Autor: cris

  • Apocalipsis 21:24

    ¿A qué naciones se refiere Apocalipsis 21:24?

    Yo pienso que no han de ser los sobrevivientes de Armagedón, o sea lo que les toca reproducirse en esta tierra durante el reino mesiánico de Cristo, a lo que Ud. llama los súbditos del reino. La verdad es que no entiendo por qué en la nueva Jerusalén habrá naciones gobernadas por reyes cuando dice que las naciones andarán a la luz de la ciudad celestial. Mi criterio es que este pasaje no se refiere al milenio terrenal como dicen algunos eruditos porque en Isaías 60 dice algo parecido de la Jerusalén terrenal y en el versículo 19 dice que el sol y la luna no servirán más como luz sino que Jehová será por luz perpetua. Es decir que la Jerusalén del milenio, la terrenal, se parece mucho a la Jerusalén celestial, aunque la celestial no tiene templo. pero yo no puedo entender que las naciones mencionadas en Apocalipsis 21.24 sean las mismas de Isaías 60:11 en primer lugar porque la Jerusalén de Isaías 60:11 es terrenal y la de Apocalipsis 21:24 es celestial y es descrita dentro de la nueva creación, o sea en la visión del cielo nuevo y la tierra nueva, mas no en la visión de los mil años. por favor, ¿Qué cree Ud. de las naciones de Apocalipsis 21:24?

    Me alegro mucho al saber que Ud. está vivamente interesado en desmenuzar la palabra de Dios hasta el último detalle. Siga así, y no me cabe la menor duda que Ud. pronto se transformará en un cazador de tesoros bíblicos.

    Su pregunta gira en torno a la cita de Apocalipsis 21:24 que dice: «Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella»

    Como Ud. bien ha señalado este texto se inscribe dentro de lo que se llama la descripción de la Nueva Jerusalén, lo cual comienza en el versículo 9 de este capítulo y va hasta el versículo 5 del capítulo 22.

    Si Ud. hace un análisis de esta ciudad, inmediatamente llegará a la conclusión que no puede ser una ciudad terrenal, por cuanto allí se nos habla de dimensiones extraordinarias, materiales extraordinarios, diseño extraordinario y habitantes extraordinarios.

    Ninguna ciudad en la tierra puede tener las dimensiones de la ciudad que aquí se menciona. Ninguna ciudad en la tierra puede tener puertas de perlas, cimientos de piedras preciosas, calles de oro, etc. Ninguna ciudad en la tierra puede prescindir del sol y la luna. Ninguna ciudad en la tierra puede jactarse de que en ella habita Cristo y todos sus seguidores.

    Es muy obvio que la Nueva Jerusalén es una ciudad celestial, no terrenal.

    Dicho esto, vayamos a lo medular de su consulta. Si la Nueva Jerusalén es una ciudad celestial, entonces ¿qué hacen allí las naciones con sus reyes? ¿De qué naciones estamos hablando? ¿Estará allí mi nación? ¿Estará allí su nación?

    pero no hay necesidad de especular. Lo que tenemos que reconocer es que durante el reinado milenial de Cristo en la tierra. Habrá seres humanos de carne y hueso poblando la tierra, todos ellos bajo el dominio del Señor Jesucristo como Rey de Reyes y Señor de Señores. Estos seres humanos estarán ciertamente agrupados en naciones con sus respectivos gobernantes. pero además habrá una especie de ciudad satélite, suspendida sobre la tierra, lo que nosotros conocemos como la Nueva Jerusalén.

    De esto nos habla Apocalipsis 21:10 dice: «Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios»

    Note que esta ciudad no se posará sobre la tierra, sino que solamente descenderá del cielo. Esta será la ciudad que arrojará su luz sobre los habitantes de la tierra durante el milenio. Las naciones que hubieren sido salvadas, y que para entonces estarán en la tierra durante el milenio, andarán a la luz de esta ciudad satélite, en la cual, incidentalmente, estará morando permanentemente la iglesia. De modo que, las naciones a las cuales se refiere Apocalipsis 21:24 tiene que ver con las naciones de la tierra durante el milenio.

    En Isaías 60, en cambio se nos habla mayormente de la Jerusalén terrenal durante el milenio, pero en el versículo 19, Isaías ve en algo más allá de la Jerusalén terrenal y con la ayuda del Nuevo Testamento, ahora sabemos que Isaías estaba viendo la gloria de la Jerusalén celestial en este versículo.

  • Lucas 16:1-13

    ¿Cuál es la interpretación de la parábola del rico y el mayordomo infiel, que se encuentra en Lucas 16:1-13?

    Antes de ir a la interpretación de esta parábola, permítame señalar que la palabra parábola significa en general comparación y es un método muy llamativo de enseñanza que provoca el pensamiento y deja lecciones inolvidables para el oyente.

    Las parábolas contienen un relato central, que usualmente tiene que ver con algún hecho del diario vivir con el cual están familiarizados los oyentes y por comparación se extrae una aplicación espiritual.

    Con esto en mente, leamos la parábola del rico y el mayordomo infiel que se encuentra en Lucas 16:1-13 «Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar no puedo; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿Cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. El le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas»

    Jesús está hablando a sus discípulos y el tema de su enseñanza es la mayordomía. El hombre rico de la historia representa a Dios.

    Un mayordomo es alguien a quien se le encarga la administración de los bienes de otro. El mayordomo de la parábola fue acusado de ser disipador de los bienes de su amo. En otras palabras, los bienes del amo se estaban haciendo humo en las manos de este perverso mayordomo.

    El amo por tanto llamó a cuentas a su mayordomo y como la acusación quedó demostrada, lo despidió. Esto hizo que el mayordomo infiel se ponga a pensar en como iba a afrontar el futuro. Probablemente estaba muy viejo o era muy ocioso para trabajar y de hecho era muy orgulloso como para mendigar.

    ¿Qué podía hacer para no morirse de hambre una vez que deje su responsabilidad como mayordomo?

    Fue aquí cuando entró a funcionar la sagacidad de este mayordomo infiel. Se ideó un plan para que cuando esté en necesidad tenga amigos donde arrimarse. Su plan fue ir a los deudores de su amo para que salden las cuentas con su amo pagando menos de lo que en realidad debían.

