Dios. Tome en cuenta que esto no es algo que lo hace porque usted quiere, sino algo que lo está haciendo porque su jefe lo está ordenando. Segundo, intente dialogar con su jefe con miras a que no le pida que sirva licor a la gente que él invita. Abra su corazón y dígale lo que siente en cuanto a sus convicciones espirituales sobre el licor y la borrachera. De esta manera estará cumpliendo con lo que dice Efesios 5:11, donde leemos: Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas,  sino más bien reprendedlas;

Es posible que su jefe, aunque no es creyente, entienda su situación y le libere de esta responsabilidad y de esa manera pueda seguir en ese trabajo. Inclusive es posible que su jefe se sienta atraído por la palabra de Dios al mirar su testimonio. Si la respuesta que recibe es negativa, tal vez sea Dios quien le está guiando a dejar ese trabajo y buscar otro, pero tómelo con la madurez del caso. En tercer lugar, hable con los pastores o ancianos de la iglesia donde se congrega, pidiendo consejo sobre este asunto. Como ellos conocen el medio más de cerca, su consejo será muy valioso. Pídales que le apoyen en oración en cuanto a la decisión que debe tomar. Cuarto, si todo apunta a que debe renunciar a ese trabajo y buscar otro, pida a Dios que le provea otro trabajo en el cual no tenga la misma lucha que está teniendo ahora. Si la voluntad de Dios es que salga de ese trabajo, Dios mismo le proveerá de un trabajo diferente. Que Dios le colme de sabiduría para tomar la decisión adecuada.