Autor: cris

  • ¿Es lo mismo ser bautizado en el Espíritu Santo que ser bautizado por o con el Espíritu Santo?

    Para hoy tenemos esta consulta: ¿Es lo mismo ser bautizado en el Espíritu Santo, que ser bautizado por el Espíritu Santo o ser bautizado con el Espíritu Santo? ¿A qué se refiere cada una de estas expresiones?

    Para aclarar el asunto, permítame citar el texto en 1 Corintios 12:12-13. La Biblia dice: Porque así como el cuerpo es uno,  y tiene muchos miembros,  pero todos los miembros del cuerpo,  siendo muchos,  son un solo cuerpo,  así también Cristo.

    1Co 12:13  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,  sean judíos o griegos,  sean esclavos o libres;  y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    El pasaje comienza hablando sobre el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Así como el cuerpo humano tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también es con el cuerpo de Cristo que es la iglesia, el cual tiene muchos miembros, pero siendo muchos, son un solo cuerpo. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo puede una persona llegar a ser miembro de este selecto grupo de personas conocido como el cuerpo de Cristo, o la iglesia? Bueno, no es por medio de pagar algo, o por medio de hacer algo, o por medio de cumplir con cualquier rito de cualquier religión. La respuesta a esta pregunta aparece en el versículo 13 en esa parte que dice: Porque por un solo Espíritu fuimos bautizados en un cuerpo. Lo que Pablo está diciendo es que por un solo Espíritu fuimos introducidos o sumergidos en ese cuerpo de Cristo que es la iglesia. Esta es la manera como todo creyente llega a ser parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Pero no nos confundamos pensando que es el Espíritu Santo quien bautiza o introduce o sumerge a los creyentes en el cuerpo de Cristo. El Espíritu Santo es solamente el medio por el cual Cristo bautiza o introduce o sumerge a los creyentes en su cuerpo que es la iglesia. Esto se desprende del testimonio de Juan el Bautista, según Mateo 3:11 donde dice: Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;  pero el que viene tras mí,  cuyo calzado yo no soy digno de llevar,  es más poderoso que yo;  él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    El bautizador no es el Espíritu Santo sino el Señor Jesucristo. Cristo Jesús bautiza o introduce o sumerge a todo creyente en su cuerpo que es la iglesia, mediante o a través del Espíritu Santo que viene a morar en cada creyente el instante que el creyente recibe a Cristo como Salvador. La preposición “por” en la frase: Porque por un solo Espíritu fuimos bautizados en un cuerpo, es la preposición griega “en” que puede traducirse como “por” o “en” o “con”, pero jamás “del” como si el Espíritu Santo bautizara. Se puede hablar del bautismo por el Espíritu Santo, o bautismo en el Espíritu Santo, o bautismo con el Espíritu Santo, pero jamás, bautismo del Espíritu Santo. De modo que, las frases bautismo en el Espíritu Santo y bautismo por el Espíritu Santo son frases sinónimas, y se refieren a la obra que hace el Señor Jesucristo en todo creyente, mediante el Espíritu Santo, por la cual, todo creyente llega a formar parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. En ninguna parte del Nuevo Testamento aparece la frase bautismo del Espíritu Santo, porque simplemente, el Espíritu Santo no bautiza, sino Cristo.

  • Nosotros, como creyentes en Cristo, ¿tenemos autoridad para bautizar?

    UNA PERSONA NO QUIERE BAUTIZARSE EN AGUA PORQUE TIENE VERGÜENZA DE PRESENTARSE ANTE TODA LA CONGREGACIÓN. ¿CÓMO LE ANIMO? OTRA PERSONA DICE QUE NO SIENTE AUN EL LLAMADO PARA BAUTIZARSE, QUE NO ESTA PREPARADA PARA AQUELLO, ¿COMO PUEDO ANIMAR A ESTA PERSONA?

