Autor: cris

  • ¿Estará Dios de acuerdo con el divorcio de un matrimonio cristiano, quienes ya conocían a Dios cuando se casaron?

    Me gustaría iniciar la respuesta enfatizando la idea original de Dios para el matrimonio. Se encuentra en el segundo capítulo de Génesis. Allí vemos que Dios creó a Adán y Eva y los juntó en una maravillosa unidad. Cuando Adán vio a su mujer dijo lo siguiente: “Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; esta será llamada varona, porque del varón fue tomada.” Luego Dios le añade un comentario: “Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” Aquí está el principio de cómo ve Dios el matrimonio. Nadie comprenderá jamás lo que es el divorcio a no ser que primeramente entienda bien lo que es el matrimonio. Nadie puede comprender jamás como ve Dios una separación hasta que comprenda como Dios define la unión. La frase clave es: Y serán una sola carne. Esto significa que el hombre y la mujer están unidos indivisiblemente. El uno es el número indivisible. Son uno espiritualmente, socialmente y sexualmente. El verbo utilizado en Génesis 2:24 comunica la idea de que no existe el punto final en el matrimonio. El verbo hebreo que se ha traducido como “unirse” es muy importante porque revela la naturaleza del vínculo matrimonial. El significado literal tiene que ver con estar adherido o pegado a algo. Un hombre y una mujer que se han casado están pegados el uno al otro ni más ni menos. Cuando Dios une a un hombre con una mujer, esta unión afecta hasta lo más profundo de sus almas. El matrimonio es la convergencia de dos voluntades, la mezcla de dos mentes, la expresión única de dos juegos de emociones. Por eso, los dos se convierten en uno. La meta es la unidad perfecta de dos personalidades. Cuando esposo y esposa, los dos reconocen la verdadera dimensión del matrimonio, también reconocerán que echar mano del divorcio para solucionar un problema doméstico sería tan drástico como pretender sacarse un ojo por el solo hecho de que se introdujo una basurita que produce incesante malestar. Una solución así sería absurda, como absurdo es un divorcio para arreglar una desavenencia hogareña. De modo que Dios junta a un hombre y a una mujer en una relación diseñada para que dure toda la vida. El Nuevo Testamento confirma este ideal en todas sus partes, siendo el mismo Señor Jesucristo su más ardiente defensor. En Mateo 19:6 leemos por ejemplo: “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” La palabra “separe” en el texto leído es la misma palabra para “divorcie” Lo que el Señor Jesucristo ha dicho es entonces: Lo que Dios juntó, no lo divorcie el hombre. El atentar contra el matrimonio mediante el divorcio es semejante a atentar contra un embrión mediante un aborto, porque en ambos casos se destruye una obra creativa de Dios. En la concepción, Dios hace uno de dos. El aborto mata esta obra creativa de Dios. En el matrimonio Dios hace de dos uno. El divorcio mata esta obra creativa de Dios. A la luz de esta clara enseñanza de la palabra de Dios es inconcebible que el divorcio haya tenido tanta aceptación tanto en el pasado como en el presente. Las razones son múltiples, pero todas ellas convergen a lo que tenemos en Génesis 3:16-17 donde dice: “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces, con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” Dios originalmente diseñó una unión indivisible, pero cuando el pecado entró en la raza humana, causó un conflicto terrible en el matrimonio. El ideal de Dios para el matrimonio se hizo pedazos. El caos incursionó en los hogares y el divorcio fue una de las consecuencias. Antes de la caída, el matrimonio era una completa felicidad. El hombre era la cabeza y la mujer su ayuda idónea. El hombre como cabeza manifestaba su autoridad en tierna provisión de todas las necesidades de la esposa. La mujer como ayuda idónea estaba totalmente dispuesta a someterse voluntariamente a aquel que le fue dado como su cabeza. El corazón de él era para ella y el corazón de ella era para él. La caída en pecado afectó gravemente este cuadro idílico. La maldición por el pecado trajo a la mujer un profundo deseo de usurpar el rol o la función de su marido. La maldición por el pecado trajo al hombre la actitud de someter a su mujer a su voluntad por la fuerza. El matrimonio se transformó en un campo de batalla por lograr la autoridad para dominar al otro. La mujer tratando de buscar supremacía de cualquier forma y el hombre tratando de mantener su liderazgo o usándolo en forma despótica. El conflicto fue inevitable y el resultado indeseado fue el divorcio. Así que, nos ha preguntado si Dios estará de acuerdo con el divorcio de una pareja de creyentes, quienes recibieron a Cristo como Salvador antes de casarse. La respuesta enfática es: No rotundo. En palabras del profeta Malaquías suena así esta negativa. Leo Malaquías 2:16 “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.” Dios odia el divorcio. El hombre o la mujer que se divorcia de su cónyuge hace aquello que Dios odia. El texto dice que también cubre de iniquidad su vestido. Una traducción literal diría: cubre su vestido con violencia. Esta es una descripción muy gráfica de la magnitud de este pecado. Es como decir que no se puede pasar por un lodazal sin que la ropa se enlode. Trae a la mente el cuadro de un hombre que asesina a alguien y es atrapado porque su ropa está manchada de la sangre de su víctima. Dios está diciendo que cuando un hombre o una mujer se divorcia, ha manchado su ropa de pecado. El divorcio es pecado y la santidad de Dios responde a esto con un odio justo. Aun en los casos del más intenso conflicto y de la ofensa más severa, Dios desea que un esposo y una esposa mantengan el vínculo matrimonial. Una vez más, Dios no puede estar de acuerdo con el divorcio bajo ningún punto de vista.

    ¿Significa esto que el divorcio no existe?

