Autor: cris

  • ¿Cómo debería ser la estructura administrativa de una iglesia verdadera?

    Recientemente he recibido a Cristo como mi Salvador personal y estoy buscando una iglesia local para congregarme. Mi problema es que abundan las iglesias. Se ha puesto de moda que cualquier persona ponga una iglesia y se auto nombre pastor. Tal es así que muchas iglesias son de propiedad del pastor y es él quien administra todo lo que se recauda por concepto de diezmos y ofrendas. También están las iglesias gobernadas por una directiva y esta es la que se encarga de administrar los fondos de la iglesia. ¿Cómo debería ser la estructura administrativa de una iglesia verdadera?

    Siento mucho por las dificultades que está teniendo para encontrar una iglesia local doctrinalmente sana y administrativamente idónea. Las iglesias no pertenecen a los pastores, sino al Señor Jesucristo. La estructura más básica de una iglesia local aparece en Filipenses 1:1. La Biblia dice: Pablo y Timoteo,  siervos de Jesucristo,  a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos,  con los obispos y diáconos:

    En una iglesia local debe haber santos. Esto se refiere a los creyentes que allí se congregan. También debe haber obispos. La palabra obispo, es la traducción de la palabra griega “episcopos” que significa un sobreveedor. Las palabras “pastor” y “anciano” son palabras sinónimas. Es decir que, obispo, pastor y anciano, son tres palabras para designar a una misma persona en la iglesia local. En toda iglesia debe haber más de un pastor, u obispo o anciano. Muy bien. Además de los santos y los obispos, debe haber diáconos. La palabra “diácono” significa uno que está para servir. Son los que se ocupan de las tareas manuales en la iglesia local. Siempre debe haber más de uno.

    Los pastores ejercen el liderazgo en la iglesia local. Los diáconos se ocupan de lo material bajo la supervisión de los pastores. Los santos se someten al liderazgo de los pastores. Una de las áreas en la cual se presentan muchos conflictos en la iglesia local es en las finanzas. Por ahora no me referiré a las formas legítimas de cómo una iglesia local obtiene sus fondos para subsistir, sino más específicamente a la forma como se manejan esos fondos, porque eso es lo que le está causando incomodidad.

    En este sentido, es bueno que los pastores de la iglesia local, con ayuda de los diáconos preparen un presupuesto anual, en el cual consten los posibles ingresos y los posibles egresos. Una vez aprobado este presupuesto, deberían ser los diáconos, quienes, utilizando el presupuesto como guía, simplemente lo ponen en ejecución. Por regla general, los pastores, obispos o ancianos, no deberían tocar en absoluto los fondos de la iglesia local. Serán los diáconos quienes cuentan el dinero que ingresa a las arcas de la iglesia local, quienes depositan esos fondos en un banco, quienes efectúan los pagos que sean necesarios, y quienes llevan una contabilidad estricta de todo el movimiento económico. Al menos mensualmente, los diáconos deberían presentar un informe económico a los pastores, de modo que estén bien informados de la situación económica de la iglesia local.

    El Nuevo Testamento advierte acerca del peligro de obtener riquezas deshonestas con el pretexto de ejercer el oficio de pastor, obispo o anciano. Hablando de los requisitos de los que aspiran ser pastores, note lo que dice 1 Timoteo 3:3  no dado al vino,  no pendenciero,  no codicioso de ganancias deshonestas,  sino amable,  apacible,  no avaro;

    Es fácil detectar si los pastores en una iglesia local están obteniendo ganancias deshonestas. Solamente mire su nivel de vida. Si ve que está muy por encima del nivel de vida de la mayoría de los hermanos de una iglesia local, es muy obvio que estos pastores ya no están viviendo para las ovejas sino de las ovejas.

     

  • Consejo para poder orar todo ese tiempo.

    La pregunta del día es de una persona que tiene como 10 horas libres para orar, se siente muy dispuesta a hacerlo, pero cuando comienza a orar, muy pronto se desanima y deja de hacerlo. Nos pide consejo para poder orar todo ese tiempo.