    El bautismo en agua es una ordenanza para la iglesia. Así se lo ve en textos como Mateo 28:18-20 donde dice: Y Jesús se acercó y les habló diciendo:  Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

    Mat 28:19  Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo;

    Mat 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

    Esta es la orden que dio el Señor Jesucristo a sus discípulos. En obediencia a esta orden, Pedro y los demás discípulos bautizaron a como tres mil personas el día de Pentecostés. Estas personas previamente habían recibido al Señor Jesucristo como su Salvador. En obediencia a esta orden, Felipe bautizó al etíope tan pronto éste recibió al Señor Jesucristo como Salvador. A decir verdad, en el Nuevo Testamento, no existe ni un solo caso de un creyente que no se hubiera bautizado en agua, y eso a pesar que, en alguna etapa de la existencia de la iglesia, el bautizarse en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, era equivalente a colgarse una sentencia de muerte por la persecución del imperio romano. Pero para los primeros discípulos no había nada que les haga desistir de bautizarse. En cuanto a esa persona, asumo creyente, que no se bautiza en agua porque tiene vergüenza de estar frente a la congregación, tal vez podría hacerle reflexionar sobre el hecho que el Señor Jesús no tuvo vergüenza de ser colgado desnudo en una cruz y morir como un criminal para poder salvar a esa persona. A la luz de esto, ¿será mucho pedir que la persona favorecida, porque su pecado ha sido perdonado, tenga vergüenza de estar ante un grupo de personas dando un testimonio público de su fe en Cristo?

    En cuanto a esa otra persona, asumo que será creyente, que todavía no se bautiza porque según ella no siente todavía el llamado para bautizarse. Este es un error que muchos creyentes cometen. En la vida cristiana las cosas no se hacen por sentir que se deben hacer o no hacer, sino por lo que dice la palabra de Dios. Como ya se ha mencionado, el bautizarse en agua para los creyentes es un mandato y los creyentes deben cumplirlo independientemente de lo que sientan. Si ese creyente no se bautiza en agua hasta sentir que debe hacerlo, seguirá esperando hasta morirse. Le sugiero que hable con esta persona y le haga entender que el bautismo en agua es cuestión de obediencia, no de sentimientos. Dios por medio de su palabra ya nos ha ordenado a todos los creyentes a bautizarnos en agua, no hace falta por tanto esperar algún llamado, entre comillas. Finalmente, cualquier creyente, fiel, maduro y de buen testimonio puede bautizar en agua a otro creyente. Esto lo vemos en el caso de Felipe bautizando al etiope. Felipe no era apóstol, ni anciano, ni pastor, ni obispo, sino un fiel diácono, de buen testimonio y lleno del Espíritu Santo.

     

  • Desde que me case no he podido ir a la iglesia ¿qué debo hacer?

    Soy una madre muy feliz con mi hija y mi esposo. Antes de casarme era una persona muy responsable en la iglesia, pero ya es bastante tiempo desde que me retiré. A veces siento que me hace mucha falta asistir, pero pongo el pretexto de que tengo que hacer el aseo en la casa y no voy, y eso me hace sentir muy mal. Soy una joven que desde que nací mi madre me llevaba a la iglesia. Quiero que me aconsejen por favor.

    Lo primero que me gustaría preguntarle es lo siguiente: ¿Es Usted creyente? Antes que me dé una respuesta rápida, note que no le estoy preguntando si iba o está yendo a una iglesia evangélica. Lo que le estoy preguntando es si alguna vez, recibió a Cristo como su único y suficiente Salvador. Asumiendo que ya había tomado la decisión de recibir a Cristo como su Salvador o que lo hizo en este momento, el siguiente paso sería tomar la decisión de dedicar o consagrar su vida al Señor. Note lo que dice Romanos 12:1-2 Así que, hermanos,  os ruego por las misericordias de Dios,  que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,  santo,  agradable a Dios,  que es vuestro culto racional.

    Rom 12:2  No os conforméis a este siglo,  sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,  para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,  agradable y perfecta.

