Autor: cris

  • ¿Qué interpretación le dan ustedes a Génesis 2:18-22?

    ¿Qué interpretación le dan ustedes a Génesis 2:18-22? ¿Cuál fue el propósito de Dios al crear primero a los animales, como una posible ayuda idónea para el hombre y luego darse cuenta que no era así y es entonces cuando decide crear a la mujer? Les pregunto: ¿se equivocó Dios? Yo estoy segura que Dios no se equivoca porque Él es infalible y todo lo sabe. Pero entonces, ¿Cuál es la enseñanza que nosotros debemos aprender de este pasaje?

    Gracias por su pregunta. Mucho podemos aprender del relato bíblico de la creación. Tanto que solo citarlo nos llevaría muchísimo tiempo. En la creación vemos que Dios es un Dios de orden. Dios va creando las cosas ordenadamente. El orden, si bien es lógico, depende en último término de la voluntad soberana de Dios. Dentro de este orden, aparece la creación del ser humano, como el último acto creativo de Dios, como dando a entender que la creación del ser humano fue la última pincelada, el último toque de la majestuosa creación de Dios. Además, Dios siempre tuvo en mente que el hombre sea amo y señor de todo lo que Dios creara, así que primero tuvo que crear todo, antes de crear al hombre.

    Entre lo creado antes del hombre, están ciertamente los animales. Con esto en mente, leamos el pasaje bíblico que es materia de su pregunta. Se encuentra en Génesis 2:18-22. La Biblia dice: Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

    Usted ha pensado que la idea original de Dios tal vez fue encontrar entre los animales la ayuda idónea para el hombre. Esto no tiene asidero porque Dios conoce absolutamente todo y de ninguna manera Dios pudo haber pensado que algún animal podría ser la ayuda idónea para el hombre. Más congruente con el carácter de Dios sería pensar que Dios creó primero a los animales, para que el hombre sepa que cada especie viva necesita de un complemento de la misma especie, pero de sexo opuesto para estar completa.

    Cuando el hombre ponía nombre a los animales, éstos se presentaban ante él en pareja, un macho y una hembra. Al finalizar su trabajo de dar nombre a los animales, debe haber sido muy obvio para el hombre, que él estaba incompleto le faltaba su complemento del sexo opuesto. Dios estaba de acuerdo con eso y por ese motivo dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Adán sabía que para estar completo necesitaba de una pareja de la misma especie de sexo opuesto. La ayuda idónea era la mujer que Dios hizo de la costilla del hombre. El hombre sin la mujer está incompleto, la mujer sin el hombre está incompleta. Entre los dos se complementan.

  • ¿Significa esto que la ley no tiene ningún propósito en la actualidad?

    La pregunta para el día de hoy es la siguiente. Según Romanos 10:4 el fin de la ley es Cristo para justicia a todo aquel que cree. ¿Significa esto que la ley no tiene ningún propósito en la actualidad?

    No, de ninguna manera. Si bien es cierto que la justicia de Dios resulta de confiar en Cristo y recibirlo como Salvador, y no de cumplir con la ley que Dios dio a Israel por medio de Moisés, sin embargo, esto no significa que la ley no tiene ningún propósito hoy en día. La ley tuvo su propósito y hasta ahora tiene su propósito. Para demostrarlo permítame leer Romanos 3:19-20 “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

    Según este texto, es por medio de la ley el conocimiento del pecado. Esto significa que tanto en el pasado como hoy, la ley permite que el hombre reconozca cuan santo es Dios y cuan imposible es que el hombre pueda, por su propio esfuerzo, llegar a satisfacer a Dios para ser salvo. La ley es como una regla para medir la estatura espiritual para ser aceptado por Dios. Cuando la regla se aplica a todo ser humano, se encuentra que es imposible que haya alguien con la suficiente estatura espiritual como para poder ser salvo por sus propios méritos. Ante esta realidad, el hombre se debe ver forzado a reconocer que la única manera de ser aceptado por Dios es mediante la fe en Cristo Jesús, quien habiendo cumplido con la ley, sin embargo murió como si no hubiera cumplido con la ley, porque murió en lugar de todos los que estamos imposibilitados de cumplir con la ley.