    Gracias por su pregunta. 10 horas libres para dedicarlas a la oración, es algo que tal vez no muchos pueden darse el lujo de disponer. Agradezca a Dios por contar con este tiempo. Por lo que dice en su pregunta, su problema no es comenzar a orar sino mantenerse orando todo el tiempo que dispone. Permítame compartir algunos consejos. En primer lugar, comience poco a poco. No se lance a orar por diez horas seguidas de golpe. Comience orando por 15 minutos seguidos durante un tiempo prudencial.

    Cuando ya haya adquirido el hábito, aumente el tiempo a 30 minutos. Cuando ya esté acostumbrado a orar 30 minutos, aumente el tiempo a una hora. Así sucesivamente hasta llegar a las diez horas que sería su meta. Por otro lado, busque un lugar libre de interrupciones. Sería aconsejable un lugar donde no haya personas que le distraigan, ni teléfonos fijos, ni teléfonos móviles, ni radios, ni televisores, ni computadoras o cosas por el estilo. Las distracciones son como poderosos enemigos de la oración. Además, procure que su tiempo de oración coincida cuando la mayoría del resto de personas está descansando. De esta manera, las probabilidades de ser interrumpido se reducen al mínimo. Esto es lo que hacía el Señor Jesucristo. Marcos 1:35 dice: Levantándose muy de mañana,  siendo aún muy oscuro,  salió y se fue a un lugar desierto,  y allí oraba.

    También me gustaría aconsejarle que tenga a la mano, por escrito, los motivos por los cuales va a orar. Organice su lista de oración por asuntos, tales como su comunión con Dios, su vida personal, su familia, esposa e hijos, su trabajo, su ministerio en la iglesia, las personas que todavía no son salvas, los misioneros, su país, sus autoridades, y cualquier otro asunto más. Bajo cada asunto debe anotar los motivos específicos por los cuales quiere orar. Esta herramienta le ayudará a concentrarse en lo que está orando. Sin una ayuda como esta, es posible que su oración sea muy vaga y superficial, como cuando oramos por los pobres de este mundo. ¿Cuáles pobres? De seguro que conocemos por nombre a muchos de ellos. ¿Por qué no citarlos por nombre cuando estamos orando? Oramos por la salvación de los perdidos. ¿Por quienes? Es un hecho que sabemos los nombres de muchos incrédulos conocidos. ¿Por qué no citarlos por nombre cuando estamos orando? Trate de ser lo más concreto en su oración.

    Otra recomendación es que no ore sólo en una determinada posición corporal. Está bien orar de rodillas, pero no hay ningún problema si lo hace sentado o de pie o caminando, o postrado. Determinada posición corporal para orar no necesariamente da mayor peso a la oración. No es que por arrodillarse para orar su oración va a ser mejor recibida por el Señor. Por último, le recomiendo matizar su tiempo de oración con lectura y meditación de la Palabra de Dios y con cánticos. No importa si no tiene buena voz para cantar, total, está sólo ante Dios y a él no le importa que las notas estén algo desafinadas. Mi oración es que con estas recomendaciones logre tener un significativo tiempo de oración y puede aprovechar de una buena manera ese generoso tiempo que dispone para orar.

     

  • ¿Hemos sido predestinados para salvación?

    Asumiendo que Dios sabe de antemano quien va a ser salvo y quien no, no tendría sentido que tengamos que recibir a Cristo como Salvador por cuanto ya hemos sido predestinados para salvación. ¿Es así?

    No es así. Por ser Dios, Él es omnisciente, esto significa que nada está oculto de Él, ni en el pasado, ni en el presente, ni en el futuro. Él lo sabe absolutamente todo. Note lo que dice Salmo 139:1-6  Oh Jehová,  tú me has examinado y conocido.

    Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.  Has escudriñado mi andar y mi reposo,  Y todos mis caminos te son conocidos.  Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová,  tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste,  Y sobre mí pusiste tu mano.  Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;  Alto es, no lo puedo comprender.

    Guarde esto en su mente. Por otro lado, la Biblia también declara que Dios ha escogido de antemano a los que somos salvos. Note lo que dice Efesios 1:4.  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,  para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

    Esto es la elección. Elección es el acto de Dios por medio del cual, escogió en Cristo a los salvos y esto antes de la fundación del mundo. Sin embargo, esta obra de Dios no contradice o niega la responsabilidad del hombre para arrepentirse y confiar en Cristo como Salvador y Señor. Juan 3:18-19 dice: El que en él cree,  no es condenado;  pero el que no cree,  ya ha sido condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.  Y esta es la condenación:  que la luz vino al mundo,  y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,  porque sus obras eran malas.

    Uniendo las dos ideas, podemos afirmar que Dios sabe de antemano quienes han sido escogidos para la salvación, porque es Él quien escoge en Cristo para salvación, pero esto de ninguna manera anula la responsabilidad del hombre de recibir a Cristo como Salvador. Dios escoge para salvación, jamás para condenación. Ahora bien, en cuanto a la predestinación, esto significa que los que antes de la fundación del mundo hemos sido escogidos por Dios para salvación, hemos sido también predestinados para ser adoptados hijos de Dios. Predestinar significa decidir de antemano. Note lo que dice Efesios 1:5  en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,  según el puro afecto de su voluntad,

    La predestinación es una doctrina bíblica y no se aplica a los incrédulos sino a los creyentes, y como afirma el texto leído tiene que ver con el propósito por el cual Dios nos ha escogido antes de la fundación del mundo para salvación. Este propósito es para que seamos adoptados como hijos en la familia de Dios. Él es nuestro Padre. De manera que, efectivamente, los creyentes hemos sido escogidos por Dios antes de la fundación del mundo y por ser omnisciente, Dios sabe quiénes han sido escogidos. Los escogidos han sido predestinados a ser adoptados hijos de Dios por medio de Jesucristo. Sin embargo, la Biblia también enseña que los salvos, aun habiendo sido escogidos para salvación antes de la fundación del mundo, tienen la responsabilidad de recibir a Cristo como Salvador para ser salvos. Esto parece contradictorio para la mente humana, pero no lo es para Dios.

  • ¿Está Dios hablando hoy en día?

    Tengo un familiar quien no es creyente y nos preguntó a mi esposa y a mí si Dios habla hoy. Mi pregunta es: ¿Qué dice la Biblia sobre esto? ¿Está Dios hablando hoy en día? ¿Cómo puedo ayudar a mi familiar incrédulo a acercarse a Dios?

    Gracias por su pregunta. Veamos qué es lo que declara la Biblia en cuanto a esto. Para eso, vayamos a Hebreos 1: 1-4. La Biblia dice: Dios,  habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,  a quien constituyó heredero de todo,  y por quien asimismo hizo el universo;  el cual,  siendo el resplandor de su gloria,  y la imagen misma de su sustancia,  y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder,  habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo,  se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,  hecho tanto superior a los ángeles,  cuanto heredó más excelente nombre que ellos.

    Dios usó muchas formas para revelar sus pensamientos. A veces habló audiblemente, a veces lo hizo por medio de sueños, otras veces lo hizo por medio de visiones, unas cuantas veces Dios habló por medio de ceremonias, instituciones, símbolos. Poco a poco se iba completando la revelación de Dios. El último toque, se dio cuando vino el Señor Jesús. Por eso el texto dice que en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, quien según el testimonio del apóstol Juan es el Verbo de Dios, o la palabra viva de Dios. Él es el único digno para hacer completa la revelación de Dios. Él es el heredero de todo y por quien, asimismo, Dios hizo el universo. Cristo Jesús es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de la sustancia de Dios. Cristo Jesús es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Fue Cristo Jesús quien efectuó la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, y una vez concluida su obra, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. En su estado glorificado, Jesucristo fue hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Todo esto para concluir que la revelación de Dios al hombre está completa. Todo lo que Dios quiso comunicar al hombre se encuentra en la Biblia. Cuando se terminó de escribir el libro de Apocalipsis, casi a finales del primer siglo, se terminó la revelación de Dios al hombre. Note lo que dice Judas 3. Amados,  por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación,  me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