    Esto habla de una decisión personal que todo creyente debe tomar en el sentido de consagrar o dedicar su vida al Señor. Si toma esta decisión de corazón, deberá poner a Dios como lo más importante de su vida. Esto implica que debería dedicar parte de su tiempo a la lectura y el estudio personal de la Biblia y también dedicar parte de su tiempo a la oración personal. Además, le aconsejo que busque la forma para que una mujer creyente madura en la fe le discipule. El discipulado es la manera como un creyente maduro ayuda a un creyente tierno a crecer en la fe. Durante el proceso de discipulado se irán haciendo evidentes las áreas de su vida en las cuales es necesario trabajar. Durante el proceso de discipulado, aprenderá sobre la seguridad de salvación, sobre la necesidad de bautizarse en agua, sobre la importancia de escoger sus amigos, sobre la ofrenda, sobre cómo compartir su fe con otros, sobre cómo ser una buena esposa, sobre cómo criar a sus hijos, sobre cómo luchar contra la tentación, y lo que tanto necesita, sobre, la responsabilidad, no… mejor sobre el privilegio de congregarse. Note lo que dice Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,  sino exhortándonos;  y tanto más,  cuanto veis que aquel día se acerca.

    Esto es un mandato. Si ha dedicado su vida al Señor, no puede vivir sin congregarse. No espere sentir que debe ir a la iglesia, vaya, aunque no sienta que debe ir. Es una cuestión de la voluntad. Es cuestión de obedecer lo que Dios ha dicho en su palabra. Organice su vida y sus tareas de hogar de manera que le permita asistir a las reuniones de la iglesia al menos todos los domingos. Satanás hará todo lo posible para evitar que se congregue, pero no se rinda ante las artimañas de Satanás. Vénzalo con el poder del Espíritu Santo que ya mora en su vida. A medida que se va congregando llegará un momento cuando congregarse no será un deber sino un deleite.

  • Tenía una relación de noviazgo con una persona, él me terminó. ¿Qué debo hacer?

    Tenía una relación de noviazgo con una persona. Luego de un año hicimos un pacto entre los dos delante de Dios por el cual nos comprometimos a casarnos. Inclusive intercambiamos unos anillos y nos prometimos, estar juntos, amarnos, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza en la pobreza. Pero hace dos meses nos peleamos y él me pidió un tiempo para ver qué pasaba. Resulta que durante ese tiempo él comenzó a coquetear con las cosas del mundo, y le gustó, y me dijo que ese pacto no tenía validez porque había dejado de ser cristiano y ahora era un mundano. Quiero que me ayuden y me digan qué pasó realmente con ese pacto. ¿Es un pacto que perdura delante de Dios, o qué? Yo me he sentido comprometida por ese pacto, y están pasando muchas cosas que para cualquier mujer son muy humillantes. Inclusive él mantiene una relación por celular con una chica y se llaman y se envían mensajes. Él hace esto y me dice que ya no tiene nada conmigo. ¿Qué debo hacer? Claro que estoy orando, pero Ustedes como hermanos ¿Qué me sugieren que haga?

    Siento mucho por esta prueba muy difícil que está pasando. Si esa relación que parecía tan prometedora se ha roto, caben dos posibilidades, la primera y más probable es que la voluntad de Dios es que no se case con esa persona, y la segunda, es que tal vez su novio se arrepienta de lo que ha hecho y trate de reestablecer la relación de noviazgo en algún momento futuro. Mi consejo es que se tome un tiempo para orar con fervor a Dios pidiendo discernir su voluntad en cuanto a poner punto final a la relación o a esperar hasta que su novio reconozca su error y rehaga la relación. Si ora con fe, buscando agradar a Dios en todo, Dios mismo se encargará de mostrarle lo que Él quiere.

    De todos modos, si yo estuviera en su lugar, tendría muchas dudas en cuanto a la sinceridad de una persona que en algún momento afirma lealtad al Señor Jesucristo y en otro momento dice que ya no es cristiano y comienza a pensar y actuar como una persona que no tiene a Cristo en su corazón. Un genuino cristiano, o mejor, un genuino creyente, no puede jamás dejar de ser creyente. Si alguien dice que era creyente y que ha dejado de ser creyente, lo que en realidad está afirmando es que nunca ha llegado a ser creyente. Este podría ser el caso de su ex novio.