    De esta manera, los deudores sacaban una jugosa tajada, mal habida por supuesto, y hacían del mayordomo infiel su héroe. Los deudores quedaban en deuda con el mayordomo infiel. No que el mayordomo infiel lo hacía porque tenía buen corazón, sino porque quería que los deudores del amo le paguen el favor cuando él esté en necesidad.

    La parte sorprendente de la historia viene cuando el amo alaba al mayordomo infiel, no por haberle robado sus bienes, sino por la sagacidad con la que actuó para proteger su futuro.

    La alabanza no es por la corrupción o la deshonestidad del mayordomo infiel sino por el ingenio o la sagacidad con que actuó para asegurar su futuro en la tierra. El mayordomo infiel sacrificó la ganancia presente, por la recompensa futura.

    Debemos tomar muy en cuenta esto en nuestras propias vidas, reconociendo por supuesto que nuestro futuro como creyentes no está en este mundo sino en el cielo. Así como el mayordomo infiel mostró sagacidad para asegurarse de tener amigos en el futuro aquí en la tierra, nosotros como creyentes, debemos también mostrar sagacidad para usar los bienes de nuestro Señor de tal forma que muchos puedan morar junto a nosotros en el cielo por la eternidad.

    Este es el pensamiento central de la parábola. Jesús no está alabando la deshonestidad del mayordomo infiel sino la sagacidad para usar lo que tenía a la mano para asegurar su futuro en este mundo. Jesús lo dijo claro, los incrédulos son más sagaces para asegurar su futuro en este mundo que los creyentes para acumular riqueza en el cielo.

    Nosotros los creyentes debemos ganar amigos que nos acompañen en el cielo por medio del uso sagaz de lo que Jesús llamó riqueza injusta. Esto no se refiere a riqueza mal habida, sino a la riqueza en general, la cual sirve solamente mientras estamos en la tierra. Cuando Ud. salga de este mundo, su riqueza no le servirá de nada, por eso es injusta.

    En otras palabras, nosotros los creyentes debemos usar el dinero y cualquier otro bien material para ganar almas para Cristo, almas que compartirán con nosotros por la eternidad las moradas celestiales.

    El autor Pierson, en su folleto sobre el uso del dinero dijo lo siguiente: El dinero, un bien perecible, puede ser usado para comprar Biblias, libros cristianos, folletos evangelísticos, etc. y de esa manera, indirectamente, se puede comprar almas de personas. De este modo, lo que es meramente material y mortal, como el dinero, llega a ser espiritual y eterno. Un hombre que tiene 100 dólares podría gastar todo ese dinero en una noche de juerga y al siguiente día no tendrá nada, excepto la conciencia sucia, pero si el mismo hombre invierte ese dinero comprando todas las Biblias que pueda para regalar a sus conocidos, estará sembrando la palabra de Dios y cosechará no Biblias sino almas de personas que por el testimonio de la Biblia llegan a recibir a Cristo como Salvador. Almas que morarán por la eternidad con él en el cielo.

    Hasta aquí la cita de este autor. Luego Jesús prosigue diciendo que si somos fieles en la administración de lo poco, es decir en la administración del dinero, también seremos fieles en la administración de lo más, es decir los bienes celestiales.

    Por otro lado, si somos infieles o injustos en la administración del dinero que Dios nos ha dado, seremos también infieles o injustos en la administración de los bienes celestiales. Cualquiera que no es sabio o sagaz en utilizar la riqueza material para que rinda fruto espiritual no puede esperar recibir del Señor algo más precioso, o lo verdadero para administrar.

    De igual manera, la infidelidad en administrar los bienes ajenos demuestra que una persona es indigna de que se le dé mucho para administrar en propiedad. Jesús termina su enseñanza diciendo que es imposible vivir para la riqueza y para Dios al mismo tiempo.

    Si nuestro amo es el dinero, no es posible servir al Señor. Para acumular riqueza es necesario dedicar nuestros mejores esfuerzos a ello, pero al hacerlo estamos privando a Dios de lo mejor de nosotros, y Dios no puede recibir lo que sobra. Dios no se conforma con nada que no sea lo mejor de nosotros.

    Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Jesús termina esta parábola con una sentencia que es como una bofetada a nuestro afán por la riqueza. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

  • Mateo 5:38-42

    ¿Cuál debe ser la conducta de los cristianos, en medio de un mundo hostil, ante lo dicho en Mateo 5:38-42?

    Comencemos por dar lectura al pasaje bíblico materia de su consulta. Se encuentra en Mateo 5:38-42 «Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses»

    Este pasaje bíblico es parte de lo que se llama el Sermón del Monte. En el Sermón del Monte, Jesús expuso lo que se ha dado por llamar la constitución del reino de Dios.

    En otras palabras, en el Sermón del Monte encontramos las leyes que gobiernan a todos los que somos súbditos del reino de Dios. El Sermón del Monte no fue dado a los incrédulos, tampoco fue dado como una especie de lista de requisitos para encontrar la salvación. Nunca, nadie jamás ha sido o será salvo por cumplir con lo que se encuentra en el Sermón del Monte.

    Es más, el Sermón del Monte no puede ser cumplido por alguien que no es creyente. El incrédulo simplemente no tiene poder para cumplir con lo que establece el Sermón del Monte. De modo que, el Sermón del Monte es para personas como Ud. y como yo, que hemos confesado a Jesús como nuestro Salvador y Señor y que por tanto somos parte del reino de Dios.

    Esto significa que el Sermón del Monte tiene total vigencia para la iglesia de Cristo. Hecha esta aclaración vayamos a lo que tenemos en esta sección del Sermón del Monte.

    La ley de Moisés fue una ley justa. Establecía que el ofensor pague conforme a la magnitud de la ofensa, nada más y nada menos. Ojo por ojo y diente por diente.

    Éxodo 21:23-25 dice: «Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe»

    Dios protegía al inocente contra el culpable. El inocente tenía derechos y podía exigirlos, y era perfectamente justo ante la ley el exigirlos.

    ¿Por qué entonces Jesús dijo: Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente? Pero y os digo: No resistáis al que es malo.