    La fe, o el cuerpo de doctrina, o lo que Dios quiso comunicar al hombre, ha sido una vez dada a los santos, no más. Si alguien desea saber lo que Dios ha hablado, tiene que estudiar la Biblia. Hoy en día, Dios está hablando a través de su palabra, la Biblia. Su familiar incrédulo necesita prestar atención a lo que dice Dios por medio de su palabra, la Biblia, para saber que es pecador y que está en peligro de recibir condenación eterna, pero que Dios ama al pecador y odia el pecado y por tanto ha enviado a su Hijo a morir en la cruz del calvario para que todo aquel que en él cree y lo reciba como Salvador, sea perdonado de su pecado y tenga vida eterna.

  • ¿Por qué Juan el Bautista comenzó a bautizar en agua?

    ¿En qué momento Dios le instruyó u ordenó hacer tal cosa? ¿De dónde tomó como referencia Juan el Bautista para hacerlo? Sé que el Señor Jesús instituyó el bautismo cristiano, pero eso fue posterior a lo que hacía Juan el Bautista.

    Gracias por su pregunta. Efectivamente, el bautismo en agua que instituyó el Señor Jesús, conocido como el bautismo cristiano, es posterior y también totalmente diferente del bautismo que practicaba Juan el Bautista. Lo que simbolizaba el bautismo de Juan el Bautista, muy probablemente tuvo sus raíces en los rituales de purificación o en los lavamientos que se practicaban en el Antiguo Testamento. Note lo que dice Levítico 15:13 Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo,  contará siete días desde su purificación,  y lavará sus vestidos,  y lavará su cuerpo en aguas corrientes,  y será limpio.

    Una práctica similar aparece en Levítico 15:27 donde dice: Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.

    También se debe reconocer que mucho antes del tiempo de Juan el Bautista ya se practicaba un tipo de bautismo a los gentiles, cuando los gentiles por voluntad propia adoptaban el judaísmo como su religión, o dicho en otras palabras cuando los gentiles se convertían al judaísmo y se volvían judíos prosélitos. Por eso es que el bautismo estaba muy relacionado con el arrepentimiento. Cuando un gentil se convertía en un prosélito se lo bautizaba en agua dando a entender mediante esa acción que estaba arrepentido de su antigua creencia religiosa y pasaba a creer en lo que los judíos creían. Los judíos que fueron bautizados por Juan el Bautista, estaban entonces simbólicamente admitiendo que en un sentido espiritual habían llegado a ser como los gentiles y por tanto estaban dispuestos a llegar a ser con absoluta sinceridad parte del genuino pueblo de Dios. Admitir que espiritualmente un judío había llegado a ser como un gentil no era algo ligero para un judío dado el odio racial que los judíos sentían hacia los gentiles.

    Las personas que eran bautizadas por Juan el Bautista, estaban arrepintiéndose en previsión a la inminente manifestación del Cristo o del Mesías en la persona del Señor Jesús y al establecimiento de un reino esplendoroso en el cual el Cristo o el Mesías es el Rey. ¿En qué momento Dios instruyó u ordenó a Juan el Bautista efectuar este bautismo? La Biblia no lo registra. Era una práctica natural cuando alguien se identificaba con una doctrina o un mensaje. En el caso de Juan el Bautista era el llamado al arrepentimiento del pecado por cuanto el reino de los cielos se había acercado. Este es un bautismo diferente del bautismo cristiano. El bautismo cristiano es el simbolismo de la identificación del creyente con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección. Colosenses 2:12 dice: sepultados con él en el bautismo,  en el cual fuisteis también resucitados con él,  mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

     

  • Una iglesia que conozco hace énfasis en que se debe guardar el séptimo día como día de reposo, según dice la Biblia en Génesis y también en Éxodo 20. ¿Es esto así?

