Soy una persona convertida a Cristo desde hace como mes y medio y tengo muchas dudas y por qué no decirlo, hasta temores de fallar. Necesito toda la ayuda que me puedan brindar y colaborar. Se lo agradeceré.

Todos hemos pasado por las luchas que Ud. tiene en estos momentos. No es malo o pecaminoso dudar como Ud. lo está haciendo. Lo malo y ciertamente pecaminoso es dejar que esas dudas controlen de tal modo su vida, al punto que Ud. se vea impedida de crecer espiritualmente.

Me gustaría hacerle dos recomendaciones para salir de ese estado de duda.

Primero, es imperativo que Ud. aprenda a andar por fe y no por vista. 2ª Corintios 5:7 dice: «Porque por fe andamos, no por vista»

Esta es una buena recomendación para Ud. Andar por fe significa vivir, pensar y actuar conforme a lo que Dios dice en su palabra. Lo contrario a esto es andar por vista. Los que andan por vista son aquellos quienes quieren ver para creer. Dios demanda creer para ver. Los que andan por vista son los que no están satisfechos con lo que dice la palabra de Dios, sino que quieren sentir, quieren ver, quieren palpar las cosas sobrenaturales.

Si no pasa esto, se sienten insatisfechos, piensan que a lo mejor todo es una farsa esto de ser una nueva persona en Cristo. De esto vemos que es imprescindible que Ud. comience lo antes posible a estudiar la palabra de Dios para saber qué es lo que ella dice.

Por ejemplo, note lo que encontramos en Juan 10:27-29 que dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.»

Esta es la palabra de Dios. Lo que Dios está diciendo es que si Ud. ha recibido a Cristo como su Salvador personal y Ud. se sincera en su decisión, entonces Ud. es una oveja del redil de Jesucristo. Como tal, Ud. está en capacidad de oír la voz de Jesucristo por medio de su palabra. Ud. conoce a Jesucristo. Ud. está siendo guiada por Jesucristo y Ud. tiene vida eterna. Esto garantiza que no perecerá jamás y que nadie, absolutamente nadie puede arrebatarle de la mano de Jesucristo. Así dice la infalible palabra de Dios.

¿Qué va a hacer Ud. con esta palabra de Dios? Tiene dos alternativas. Creer o dudar. Si cree, amén. Ud. vivirá en eterna seguridad. Si duda, Ud. está en el fondo diciendo que Dios ha mentido y esto es muy serio y peligroso.

NO exija pruebas a Dios. Recuerde que es necesario creer para ver, no ver para creer.

La segunda cosa que me gustaría recomendarle es que lo antes posible, Ud. sea discipulada por alguna hermana madura en la fe. El discipulado es sencillamente el aprender de la vida de otro por medio del contacto cercano.

Busque en su iglesia alguna hermana que conozca la Biblia y viva lo que la Biblia dice para que le ayude a crecer espiritualmente. Esto le ayudará a disipar las dudas y los temores que como recién convertida Ud. tiene. No tema.

Note lo que Dios dice en Salmo 56:3-4 «En el día que temo, yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?»

Crea a Dios. No crea a sus sentimientos, ni siquiera a sus sentidos, porque tanto sus sentimientos como sus sentidos pueden ser distorsionados por el enemigo para hacerle desviar de su sencilla fe en Cristo Jesús.