    Lo que Jesús estaba diciendo es que aun cuando un hombre está amparado por la ley para hacer valer sus derechos, evidenciará la grandeza de su justicia no exigiendo esos derechos.

    El meollo del asunto es la justicia de los súbditos del reino de Dios. Los fariseos de la época de Jesús se creían justos y por tanto, exigían que sus derechos sean respetados, pero vemos qué es lo que dijo Jesús sobre esta justicia de los fariseos.

    Mateo 5:20 dice: «porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos»

    La justicia que se manifiesta en exigir derechos, ojo por ojo y diente por diente, la justicia de los fariseos, no es suficiente para los que somos súbditos del reino de Dios. De nosotros se espera mucho más. De nosotros se espera no que exijamos nuestros derechos sino que cedamos nuestros derechos. Así actuó Jesucristo.

    Él tenía todo el derecho para defenderse de los ataques de sus enemigos, aún tenía el derecho para aplicar esto de ojo por ojo y diente por diente. La ley se lo permitía, pero él no echó mano de sus derechos sino que voluntariamente cedió esos derechos por amor de sus enemigos, porque esta forma de actuar parte del amor. El amor no busca su propio bien, sino el bien del otro.

    Jesús procede entonces a dar cuatro ejemplos de como funcionaría en la práctica esto de ceder los derechos.

    Primero, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. El judío tenía derecho de herir en la mejilla derecha a quien le hirió en la mejilla derecha. Pero si este judío quería vivir la justicia del reino de Dios, tenía que ceder este derecho, en lugar de devolver mal por mal, debía mostrar la otra mejilla aún cuando el ofensor le vuelva a herir en la mejilla izquierda.

    Segundo, si alguien quería llevar a juicio a un judío para quitarle la túnica, el judío tenía pleno derecho de defender lo que era de su propiedad. Pero si este judío quería vivir la justicia del reino de Dios debía ceder su derecho a conservar lo que es suyo y más aún debía dar a quien pleiteaba con él no solo la túnica sino también la capa. La túnica era la vestimenta interna, la capa era la vestimenta externa.

    Tercero, si un judío era obligado a llevar una carga por una milla, tenía pleno derecho a llevar esa carga por esa sola milla y no más. Palestina estaba bajo el dominio romano en la época de Jesús. Los romanos podían exigir a un judío que lleve una carga por una milla. El judío tenía el derecho de decir hasta aquí y nada más, luego de haber caminado la milla, pero si ese judío quería vivir la justicia del reino de Dios debía ceder sus derechos y por tanto debía estar dispuesto a llevar esa gran carga hasta dos millas.

    Cuarto, si alguien pedía algo a un judío, el judío tenía pleno derecho a negar ese pedido. También si alguien pedía prestado algo a un judío, el judío tenía pleno derecho a negar ese pedido, pero si ese judío quería vivir la justicia del reino de Dios, debía estar dispuesto a ceder sus derechos y en tal caso no debía negar nada a quien pida ya sea regalado o a préstamo.

    Así es como funciona esto de ceder derechos en la práctica y eso es justamente lo que Jesús está demandando de los que somos sus seguidores, nada más y nada menos. No hay razón alguna para suavizar o diluir este principio, o peor para decir que no se aplica a la iglesia.

    El hecho que con nuestro razonamiento distorsionado por el pecado nos horroricemos ante las demandas de este principio no invalida el principio. Pero la pregunta es:

    ¿Cómo aplicar este principio en la práctica, hoy en día, sabiendo que vivimos en medio de una sociedad hostil y corrupta donde impera la ley del más fuerte y donde el hombre es el lobo del hombre? ¿Cómo puede un creyente vivir esta verdad en una sociedad en la cual el que menos trata de sacar provecho de los demás?

    No es fácil y dudo que haya muchos que estén viviendo esta verdad a plenitud. Todos nosotros hemos sido lastimados de una u otra manera y hemos desarrollado un mecanismo de autoprotección por el cual exigimos a cualquier costo que se respeten nuestros derechos.

    Por eso devolvemos mal por mal, para que el ofensor aprenda su lección. Por eso nos metemos en pleitos para hacer valer nuestros derechos que han sido de alguna manera amenazados. Por eso evitamos ayudar a los que necesitan ayuda. Por eso negamos al que nos pide e inventamos cualquier excusa para no dar lo que se nos ha pedido a préstamo.

    Es nuestra carne exigiendo sus derechos. No es fácil vivir la verdad del Sermón del Monte. Es imprescindible la ayuda sobrenatural, si vamos a tener algún éxito. La ayuda sobrenatural viene a nuestro lado cuando permitimos que nos llene el Espíritu Santo.
    A decir verdad, el Espíritu Santo es la ayuda sobrenatural. Cuando él nos llena podemos manifestar el fruto del Espíritu Santo y una parte de ese fruto es el amor. No la pasión que busca el propio bienestar sino el amor en el sentido de sacrificarnos en beneficio de la persona que es objeto del amor. Cuando este amor sature nuestras vidas estaremos en capacidad de vivir la verdad del Sermón del Monte

    Romanos 12:9-10 dice: «El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros»

    Amor es el ingrediente indispensable para vivir la verdad del Sermón del monte. Por amor, Jesús cedió su derecho al ojo por ojo y diente por diente y en su lugar, dio su vida por los que éramos sus enemigos. Sigamos su ejemplo.

  • Apocalipsis 12

    ¿Qué simboliza la mujer sobre la cual se habla en la primera parte de este capítulo? ¿Por qué interviene el arcángel Miguel? ¿Será Satanás arrojado del cielo en ese tiempo? O él fue arrojado cuando se rebeló contra Dios.

    Para responder a su consulta, vamos a dar lectura al pasaje bíblico que Ud. ha hecho referencia. Se encuentra en Apocalipsis 12 «Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo; he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas, y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón, y luchaba el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo»

    Bueno, su consulta tiene tres partes.

    Primero, qué representa la mujer.

    Segundo, por qué interviene el arcángel Miguel y.

    Tercero, cuando es arrojado Satanás del cielo, cuando se rebeló contra Dios o después. Vayamos por partes.