    Gracias por su pregunta. Vayamos por partes: En primer lugar, el libro de Génesis relata que Dios terminó su obra creativa en el día sexto de la semana de la creación. Luego vino el día séptimo de la semana de la creación. ¿Qué hizo Dios en este séptimo día de la semana de la creación? La Biblia dice que Dios bendijo al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. Esto tiene varias implicaciones, dentro de las cuales está el modelo de trabajo-descanso. Seis días de trabajo por un día de descanso. En segundo lugar, aunque mucho tiempo más tarde, Dios ordenó a su pueblo Israel el reposo obligatorio del séptimo día. Fue parte de los diez mandamientos. Es el cuarto mandamiento. Se encuentra en Éxodo 20:8-11 dice: Acuérdate del día de reposo para santificarlo.  Seis días trabajarás,  y harás toda tu obra;  mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios;  no hagas en él obra alguna,  tú,  ni tu hijo,  ni tu hija,  ni tu siervo,  ni tu criada,  ni tu bestia,  ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,  el mar,  y todas las cosas que en ellos hay,  y reposó en el séptimo día;  por tanto,  Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

    En tercer lugar, el cuarto mandamiento de la ley de Moisés no fue dado ni a los gentiles ni a la iglesia sino única y exclusivamente al pueblo de Israel. Los diferentes días de reposo que el pueblo de Israel tenía que guardar fueron una señal del pacto que Dios había hecho con el pueblo de Israel, no con los gentiles ni con la iglesia. Éxodo 31:13 dice: Tú hablarás a los hijos de Israel,  diciendo:  En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;  porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones,  para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

    En cuarto lugar, el Nuevo Testamento, expresamente ordena a la iglesia a no guardar días de reposo. Colosenses 2:16-17 dice:  Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo,  todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.

    En quinto lugar, y como resultado de lo anterior, la iglesia no guarda ningún día como día de reposo. El primer día de la semana no es el día de reposo para la iglesia, sino simplemente el día cuando la iglesia se reúne para perseverar en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Ese era el día cuando se reunían los creyentes en el primer siglo. Note lo que dice Hechos 20:7 El primer día de la semana,  reunidos los discípulos para partir el pan,  Pablo les enseñaba,  habiendo de salir al día siguiente;  y alargó el discurso hasta la medianoche.

    Por esta razón, la iglesia cristiana no guarda el séptimo día de la semana como día de reposo, a la usanza de lo que Dios ordenó única y exclusivamente a su pueblo escogido, Israel.

     

  • Si una persona ha sido bautizada siendo in infante, ¿Debe volver a bautizarse una vez que ha recibido al Señor Jesús como su Salvador?

    Pregunto esto porque conozco una iglesia en la cual, si alguien ha sido bautizado siendo infante, en cualquier iglesia que sea, no necesita volver a bautizarse una vez que recibe al Señor Jesucristo como Salvador. ¿Está bien esto?

    Gracias por su interesante pregunta. Para comenzar, le diré que el bautismo cristiano en agua es una de las dos únicas ordenanzas que el Nuevo Testamento da a la iglesia. La otra ordenanza del Nuevo Testamento para la iglesia es la Cena del Señor o la Santa Cena. Aparte de estas dos ordenanzas para la iglesia no existe ninguna otra en el Nuevo Testamento. El bautismo en agua es parte integral de lo que se conoce como La Gran Comisión, lo cual se encuentra en Mateo 28:19-20. La Biblia  dice: Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

    Siguiendo lo que dice este mandato, la iglesia tiene como norma bautizar en agua a toda persona que ha confesado que el Señor Jesucristo es su único y suficiente Salvador. En el Nuevo Testamento no existe registro alguno de alguien que haya sido bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sin antes haber recibido al Señor Jesús como Salvador. Sólo como ejemplo considere este texto en Hechos 8:12 Pero cuando creyeron a Felipe,  que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo,  se bautizaban hombres y mujeres.