    Ojalá fuera así. Lamentablemente no lo es. Dios no está de acuerdo con el divorcio, pero el divorcio existe. Lo mismo pasa con el pecado. Dios no está de acuerdo con el pecado, pero el pecado existe. Por alguna razón que cae dentro de la inescrutable sabiduría de Dios, existen en el universo cosas con las cuales Dios no está de acuerdo. El divorcio es una de ellas. Cuando los fariseos tentaron a Jesús preguntándole si era lícito que un marido se divorcie de su mujer, Jesús respondió con otra pregunta: ¿Qué os mandó Moisés? Los fariseos dijeron lo que venían arrastrando desde sus ancestros: Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla. Jesús entonces dijo lo siguiente, según Marcos 10:5-9 “Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Además de poner bien en claro el propósito original de Dios para el matrimonio, Jesús añade que el divorcio existe por la dureza del corazón del hombre. Dios no está de acuerdo con el divorcio. El divorcio existe y se origina en la dureza del corazón del hombre. En todo caso, cualquier divorcio, por cualquier causa, siempre estará huérfano del apoyo de Dios.

  • ¿El día de reposo es sábado o domingo?

    Tengo curiosidad por la doctrina Adventista. Uno de ellos me abordó preguntándome cuál era el día de reposo para mí, a lo cual contesté que era el primer día de la semana, el domingo, pero él me dijo que no era así, sino que es el séptimo día de la semana, el sábado. Por favor acláreme este asunto.

    Guardar el séptimo día como día de reposo fue una práctica instituida por Dios para su pueblo Israel. Éxodo 20:8-11 dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.” Este mandato no fue exclusivo para Israel, no para todo ser humano. Fue una señal del pacto de Dios con su pueblo Israel. Éxodo 31:16-17 dice: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y el séptimo día cesó y reposó.” Los gentiles no estaban obligados a cumplir este mandato de Jehová. Era un asunto entre Israel y Jehová. Además, el séptimo día como día de reposo, era un tipo, o cuadro, del reposo espiritual que da el Señor Jesucristo a todo aquel que le recibe como Salvador. Cuando Cristo vino como el Mesías de Israel y fue rechazado por la nación, Dios temporalmente puso a un lado a la nación de Israel y consecuentemente también quedó a un lado, temporalmente, esta señal del pacto entre Jehová y la nación de Israel, es decir, el guardar el séptimo día como día de reposo. Los creyentes entonces no tenemos que guardar ningún día como día de reposo. El Nuevo Testamento condena esto de guardar días especiales. Colosenses 2:16 dice: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo” El primer día de la semana no es día de reposo para los creyentes. Es simplemente un día para hacer memoria de la persona y obra de Jesucristo, un día para perseverar en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Hechos 20:7 dice: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la media noche.” El primer día de la semana es también el día señalado para recoger las ofrendas para el Señor. 1 Corintios 16:2 dice: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.” ¿Por qué se hacen estas cosas el primer día de la semana y no el séptimo día de la semana? Pues porque el Señor resucitó el primer día de la semana, el Señor ascendió a su gloria el primer día de la semana, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos el primer día de la semana, y los apóstoles tenían la costumbre de reunirse con los creyentes el primer día de la semana. ¿No es suficiente esto para que nosotros también tengamos nuestras reuniones el primer día de la semana?

  • ¿Existen en la actualidad Apóstoles de Jesucristo?