    En primer lugar, la mujer representa a la nación de Israel. Esto lo sabemos por los símbolos de su vestimenta. La mujer estaba vestida de sol, la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza, una corona de doce estrellas. En su famoso sueño profético, José, el patriarca de Israel, se vio a sí mismo recibiendo el honor del sol, la luna y once estrellas.

    Su padre interpretó el sueño, y en un tono de reproche dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? En el sueño, el sol representó a Jacob, el patriarca de Israel, la luna representó a Raquel, la esposa de Jacob y las estrellas representaron a los descendientes de Jacob.

    Lo mismo tenemos en la vestidura de la mujer de Apocalipsis 12. El sol, la luna y doce estrellas. La conclusión obvia es que la mujer representa a Israel. Además de esto, la mujer está dando a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones.

    Este hijo es Cristo, el Mesías de Israel, es natural por tanto pensar que la mujer que da a luz a este hijo representa a la nación de Israel.

    En cuanto a su segunda consulta. ¿Por qué interviene el arcángel Miguel? La razón es muy sencilla Satanás y sus huestes de maldad, o demonios, sabiendo que no les queda mucho tiempo, intentarán por última vez usurpar por la fuerza el poder en el cielo.

    Se necesita por tanto de alguien que haga frente a Satanás y sus ángeles. Aquí es donde entra el arcángel Miguel. El texto dice que después de que la mujer, que representa a Israel, huyó al desierto, entonces hubo una gran batalla en el cielo entre el arcángel Miguel y sus ángeles contra Satanás y sus demonios.

    Note que la esfera donde tiene lugar la batalla es en el cielo. La batalla fue ganada por el arcángel Miguel y sus ángeles, y como consecuencia de ello, Satanás perdió la libertad para presentarse delante de Dios para acusar a los hermanos.

    La esfera de acción de Satanás y sus demonios, a partir de ese instante, será exclusivamente la tierra. Este hecho provoca alabanza en el cielo. Una gran voz anuncia un cántico de victoria. «Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos y los que moráis en ellos»

    Los cielos quedarán libres de la presencia de Satanás y sus demonios. Los moradores de los cielos expresan gozo por ello. Fue una obra del arcángel Miguel y sus ángeles, pero note que la victoria fue por medio de la sangre del Cordero y la palabra del testimonio de los que confiaron en Cristo.

    En cuanto a su tercera inquietud, sobre cuándo es arrojado Satanás del cielo, el pasaje que hemos leído nos muestra que eso acontecerá cuando el arcángel Miguel y sus ángeles derroten a Satanás y sus demonios. Apocalipsis 12:7 hablando de Satanás y sus demonios dice: «pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo»

    Si lo ponemos en el tiempo, este evento tendrá lugar a la mitad de la tribulación es decir tres años y medio después de que ha comenzado la tribulación. Pero no se confunda pensando que Satanás y sus demonios fueron arrojados del cielo cuando se produjo la rebelión contra Dios.

    Veamos lo que nos dice Ezequiel 28:16 «A causa de la multitud de tus contrataciones, fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector»

    Satanás fue arrojado de su posición original, del monte de Dios, dice el texto, más no del cielo. Satanás tiene por tanto, en la actualidad, un libre acceso a la presencia de Dios para acusar a los que somos hijos de Dios, como hemos leído en el capítulo 12 de Apocalipsis, o también para pedir permiso para hacer algo en contra de los creyentes, como fue el caso de Job, según lo que dice Job 1:6 dice: «Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás»

    Satanás y los suyos, entonces tienen acceso a la presencia de Dios, pero está muy próximo el día cuando Satanás y sus demonios ya no tendrán más acceso a la presencia de Dios. Eso ocurrirá en la mitad de la tribulación. Para entonces Satanás y sus demonios estarán limitados a la tierra únicamente, por eso, Apocalipsis 12:12 dice al final «¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo»

  • Apocalipsis 11:15-19

    Explíqueme el significado de Apocalipsis 11:15-19.

    Leamos lo que dice Apocalipsis 11:15-19 dice: «El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en su templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo»

    Este pasaje bíblico corresponde a lo que se llama el juicio de la séptima trompeta.

    Cuando el ángel toque la séptima trompeta acontecerán los siguientes eventos.

    Primero, según el versículo 15 se escuchará una proclama de victoria. Las grandes voces provendrán de las huestes celestiales que en coro anunciarán que los reinos del mundo pertenecen a Dios y a Cristo. Por ahora, los reinos del mundo pertenecen a Satanás. Esa fue una de las funestas consecuencias de la entrada del pecado en el mundo. Satanás ofreció a Cristo los reinos del mundo, si postrado le adoraba, pero Cristo rechazó la oferta y en su lugar murió en la cruz, resucitó de entre los muertos y retornó victorioso a la gloria de su padre donde está actualmente hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.

    Sin embargo, está cercano el día cuando el título de propiedad de los reinos del mundo sea legítimamente transferido al Señor Jesucristo. El coro de las huestes celestiales anunciará este hecho cuando el ángel toque la séptima trompeta.

    Segundo, según los versículos 16-18 se escuchará una proclama de adoración. Los veinticuatro ancianos se levantarán de sus tronos y se postrarán sobre sus rostros en adoración a Dios. La adoración tendrá un triple propósito.

    Número uno, por el reinado supremo de Cristo.

    Número dos, por el juicio justo de Cristo y.

    Número tres por la retribución oportuna de Cristo.

    Por último en el versículo 19 encontramos una proclamación de la fidelidad de Dios. Lo que tenemos aquí es el arca del pacto que se veía en el templo, el símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo.

    Esto es un resumen del contenido de este pasaje. Si Ud. quiere ubicarlo cronológicamente, debe tomar en cuenta que este pasaje es parte de lo que acontecerá en la Tribulación, y más específicamente en los juicios de las trompetas. Es algo que todavía no ha acontecido.

  • Apocalipsis 11:1-14

    Explíqueme Apocalipsis capítulo 11, en lo que respecta a los dos testigos. ¿Quiénes son los dos testigos?

