¿Responde Dios las oraciones de las personas que no tienen a Cristo?

La oración, es parte del sistema de comunicación entre Dios y los que somos de él. Todo sistema de comunicación tiene dos vías, uno de ida y otro de vuelta. Dios nos habla por medio de su palabra y nosotros hablamos a Dios por medio de la oración. Para que este sistema de comunicación funcione es necesario que exista una relación personal entre Dios y la persona que ora. La Biblia enseña que todo ser humano viene a este mundo en un estado de muerte espiritual. Note lo que dice Romanos 3:22-23 “Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” En su estado natural, el hombre está destituido de la gloria de Dios. Esto significa que no tiene relación personal con Dios. Por ser santo, Dios no puede tener relación con una persona que está muerta espiritualmente hablando. Para que Dios pueda tener una relación personal con alguien, es necesario que primeramente esa persona llegue a tener vida espiritual. Esa es una obra espiritual que Dios hace en las personas que reciben a Cristo como Salvador. Efesios 2:1 dice: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Uno de los muchos beneficios de esta nueva criatura viviente, es justamente el poder comunicarse directamente con Dios. Note lo que dice Juan 15:16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.” Estas son palabras de Jesús, poco antes de ir a la cruz. Habla de que aquellos que tienen vida espiritual, han sido elegidos por él con el propósito de ir y llevar fruto, un fruto que permanece, y ponga atención: Para que todo lo que pidan al Padre en el nombre de Cristo, sea concedido por el Padre. Esto no significa que con tal de que nuestras oraciones terminen con la frase: En el nombre de Jesús, Dios está en la obligación de atender nuestros pedidos. Lo que significa es que si nuestros pedidos son los mismos que haría Jesucristo, entonces Dios concederá esas peticiones. Tiene que ver con pedir a Dios las cosas que son la voluntad de Dios. Es claro entonces que quienes tienen el gran privilegio de pedir en el nombre de Cristo son los que tienen a Cristo en su vida. Esto responde a su consulta. Una persona que no tiene a Cristo como su Salvador, está separada de Dios y por tanto no tiene comunicación con Dios. Una persona en estas condiciones está muerta espiritualmente. Dios no tiene comunicación con los que están muertos espiritualmente.

Pero yo conozco mucha gente incrédula que dice que ora a Dios y Dios les responde a sus oraciones.

Bueno, el incrédulo piensa que ora a Dios y que Dios le responde, pero en realidad no es así. El incrédulo está muerto espiritualmente. Un muerto espiritualmente no puede comunicarse con el Dios vivo y verdadero. Puede ser que el incrédulo esté convencido que Dios está oyendo sus oraciones y que Dios está contestando, pero todo eso es un ejercicio vacío de significado. La gente pagana ora a las montañas, o al sol, o a la luna, o a las estrellas, o a las esculturas de yeso o de madera, o a las imágenes y parece que sus peticiones son respondidas. Pero no es el único y verdadero Dios quien está respondiendo. Puede tratarse solamente de puras coincidencias o más aún puede tratarse simplemente de una manifestación de lo que los teólogos llaman la gracia común, es decir de los beneficios que Dios derrama sobre todos, creyentes e incrédulos por igual, le pidan o no le pidan. Dios hace llover sobre justos e injustos. Bien se ha dicho que la única oración de los incrédulos que Dios responde es aquella en la cual el incrédulo, reconociendo que está separado de Dios, clama a Dios por perdón de sus pecados, confiando plena y absolutamente en el sacrificio de Cristo en la cruz por él.