    La palabra apóstol tiene sus raíces en una palabra griega que literalmente significa un enviado, o un mensajero, o un embajador. Por tanto, cuando se habla de un apóstol de Jesucristo, se debe entender uno que es enviado directamente por Jesucristo. Esta característica, de ser enviados directamente por Jesucristo, la cumplieron doce discípulos de Jesucristo, conforme a lo que dice Mateo 10:1-4 donde se lee: “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó. A estos doce envió Jesús” Aquí tenemos a Jesucristo personalmente enviando a doce de sus discípulos. Estos doce son los apóstoles de Cristo. Jesucristo ciertamente tenía más de doce discípulos, pero de entre todos ellos escogió a doce para hacerlos sus apóstoles. Todos sabemos que uno de ellos, Judas Iscariote no fue fiel a su oficio como apóstol y entregó a Jesús para ser crucificado y después acabó suicidándose. En cambio Jesús, una vez muerto y sepultado, resucitó gloriosamente al tercer día. Esto fue atestiguado personalmente por los once apóstoles y por muchos otros discípulos. Días después, Jesús fue ascendido a la gloria de su Padre. Pero algo digno de considerar con mucha atención es lo que hicieron los once apóstoles una vez que retornaron desde el monte de los Olivos, donde Jesús fue tomado, hasta Jerusalén. De esto nos habla Hechos 1:20-22 dice: “Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio. Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.” Ante el fracaso de Judas Iscariote, los once apóstoles restantes consideran que es necesario escoger a uno que tome el lugar dejado por Judas Iscariote. Esto es muy concluyente para nuestro propósito. ¿Por qué no se quedaron sólo con once apóstoles? ¿Por qué no escogieron a dos o tres o más, para ser apóstoles? ¿No le parece que el número doce es entonces un número exclusivo en cuanto a la cantidad de apóstoles de Cristo. Esto es así. No pueden ser menos de doce ni más de doce. Años más tarde, Dios dio al Apóstol Juan la revelación acerca de Jesucristo, y en ella aparecen las características de la Nueva Jerusalén. Esta es una ciudad gloriosa que tiene un muro muy especial. Ponga atención a lo que dice Apocalipsis 21:14. “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero” Allí lo tiene, los apóstoles del Cordero, o de Cristo, son doce, ni uno más, ni uno menos. Si hubiera más apóstoles que los doce, harían falta cimientos en el muro de la Nueva Jerusalén. El grupo de los doce apóstoles era exclusivo. Los que formaban parte de ese grupo cumplían con rigurosos requisitos. Número uno, tenían que haber estado con Jesús todo el tiempo entre el momento que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista hasta el momento que Jesús fue ascendido a su gloria con el Padre. Es decir que tenían que ser testigos oculares de todo lo que hizo Jesús durante su ministerio terrenal, tenían que ser testigos oculares de su muerte, resurrección y ascensión. Número dos, tenían que poseer las señales de apóstol, es decir la capacidad sobrenatural para hacer milagros. Hechos 5:12 dice: “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.” Muy bien, vistas así las cosas: ¿Quién puede hoy en día decir que ha estado personalmente con Jesús desde su bautismo hasta su ascensión, siendo testigo de su ministerio, pasión, muerte, resurrección y ascensión? ¿Quién puede decir que tiene poder sobrenatural para hacer todo tipo de señales y prodigios? Absolutamente nadie. Por eso, no existen hoy en día apóstoles de Cristo. El caso de Pablo, es capítulo aparte. Pablo vio personalmente a Cristo resucitado y Cristo resucitado le envió a ser su testigo entre los gentiles. En su defensa ante Agripa, Pablo dijo lo siguiente según Hechos 26:15-17 dice: “Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío.” Además Pablo manifestó todas las señales de apóstol. En defensa de su apostolado dijo lo siguiente, según 2 Corintios 12:12 “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.” Pablo entonces cumplió con los requisitos para ser apóstol. Se piensa inclusive que Pablo debe ser el apóstol numero doce, el reemplazo de Judas Iscariote. Sólo Dios sabe cómo manejar este asunto. Por último, es verdad que la palabra apóstol, ocasionalmente se aplica a personas que estaban íntimamente asociadas con los apóstoles, tal es el caso de Bernabé, en Hechos 14:14 y de Silas y Timoteo en 1 Tesalonicenses 2:6, pero siempre había un apóstol detrás de ellos, al punto que se hace difícil discernir si la palabra apóstol se aplica a alguien que no era de los doce. El oficio de apóstol de Cristo no se transmite de generación a generación, cuando murió el último apóstol, el apóstol Juan, se acabaron los apóstoles de Cristo, ya no hay más. Por supuesto que todo creyente tiene una comisión y es enviado a ser sal y luz en este mundo, a ser testigo de Cristo en este mundo. Los creyentes somos mensajeros del evangelio de Cristo, somos embajadores de Cristo, pero ningún creyente hoy en día puede jactarse de haber sido enviado personalmente por Cristo y de haber estado con Jesús durante su ministerio público hasta que fue ascendido a la gloria del Padre y de tener las credenciales de apóstol por medio del poder para hacer todo tipo de señales y prodigios. En conclusión, hoy en día no existen apóstoles de Cristo.

  • ¿Puede un creyente ser espiritista?

    Un creyente maduro jamás pensará siquiera meterse en el espiritismo porque simple y llanamente el espiritismo es confrontado y condenado por Dios en la Biblia. El espiritismo es la evocación de los espíritus de los muertos para hablar con ellos, mediante la intervención de un médium. El espiritismo no es moderno. Sus raíces se remontan al tiempo cuando el pecado hizo su entrada en la creación. El pretender comunicarse con el espíritu de un muerto ha sido expresamente condenado por Dios en su palabra. Deuteronomio 18:10-12 dice: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti” La mayor parte del espiritismo moderno es un fraude. Los trucos de los mediums han sido descubiertos y denunciados vez tras vez, pero probablemente no todo es fraude, hay un remanente en el espiritismo moderno que parece apuntar a un origen sobrenatural. Pero el hecho que sea sobrenatural no significa que sea bueno. Cuando se manifiesta un espíritu a través de un médium, descartando cualquier truco, es en realidad Satanás, o uno de sus demonios, quien se está manifestando. Así es como se engaña a la gente ingenua que está angustiada por comunicarse con el espíritu de algún ser querido que ha muerto. Quien se manifestará no es el espíritu del ser querido sino Satanás o un demonio, suplantando por supuesto la identidad del ser querido. El creyente no debe por tanto mezclarse en absoluto con el espiritismo. Pretender que un creyente se meta en el espiritismo sería como esperar que el agua se mezcle con el aceite. Algo imposible.

  • ¿Cuál es su opinión acerca de los libros sobre Harry Potter y también sobre la película del mismo nombre?

