Acabo de leer en el libro de Esdras, que los judíos que se habían casado con mujeres no judías, fueron ordenados a separarse. ¿Significa esto que si un creyente hoy en día está casado con un incrédulo deberían también separarse?
Efectivamente, en el libro de Esdras aparece el relato del evento mencionado por Usted en su consulta. Esdras 9:1-2 dice: “Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.”
Cuando Esdras supo de esto, rasgó sus vestidos y su manto, y arrancó pelos de su cabeza y de su barba y se sentó angustiado en extremo. Luego oró a Dios confesando este pecado. El quebrantamiento de Esdras por este pecado contagió a todo el pueblo, y una multitud de Israel, hombres, mujeres y niños lloraba amargamente.
Más tarde llegó el momento de hacer práctico este arrepentimiento. Note lo que dice Esdras 10:10-12 “Y se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel. Ahora, pues, dad gloria a Jehová Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras y de las mujeres extranjeras.”
Esta orden de Esdras se cumplió. Observe lo que dice Esdras 10:12 “Y respondió toda la asamblea, y dijeron en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra.”
Este episodio se repitió más tarde en los tiempos de Nehemías. Nehemías 13:23 dice: “Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas”
La reacción de Nehemías ante este hecho fue severa. Nehemías 13:25 dice: “Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.”
El desenlace fue que Nehemías hizo separar a los judíos de sus mujeres extranjeras. Nehemías 13:30 dice: “Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su servicio.”
Muy bien. Si la Biblia no dijera nada más sobre un creyente casado con un incrédulo, entonces lo que se debería hacerse es lo mismo que ordenaron Esdras y Nehemías, es decir la separación.
Pero el Nuevo Testamento da enseñanza sobre este asunto. Veamos lo que dice 1 Corintios 7:12-13 “Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.”
En otras palabras, si un creyente, hombre o mujer está casado o casada con una persona incrédula, y esta persona incrédula no tiene ningún problema con eso, entonces el hombre o mujer creyente no debe separarse de su pareja incrédula.
Así que, si Usted siendo creyente, está casado con su esposa que es incrédula y ella consiente en vivir con Usted, entonces Usted no debe separarse de ella.
Pero ¿Qué pasa si la parte incrédula no quiere saber nada de estar casada con el creyente? Entonces se aplica lo que dice 1 Corintios 7:15 donde leemos: “Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.”
Note que es el incrédulo, quien no quiere seguir casado con el creyente, y es el incrédulo, no el creyente, quien inicia el proceso de separación. En estas condiciones el creyente no puede obligar al incrédulo a seguir con él y debe separarse. Eso es lo que enseña la palabra del Señor.