    Así que, hoy en día, la ley sirve para que los incrédulos tomen conciencia de la gravedad de su pecado, de la imposibilidad de cumplir con las demandas de Dios para ser salvos por su propio mérito y para que miren con los ojos de la fe a Cristo Jesús pagando la culpa de ellos cuando murió en la cruz. Cuando decimos que los creyentes ya no estamos bajo la ley, no estamos diciendo que la ley no sirve. Lo que estamos diciendo es que como creyentes ya no necesitamos someternos a la ley para ser salvos. Nuestra salvación no es por someternos a la ley sino por haber recibido por la fe a Cristo Jesús. Note lo que dice 1 Timoteo 1:8-10 “Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,” Hoy en día la ley sigue siendo útil para demostrar al pecador que es imposible cumplir con las elevadas demandas de Dios para ser aceptados por él.

    Este es el uso legítimo de la ley en la actualidad. La ley jamás fue dada para que alguien sea salvo por medio de cumplir con lo que ella dice, sino para que el pecador reconozca que no puede ser salvo por cumplir con la ley y esto le motive a confiar en Cristo como Salvador.

  • ¿Por qué Romanos 10:4 parecería insinuar que una parte de la Escritura no sirve?

    La pregunta para este día es la siguiente: ¿Qué significa lo que dice 2 Timoteo 3:16 cuando afirma que toda la Escritura es inspirada por Dios? ¿Por qué Romanos 10:4 parecería insinuar que una parte de la Escritura no sirve?

    Gracias por su pregunta. 2 Timoteo 3:16 dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

    Lo que afirma este pasaje bíblico es que toda la Escritura, desde la primera palabra del libro de Génesis hasta la última palabra del libro de Apocalipsis goza de una particular característica: La inspiración. Inspiración, es la divina intervención en los autores humanos de forma que, empleando la individual personalidad de cada uno de ellos, compusieron y registraron sin errores la revelación de Dios al hombre en las palabras de los originales autógrafos. Dios dirigió, pero no dictó el material. Dios utilizó autores humanos con sus propios estilos personales. No obstante, el producto, en los manuscritos originales, es sin ningún error. La inspiración entonces garantiza que el texto bíblico, en sus escritos originales, es exactamente lo que Dios quiso que sea, no sólo las ideas sino las mismas palabras utilizadas. Entre muchas implicaciones de este hecho, está naturalmente, el que la Biblia, además de no contener errores, tampoco puede contener contradicciones. Ahora consideremos Romanos 10:4. Para tomar en cuenta el contexto, permítame leer desde el versículo 3: Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

    Lamentablemente Israel persistía en establecer la justicia que es por la ley, en vez de aceptar la justicia que es por la fe, a pesar que esta justicia, la que es por la fe, está al alcance de todos. Por eso es que Pablo dice que Israel, ignorando la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia no se ha sujetado a la justicia de Dios, porque el fin de la ley es Cristo. Aunque la palabra griega que se ha traducido como “fin” puede significar “cumplimiento” o “terminación”, sin embargo, cuando Pablo dice que el fin de la ley es Cristo, no se está diciendo a que la ley, una parte de la Escritura, no sirve. A lo que Pablo se está refiriendo es a lo que dice la segunda parte de Romanos 10:4, es decir, a que al creer en Cristo como Salvador se pone fin a la vana búsqueda de la justicia propia para salvarse, mediante la obediencia a la ley. Romanos 3:20-22. ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia.

    Así que, cuando un incrédulo reconoce su pecado y reconoce lo que Cristo hizo por él al morir en la cruz del Calvario, y en consecuencia recibe a Cristo como Salvador personal, ha obtenido la justicia de Dios que es por la fe. Esto hace que ese hombre termine la estéril búsqueda de hallar la justicia por sus propios medios mediante la obediencia de la ley.

  • ¿Hay o no hay justos?

    La pregunta para el día de hoy es la siguiente: En una parte de la Biblia dice que no hay ningún justo en la tierra, pero en otra parte de la Biblia dice que la oración del justo puede hacer mucho. Parece que habría una contradicción. ¿Hay o no hay justos?

    Gracias por su pregunta. ¿Hay justos o no hay justos en la tierra? Al respecto, permítame compartir con usted lo siguiente:
    Justos por sus propios méritos, no existe ninguno, pero justos por los méritos de Cristo existimos muchos. Me incluyo yo dentro de ellos. Quisiera demostrarlo bíblicamente. Dios evalúa el carácter o la naturaleza propia del ser humano y ponga atención a su conclusión. Romanos 3:10-18 dice:
    «Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.»