    De modo que tenga mucho cuidado. Si por si acaso, su novio decidiera volver, yo le aconsejaría que antes de reiniciar la relación, se tome un poco de tiempo para ver si hay algún fruto de una vida transformada por el poder de Dios en esta persona. Si ese no es el caso, es preferible sufrir el dolor de una separación ahora que tener que vivir toda una vida con una persona que tal vez no es del Señor, aunque de labios para afuera diga que lo es. Noto que se siente preocupada por el pacto que hizo con esa persona cuando era su novio, solemnizado inclusive con el intercambio de aros o anillos o alianzas. Pero hasta donde puedo discernir, ha sido fiel a lo que prometió, pero su novio no. Siendo este el caso, el pacto por más solemne que haya sido, ya no existe, no por su culpa sino por la culpa de su novio, de modo que no tiene que preocuparse por esto. Quien debería preocuparse, si es hijo de Dios, es su ex novio, por haber incumplido con una promesa.

     

  • ¿Por qué hay tantas versiones de la Biblia?

    Veo en un diccionario Bíblico cantidad de versiones traducidas por muchos. Me pregunto: ¿DÓNDE SE ENCUENTRAN LOS MANUSCRITOS DE LA BIBLIA? ¿CUALQUIER ERUDITO PUEDE TRADUCIR LA BIBLIA? ¿QUIÉN AUTORIZA HACER UNA VERSIÓN? Estas preguntas se hace mucha gente, pensando que cada denominación puede sacar su propia Biblia, como las que existen en la actualidad, Reina Valera, N.V.I., Dios Habla Hoy, Latinoamericana, Scofield, etc., etc.

    Hasta donde yo he podido investigar, desde el siglo pasado, hasta lo que va del presente siglo, se han realizado 39 traducciones de la Biblia en idioma Español y a medida que avanza el tiempo con toda seguridad se realizarán muchas más. Muchos se preguntan: ¿Por qué? La pregunta que yo hago es: ¿Por qué no? Lo que pasa es que mientras más traducciones de la Biblia existan, mejor se conocerá su contenido en el mundo. Por otro lado también, mientras más traducciones de la Biblia existan, mayores serán las herramientas que tenemos los estudiantes de la Biblia para entender mejor el contenido de la misma.

    Con tantas traducciones de la Biblia que existen, es cuestión de darse tiempo para comparar entre todas y salir de cualquier duda en cuanto a alguna traducción obscura en alguna versión. Con tantas traducciones de la Biblia que existen, es muy difícil, por ejemplo, hacer pasar como buena traducción, la versión Nuevo Mundo, de los Testigos de Jehová, porque es la única entre todas que traduce a su manera ciertos versículos claves, para justificar su falsa doctrina. Así que no debemos asustarnos por la proliferación de versiones de la Biblia en Español. En cuanto a dónde están los manuscritos originales de la Biblia, le diré que los manuscritos originales, es decir los escritos de puño y letra de los autores humanos de los distintos libros de la Biblia, no existen en ningún lado. Todos ellos han desaparecido.

    Pero una vez más, no hay motivo alguno para alarmarse por cuanto existen algunos manuscritos muy antiguos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que están celosamente guardados en algunos museos en el mundo. Además de estos manuscritos más antiguos, existen miles de fragmentos de manuscritos, de modo que no reviste ningún problema reconstruir toda la Biblia partiendo de estos manuscritos y fragmentos de manuscritos. Los manuscritos están celosamente guardados para garantizar su preservación, pero su contenido ha sido copiado y publicado para beneficio de los traductores de la Biblia y de los estudiosos de la Biblia.