    Bueno, admito que no he leído ninguno de los libros de la serie Harry Potter y tampoco he visto la película sobre el mismo asunto. Lo que sí he visto, en diversos medios de comunicación es un amplio, y hasta desmesurado despliegue publicitario que cautivó la atención de niños, jóvenes y adultos por igual. El estreno de la versión cinematográfica de Harry Potter significó cientos de millones de dólares en ganancias para sus productores. No hay duda que Harry Potter hizo llenar de dinero los bolsillos de mucha gente. Así que, mi opinión se basará en lo que otros, con conocimiento de causa, han publicado acerca del fenómeno Harry Potter. Entre estos otros, está este correo electrónico, que circuló en Internet poco tiempo después del estreno de la película Harry Potter. Ponga atención a lo que dice. Lo leo textualmente. Desde hace años, los libros de Harry Potter, escritos por la inglesa Joanne Kathleen Rowling, han invadido librerías por todo el mundo. Ahora tenemos la película de Harry Potter. En los libros, Harry Potter es apenas un adolescente, huérfano, quien descubre que tiene poderes para realizar hechicería. Sus padres también habían sido hechiceros, pero fueron asesinados por el malvado brujo Lord Voldemort. Harry vive con los Dursleys, los familiares que se hicieron cargo de él al quedar huérfano. Estos lo tratan despóticamente. Tras enterarse de su herencia hechicera, el jovencito Harry decidió matricularse en la escuela de hechicería y brujería Hogwarts, hecho que le da inicio a la trama. Cada libro le añade un año a la vida de Harry, y narra las experiencias que éste vive mientras estudia en la singular escuela, incluyendo los diferentes conflictos que tiene con sus enemigos. “Los libros se irán tornando cada vez más siniestros. A Harry se le van a ir poniendo las cosas cada vez más difíciles. Lo siento, sí, los otros son más espantosos” Así expresó al periódico de Londres “The Times” la autora en cuanto a los próximos tres libros que sacará al mercado. La llamada harrymanía está cautivando el interés de padres e hijos. ¿A qué se deberá? Desde hace años se sabe que a los niños les encanta el mundo de la fantasía, cuentos como “El Mago de Oz” así lo han comprobado. Por otro lado, los padres parece que piensan que si algo ejercita la imaginación y fomenta la lectura, no puede revestir ningún peligro. Además, muchos medios de comunicación de renombre también apoyan la serie de libros de Harry Potter. “El espectacular éxito de los libros de Harry Potter quizá ayude a crear una nueva generación de lectores empedernidos. Por lo menos nos recuerda que las historias bien escritas, con personajes interesantes logran encontrar una audiencia” escribió la periodista Anna Quindlen en la revista Newsweek. Incluso el escritor cristiano Charles Colson comentó sobre la magia de Harry Potter diciendo: “Harry y sus amigos echan hechizos, leen bolas de cristal, y se convierten ellos mismos en animales, pero no hacen contacto con el mundo sobrenatural” Si eso no es contacto con el ocultismo, entonces ¿qué será? Hasta aquí la cita de este correo electrónico. Sobre esta base, permítame dar mi opinión al respecto. Lo que el público ha pasado por alto es que la curiosidad que produce leer historias como Harry Potter está contaminando la mente de los lectores. ¿En qué sentido? Pues vistiendo de un ropaje inocente, algo que en el fondo es absolutamente peligroso. La brujería o hechicería es una práctica totalmente peligrosa y por eso la Biblia lo confronta con rudeza. Mire lo que dice Éxodo 22:18 “A la hechicera no dejarás que viva.” Dios no anda con rodeos cuando se trata de brujos, brujas, hechiceros o hechiceras. Simplemente dice: Los tales deben morir. Tan horrendo debe ser el pecado de la hechicería que Dios determina la pena capital para los que la practican. Los hechiceros están proscritos del reino de Dios y su destino eterno es el lago de fuego. Apocalipsis 21:8 dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en le lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” La brujería o hechicería no es algo inocente, o algo para divertirse. Es algo realmente peligroso. Satanás, el maestro del engaño, está esforzándose mucho para esconder esta realidad y por medio de libros o películas como Harry Potter está vendiendo la idea que no hay nada de malo en la brujería o hechicería que practica un adolescente. Cuidado con caer en este juego del diablo amigo oyente. Un niño de apenas 9 años que vio la película de Harry Potter dio su opinión sobre lo que acababa de ver: Dijo: Me gustó porque enseña todo lo que se relaciona con la magia; cómo la puedo usar para controlar a la gente y cómo vengarme de mis enemigos. ¿Qué le parece? ¿Cree Usted que esta manera de pensar es beneficiosa para un niño de solo 9 años? ¿Acaso la Biblia alienta a controlar a la gente usando poderes sobrenaturales? ¿Acaso la Biblia anima a la gente a buscar venganza de sus enemigos por medio de lanzarles algún hechizo? Algo muy curioso es que uno de los sumo sacerdotes del satanismo, Egan de la primera iglesia de Satán en Salem, Massachussets, se pronunció acerca de la obra Harry Potter en los siguientes términos: “Harry es un regalo de Dios para nuestra causa. Una organización como la nuestra vibra con la sangre nueva y últimamente hemos tenido más solicitudes de las que podemos manejar y prácticamente todas son niñitas vírgenes y eso es grandioso” Por lo que dice este hombre, Harry Potter ha sido de mucho beneficio para la causa del satanismo. ¿Piensa que será algo inocente y divertido? Cualquier acción que pretenda rodear de un manto de inocencia algo que Dios ya lo ha catalogado como algo nocivo, debe ser rechazado por las personas temerosas de Dios. Yo no sé cuáles habrán sido los motivos que tuvo la autora al escribir la serie de libros sobre Harry Potter. Puede ser que, como ella afirma, lo único que quería era divertir o entretener a los niños, o puede ser que quería que la gente, especialmente los niños, mire con simpatía a la hechicería. Lo que sí puedo asegurar es que Satanás está obteniendo buenos dividendos al hacer pensar a la gente que no hay nada de malo en usar la hechicería a nuestro favor. No caigamos en el juego de Satanás. Los padres deben evitar cualquier contacto con la hechicería aun cuando sea solamente para diversión o para incentivar la imaginación. Los padres deben también ocuparse en vigilar lo que los hijos leen, lo que los hijos miran en la televisión, los amigos que tienen, no sea que el enemigo esté astutamente poniendo en sus mentes cosas contrarias a lo que enseña la Biblia.

  • ¿Es malo comer carne de res en la semana santa?