    Bueno, no puede haber descripción más precisa del carácter o la naturaleza propia del ser humano. por eso es que Romanos 3:23 concluye diciendo lo siguiente:
    «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»

    El hombre ha tratado de arreglar este problema por sus propios medios. Lo ha intentado a través de cumplir con ritos religiosos. Otros lo han intentado por medio de hacer buenas obras, pero note el veredicto de Dios sobre el esfuerzo del hombre para hacerse justo por sus propios medios. Romanos 3:20 en su primera parte dice:
    «Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él.»

    Es imposible que el hombre pueda hacerse justo por sus propias obras, pero lo que es imposible para el hombre, es muy posible para Dios. Dios puede declarar justo a un hombre que por naturaleza es injusto. Esto es lo que los teólogos llaman la justificación. Es la obra de Dios por la cual Dios declara justo a un hombre que por fe ha recibido a Cristo como Salvador. Todo es cuestión de fe, mas no de obras. Romanos 3:21-22 dice:
    «pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.»

    ¿Ha recibido a Cristo Jesús como su Salvador personal? Entonces ha sido justificado por Dios, o ha sido declarado justo por Dios. Puede ser que en la práctica diste mucho de ser totalmente justo, pero a los ojos de Dios, por la fe, es justo. No por sus méritos sino por los méritos de Cristo, su Salvador. Por esto, es verdad que no existe un solo justo, por sus propios méritos; pero existimos muchos justos por los méritos de Cristo. Es a estos justos por los méritos de Cristo, a quienes se refiere Santiago en su libro, cuando en el capítulo 5 versículo 16 dice:
    «La oración eficaz del justo puede mucho».

  • ¿Cómo vencer la tentación?

    La pregunta del día es de un joven creyente, pero hasta ahora ha tenido muchos problemas con vencer la tentación. Nos pide consejo para obtener victoria sobre el pecado.

    Entre lo mucho que podría hacer para vencer la tentación, sería aplicar a su vida lo que dice Romanos 6:1-14 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.»

    Según este pasaje bíblico, para vencer la tentación a pecar es necesario tomar en cuenta varias cosas. Primero, saber que nuestro viejo hombre, o nuestra vieja naturaleza, ha sido crucificada juntamente con Cristo para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Esto tiene que ver con el intelecto. El creyente debe saber intelectualmente que su vieja naturaleza ha perdido el poder que antes tenía para esclavizar al pecado.

    Segundo, considerarse muerto al pecado, pero vivo para Dios. Esto va un poco más allá del intelecto. Es meditar o reflexionar en el sentido que ya no es necesario obedecer al deseo natural del viejo hombre para pecar. Lo que sí es necesario es reconocer que el creyente está vivo para Dios, es decir que tiene toda la facultad para hacer cualquier cosa que Dios pida.

    Tercero, no presentar los miembros al pecado como instrumentos de iniquidad. Esto tiene que ver con la voluntad. Es un acto voluntario de no prestarnos para pecar, no por la simple fuerza de la voluntad, sino porque sabemos y hemos considerado que estamos muertos al pecado.
    Cuarto, presentarnos nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos. Esto significa una disposición total de la voluntad para obedecer la palabra de Dios.
    Todo esto es un proceso que toma tiempo y esfuerzo hasta funcionar como Dios espera. Es necesario que busque ayuda y dirección durante este tiempo. Esto es lo que se llama un discipulado. Que no es otra cosa sino aprender de la vida de otro a vivir como Cristo quiere que vivamos.

  • ¿Es pecado comer algún alimento que ha sido preparado con sangre hoy en día?

    Gracias por su pregunta. En el Antiguo Testamento, Dios prohibió comer sangre a su pueblo Israel. Levítico 17:14 dice: Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.
    La sangre representa simbólicamente la vida. La sangre de los animales no era para comer sino para hacer expiación sobre el altar por las almas de los que ofrecían el sacrificio.

    Expiar significa cubrir algo o tapar algo. Cuando alguien del pueblo de Israel ofrecía en sacrificio un animal, la sangre de este animal estaba cubriendo o tapando, al menos temporalmente, el pecado de este hombre. Esto fue un cuadro del sacrificio perfecto de Cristo Jesús en la cruz del calvario, cuando se ofreció a sí mismo, no sólo para cubrir o tapar el pecado, sino para quitar o borrar el pecado. Esta prohibición de comer sangre estuvo en vigencia hasta que Jesucristo murió, fue sepultado, resucitó, ascendió a la gloria de su Padre y nació la iglesia de Cristo en el día de Pentecostés.