    Usted se refiere al pasaje bíblico de Apocalipsis 11:1-14 que dice. «Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios y el altar y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles. Ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y ordenaré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos con ropas ásperas. Estos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que están de pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos y devora a sus enemigos; si alguno quiere hacerles daño, debe morir de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quieran. Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Gentes de todo pueblo, tribu, lengua y nación verán sus cadáveres por tres días y medio y no permitirán que sean sepultados. Los habitantes de la tierra se regocijarán sobre ellos, se alegrarán y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra. Pero después de tres días y medio el espíritu de vida enviado por Dios entró en ellos, se levantaron sobre sus pies y cayó gran temor sobre los que los vieron. Entonces oyeron una gran voz del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en una nube, y los vieron sus enemigos. En aquella hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó. Por el terremoto murieron siete mil hombres. Los demás se aterrorizaron y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó. He aquí que el tercer ay viene pronto.»

    En este pasaje bíblico, básicamente encontramos el ministerio de los dos testigos, el martirio de los dos testigos y la resurrección de los dos testigos.

    Los eventos tendrán lugar en Jerusalén y el momento será durante la primera mitad de la tribulación, es decir durante tres años y medio. Israel, durante ese tiempo, estará nuevamente adorando a Dios en el reconstruido templo de Jerusalén, templo que será reedificado bajo la protección del Anticristo, cuyo verdadero carácter todavía no se habrá manifestado.

    En este pasaje bíblico encontramos que Juan recibe la orden de medir el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Esta acción simboliza una evaluación que hace Dios de lo que estaba sucediendo dentro del templo con los sacrificios y demás ritos que allí se llevaban a cabo. El resultado de la evaluación es que en el templo no había adoración sincera a Dios. Todo lo que estaba aconteciendo era simplemente una manifestación de orgullo nacional por parte de Israel.

    Notamos también que Juan fue prohibido expresamente de medir todo lo que quedaba fuera del templo. La razón para esto es porque Dios ya había decidido que la ciudad de Jerusalén será hollada por los gentiles.

    Durante este tiempo, Jerusalén no verá otra cosa sino ejército tras ejército de potencias gentiles que marcharán a través de ella. Esta condición prevalecerá hasta que venga el Señor Jesucristo por segunda vez, al final de la segunda parte de la tribulación. Sin embargo, la gracia, la misericordia y el amor de Dios, estarán todavía presentes durante el tiempo que Jerusalén será hollada por los gentiles.

    Por esta causa, Dios levantará dos testigos que tendrán tal poder en su predicación que no pasarán desapercibidos a nivel mundial. Nadie podrá ignorarlos y todos sabrán acerca de las buenas nuevas de salvación en Cristo, Jesús. Por medio de los dos testigos, la gente de Jerusalén sabrá que Jesús, aquel que nació en Belén hace tanto tiempo atrás y que murió y resucitó, es el Mesías tan añorado por los judíos de todos los tiempos.

    Estos dos testigos no dejarán de predicar por mil doscientos sesenta días, o tres años y medio. La vestimenta de los testigos será muy especial, el silicio, simboliza que su mensaje no será necesariamente motivo de regocijo por cuanto tiene que ver con el juicio de Dios que está a la puerta para todos aquellos que persistan en su rechazo a Jesús como el Mesías de Israel.

    El pasaje bíblico dice que los dos testigos serán los dos olivos. Esto significa que tendrán todo el poder del Espíritu Santo para predicar con denuedo.

    También dice que los dos testigos serán los candeleros que están en pié delante de Dios. Esto significa que arrojan la luz de la verdad divina en medio de las tinieblas espirituales en las cuales estará sumido el mundo en aquella época.

    Además de todo esto, los dos testigos tendrán poderes especiales dados por Dios para su auto protección. Podrán defenderse de sus opositores por medio de fuego que saldrá de su boca y si alguien quiere causarles algún daño, morirá de la forma como quiso dañar a los dos testigos.

    También los dos testigos tendrán el poder para hacer tres tipos de señales sobrenaturales. Podrán hacer que no llueva, podrán convertir las aguas en sangre y podrán herir a la tierra con toda plaga cuántas veces quieran. Al final de su ministerio, que, como dijimos, durará tres años y medio, el Anticristo hará guerra contra estos dos testigos y los vencerá y los matará.

    Orgulloso de haberlos matado, expondrá sus cadáveres como trofeos de guerra en la plaza de Jerusalén. Este macabro espectáculo durará tres días y medio, tiempo suficiente para que a todo el mundo conste cuan poderoso es el Anticristo y cuán grandioso es para este perverso ser, haberse desecho de esos dos poderosos testigos de Dios. La humanidad de aquella época estará tan contenta por el acontecimiento que lo celebrará como si fuera Navidad.

    De la alegría por haber terminado con los dos testigos se agasajarán con regalos los unos a los otros. Por fin habrán acabado con esos molestos predicadores que anunciaban que Jesús es el Mesías, y no el Anticristo. Pero como dice el popular refrán, quien ríe al último ríe mejor. Después de tres días y medio, sucederá algo realmente maravilloso.

    Los cadáveres de los dos testigos, ya en avanzado estado de descomposición allí en la plaza de Jerusalén, de pronto, volverán a la vida. Recuperarán el aliento, se erguirán tan poderosos y saludables como eran antes y esto a la vista de todo el mundo. Será Dios quien envíe espíritu de vida para volver a la vida a estos dos testigos. Los testigos se levantarán sobre sus pies y caminarán como si nada hubiera acontecido. Esto traerá gran temor a los habitantes del mundo, pero aún así, no creerán en el mensaje de estos dos testigos.

    Como si lo que hasta este momento suceda fuera poco, acontecerá otro hecho maravilloso. Del cielo se oirá una orden: Subid acá. Y automáticamente los dos testigos resucitados serán ascendidos al cielo, ante la mirada estupefacta de sus enemigos. Aquí es cuando comenzará el horror del juicio de Dios sobre todos aquellos que rehusaron creer en Jesús como el Mesías y Salvador.

    Habrá un gran terremoto sobre Jerusalén que destruirá por completo a la décima parte de la ciudad. Las víctimas ascenderán a siete mil hombres. Los sobrevivientes quedarán aterrorizados y darán gloria a Dios del cielo, pero lamentablemente para ellos será demasiado tarde, porque no tomaron su decisión cuando era el tiempo oportuno. Ahora solos les queda sufrir la consecuencia de esa fatal decisión.