    Dejemos por el momento a un lado la semana santa y concentrémonos en los alimentos en general, dentro de ello, la carne de res, por supuesto. La Biblia es muy clara al afirmar que a raíz de la muerte y resurrección de Cristo, se abolió la ley de Moisés, la cual, en una de sus partes hacía distinción entre los alimentos considerados ceremonialmente limpios y alimentos considerados ceremonialmente impuros. Este hecho se hizo evidente cuando Pedro el apóstol tuvo una visión muy interesante. Su relato se encuentra en el libro de Hechos, capítulo 10, versículos 9-16 donde dice: “Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo” Esta visión fue una especie de lección objetiva para que Pedro reciba a los gentiles y de esa manera cumpla el propósito de Dios de tomar pueblo para su nombre de entre los gentiles. Pero esa experiencia de Pedro nos muestra también que había llegado a su fin las distinciones entre alimentos limpios y alimentos impuros. 1 Timoteo 4:4-5 dice: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado” Así que, todo alimento que existe en el mundo es bueno. No hay ningún impedimento bíblico para comer carne de res, o de cerdo, o de conejo o de cualquier otro animal. Es conveniente sin embargo tomar en cuenta el principio de no ser tropiezo para algún creyente que en su conciencia está convencido que comer tal o cual alimento es malo para él. 1 Corintios 8:13 dice: “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.” Esto en cuanto a los alimentos. Ahora viene el asunto de la semana santa. Yo siempre tengo problema con esto de la semana santa, porque la idea que esto comunica a mi mente es que las otras semanas del año no son santas. Pero yo sé que todas los meses del año son santos, todas las semanas del año son santas y todos los días del año son santos, porque todo esto es de Dios. La idea de una semana santa, en la cual la gente se esfuerza por refrenar el pecado, aunque el resto del año, las 51 semanas restantes, viva en pecado, no tiene en absoluto fundamento bíblico. Pero alguno dirá: El hecho que en semana santa se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, ¿no hace de esta semana, una semana especial? ¿Una semana santa? Pues no . La Biblia condena la celebración de fiestas religiosas. Note lo que dice Colosenses 2:16-17 “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuando a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.” Los falsos maestros del primer siglo, ponían gran énfasis en abstenerse de ciertos alimentos y en la observancia de ciertas fiestas religiosas, pero Pablo dice: Estas cosas son sombras que ya han sido disipadas por la presencia de Cristo. De modo que la semana santa, es como cualquier otra semana del año, una semana para buscar glorificar a Dios como se lo debe hacer en cualquier otra semana del año. Con lo dicho no estoy afirmando que sea malo hacer memoria de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, pero esto podemos hacerlo inclusive cada semana del año. Algunas iglesias o asambleas celebran la cena del Señor cada primer día de la semana y en eso hacen memoria de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. ¿Por qué esperar solo una semana señalada para recordar el cruento sacrificio de Cristo? Sobre la base de todo lo dicho hasta aquí, no existe en absoluto fundamento bíblico para afirmar que no se debe comer carne de res durante la semana santa. Todos los alimentos son limpios y todas las semanas son santas. La instrucción para no comer carne de res en semana santa no proviene de Dios sino del hombre. Es un mandamiento de hombres. La Biblia advierte severamente en contra de someterse a mandamientos de hombres. Note lo que dice Tito 1:13-14 “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad” Cuidado amable oyente con hallarse obedeciendo mandamientos de hombres como si fueran mandamientos de Dios.

  • ¿Cómo puede ser que Dios mande las enfermedades?

    En Isaías 53:5, cuando habla de que por sus llagas fuimos nosotros sanados, ¿Cómo puede ser que Dios mande enfermedades? ¿Cómo es que Jesús sanó enfermos durante su ministerio en la tierra?

    La enfermedad es una de las muchas consecuencias del pecado de la humanidad y siempre es enviada por Dios. Esto se desprende de textos como Deuteronomio 28:58-61 donde dice: “Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible; JEHOVÁ TU DIOS, entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, y enfermedades malignas y duraderas; y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.” Allí lo tiene, una de las consecuencias de la desobediencia del pueblo a los mandatos de Dios, sería la enfermedad. Esa enfermedad sería enviada por Dios. La Biblia también habla de que Dios puede, si esa es su voluntad soberana, probar a un creyente con alguna enfermedad, como lo hizo con Job. En todo caso, Dios es soberano en cuanto a la enfermedad. Su problema es que Usted ve la sanidad física en Isaías 53:5 y por tanto se le hace difícil aceptar que Dios envíe enfermedad. Bueno, leamos este pasaje bíblico. Dice así: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Cuando Isaías dice que por su llaga fuimos nosotros curados, no se está refiriendo a la salud física sino a la salud espiritual. Esto queda demostrado cuando el mismo Isaías dice que el Mesías fue herido por nuestras rebeliones y molido por nuestros pecados. También en el versículo 6 dice al final: “Mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Por otro lado, demos lectura a Isaías 53:4 donde dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” Esta profecía fue cumplida por Cristo cuando en su ministerio terrenal sanó a muchos enfermos. Pero algo interesante es saber como el apóstol Pedro interpretó este versículo. Aparece en 1 Pedro 2:24 donde dice: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” Es obvio que Pedro está entendiendo la cita de Isaías 53:4-5 en el sentido que está hablando de sanidad espiritual, mas no de sanidad física.