    A partir de ese momento hubo un cambio radical en la relación del hombre con Dios. Para entonces ya no hacía falta sacrificar animales para que la sangre derramada de los animales cubra o tape temporalmente el pecado del hombre. Jesucristo derramó su sangre, como el Cordero de Dios, en la cruz y esta sangre hace innecesario cualquier sacrificio de animales. Esto tuvo implicaciones en todo sentido y ciertamente en la prohibición de comer sangre. Tanto es así, que en una de las epístolas pastorales, el apóstol Pablo dijo que todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse. 1 Timoteo 4:1-5 dice: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

    Los falsos maestros, o los apóstatas, guiados por demonios, o espíritus engañadores, tratan de imponer su voluntad sobre sus seguidores. Entre esto, por ejemplo, prohíben casarse, o exigen que los que sirven al Señor sean célibes, además, note, mandan abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Dentro estos alimentos que Dios creó, está la sangre, y está cualquier otra cosa que sirva de alimento para el hombre. Todo esto ha sido creado por Dios y es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias. De modo que, amable oyente, hoy en día no existe ninguna razón bíblica para afirmar que no se debe comer alimentos preparados con sangre o cualquier otro alimento que fue prohibido por la ley de Moisés. Pero por otro lado, es un principio bíblico muy reconocido, que los creyentes no deben hacer nada que ofenda o haga tropezar a un hermano débil.

  • ¿Se puede entender que este ángel es el pastor de la iglesia?

    La pregunta del día de hoy es un amigo oyente que nos dice lo siguiente: Cuando en el libro de Apocalipsis se habla de los mensajes a las siete iglesias en Asia, se ordena a un ángel de cada iglesia que escriba el mensaje para para cada iglesia. ¿Se puede entender que este ángel es el pastor de la iglesia? ¿Existen otras posibilidades?

    Muchas gracias por su pregunta. Efectivamente cuando en el libro de Apocalipsis se toca el tema de los mensajes a las siete iglesias locales en el Asia, el Señor Jesucristo, quien es el autor de los mensajes, ordena a un ángel que escriba determinado mensaje a cada una de las siete iglesias locales. Note lo que dice Apocalipsis 2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
    Esta también es la forma de entrega de los mensajes para las restantes seis iglesias. Es decir, la iglesia en Esmirna, la iglesia en Pérgamo, la iglesia en Tiatira, la iglesia en Sardis, la iglesia en Filadelfia y la iglesia en Laodicea. Su pregunta tiene que ver con ¿Quién es este ángel en cada una de las siete iglesias locales? Pues, dejemos que la misma Biblia responde esta pregunta. En la descripción del Señor Jesucristo glorificado, encontramos lo siguiente, en Apocalipsis 1:16. La Biblia dice: “Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

    Vemos en este texto que el Señor Jesucristo glorificado aparece teniendo siete estrellas en su mano derecha. Se trata de un lenguaje simbólico. Gracias a Dios, en este caso, el mismo libro de Apocalipsis nos muestra lo que simboliza las estrellas en la mano derecha del Señor Jesucristo glorificado. Para saberlo leamos Apocalipsis 1:20. La Biblia dice: El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.

    Las siete estrellas que aparecen en la mano derecha del Señor Jesucristo glorificado, simbolizan a los ángeles de las siete iglesias. Es a estos ángeles a quienes el Señor Jesucristo glorificado ordena escribir el mensaje a cada iglesia local en Asia. La palabra ángel significa básicamente: Mensajero. La identidad de este mensajero no se puede saber con absoluta certeza. Existen básicamente tres posibilidades. La primera, que este mensajero podría ser, según algunos intérpretes, un ser angelical que representa a cada una de las siete iglesias. La segunda, que este mensajero podría ser, según otros intérpretes un pastor u obispo o anciano de cada una de las siete iglesias. La tercera, que este mensajero podría ser, según otros intérpretes, simplemente una persona que fue nombrada como mensajero para que tome el mensaje que el apóstol Juan escribió en Patmos, por orden de Jesucristo, y lo lleve a cada una de las siete iglesias. En lo que a mí respecta, me siento más cómodo entendiendo que el ángel a quien se le ordena escribir el mensaje a cada una de las siete iglesias es uno de los líderes de cada una de estas siete iglesias locales. En todo caso, como ya lo señalé, no se puede ser dogmático en este asunto, así que, si tiene una interpretación distinta a la que yo tengo, no hay ningún problema. Este no es un asunto fundamental en la fe cristiana.

  • ¿Es correcto que se puede poner nombre a una ofrenda que se hace a Dios para que Dios conceda aquello que se ha nombrado?