    Hasta aquí, lo que el libro de Apocalipsis capitulo 11 nos dice sobre los dos testigos. Esto es lo que a Ud. le interesaba saber. Podríamos dejarlo allí y no habría ningún problema con ello, pero es inevitable satisfacer la curiosidad acerca de la identidad de estos dos testigos.

    En honor a la verdad, debemos indicar que esto no es un asunto importante y por eso la Biblia no revela la identidad de estos testigos. Créame que si fuera algo importante, la Biblia nos hubiera proporcionado los nombres de los dos testigos. Pero no lo ha hecho, porque no es importante desde el punto de vista de Dios.

    Lo que importa es la función que van a tener estos dos testigos durante la tribulación y de eso sí, la Biblia da amplia cuenta. Así que, con algo de reserva, vamos a entrar a transitar por el endeble camino de la especulación, por cuanto estamos conscientes que vamos a dilucidar algo en lo cual la Biblia no se ha pronunciado específicamente.

    Parecería, insisto, parecería, que esos dos testigos podrían ser Moisés y Elías por las siguientes razones:

    Primero, porque Moisés tuvo ya el poder para convertir el agua en sangre y traer sobre la tierra las diez plagas con las cuales Dios castigó a Egipto. Por su lado, Elías tuvo ya el poder para hacer que no llueva por tres años y medio durante el reinado de Acab. Los dos testigos harán las mismas señales durante su ministerio en la tierra.

    Segundo, porque la tradición judía espera que tanto Moisés como Elías regresen en el futuro. Si los dos testigos fueran Moisés y Elías sería el cumplimiento de este anhelo.

    Tercero, porque tanto Moisés como Elías aparecieron junto a Jesús en la transfiguración aseverando que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías de Israel. No sería extraño que sean los mismos quienes anuncien la salvación en Cristo Jesús durante la primera mitad de la tribulación.

    Cuarto, porque tanto Moisés como Elías usaron medios sobrenaturales para llamar al pueblo al arrepentimiento. Los dos testigos también utilizarán medios sobrenaturales para llamar a la gente al arrepentimiento.

    Existe una similitud en la forma de realizar el ministerio entre Moisés y Elías y los dos testigos. Por eso se piensa que los dos testigos podrían ser Moisés y Elías. Si Ud. está de acuerdo con esta suposición, en buena hora, entonces los dos coincidimos. Si Ud. no está de acuerdo con esta suposición, en buena hora también, conmigo al menos no hay problema. No vamos a discutir por algo que se asienta en el endeble terreno de la especulación, así que espero seguir contando con su amistad. No hay para qué hacer debate sobre un asunto tan secundario como este.

    ¿Estamos ya en los tiempos finales?

    Bueno, si a lo que Ud. se refiere con tiempos finales, son los instantes previos al arrebatamiento de la iglesia de Cristo, entonces, efectivamente, ya estamos en los tiempos finales.

    La razón para esto es porque ya hemos visto o estamos viendo al menos los siguientes episodios:

    Primero, el establecimiento de Israel como nación. Es necesario que Israel exista como una nación soberana, con un territorio soberano, antes del arrebatamiento de la iglesia de Cristo. Por siglos, Israel dejó de existir como nación soberana con territorio soberano, pero a partir de 1948, Israel existe como país y con un territorio de su exclusiva propiedad.

    Segundo, la tendencia de las naciones del mundo a unirse en bloques. En el mundo debe existir una alianza entre diez naciones o bloques, sobre los cuales gobernará el Anticristo. Hoy en día, ya existe en casi todo continente un bloque representativo de naciones.

    En Europa por ejemplo está el Mercado Común Europeo, bajo cuya estructura, prácticamente se han borrado las fronteras entre naciones europeas, los europeos tienen un pasaporte común, dentro de poco, Europa va a tiene una moneda común que es el Euro, etc. Este ejemplo es imitado por otras alianzas en otras partes del mundo.

    En América Latina tenemos el pacto Andino, el Mercosur, etc.

    Tercero, el aumento inusitado de la impiedad en el mundo. Nunca antes el mundo ha estado tan saturado de pecado como hoy en día. Alguien ha dicho que el mundo es como un cuerpo enfermo. Donde se aplasta, sale pus. Este estado moral y espiritual del mundo es claro indicio de la inminente venida de Cristo Jesús para arrebatar a su iglesia.

    Cuarto. La apostasía generalizada en el mundo. Hoy en día existe una pertinaz oposición a Dios y a su Hijo en la mayor parte del mundo. Es presagio de la pronta venida de Cristo para arrebatar a su pueblo. Existen otras razones, pero estas son las más significativas.

  • ¿A quién están dirigidas las palabras de Apocalipsis 16:15?

    ¿Si la iglesia fue arrebatada en el capítulo 4 de Apocalipsis, entonces a quién están dirigidas las palabras de Apocalipsis 16:15?

    Efectivamente, la iglesia fue arrebatada en Apocalipsis 4, cuando Juan oyó la voz del cielo diciendo: Sube acá. A partir de aquí, no aparece en absoluto la iglesia en la tierra. Recuerde que cuando hablamos de iglesia, estamos refiriéndonos a todos aquellos que han recibido a Cristo como Salvador, estén muertos o estén vivos, desde el momento que nació la iglesia según el relato en Hechos 2 hasta que la iglesia sea arrebatada según el relato en 1 Tesalonicenses 4:13-18. Entonces ¿a quiénes están dirigidas las palabras de Apocalipsis 16:15? Bueno, leamos lo que dice este texto:

    «He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.»

    Estas palabras están dirigidas a creyentes, pero que no forman parte de la iglesia, porque como ya hemos dicho, la iglesia no estará en la tierra cuando esto acontezca. Estos creyentes son los santos de la tribulación. Es decir aquellos que han recibido a Cristo durante la tribulación y que estén vivos.

    Se trata de una exhortación a una vida de constante expectación de la segunda venida de Cristo. Cristo estará por venir, pero nadie sabe exactamente el día y la hora. Vendrá el momento menos pensado, así como el ladrón que saquea una casa. Felices o dichosos son aquellos que estén alerta el momento que Cristo venga por segunda vez a la tierra, son comparados con personas vestidas.