    Por ejemplo, si toma un Nuevo Testamento en griego, encontrará el texto en idioma griego y al pie de cada página una sección, a veces muy grande, que se conoce como el “aparato” y que básicamente contiene todas las variantes que pueden existir para determinada parte del texto. De manera que, con todo el material existente en la actualidad, es perfectamente posible que cualquier erudito que conozca el Hebreo del Antiguo Testamento, el Arameo del Antiguo Testamento, y el Griego del Nuevo Testamento, pueda emprender la traducción de toda la Biblia, sin necesidad de pedir permiso o autorización a nadie. No es una tarea sencilla, y por eso hace falta un equipo de personas especializadas para realizar esta tarea.

    Para terminar, Reina Valera, NVI, Biblia de las Américas, y otras más, son diferentes traducciones o versiones, pero la Biblia Scofield se trata de la versión Reina Valera, con las notas explicativas realizadas por el hermano Scofield.

  • Explicación del pasaje bíblico en 1 Corintios 13:8-13

    En 1 Corintios 13:8, Pablo muestra lo permanente del amor y lo pasajero de algunos dones espirituales. Dice así: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.” De lo que dice este versículo, es claro que el amor es permanente, nunca deja de ser, pero por contraste, los dones espirituales, entre los cuales están el don de profecía, el don de lenguas y el don de ciencia, son pasajeros. En algún momento llegarán a su fin. Pablo usa estos tres dones espirituales porque eran los más anhelados y cotizados por los creyentes corintios. Por tener estos tres dones se estaban comiendo unos a otros.

    Note que al hablar del don de profecía y del don de ciencia, Pablo dice que se acabarán. En el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, este verbo está en voz pasiva, indicando que algo externo hará que estos dones se acaben. Más adelante Pablo va a mostrar que esto externo que hará que se acaben estos dones es lo que Pablo llama: Lo perfecto. Pero al hablar del don de lenguas, Pablo está usando un verbo diferente y conjugado en voz media lo cual significa que el don de lenguas cesará por sí mismo.

    En los versículos 9 y 10 Pablo se refiere al momento cuando se acabará el don de profecía y el don de ciencia. Observe que Pablo ya no se ocupa del don de lenguas, por cuando el don de lenguas cesará por sí mismo. Dice así: “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” El momento que Pablo escribió la primera epístola a los Corintios, se estaba dando lo que dice este texto. El conocimiento y la profecía eran parciales. Pero esto se iba a acabar cuando venga lo perfecto. Para algunos intérpretes, lo perfecto es el establecimiento del estado eterno, es decir una vez que Dios cree los cielos nuevos y la tierra nueva. Para otros intérpretes, lo perfecto es el momento que se completó el canon de la Biblia, es decir cuando se terminó de escribir el último libro del Nuevo Testamento.

    Luego, Pablo plantea dos ilustraciones para enfatizar su punto de que lo que es en parte en algún momento va a llegar a su fin. Esto lo tenemos en los versículos 11 y 12. Pablo termina este capítulo mostrando la preeminencia del amor sobre la fe y la esperanza. 1 Corintios 13:13 dice: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” Pablo habla de tres virtudes. La fe, la esperanza y el amor. Estas virtudes estuvieron presentes antes que Pablo escriba su carta y después que Pablo escribió su carta y aún hasta hoy, pero llegará un momento cuando la fe ya no haga falta, porque se habrán cumplido todas las promesas de Dios y todo lo que está profetizado en la Biblia. En ese momento también, la esperanza ya no hará falta porque todo lo que esperamos ya será una realidad. Pero en cambio, el amor seguirá presente. Por eso, cuando ponemos juntos al amor con la fe y la esperanza, el mayor de ellos es el amor.

  • ¿Existe la posibilidad de que se hayan equivocado los que tradujeron la Biblia?