  • Quisiera saber si es o no correcto hacer pactos entre dos personas

    Un pacto es un concierto en que se convienen dos o más personas o entidades que se obligan a su observación. Sinónimos de pacto pueden ser: Convenio, tratado, alianza, contrato, negociación, concordato, juramento, promesa y arreglo. En la Biblia se ven muchos pactos entre dos personas. Génesis 26:28 dice: “Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo” Este versículo se refiere a un pacto de no-agresión entre Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar e Isaac, el hijo de Abraham, quien estaba prosperando grandemente en la tierra. Los pactos entre dos personas, de los cuales habla la Biblia tuvieron varios propósitos, como sellar una amistad, proveer de ayuda en caso de guerra, protección mutua, establecimiento de paz, promoción de comercio y venta de tierras. Todo pacto debía especificar claramente las condiciones. Note lo que dice 1 Samuel 11:1-2 “Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esa afrenta sobre todo Israel” Nahas está estableciendo las condiciones para el posible pacto con lo de Jabes de Galaad. Gracias a Dios que el pacto que proponía Nahas no se llegó a consumar por la misericordiosa intervención de Dios por medio de Saúl. Las condiciones del pacto debían ser confirmadas con juramento. Volviendo al pacto de Abimelec con Isaac, Génesis 26:31 dice: “Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se despidieron de él en paz.” Además de ser confirmadas por juramento de las partes, las condiciones del pacto debían ser mutuamente aceptadas en presencia de testigos. Muchas veces se invocaba a Dios como testigo. Una vez firmado un pacto, no se lo podía alterar. Gálatas 3:15 dice: “Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.” A veces, los que firmaban un pacto caminaban por en medio de animales sacrificados partidos por la mitad, en señal de solemnidad. También se utilizaba sal en señal de perpetuidad. Otras veces se lo ratificaba con un simple apretón de manos. Ezequiel 17:18 dice: “Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará.” Los pactos también se sellaban en una celebración con comida, en la cual se entregaban presentes como recordatorio del pacto. En ocasiones se levantaban monumentos para hacer memoria de la firma de un pacto, o se daba nombres a los lugares donde se establecía un pacto. Estas son algunas de las costumbres que tienen que ver con los pactos en la Biblia. Por supuesto que hoy vivimos en otra época y tenemos otras costumbres. No será posible establecer siguiendo exactamente las mismas costumbres de los tiempos bíblicos, pero eso no significa que hoy en día estén fuera de lugar los pactos. En la sociedad en la cual vivimos, son inevitables los pactos. Por supuesto que a lo mejor no utilicemos la palabra “pacto” sino contrato, o convenio, o acuerdo. Fíjese sólo a manera de ejemplo, cuando alguien va a comprar una casa, o un terreno, o cualquier otro bien raíz, necesita firmar un documento conocido como “escrituras”, el cual, en el fondo, no es otra cosa sino un pacto que se hace entre el vendedor y el comprador. Si alguien va a alquilar un departamento, necesita firmar un contrato de arrendamiento, el cual, en el fondo, no es otra cosa sino un pacto entre el dueño del departamento y la persona que lo está alquilando. No hay nada de malo en hacer este tipo de transacciones. Lo que sí es necesario cuidar es que los términos del pacto, o del contrato, o del convenio, no atenten contra algún principio de la palabra de Dios, pero sobre todo, es necesario comprometerse ante Dios a cumplir con lo que se ha pactado. Por eso es necesario pensar bien antes de firmar un contrato o un convenio o un acuerdo. Note lo que dice Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” Lo que se promete hacer en un pacto o un contrato o un convenio, hay que cumplir, no sólo porque se ha firmado un documento, sino más porque un creyente no debe decir una cosa y hacer otra diferente.Pero ¿qué de lo que dice 2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”? ¿Se puede hacer un pacto con un incrédulo? ¿No será que los pactos se deben hacer sólo entre creyentes?

    2 Corintios 6:14 ordena a los creyentes a no unirse con los incrédulos en cualquier empresa o relación de carácter espiritual, lo cual sería muy negativo para el testimonio cristiano dentro del cuerpo de Cristo. Pero si las relaciones son de otro carácter, como comprar algún bien raíz, o alquilar una vivienda, o trabajar en determinado lugar, no hay ningún problema en que un creyente se ponga de acuerdo con un incrédulo y lo acordado sea firmado en una escritura o contrato o convenio o pacto. La Biblia jamás prohíbe tener contacto con los incrédulos. Si lo hiciera, los creyentes tendríamos que vivir aislados en algún lugar, separados totalmente de los incrédulos. Pero la Biblia ordena más bien lo contrario, los creyentes tenemos que vivir entre los incrédulos para poder ser sal y luz entre ellos. No olvidemos que los creyentes no somos del mundo pero tenemos que vivir en el mundo.

  • ¿Por qué los Testigos de Jehová tienen una Biblia modificada?