    En cambio los que estén distraídos el momento que Cristo venga por segunda vez a la tierra son comparados con personas desnudas.

  • Apocalipsis 20:12 y 15

    «Quisiera que me explique lo que el Señor dice en Apocalipsis 3:5. Yo entiendo que, cuando una persona recibe a Cristo como su Salvador, su nombre es inscrito en el libro de la vida, como dice pablo en Filipenses 4:3 o Lucas 10:20. ¿Es posible que Dios borre del libro de la vida el nombre de un creyente verdadero? ¿Cómo se relaciona esto con Apocalipsis 20:12 y 15?». 

    Apocalipsis 3:5 dice: «El que venciere será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi padre, y delante de sus ángeles.» 

    Este texto es parte del mensaje de Cristo a la iglesia de Sardis. Sardis significa: Los que escapan. Sardis era una iglesia compuesta mayormente de personas que decían ser creyentes, pero su estilo de vida no estaba confirmando que habían nacido de nuevo. Usted sabe que la fe genuina de una persona genuinamente salva se manifiesta en buenas obras. Se manifiesta en un odio al pecado y en un amor por la santidad.

    A la iglesia de Sardis le faltaba esa chispa de espiritualidad que es característica de los verdaderos creyentes. El Señor por tanto les está llamando a ser vigilantes y a afirmar las otras cosas que estaban por morir. Les exhorta a arrepentirse, porque si no, vendrá sobre ellos inesperadamente trayendo su juicio por el pecado.

    Pero en medio de este cuadro desgarrador, había un pequeño grupo, un remanente, los que escapan, quienes no habían perdido su buen testimonio a pesar de vivir en medio de la inmundicia de los que decían que son pero en realidad no eran creyentes. Estos creyentes no habían manchado sus vestiduras con mundanalidad y anduvieron con el Señor en vestiduras blancas, porque son dignas.

    Es a estos a quienes el Nuevo Testamento se refiere como los vencedores, cuyas obras de justicia indicaba que eran verdaderos creyentes. También es a estos genuinos creyentes a quienes el Señor les promete no borrar sus nombres del libro de la vida.

    Pero ¿Qué es el libro de la vida? Bueno, el libro de la vida es el libro donde han sido registrados por Dios los nombres de todos aquellos que han sido escogidos por él para salvación y quienes por tanto tienen vida eterna. Los vencedores de la iglesia de Sardis estaban registrados en este libro. Es a estas personas a quien Dios les promete entonces que sus nombres no serán borrados del libro de la vida.

    Esta es una manera de decir que estas personas, creyentes genuinos, nunca perderán su salvación. Esta declaración se presta a mucha mala interpretación cuando se dice: Ah, si Dios está prometiendo no borrar los nombres de los creyentes del libro de la vida, entonces debe existir la posibilidad de que por alguna razón Dios se vea obligado a borrar los nombres de algunos creyentes genuinos del libro de la vida.

    Pero esto, es producto de la imaginación humana. Es leer entre líneas, es poner palabras en la boca de Dios cuando él no las ha dicho. Dios simplemente dice: Los verdaderos creyentes tienen sus nombres escritos en el libro de la vida y yo no los voy a borrar nunca. Es una contundente declaración de la seguridad de la salvación. Si no me cree, considere lo que dice Filipenses 4:3.

    «Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.» 

    Pablo está hablando de creyentes genuinos. Dice que los nombres de estos creyentes genuinos están en el libro de la vida. Note la conjugación del verbo estar. Está en tiempo presente, modo indicativo y voz activa. Esto significa que constantemente, por la eternidad estos nombres están en el libro de la vida. No dice sus nombres estarán en el libro de la vida siempre y cuando no pequen jamás. Tampoco dice sus nombres estarán en el libro de la vida siempre y cuando perseveren hasta el final. Nada de esto, amigo oyente. El texto dice claramente que los nombres de los verdaderos creyentes están por la eternidad en el libro de la vida.

    Pero su consulta también tiene que ver con la relación que existe entre esto que estamos viendo y lo que dice Apocalipsis 20:12 y 15.

    Apocalipsis 20:12 y 15 dice: «Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios y los libros fueron abiertos, otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.» 

    Este pasaje bíblico corresponde a lo que se llama el juicio del gran trono blanco en el cual todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad serán juzgados para determinar el grado de castigo en el infierno o el lago de fuego.

    En este pasaje bíblico se nos habla por un lado de los libros y por otro lado del libro de la vida. Ya hemos dicho que el libro de la vida es aquel en el cual están inscritos los nombres de todos los genuinos creyentes.

    Pero ¿Qué son esos otros libros? pues son los libros donde Dios ha registrado todos y cada uno de los pecados que han cometido los incrédulos y por los cuales están siendo declarados culpables del castigo eterno en la magnitud que sus malas obras determinen. Ninguno de los que comparezcan al juicio del gran trono blanco tendrá sus nombres inscritos en el libro de la vida.

    El hecho de que sus nombres no estén inscritos, los condena al castigo eterno, pero el grado de condenación depende de las malas obras que hicieron mientras estaban vivos en este mundo, las cuales están registradas en los libros. Que quede claro entonces que el libro de la vida es aquel en el cual constan los nombres de todos los verdaderos creyentes. Pero Dios tiene otros libros, en los cuales constan todas las obras malas que los incrédulos han realizado mientras vivían en este mundo.

    ¿Y qué pasa con las obras malas realizadas por los creyentes verdaderos, bien sean antes de llegar a ser creyentes y aún siendo ya creyentes?.

    Buena pregunta. Para responderla quisiera que leas Colosenses 2:13-14.

    «Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircunsición de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,» 

    Lo que dice este texto es que en el caso de los genuinos creyentes, la deuda de todo su pecado ha sido pagada por Cristo en la cruz. Por tanto, el documento o el acta de los decretos que había contra nosotros han sido anulados. Ya no existe. Esta es la bendición de los que hemos confiado en Cristo como Salvador.