    Dado que yo tampoco soy experto en Griego ni Hebreo, me gustaría compartir lo que el Dr. John MacArthur dice al respecto en la Biblia anotada que lleva su nombre. Bajo el título de transmisión, se refiere a la transmisión del texto bíblico, dice lo siguiente y lo leo textualmente: El trabajo de los traductores no sólo proveyó oportunidad para el error, sino que la publicación, la cual fue llevada a cabo mediante copias a mano hasta que la imprenta apareció cerca del año 1450 DC, también dio lugar a posibilidades continuas de error. A lo largo de los siglos, los practicantes de la crítica textual, una ciencia precisa, han descubierto, preservado, catalogado evaluado y publicado una asombrosa cantidad de manuscritos bíblicos, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento. De hecho, el número de manuscritos bíblicos existentes está muy por encima del número de fragmentos que se preservan de cualquier otra literatura antigua. Al comparar texto con texto, el crítico textual puede determinar con confianza lo que contenía el escrito original profético/apostólico e inspirado.

    Aunque copias existentes del texto hebreo antiguo principal (masorético) se remontan únicamente al siglo décimo AC, otras dos líneas de evidencia textual apoyaron la confianza de los críticos textuales de que habían encontrado los originales. En primer lugar, el Antiguo Testamento Hebreo del siglo décimo AC puede ser comparado con la traducción griega llamada Septuaginta o LXX, efectuada entre el 200-150 AC, y los manuscritos más antiguos en existencia se remontan al 325 DC. Hay una consistencia asombrosa entre los dos, lo cual habla de la precisión al copiar el texto hebreo por siglos. En segundo lugar, el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en los años 1947-1956, manuscritos que fueron fechados entre el 200 al 100 AC, probó ser monumentalmente importante. Después de comparar los textos hebreos más antiguos con los recientes, solo unas cuantas variantes mínimas fueron descubiertas, ninguna de las cuales cambiaba el significado de cualquier pasaje.

    Aunque el Antiguo Testamento había sido traducido y copiado por siglos, la versión más reciente era esencialmente la misma que las más antiguas. Los descubrimientos del Nuevo Testamento son aún más decisivos porque una cantidad mucho mayor de material está disponible para su estudio. Hay más de 5,000 manuscritos del Nuevo Testamento griego, que van desde el testamento entero a extractos de papiro que contienen tan poco como parte de un versículo. Unos cuantos fragmentos existentes se remontan a un período de tiempo que va de 25 a 50 años de la escritura original. Los eruditos textuales del Nuevo Testamento de manera general han concluido que, primero, 99,99 por ciento de los escritos originales son idénticos, y segundo, de ese centésimo por ciento, la centésima parte de uno, no hay variantes que afecten sustancialmente alguna doctrina cristiana.

    Con esta riqueza de manuscritos bíblicos en los idiomas originales y con la actividad disciplinada de críticos textuales para establecer con precisión casi perfecta el contenido de los autógrafos, cualquier error que se hubiera infiltrado o perpetuado por los miles de traducciones a lo largo de los siglos, puede ser identificado y corregido al comparar la traducción o copia con el original reconstruido. Por este medio providencial, Dios ha cumplido su promesa de preservar las Escrituras. Podemos descansar teniendo la certeza de que hay traducciones disponibles hoy en día que son dignas del título de: “La palabra de Dios” Hasta aquí lo que dice el Dr. John MacArthur sobre la garantía de seguridad de las traducciones de la Biblia.

  • Los católicos romanos, sostienen que María fue siempre virgen. ¿Cómo rebatir esto?

    Los católico romanos, sostienen que María fue siempre virgen y que su único hijo fue Jesús. La Biblia explica que no fue así, e incluso da los nombres de los demás hijos que tuvo María. Sin embargo, los católico romanos sostienen que la palabra “hermano”, la cual aparece para referirse a los hermanos de Jesús, significa en realidad que podían ser parientes lejanos, puesto que en aquel tiempo se llamaba “hermanos” a los primos, sobrinos y hermanos en la fe. ¿Cómo rebatir esto?

    Efectivamente, la Biblia enseña que María fue virgen hasta el momento en que nació Jesús. Posteriormente tuvo otros hijos con José, su esposo. Este hecho queda confirmado por lo que dice Mateo 1:24-25 donde leemos: “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.”