    Los que creyeron y en consecuencia fueron bautizados en agua eran personas plenamente conscientes de lo que estaban haciendo, no niños que por su inmadurez no tenían en absoluto conciencia sobre lo que estaban haciendo. En el bautismo en agua, el creyente realiza una precisa representación o ilustración de lo que le ha sucedido en su vida en el campo espiritual. Al ser sumergido en las aguas es como si dijera: A causa de mis pecados, merecía la muerte. Pero cuando murió Jesús, morí también. Mi viejo hombre, mi antigua naturaleza fue crucificada con Él. Cuando Jesús fue sepultado, yo también lo fui. Cuando el creyente es sacado de las aguas, es como si dijera, ahora he resucitado a una nueva vida, así como el Señor Jesús resucitó de los muertos para no morir jamás.

    Mi vieja naturaleza ha sido privada del poder que antes tenía sobre mí para mantenerme esclavo al pecado. El bautismo en agua es una ordenanza que ilustra el fin de la pasada manera de vivir. Es un acto público de obediencia a la voluntad de Dios, representando la muerte del creyente con Cristo. No tiene méritos para la salvación, sino que es para los que ya son salvos. ¿Cómo puede un infante estar consciente de todo esto? De modo que, el Nuevo Testamento no reconoce en absoluto el bautismo de los niños que no tienen conciencia de lo que están haciendo. Así que, si alguien fue bautizado entre comillas, o mejor remojado, siendo un niño, sin estar consciente de lo que estaba haciendo, y más tarde ya teniendo conciencia recibe a Cristo como Salvador, no es que necesita volver a ser bautizado, sino que necesita bautizarse, porque lo que hizo siendo niño de ninguna manera fue el bautismo que enseña el Nuevo Testamento.

     

  • No debemos dar los diezmos sino solamente ofrendar. ¿Es así?

    La pregunta para este día está relacionada con la respuesta que se dio a la pregunta de si la iglesia está obligada a diezmar. La persona que nos preguntó sobre esto nos dice lo siguiente: Creo que, así como yo, muchos podemos haber tomado su respuesta en el sentido que no debemos dar los diezmos sino solamente ofrendar. ¿Es así?

    Gracias por la oportunidad de aclarar este asunto. Respondiendo a una pregunta en cuanto a si la iglesia está obligada a entregar diezmos, indiqué que la palabra “diezmo” aparece una sola vez en los cuatro evangelios, específicamente en el Evangelio de Lucas, capítulo 18 versículo 12 hablando de lo que practicaba un fariseo del tiempo de Jesús, quien daba diezmos de todo lo que ganaba. La palabra “diezmo” aparece también siete veces solo en el capítulo 7 de Hebreos, con relación a lo que el pueblo de Israel tenía que cumplir conforme a la ley de Moisés.

    En cuanto al verbo “diezmar” aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento, en Mateo 23:23 y Lucas 11:42 con relación a lo que hipócritamente practicaban los escribas y fariseos en el tiempo de Jesús. Es decir que no existe un solo pasaje bíblico que de una forma clara y directa ordene a la iglesia a diezmar o entregar diezmos. Pero por contraste, el Nuevo Testamento contiene abundante información acerca de la manera como debemos dar al Señor lo que conocemos como ofrenda. A manera de ejemplo tenemos Romanos 15:26 donde dice: Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.

    Otro ejemplo, 1 Corintios 16:1-2 donde dice. En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. Un ejemplo más.   2 Corintios 8:20 dice: evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos. Esto es lo que se dijo al responder la pregunta sobre si la iglesia está obligada a diezmar. Ahora bien, ¿Cuál es la conclusión sobre la base de lo que se ha señalado en cuanto al diezmo y la ofrenda?