    La pregunta del día de hoy es la siguiente: ¿Es correcto que se puede poner nombre a una ofrenda que se hace a Dios para que Dios conceda aquello que se ha nombrado? He oído que esto enseña Deuteronomio 14:26

    No, no es correcto. Deuteronomio 14:26 no enseña eso. Leamos este texto. “y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.”

    Según la ley de Moisés todo varón de Israel tenía que tomar un diezmo y llevarlo al tabernáculo o al templo para comerlo allí. Pero ¿qué pasaba cuando un varón de Israel vivía demasiado lejos del lugar donde estaba el tabernáculo o el templo? Hubiera sido muy difícil que un varón de Israel haga un largo viaje tanto con su familia y su diezmo de productos o de animales a cuestas. En ese caso, la ley de Moisés permitía al varón de Israel a vender su diezmo, allí donde vivía, bien sea del grano, o del vino, o del aceite, o las primicias de sus manadas, o del ganado, y tomar el dinero producto de la venta, para llevarlo al lugar donde estaba el tabernáculo o el templo. ¿Qué debía hacer el varón de Israel cuando llegaba al lugar donde estaba el tabernáculo o el templo, con el dinero por lo que había vendido el diezmo en el lugar distante donde él vivía? Moisés instruyó a los varones de Israel a usar el dinero de la venta del diezmo, para comprar cualquier cosa que quería comer delante de Jehová su Dios. A esto se refieren las palabras de Moisés cuando dice: Y darás el dinero por todo lo que deseas. Si el varón de Israel quería comer junto con su familia, vacas u ovejas, o vino o sidra, podía usar el dinero de lo que vendió el diezmo para comprar cualquiera de estas cosas. Como notará, esto es un mandato para Israel y no para la iglesia. Si tuviera que ver con la iglesia, sería imposible que podamos cumplir con eso.

    No existe tabernáculo ni templo de Jerusalén hoy en día. De modo que, Deuteronomio 14:26 no se puede usar de ninguna manera para fundamentar la práctica de poner nombre a lo que damos como ofrenda al Señor, es decir, esta ofrenda doy al Señor, con el nombre de auto nuevo, o casa nueva, o título universitario, o salud para mí o para alguien diferente, y Dios está obligado a concederme aquella cosa que he nombrado a mi ofrenda. Esto sería como comprar a Dios y Dios jamás ha estado en venta. No es correcto extorsionar a Dios diciéndole: Te doy esta ofrenda, pero con la condición que concedas mi petición.

    Es perfectamente válido pedir cosas a Dios, inclusive cosas que deseamos, pero siempre debemos tener en mente que Dios es Dios y como tal, se reserva el derecho de conceder nuestros deseos conforme a su voluntad soberana. Por eso es conveniente discernir la voluntad de Dios y pedir a Dios aquellas cosas que son su voluntad. Si hacemos esto, Dios ha prometido concedernos lo que pedimos. Note lo que leo en 1 Juan 5:14-15. La Biblia dice: Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

  • ¿Qué dice la Biblia sobre las caricias?

    La pregunta del día de hoy es acerca de las caricias en el enamoramiento. ¿Qué dice la Biblia sobre esto? En especial en cuanto al efecto de las caricias en el espíritu y el alma de las señoritas.

    Gracias por su pregunta. En alguna ocasión respondimos una pregunta sobre el enamoramiento y dentro de esto tocamos el tema de las caricias, pero a lo mejor no profundizamos mucho sobre el efecto pernicioso de esta conducta en espíritu y el alma de las señoritas. De modo que, permítame mencionar dos estragos muy evidentes, a la luz de la experiencia pastoral, tratando casos de señoritas que han transitado por este tortuoso sendero. Primero, el problema de un espíritu sucio. Cuando una señorita deja que su novio o enamorado toque partes íntimas de su cuerpo, el espíritu de esa señorita queda manchado, porque esa señorita sabe que ha transgredido cantidad de mandamientos expresados en la palabra de Dios relativos a la pureza con la cual las jóvenes deben ser tratadas por los jóvenes.

    Solamente como ejemplo permítame citar un par de textos. 1ª Timoteo 5:1-2 dice: «No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza» Según este texto, las jovencitas deben ser tratadas por los varones, como hermanas. Un varón, en su cabal juicio, no anda tocando partes íntimas del cuerpo de sus propias hermanas, ¿verdad? Por supuesto que no. Los varones tratan con toda pureza a sus hermanas y ese es el modelo de trato de cualquier joven a su novia o enamorada.