    La virgen María se había desposado con José. Antes de que viviesen como esposos, se halló que la virgen María estaba embarazada. Como José era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. En eso, se le apareció en sueños un ángel para decirle que no tema recibir a María su mujer, porque lo que en ella fue engendrado fue una obra del Espíritu Santo. Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había instruido y en lugar de abandonar secretamente a María, como había pensado, la recibió como su mujer, pero, note, no la conoció, o no tuvo relaciones sexuales con ella, hasta que dio a luz. Esto implica que José tuvo relaciones sexuales con su esposa María después que nació su hijo Jesús.

    Congruente con esto, hay varias referencias en la Biblia a los hermanos y hermanas de Jesús, algunas de las referencias inclusive mencionan por nombre a los hermanos y hermanas de Jesús. Las personas que conocieron a Jesús donde se crió en Nazaret, “se maravillaban, y decían: «¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? Y continuaban argumentando: ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?»

    Sobre esto, me gustaría compartir con Usted el comentario que hace Dave Hunt en su libro: Una Mujer Cabalga la Bestia. Dice así: «los apologistas católico romanos como Karl Keating insisten en que estos hermanos y hermanas, eran realmente primos de Jesús y que tanto Mateo como Marcos tuvieron que usar la palabra para hermano y hermana porque ni en el hebreo ni en el arameo existía una palabra para “primo”. Pero no hay ninguna base para semejante suposición antibíblica. Además, Mateo y Marcos fueron escritos en griego.»

    Keating insiste en que a pesar de que en el griego había una palabra para “primos”, la palabra anepsios, sin embargo, era común para los judíos que escribían en griego continuar con la práctica hebrea de referirse a todos los parientes como hermanos y hermanas, la palabra griega “adelfos” Pero no hay tal cosa, la palabra “anepsios” que significa “primo” aparece en Colosenses 4:10 traducida como “sobrino” en la Reina Valera Revisión 1960. Además, los hermanos de Jesús generalmente se mencionan que están en la compañía de María, indicando que ellos eran sus hijos que estaban a su cuidado, o, si eran adultos, que viajaban con ella como parte de su familia inmediata. Hasta aquí lo que sobre este asunto aparece en el libro: Una Mujer Cabalga la Bestia, escrito por Dave Hunt. De modo que, María fue virgen hasta que nació Jesús. Después tuvo varios hijos con su esposo José. Esto es lo que enseña la Biblia.

  • Si un cristiano , ha caído en el pecado y no retorna el arrepentimiento, ¿puede perder la salvación?

    Vamos a dar lectura al pasaje bíblico en el Antiguo Testamento acerca de las ciudades de refugio, en lo que tiene que ver específicamente con esto de si el asesino involuntario salía de la ciudad de refugio. Se encuentra en el libro de Números 35:25-28. La Biblia dice: y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre,  y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio,  en la cual se había refugiado;  y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote,  el cual fue ungido con el aceite santo.  Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio,  en la cual se refugió,  y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio,  y el vengador de la sangre matare al homicida,  no se le culpará por ello; pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote;  y después que haya muerto el sumo sacerdote,  el homicida volverá a la tierra de su posesión.

    Las ciudades de refugio son un cuadro o un símbolo, de la posición que tiene el creyente ante Dios. Por haber recibido a Cristo como su Salvador el creyente ha entrado a una ciudad de refugio, por decirlo así, o a un estado espiritual en el cual tiene protección absoluta de modo que su acusador, Satanás, está impedido de hacerle pagar con la muerte eterna por el hecho de ser pecador. La protección en la ciudad de refugio duraba hasta que el sumo sacerdote moría. En el caso del creyente, su Sumo Sacerdote es Cristo Jesús y por ser Dios, no muere jamás, de modo que el creyente puede disfrutar de seguridad eterna en su ciudad de refugio. La ley del Antiguo Testamento en lo que tiene que ver con las ciudades de refugio, proporcionaba una seguridad temporal para el asesino involuntario, pero en Cristo Jesús, los creyentes tenemos seguridad eterna. No existe la posibilidad de que un creyente sea sacado de su ciudad de refugio o que por sí mismo salga de su ciudad de refugio. Note lo que dice Romanos 8:35-39 ¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación,  o angustia,  o persecución,  o hambre,  o desnudez,  o peligro,  o espada?