    Básicamente existen dos posiciones. La primera posición es que el Nuevo Testamento no ordena diezmar a la iglesia porque asume que diezmar es una práctica que se debe mantener por el hecho que era algo que había sido establecido en el Antiguo Testamento aun antes que entre en vigor la ley que Dios dio a Israel por medio de Moisés. Esto en esencia significa que la iglesia debe diezmar. La segunda posición es que la iglesia no debe diezmar sino ofrendar y que la ofrenda no debe limitarse a un diez por ciento sino superar con creces el diez por ciento de acuerdo con los principios que aparecen en el Nuevo Testamento como dar con generosidad, según 2 Corintios 9:6, dar según se haya propuesto en el corazón, según 2 Corintios 9:7, dar con alegría, según el mismo versículo, dar no por necesidad, también en el mismo versículo, dar con agrado conforme a las fuerzas y aún más allá de las fuerzas, es decir dar sacrificialmente, según 2 Corintios 8:3, dar periódicamente, como dice 1 Corintios 16:1.

    Conozco buenos y fieles hermanos que defienden la primera posición, pero también conozco buenos y fieles hermanos que defienden la segunda posición. Que Dios en su gracia le guíe a formar sus propias convicciones sobre este asunto.

     

  • ¿Se puede creer lo que dice ese estudio secular de la Demonología?

     

    Hay un estudio secular de los demonios que se llama “Demonología” En este tipo de estudios se dice que el infierno está gobernado por tres demonios mayores que a su vez ejercen autoridad sobre otros demonios que controlan el infierno como si fuera su reino. Pero la Biblia dice que el infierno es un lugar de tormento para el diablo y sus seguidores. ¿Se puede creer lo que dice ese estudio secular de la Demonología?

    La “Demonología” fundamentada en el testimonio bíblico, es una parte de la Teología Sistemática que se llama Angelología. Esta Demonología es el tratado o el discurso acerca de lo que la Biblia enseña en cuanto a los demonios, o en cuanto a los ángeles que siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Pero existe también otra “Demonología” que no se fundamenta en la Biblia, sino en filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, como dice el Nuevo Testamento. Los que han propuesto esta “Demonología” dicen que es el estudio de las cualidades y la naturaleza de los demonios.

    Es en esta “Demonología” que se habla de una supuesta jerarquía demoníaca, formada por tres demonios, Lucifer que según ellos significa El Emperador, Belzebú, que según también ellos significa: El Príncipe, y Astarot, que otra vez según ellos significa: El Gran Duque. Dicen que bajo estos tres demonios superiores existen otros seis demonios: Lucifago Rocafale, primer ministro infernal, Satanachia, gran general; Agaliarept, Capitán general; Fleuretty, Teniente general; Sargatanas, Jefe superior y Nebirus, mariscal de campo. Bajo estos están los demás demonios. Todos ellos formarían el reino de las tinieblas. La mayoría de estos nombres mitológicos no proceden de la Biblia, peor el significado que arbitrariamente se les ha asignado. Todo esto no es más que pura especulación, carente de cualquier sustento bíblico. Es el fruto de la imaginación del hombre y como el hombre no es perfecto, lo que el hombre hace o piensa tampoco es perfecto. Erras es humano afirma el popular dicho. Lo único perfecto es Dios y el testimonio que Dios ha dejado en su palabra la Biblia también es perfecto. La Biblia no puede contener errores porque simple y llanamente es la palabra de Dios. Lo que dice la Biblia en cuanto al reino de las tinieblas aparece en textos como Efesios 6:12 donde dice: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades,  contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