    ¿Tiene su nombre inscrito en el libro de la vida? Usted puede saberlo. ¿Ha recibido a Cristo como su Salvador personal? Si lo ha hecho de corazón, sinceramente, entonces su nombre está inscrito en el libro de la vida y nunca más será borrado. Pero si jamás ha recibido a Cristo como su Salvador, su nombre no está inscrito en el libro de la vida y lo único que le espera es la condenación eterna. No espere más, reciba a Cristo como su Salvador y disfrutará de la bendición de ver que su nombre está inscrito en el libro de la vida.

  • Mateo 2:1

    ¿Por qué Dios utilizó a los magos de oriente para buscar al niño que sería el Salvador del mundo?

    Dios está opuesto a la astrología, lo cual tiene que ver con adivinar los sucesos por la situación y aspecto de los planetas. Una de las muchas razones por las cuales Dios castigó con severidad a su pueblo fue justamente porque se entregaron a la astrología.

    Isaías 47:13 dice: «Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.»

    Los astrólogos, supuestamente guiados por los astros, vaticinaron que todo estaba bien con Israel, pero Dios había decidido traer el mal sobre el pueblo a causa de su pecado. Por eso los astrólogos tendrán que comparecer para aclarar sus mentirosas adivinaciones. Como resultado, los astrólogos y los que confían en ellos serán como tamo, serán consumidos por el fuego, no salvarán sus vidas del poder de la llama.

    Es cosa seria, meterse en la astrología. Ahora recuerde que el culpable no es solamente el astrólogo que monta su negocio de adivinación por medio de la astrología, sino el crédulo que recurre a él para que le adivine el futuro.

    Además, la astrología tiene como su principal aliado al aparentemente inocente y tan popular horóscopo. Pero todo horóscopo es parte de la astrología que es algo propio del ocultismo y por tanto condenado por Dios. Pero su consulta tiene que ver con la aparente conexión entre la astrología y el nacimiento de Cristo, a partir del hecho que los magos de oriente que visitaron a Jesús en Belén, eran supuestamente astrólogos. Qué tal si damos lectura al relato bíblico que se encuentra en Mateo 2:1.

    Mateo 2:1 dice: «Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.»

    Note que el texto simplemente hace referencia a unos magos que vinieron de Oriente. No se especifica cuántos eran ni de qué parte de oriente venían. Es decir, que a partir de este texto, es aventurado afirmar que estos magos eran astrólogos que se dedicaban a adivinar el futuro por medio de la observación de los astros.

    Sabiendo que Dios aborrece la astrología, es dudable que estos magos fueran astrólogos. Más adelante, el relato bíblico afirma que los magos, hablando de Jesús, dijeron: «su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.»

    Quizá esta declaración es la que ha llevado a la conclusión que los magos eran astrólogos, pero no tiene que ser necesariamente así. Permítame proponer una explicación que no presenta problemas con la astrología. Los magos de quienes habla el relato Bíblico, fueron en realidad hombres sabios que gozaban de mucho respeto en su época. Su conocimiento profundo de las cosas incluía los escritos bíblicos y en especial las profecías. Estos magos por ejemplo sabían cosas como lo que tenemos en Números 24:17.

    Números 24: 17 dice: «Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá Estrella de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.»

    Los magos sabían que una Estrella saldría de Jacob. Lo único que tenían que hacer, sin despreciar lo hecho, fue observar el cielo para buscar esta estrella y cuando apareció la estrella sabían que había nacido el rey de los descendientes de Jacob. El resto era indagar el lugar donde había nacido el rey de los judíos. Es decir, que la astrología no tuvo en absoluto ninguna vinculación con la visita de los magos al recién nacido Jesús.

  • Mateo 12:26-27

    Según Marcos 12:26 Jesús dijo que Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, pero en el versículo 27 del mismo capítulo Jesús dijo que Dios no es Dios de muertos sino de vivos. ¿Cómo puede ser esto, si Abraham, Isaac y Jacob estaban muertos cuando Jesús pronunció estas palabras?.

    Demos lectura al texto que se encuentra en Marcos 12:26-27, pero para incluir el contexto, vamos a leer desde el versículo 24, donde dice:

    «Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.»

    Estas palabras de Jesús fueron dirigidas a un grupo de saduceos, quienes no creían en la resurrección corporal. Por medio de una historia hipotética inventada por ellos mismos, los saduceos pretendían poner en entredicho a Jesús acerca de la bendita esperanza de la resurrección.

    La respuesta de Jesús comenzó por una reprensión frontal a los saduceos. Les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? De entrada, Jesús está afirmando que los saduceos estaban equivocados en cuanto a rechazar la realidad de la resurrección y esa equivocación partía de su ignorancia de dos cosas importantes: El testimonio del Antiguo Testamento o las Escrituras y el poder absoluto de Dios.

    Luego de la reprensión a los saduceos, Jesús pasó a la ratificación de la doctrina de la resurrección. Lo hizo mediante una reflexión acerca de un hecho que debe haber sido ampliamente conocido por los saduceos, pero que los saduceos no lo comprendieron totalmente. Cuando Dios apareció a Moisés en la zarza en el desierto le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Para cuando Dios pronunció estas palabras, Abraham, Isaac y Jacob, estaban muertos, bueno, muertos desde el punto de vista del hombre, pero desde el punto de vista de Dios era otra cosa.

    Estos patriarcas estaban vivos, en algún lugar diferente del mundo, pero vivos sin lugar a dudas. Por cuanto, como dijo Jesús, Dios no es Dios de muertos sino Dios de vivos. Dando a entender con esto que la muerte de los patriarcas no terminó con la existencia de ellos.

    Muy bien, si estaban vivos en algún lado diferente del mundo, para Dios no era ningún problema hacer uso de su poder para darles un cuerpo material nuevo el momento que sea pertinente. Esto es en esencia lo que pasa en la resurrección. Cuando una persona muere físicamente, no deja de existir, no se extingue como pensaban los saduceos. Sigue viva en una esfera diferente a la material y algún día, recibirá de Dios un cuerpo material nuevo. De modo que Dios no se equivocó cuando dijo que Él es el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, a pesar que desde el punto de vista humano tanto Abraham como Isaac y Jacob habían muerto. Lo que pasa es que desde el punto de vista de Dios, tanto Abraham como Isaac y Jacob estaban vivos, esperando la resurrección. Recuerde que Dios es Dios de vivos mas no Dios de muertos.