    Las jóvenes saben esto, pero cuando permiten que sus novios las acaricien, inmediatamente saben que han desobedecido la palabra de Dios al haberse prestado para que las traten de una forma impura y esto ensucia el espíritu de las señoritas. Otro texto es 2ª Timoteo 2:22 donde dice: «Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor» Las caricias en el enamoramiento despiertan pasiones juveniles en las señoritas. Eso lo sabe toda joven que ha permitido que su novio le acaricie. Pero ¿qué es lo que dice la Biblia? La Biblia dice: «Huye también de las pasiones juveniles» Una joven que se deja tocar por su novio no está huyendo de las pasiones juveniles y está de esa manera violando un mandato de la palabra de Dios. Esto hace que el espíritu de una joven así quede manchado. Tenemos entonces que las caricias en el noviazgo ensucian el espíritu de una joven. Pero no solamente eso, en segundo lugar, las caricias en el noviazgo ensucian el alma de una joven.

    El alma de una jovencita que no ha sido tocada o acariciada por ningún varón, es como una sábana blanca, pero cuando esa joven permite que su cuerpo sea acariciado por su novio, en esa sábana blanca aparecen manchas indelebles. Así como no es posible caminar por el barro sin que el barro salpique la vestidura, también no es posible que el alma de una señorita permanezca limpia a pesar de haber permitido que un joven le acaricie. Proverbios 6:27-29: «¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Así es el hombre que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare» Así es, no se puede tener un alma pura y a la vez andar en caricias en el enamoramiento.

  • ¿El autor del libro de Santiago era hermano de Jesús?

    La pregunta de este día es de una persona que nos dice lo siguiente: Estoy en una red de hermanos que nos reunimos para compartir y estudiar la Biblia. Me llamó la atención una clase, en la cual el maestro dijo que el autor del libro de Santiago era hermano de Jesús, pero al examinar por mi cuenta varias versiones de la Biblia he encontrado que es poco probable que el libro de Santiago haya sido escrito por el hermano de Jesús. Por favor deme su opinión.

    Gracias por su pregunta. El nombre Santiago es equivalente al nombre Jacobo. El Nuevo Testamento presenta a cuatro personajes que llevan el nombre de Jacobo. Primero, Jacobo el apóstol, hijo de Zebedeo, hermano del apóstol Juan; segundo, Jacobo otro apóstol, pero hijo de Alfeo, a este Jacobo se le conoce también como Jacobo el menor; tercero, Jacobo, hermano de Judas pero no el Iscariote, y cuarto, Jacobo el medio hermano de Señor Jesús, uno de los hijos que María, la madre de Jesús tuvo de su legítimo esposo José. De entre estos cuatro personajes con el nombre Jacobo, jamás se ha considerado como posibles escritores del libro de Santiago, a Jacobo hijo de Alfeo o Jacobo el menor y Jacobo el hermano de Judas pero no el Iscariote. Los que sí se han considerado como posibles escritores del libro de Santiago, son Jacobo el hijo de Zebedeo y Jacobo el medio hermano de Jesús. Entre estos dos, parece muy difícil que el libro de Santiago haya sido escrito por Jacobo hijo de Zebedeo, por cuanto Jacobo hijo de Zebedeo fue martirizado bastante temprano en el período de existencia de la iglesia de Cristo. Así que, el más probable es Jacobo el medio hermano de Jesús. No se puede ser dogmático en esto, pero al menos para mí al igual que para muchos otros, existen serias evidencias que favorecen esta posición. Jacobo el medio hermano de Jesús, inicialmente rechazó a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel. Juan 7:5. dice: Porque ni aun sus hermanos creían en él.

    Pero más tarde, llegó a ser un fervoroso creyente en el Señor Jesucristo, al punto que llegó a ser un líder clave en la iglesia de Jerusalén. Cuando Pedro fue milagrosamente liberado de la prisión, al primero que pidió que se le informe de esto fue a Jacobo. Hechos 12:17 dice: Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

    El apóstol Pablo se refiere a Jacobo y a otros como columnas de la naciente iglesia de Cristo en Jerusalén. Gálatas 2:9 dice: y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
    Según el historiador judío Josefo, Jacobo fue martirizado en el año 62 DC. Así que lo ilustre de su trayectoria hace de Jacobo, el medio hermano del Señor Jesucristo, un firme candidato a ser considerado como el escritor del libro de Santiago. Por estas consideraciones muchos tenemos la firme convicción que el escritor del libro de Santiago fue Jacobo, el medio hermano de Jesús, aunque no podemos ser dogmáticos en esto.