    Es evidente que existe una cadena de mando claramente definida en las huestes espirituales de maldad. Satanás es el príncipe de la potestad del aire, bajo él están los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este siglo y las huestes espirituales de maldad. No se menciona nombres ni cantidades. Además, el reino de las tinieblas no es lo mismo que el infierno. El reino de las tinieblas es la esfera en la cual Satanás es su príncipe, el sistema mundial que prevalece en la actualidad. El infierno es el lugar de tormento donde Satanás y sus huestes y lamentablemente todos los que rechazan al Señor Jesús, van a sufrir tormento eterno. Mateo 25:41 dice: Entonces dirá también a los de la izquierda:  Apartaos de mí,  malditos,  al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

     

  • ¿Qué significan los siguientes atributos de Dios, omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia y cómo se aplican a la vida personal de un creyente?

    La palabra omnisciencia viene de dos palabras latinas, omnis que significa todo y scientia que significa conocimiento. Dios es un Espíritu, y como tal, tiene conocimiento. Es un Espíritu perfecto, y como tal, tiene conocimiento perfecto. Este término denota la inteligencia infinita de Dios: Su conocimiento de todas las cosas.

    Dios es omnisciente, su entendimiento es infinito, su inteligencia es perfecta.

    La omnisciencia de Dios se aplica en muchos sentidos al hombre en general y al creyente en particular. Dios sabe las obras o acciones de todos los hombres. Es absurdo pensar que podemos hacer algo sin que Dios no lo sepa. Dios conoce los pensamientos y motivaciones del hombre. Dios no necesita que el hombre hable para saber lo que está pensando. Dios lee la mente del hombre. Dios es omnisciente. Ahora vayamos al otro atributo de su pregunta, la omnipresencia de Dios.

    La palabra omnipresente viene de dos palabras latinas; omnis que significa todo, y praesum, que significa estar a mano o presente.

    Las Escrituras presentan a Dios llenando la inmensidad; Él está presente en todas partes, y no hay ningún punto en el universo donde no esté.

    El hecho que Dios sea omnipresente tiene una aplicación muy importante a los hombres en general y a los creyentes en particular.

    Cuando me sumerjo en la inconsciencia del sueño, Él está siempre vigilante. No puedo huir de su presencia, no importa donde vaya, aquel que vigila el universo es el mismo que me guía, conduce y guarda. Bajo el gobierno de Dios no puede escaparse ningún pecador al ojo del Juez de toda la tierra. El hecho que Dios nos ve debería servirnos como advertencia para guardarnos de pecar, pero también para conducirnos a la justicia o rectitud.

    Finalmente vayamos al tercer atributo de su pregunta. Se trata de la omnipotencia.

    La palabra omnipotencia, viene de dos palabras latinas, omnis que significa todo y potens que significa poder.

    Es decir que omnipotencia denota todo poder. Mediante este atributo de Dios se quiere decir que su poder es ilimitado, es decir que Dios tiene poder para hacer cualquier cosa que escoja hacer. La omnipotencia de Dios es ese atributo de Dios por el cual Él puede hacer que suceda cualquier cosa que quiera.

    La omnipotencia de Dios no significa el ejercicio de su poder para hacer algo que sea inconsistente con la naturaleza de las cosas, tal como hacer que no haya ocurrido un acontecimiento del pasado, o trazar una línea más corta que la recta entre dos puntos dados.

    Es imposible que Dios mienta, peque, muera, diga que es correcto algo incorrecto, o acepte algo que Él aborrece. Todas estas cosas son contrarias al carácter de Dios y en consecuencia Dios no las hará jamás. Hacer tales cosas no implicaría poder, sino impotencia. Dios tiene todo poder para hacer lo que es consistente con la perfección infinita: todo el poder para hacer lo que es digno de Él mismo.

    En cuanto a la aplicación de la omnipotencia en la esfera del hombre, diremos que la omnipotencia de Dios se manifiesta de muchas maneras.

    No hay obstáculos que no pueda vencer para llevar a cabo sus propósitos, ni está limitado en cuanto al uso de medios. También puede actuar directamente sin medios para el logro de sus fines.