    Para beneficio de algunos de nuestros amigos oyentes que no conocen el trasfondo de los Testigos de Jehová, permítanme hacer un breve recuento, tomado del libro titulado “Lo que ellos creen” escrito por Harold J. Berry. Dice así: “Su primer líder y presidente se llamó Charles T. Russell, por eso es que a los Testigos de Jehová se les conoce también como Russellistas. Russell nació en el año 1852 en lo que hoy es Pittsburg, Pensilvania. Russell tenía un trasfondo Congregacional y Presbiteriano, sin embargo, perturbado por la instrucción doctrinal recibida acerca del castigo eterno, se adhirió a la doctrina adventista sobre este asunto, y se hizo Adventista. Tiempo después surgieron divergencias en cuanto a la interpretación bíblica de los adventistas, en especial en lo que tiene que ver con el propósito y el modo de la segunda venida de Cristo. Fue entonces cuando, en 1879 Russell dio inicio a su grupo religioso conocido como: La Atalaya de Sión y el Heraldo  de la presencia de Cristo. A la muerte de Russell en 1916, el grupo continuó bajo el liderazgo del Juez Joseph Rutheford, quien fungía como asesor legal del grupo desde 1907. Rutheford fue aún más radical que Russell en su oposición a la religión organizada. Fue un prolífico escritor y gobernó el grupo con mano dura. Bajo su liderazgo, los Testigos de Jehová iniciaron un fuerte énfasis en la visitación puerta a puerta y en la distribución de literatura. A raíz de su muerte en 1942, Rutheford fue sucedido por Nathan H. Knorr. A partir de ese año, el grupo ha experimentado un crecimiento extraordinario. En cuanto a sus prácticas, los Testigos de Jehová son conocidos por ser pacifistas y por rehusar el cumplimiento del servicio militar. También son reconocidos por su renuencia a prometer lealtad a la bandera de su país, a cantar el himno nacional de su país, a celebrar los cumpleaños y la navidad, argumentando que todo esto es una forma de idolatría. Adicionalmente, no aceptan las transfusiones de sangre porque piensan que se está violando el principio Antiguo testamentario de no comer sangre. Knorr fue el instrumento para un impulso del adoctrinamiento entre las filas de los Testigos de Jehová y para una basta publicación literaria entre la cual se encuentra la versión oficial, según ellos, de la Biblia, la versión conocida como Nuevo Mundo. En 1977, la presidencia del grupo pasó a Frederick W. Franz. En la actualidad el presidente de los Testigos de Jehová es Milton G. Henschel. Pero ahora pongamos nuestra atención sobre la Biblia de los Testigos de Jehová. Pues, los Testigos de Jehová sostienen como uno de sus postulados doctrinales que la fuente de su doctrina y práctica es la Biblia, pero lamentablemente, en sus mismos escritos lo niegan como por ejemplo en la Revista Atalaya del 5 de Septiembre de 1910, página 298 donde Russell hace la siguiente declaración: Los seis tomos de Estudios de las Escrituras, constituyen prácticamente la Biblia arreglada conforme a tópicos. Estos libros no son meramente comentarios acerca de la Biblia, sino que son en la práctica la Biblia misma. No se puede ver el plan de Dios estudiando la Biblia por sí sola. Encontramos que si alguien pone a un lado los Estudios de las Escrituras, aún después de familiarizarse con ellos y se dirige a la Biblia sola, dentro de dos años volverá a las tinieblas. Pero, al contrario, si una persona lee Estudios de las Escrituras, con sus citas y no ha leído una sola página de la Biblia, estará en la luz al término de dos años. Esta declaración no puede ser más arrogante y evidencia la intención verdadera de los líderes del grupo, el reemplazar a la Biblia con los escritos de los hombres. Es aquí donde se hace imperativo para los Testigos de Jehová, el producir su propia traducción de la Biblia, porque sencillamente con la muchas traducciones de la Biblia que existen en la actualidad no es posible apoyar las doctrinas que apoyan los Testigos de Jehová. Es basándose en esta necesidad que nace la versión Nuevo Mundo. Como los Testigos de Jehová creen que los escritos de Russell y Rutheford tienen mayor autoridad que la Biblia, han producido una Biblia que apoye las conclusiones a las que han llegado Russell y Rutheford. Lo que en realidad han hecho entonces es que la Biblia de los Testigos de Jehová diga lo que sus líderes quieren que diga. De modo que la Biblia, automáticamente ha dejado de ser su norma de doctrina y práctica y ha sido sustituida por los escritos de hombres frágiles y propensos a equivocarse. Con una traducción bíblica acomodada, entonces no es mucho problema llegar a las conclusiones que los Testigos de Jehová sostienen como sus dogmas de fe. Para citar un ejemplo, es conocido que los Testigos de Jehová niegan la deidad de Cristo, porque la doctrina de la Trinidad les es repulsiva. Para fundamentar su creencia citan varios textos de su Biblia. Uno de los favoritos es Colosenses 1:16-17, que en la traducción Reina Valera de la Biblia leemos lo siguiente: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.” Ahora leamos el mismo pasaje bíblico en la Biblia de los Testigos de Jehová, para que note la diferencia. Dice así: Porque por medio de él todas las otras cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos o autoridades. Todas las otras cosas han sido creadas mediante él y para él. También, él es antes de todas las otras cosas y por medio de él se hizo que todas las otras cosas existieran. Estos textos son un ejemplo del extremo al que van los Testigos de Jehová para sustentar su teoría de que Cristo no es Dios. Para ello han cambiado la traducción de la Biblia. El texto en griego no contiene ninguna palabra que pueda ser traducida como “las otras cosas” en este pasaje, sin embargo los entre comillas traductores de la versión Nuevo Mundo las han introducido cuatro veces en estos dos únicos versículos. Ciertamente que están entre corchetes, para dizque aclarar el sentido del texto original, pero en lugar de aclarar el texto, lo único que hacen estos famosos corchetes es cambiar totalmente el sentido del texto original. Los Testigos de Jehová han manipulado este y muchos otros pasajes bíblicos para impedir que la Biblia de ellos declare lo que todas las otras traducciones de la Biblia declaran: que Cristo creó todas las cosas. Permitir que la Biblia diga que Cristo creó todas las cosas destruiría su enseñanza que Cristo fue creado por Jehová. Con su traducción acomodada de la Biblia, para los Testigos de Jehová, Cristo creó solamente las otras cosas. Una táctica favorita de los líderes de los Testigos de Jehová es aprovechar la ignorancia del idioma griego de la mayoría de sus seguidores, para así dejar sentado dogmáticamente traducciones viciadas de error como Juan 1:1 por ejemplo. En la traducción Reina Valera leemos así este texto: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” Ahora ponga atención a la manera como traduce el mismo versículo la Biblia de los Testigos de Jehová. En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. Los Testigos de Jehová han añadido el artículo indefinido “un” delante del sustantivo dios para apoyar su creencia que Cristo no es Jehová Dios, en una abierta violación de las reglas gramaticales del idioma griego. Así como estos ejemplos son muchísimos los casos en los cuales la Biblia de los Testigos de Jehová ha sido manipulada para justificar sus desvíos doctrinales y todo esto, por supuesto, aprovechando la ingenuidad de sus seguidores. Tiempo atrás, antes que apareciera la Biblia Versión Nuevo Mundo, los Testigos de Jehová enfrentaban una situación muy comprometida que les obligaba, según ellos, a investigar en más de setenta traducciones de la Biblia en Inglés y otros idiomas. De modo que lo que han hecho, según ellos, es tomar lo bueno de todas ellas, lo cual se reduce a un texto de aquí y de allá, de lo más rebuscado, para incluir en su Biblia y así apoyar sus postulados doctrinales. Esta situación fue la que arrastró a los Testigos de Jehová a publicar su propia traducción de la Biblia, deformando, añadiendo, suprimiendo palabras y reconstruyendo textos para que todo se acomode a sus preceptos. De aquí que la Biblia de los Testigos de Jehová resulte tan diferente en los textos claves cuando se la compara con las demás traducciones de la Biblia. Terminando ya, permítame señalar que el Señor Jesucristo advirtió que en los postreros días, muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. El apóstol Pedro también advirtió con estas palabras: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.” Por tal razón, los creyentes debemos ser precavidos y tener mucho cuidado para no dejarnos seducir por las erradas enseñanzas de los Testigos de Jehová o de cualquier otro grupo religioso.