    Rom 8:36  Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero.  Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,  ni la vida,  ni ángeles,  ni principados,  ni potestades,  ni lo presente,  ni lo por venir, ni lo alto,  ni lo profundo,  ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,  que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

    En el Antiguo Testamento, quien entraba a la ciudad de refugio podía perder la vida si salía de la ciudad de refugio antes que muera el sumo sacerdote, pero en el Nuevo Testamento, no existe la posibilidad de que un creyente salga de la seguridad que le brindó Cristo cuando ese creyente le recibió como Salvador.

     

  • ¿Cómo comprender cuando la biblia dice que no habrá perdón para el que blasfeme contra el Espíritu Santo?

    Leamos el texto que trata el tema de lo que se conoce como la blasfemia contra el Espíritu Santo. Se encuentra en Lucas 12:10. Dice así: “A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.” 

    Estas palabras fueron pronunciadas por el Señor Jesús. Para entender el significado de ellas, es necesario examinar el contexto. Allí notaremos que a pesar de haber visto con sus propios ojos que el Señor Jesús tenía todas las evidencias que demostraban que él era el Mesías, el Cristo, algunos voluntariamente ignoraron esas evidencias y llegaron a la conclusión que el Señor Jesús echaba fuera demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios. 

    En otras palabras, atribuyeron a Satanás el poder que el Señor Jesús tenía para hacer milagros. 

    Fue en estas circunstancias cuando el Señor Jesús pronunció las palabras que leímos en Lucas 12:10. En ellas se nota que, si una persona niega que el Señor Jesús es el Cristo, por ignorancia, porque nunca le ha visto personalmente y porque nunca ha visto su poder, puede ser perdonada, si se arrepiente por supuesto. 

    En cambio, si una persona habiendo visto personalmente al Señor Jesús y habiendo estado plenamente consciente que el Señor Jesús es el Cristo, y habiendo voluntariamente rechazado que el Señor Jesús es el Cristo, ha blasfemado contra el Espíritu Santo, porque es el Espíritu Santo quien en último término testifica que el Señor Jesús es el Cristo. 

    Este fue el caso de los fariseos que habiendo estado con el Señor Jesús y habiendo visto su poder sin igual, sin embargo, atribuyeron a Satanás las obras que hacía. De esta manera, voluntariamente rechazaron al Señor Jesús como el Cristo, como el Mesías y al hacerlo blasfemaron contra el Espíritu Santo, pecado que, según las palabras del Señor Jesús, jamás les será perdonado. 

    Hoy en día nadie, ni creyentes ni incrédulos, pueden cometer la blasfemia contra el Espíritu Santo, porque para que este pecado se pueda cometer es necesario que el Señor Jesús esté físicamente presente en este mundo haciendo obras milagrosas, y que, viéndolo con sus propios ojos, el pecador llegue a la conclusión que el poder que se manifiesta en el Señor Jesucristo proviene de Satanás. Sin embargo, hay un pecado que no puede ser perdonado y los únicos que pueden cometerlo son los que salen de este mundo sin haber recibido al Señor Jesús como Salvador. Este pecado se llama incredulidad. Así que, la salvación no se pierde una vez que ha sido otorgada por Dios a la persona que recibe a Cristo como Salvador. La blasfemia contra el Espíritu Santo fue un pecado imperdonable para los fariseos que viendo con sus propios ojos lo que el Señor Jesús hacía, atribuyeron a Satanás el poder que actuaba en el Señor Jesús. Hoy en día nadie puede cometer la blasfemia contra el Espíritu Santo. El pecado imperdonable de hoy en día es la incredulidad. Toda la gente que se condena, en último término es por no haber creído y recibido a Cristo como su único y personal Salvador.