La gente habla de que los espíritus de las personas que han muerto vagan por el mundo. ¿Es verdad?

Aprecio mucho su consulta. Como Usted bien lo ha dicho, la gente habla mucho de los espíritus de las personas que han muerto. Dicen que una vez que una persona muere, su espíritu comienza a caminar por todos los lugares donde esa persona ha estado en vida. El espíritu del muerto está recogiendo los pasos. Dicen también que si la persona no tuvo oportunidad de pedir perdón a las personas que hizo mal mientras estaba en vida, al morir, su espíritu está condenado a vagar asustando a la gente. Dicen que si el marido ha sido infiel, al morirse la esposa, su espíritu vendrá por la noche a tirar los pies de su esposo mientras él duerme. Son sólo pocos ejemplos de lo que mucha gente cree a pie juntillas sobre los espíritus de las personas que han muerto. Pero gracias a Dios que los que creemos en él y tenemos al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, no tenemos por qué pensar como mucha gente, sino que podemos remitirnos a lo que dice la infalible palabra de Dios. Así que, permítame leer una historia relatada por el Señor Jesucristo en cuanto a dos personas que murieron y lo que pasó con sus almas y espíritus una vez muertos. Se encuentra en Lucas 16:19-31. La Biblia dice: Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
Luk 16:20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
Luk 16:21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
Luk 16:22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
Luk 16:23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Luk 16:24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Luk 16:25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
Luk 16:26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Luk 16:27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
Luk 16:28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Luk 16:29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Luk 16:30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Luk 16:31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
Aquí tenemos a dos personas con dos estilos de vida muy diferentes. El uno era muy pobre y enfermo, pero a pesar de su desdicha, había arreglado su problema de pecado con Dios. El otro era muy rico y jamás pensó en su condición espiritual sino solamente en su riqueza. Ambos murieron físicamente, e instantáneamente ambos se encontraron en dos lugares diferentes. El que halló perdón de su pecado, cuyo nombre era Lázaro, se encontró en un lugar de dicha y bendición llamado el Seno de Abraham, mientras que el que jamás buscó perdón de su pecado, se encontró en un lugar de tormento en fuego. Los dos estaban plenamente conscientes de su situación. El rico, inclusive sabía de lo bien que estaba Lázaro, y pidió a Abraham que tenga misericordia, y que envíe a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque su lengua, porque estaba atormentado en esa llama. Abraham no aceptó el pedido del rico y además dijo que existe una gran sima, con s no c, lo cual significa un abismo grande y muy profundo, entre el lugar donde estaba Lázaro y el lugar donde estaba el rico, de manera que es imposible que alguien pase de un lado a otro. El rico sin embargo siguió haciendo pedidos. Esta vez pidió a Abraham que envíe a Lázaro a la casa del rico porque tenía cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vayan a ese lugar de tormento donde ya estaba el rico. Nuevamente la respuesta de Abraham fue negativa. Dijo que no hace falta que el alma y el espíritu de un muerto vengan de regreso a la tierra para relacionarse con el mundo de los vivos. Los que están vivos en este mundo tienen a su disposición la palabra de Dios para saber todo lo que tienen que hacer para ser salvos y evitar ir a ese lugar de tormento al morir. Esto, amable oyente, responde a su consulta. Es imposible que el alma y espíritu de una persona muerta venga a la tierra para relacionarse con el mundo de los vivos. Así que las almas y espíritus de las personas que mueren van bien sea a un lugar de bendición llamado cielo, o a un sitio de tormento en fuego llamado Hades. Todo depende de si recibieron o no, perdón de su pecado mientras estuvieron con vida en el mundo. Es imposible pasar de un lugar a otro o volver al mundo de los vivos. Pero tal vez alguien dirá: Si es así, entonces ¿qué es lo que yo vi u oí, o sentí, después que murió tal o cual persona? ¿O lo que siento ahora, a pesar que ya han pasado años desde que murió tal o cual persona? Pues, sabemos que no puede ser el alma o el espíritu de la persona que murió, de manera que puede tratarse de la imaginación de la persona que experimenta estas cosas o el resultado de la presencia de espíritus malignos o demonios o del mismo Satanás.