  • ¿ DE DONDE VIENE LA COSTUMBRE DE PRESENTAR A LOS BEBES RECIEN NACIDOS?

    SOMOS UNA IGLESIA NACIENTE Y NUESTRO PROPOSITO ES APEGARNOS LO MAS POSIBLE A LA PALABRA DE DIOS EN DOCTRINA Y PRACTICA, Y NOS HEMOS PUESTO A BUSCAR DENTRO DE NUESTRAS COSTUMBRES LO QUE HEMOS APREHENDIDO Y PRACTICADO A TRAVES DE LOS AÑOS PERO QUE NO ENCONTRAMOS FUNDAMENTO BIBLICO, NUESTRA CONSULTA ES LA SIGUIENTE: ¿ DE DONDE VIENE LA COSTUMBRE DE PRESENTAR A LOS BEBES RECIEN NACIDOS? Y CON ESTO SURGEN OTRAS COMO SON: PRESENTACION DE LOS BEBES DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS, PRESENTACION DE UN BEBE QUE QUE ES FAMILIAR DE UN MIEMBRO DE NUESTRA IGLESIA PERO SUS PADRES NO ASISTEN A LA CONGRAGACIÓN, NOS GUSTARIA SABER SU OPINIÓN Y CONSEJO SOBRE ESTA PRACTICA.

    Es digno de mención esto que como iglesia están haciendo. Me refiero específicamente a evaluar a la luz de la Biblia, las prácticas que tienen lugar en la iglesia local. Estoy seguro que este proceso contribuirá grandemente a la edificación de una iglesia bíblica. Un examen del Nuevo Testamento en relación con las ordenanzas para la iglesia local, mostrará que existen únicamente dos ordenanzas, el bautismo en agua y la cena del Señor o la santa cena. Esto significa, entre otras cosas, que la presentación de niños no es una ordenanza para la iglesia local. Al menos yo no tengo información confiable en cuanto al origen de esta práctica en las iglesias evangélicas. Lo que sí he averiguado es que en la iglesia católica romana existe una ceremonia de presentación de niños en la cual los padres llevan al niño a la capilla para que reciba la bendición de nuestro Señor y la Virgen María. Dicen que lo hacen en recordación de lo que hicieron José y María cuando llevaron a al niño Jesús al templo en cumplimiento de lo que la ley de Moisés demandaba para ese caso. De manera que, amable oyente, definitivamente el Nuevo Testamento no ordena a la iglesia local celebrar una ceremonia de presentación de niños. Siendo así, entonces ¿por qué es que algunas iglesias evangélicas practican la presentación de niños? La respuesta más probable es por pura tradición. Normalmente se toma el pasaje de Mateo 19:13-14 para sustentar la presentación de niños. Dice así: Entonces le fueron presentados unos niños,  para que pusiese las manos sobre ellos,  y orase;  y los discípulos les reprendieron.  Pero Jesús dijo:  Dejad a los niños venir a mí,  y no se lo impidáis;  porque de los tales es el reino de los cielos.  Y habiendo puesto sobre ellos las manos,  se fue de allí.

    Esto es algo que hizo el Señor Jesucristo cuando estuvo en este mundo en forma humana, y le fueron traídos algunos niños para que ponga sus manos sobre ellos y ore por ellos. Fue algo muy bueno, pero como ya se dijo, el Nuevo Testamento no ordena a los líderes de una iglesia local a hacer lo mismo que hizo el Señor Jesucristo con esos niños. De todos modos, siempre será bueno que los pastores o líderes en una iglesia local oren por una criatura que comienza a vivir en este mundo, y si eso se hace en un culto en una iglesia local, no hay ningún problema con ello. En la iglesia local donde yo soy uno de los ancianos, consideramos a la presentación de niños como una ocasión para que los padres presenten a la iglesia local a un nuevo miembro de la familia y para que la iglesia tenga presente en sus oraciones a esa persona que ha nacido. Eso es todo. De manera que, no debería haber ningún inconveniente con orar por un niño aun cuando tal vez su papá o su mamá sean todavía incrédulos. De la misma manera, no debería haber ningún inconveniente con que un familiar cercano pida que la iglesia ore por un niño, tal vez los abuelos, o tíos. La presentación de niños es también una gran oportunidad para que los padres prometan ante Dios y ante la iglesia local el criar a ese niño en los caminos del Señor.