1 Samuel 28:15-19

Cuando Saúl visitó a la adivina de Endor para que le haga venir a Samuel, quien había muerto, ¿Era en realidad Samuel quien se presentó para hablar con Saúl? 

Vamos a leer el pasaje bíblico en el cual se relata este incidente.

1ª Samuel 28:15-19 dice: «Y Samuel dijo a Saúl: ¿por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer. Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo? Jehová te ha hecho como dijo por medio de mí, pues Jehová ha quitado el reino de tu mano lo ha dado a tu compañero, David. Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por esto Jehová te ha hecho esto hoy. Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos.

Antes de emitir nuestra opinión sobre este debatido asunto, es necesario hacer algunas precisiones muy importantes.

Número uno, la necromancia o adivinación por medio de los muertos es algo condenado por Dios en su palabra. Deuteronomio 18:10-12 dice: «No sea hallando en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.»

Número dos, Saúl se encontraba presa del pánico a causa de la superioridad militar de los Filisteos contra quienes estaba por entrar en batalla. 1ª Samuel 28:5 dice: «Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera.»

Número tres, Saúl había sido desechado por Jehová a causa de su desobediencia. Una de las consecuencias de ser desechado por Jehová, fue que Jehová decidió no comunicarse con Saúl por los medios que normalmente se comunicaba con él. 1ª Samuel 28:6 dice: «Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas».

Teniendo en cuenta estos antecedentes, existen tres posibles explicaciones a lo que sucedió entre la adivina de Endor y Saúl.

La primera explicación es que todo fue un fraude bien montado por la adivina de Endor. Los que han llegado a esta conclusión se fundamentan en que número uno, la adivina de Endor sabía el estado de ánimo de Saúl y es probable, que inventara algo, cualquier cosa que sea, para tranquilizarlo.

Número dos, la vida de la adivina de Endor estaba en peligro, porque el mismo Saúl había mandado cortar de la tierra a los adivinos; es posible que por temor a perder su propia vida, la adivina de Endor haya fabricado una aparición ficticia.

Número tres, la adivina de Endor conocía a Samuel y lo describió en base a ese conocimiento y no en base a algo que ese momento estaba viendo.

Número cuatro, Saúl no vio a Samuel porque estaba postrado en tierra. Imaginó que era Samuel quien hablaba, pero en realidad era la misma adivina o un cómplice.

La segunda posible explicación es que lo que apareció en realidad fue un espíritu malo, ya sea un demonio o el mismo Satanás, disfrazado de Samuel. Los que apoyan esta explicación, basan su razonamiento en lo siguiente:

Número uno, Saúl tocó las puertas del cielo para buscar consejo acerca de lo que debía hacer para enfrentar en batalla a los filisteos, pero Dios había decidido no responderle. Como no se abrieron las puertas del cielo, Saúl no pensó dos veces en cuanto a ir y tocar las puertas del infierno. Cuando alguien toca las puertas del infierno, Satanás y sus demonios responden con gusto.

Número dos, Los adivinos tienen poderes satánicos. Es por eso que su actividad fue prohibida por la ley de Dios. Tuvo que haber sido Satanás o un demonio quien se preste para colaborar con la adivina.

Número tres, Saúl vivía en pecado y añadió pecado al pecado cuando recurrió a una adivina para pedir consejo. Solamente Satanás o un demonio pueden satisfacer el deseo de un pecador.

La tercera explicación posible es que por permiso de Dios, Samuel retornó del más allá para dar un mensaje a Saúl. Los que apoyan esta conclusión, se fundamentan en lo siguiente:

Número uno, la aparición ocurrió antes que la adivina pusiera en juego sus artes mágicas. Según el relato bíblico, la adivina de Endor preguntó a Samuel: ¿A quien te haré venir? Y Saúl respondió: Hazme venir a Samuel. Tan pronto Saúl dejó de hablar, antes que la adivina haga absolutamente nada, apareció Samuel. Parece que hubiera sido más una obra de Dios que una obra de la adivina de Endor por medio de sus artes mágicas.

Número dos, la adivina de Endor se asustó con la aparición. Dice el relato bíblico que viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, es decir que se puso a gritar del miedo.

Número tres, por el mensaje profético que entregó el aparecido Samuel. Dice el relato bíblico que Samuel dijo a Saúl que Jehová entregará a Israel, juntamente con Saúl, en manos de los filisteos y que al siguiente día, Saúl y sus hijos estarán en el mundo de los muertos. Solamente Dios pudo haber dicho esto. Ni Satanás ni sus demonios saben lo que será el futuro, aparte de lo que Dios ha revelado por supuesto. Ni Satanás ni sus demonios podían saber que Israel iba a ser derrotado por los filisteos y que Saúl y sus hijos iban a morir el siguiente día. Solo Dios puede saber el futuro con tal precisión. Cada una de estas explicaciones tiene sus pros y sus contras y entre los intérpretes bíblicos no hay consenso sobre este asunto. A nosotros nos parece que la tercera explicación es la que tiene mejor asidero en el texto bíblico. Recuerde que la adivina de Endor gritó de miedo cuando reconoció que fue Samuel quien apareció. Ella no esperaba que Samuel apareciera. En esta ocasión, Dios milagrosamente permitió que el mismo espíritu de Samuel hablase y anunciase la muerte inminente de Saúl y sus hijos.

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