Autor: cris

  • Apocalipsis 2:6 y 15

    En Apocalipsis 2:6 y 15 se habla de la doctrina de los nicolaítas. ¿Existe esta doctrina en estos tiempos?.

    Leamos el texto que se encuentra en Apocalipsis 2:6 donde dice: «pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.»

    El contexto de lo que leemos en este versículo tiene que ver con el mensaje de Jesucristo a la iglesia en Efeso. Esta era una iglesia con muchas cosas positivas, pero con una cosa negativa, haber dejado su primer amor.

    Entre las muchas cosas positivas que tenía esta iglesia era el rechazo total a lo que el apóstol Juan ha llamado: Las obras de los nicolaítas. Antes de intentar una explicación sobre lo que son las obras de los nicolaítas, es necesario reconocer que era algo que Jesucristo también lo rechazaba.

    Dice el texto que lo aborrecía. Podemos por tanto decir con total seguridad que era algo negativo para la iglesia, algo contrario a la voluntad de Dios y algo que debía rechazarse con firmeza.

    ¿Pero qué son las obras de los nicolaítas? En honor a la verdad, no se sabe mucho sobre ello porque la Biblia no provee mayor información en cuanto a eso. Yo me limitaré a citar lo que dice sobre esto John MacArthur en su comentario sobre la obra de los nicolaítas.

    Dice él lo siguiente: «Esta herejía era similar a la herejía de Balaam.» El nombre Nicolás significa «el que conquista al pueblo». Ireneo, quien fue uno de los llamados padres de la iglesia, escribió que Nicolás, uno de los diáconos que aparece en Hechos capítulo 6, fue un falso creyente quien posteriormente llegó a ser un apóstata. Debido al respeto que se había ganado en el pasado, se infiltró sin problema en muchas iglesias para arrastrarlas en su error. Como Balaam, Nicolás llevó a la iglesia a la inmoralidad y a la maldad. Los nicolaítas, seguidores de Nicolás, se entregaron a la inmoralidad y asolaron a la iglesia con tentaciones sensuales. Clemente de Alejandría dice que los nicolaítas se abandonaron totalmente a los placeres como animales salvajes, llevando una vida de total auto indulgencia. Su enseñanza pervirtió la gracia y transformó la libertad en libertinaje». Hasta aquí la cita de John MacArthur sobre las obras de los nicolaítas.

    Ahora leamos Apocalipsis 2:15 donde dice: «Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.»

    Este texto es parte del mensaje de Jesucristo a la iglesia de pérgamo. Jesucristo reprendió a esta iglesia por soportar en su seno a algunos que no solo hacían las obras de los nicolaítas sino que la habían transformado en doctrina. Note que las obras de los nicolaítas en la iglesia de Efeso es ahora la doctrina de los nicolaítas en la iglesia de pérgamo. Vemos un progreso en maldad. La doctrina de los nicolaítas tenía que ver con que no hay problema que un creyente ande en inmoralidad, como fornicación, adulterio, homosexualismo, prostitución, robo, mentira, engaño, peleas, etc.

    Los maestros nicolaítas probablemente enseñaban que como ya somos salvos no importa vivir en el pecado, porque ya hemos sido perdonados de todos los pecados. Transformaron la libertad que tenemos en Cristo en licencia para pecar. También probablemente enseñaban que no importa si un creyente peca de cualquier manera, porque después puede confesar su pecado y Dios se ha comprometido a perdonar sin problema.

    Hoy en día existen muchos maestros entre comillas que sin usar el nombre de nicolaítas, enseñan la doctrina de los nicolaítas, cuando son tolerantes con el pecado en ellos mismos o en los demás. Son lobos vestidos de ovejas que desprecian la santidad de Dios e inducen a los demás a una vida licenciosa. Todo maestro que no exhorte a los creyentes a vivir en santidad y que él mismo no viva en santidad es muy semejante a los maestros nicolaítas de antaño.

  • Efectos 2:20

    1ª Corintios 3:11 dice que nadie puede poner otro fundamento de la iglesia que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Pero Efesios 2:20 dice que la iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.

    La iglesia de Cristo, tiene un solo fundamento. Ese fundamento es Jesucristo. Observe lo que dice 1ª Corintios 3:11,

    «porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.»

    No es posible poner otro fundamento o hablar de otro fundamento de la iglesia que no sea Jesucristo. El fundamento es lo que sostiene en pie al edificio llamado iglesia de Cristo. Lo mismo es enfatizado en Efesios 2:20 donde dice:

    «edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.»

    Este texto no está diciendo que el fundamento de la iglesia son los apóstoles y profetas. Ya se dijo que no es posible poner otro fundamento de la iglesia que no sea Jesucristo. Este texto inclusive dice que la principal piedra del ángulo es Jesucristo mismo. La principal piedra del ángulo es lo que da sentido y dirección al fundamento. Lo que dice el texto es que los apóstoles y profetas, por medio de su enseñanza, mostraron que el único fundamento de la iglesia es Jesucristo.

  • 1ª Corintios 3:11

    1ª Corintios 3:11 dice que nadie puede poner otro fundamento de la iglesia que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Pero Efesios 2:20 dice que la iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.

    La iglesia de Cristo, tiene un solo fundamento. Ese fundamento es Jesucristo. Observe lo que dice 1ª Corintios 3:11,

    «porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.»

    No es posible poner otro fundamento o hablar de otro fundamento de la iglesia que no sea Jesucristo. El fundamento es lo que sostiene en pie al edificio llamado iglesia de Cristo. Lo mismo es enfatizado en Efesios 2:20 donde dice:

    «edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.»

    Este texto no está diciendo que el fundamento de la iglesia son los apóstoles y profetas. Ya se dijo que no es posible poner otro fundamento de la iglesia que no sea Jesucristo. Este texto inclusive dice que la principal piedra del ángulo es Jesucristo mismo. La principal piedra del ángulo es lo que da sentido y dirección al fundamento. Lo que dice el texto es que los apóstoles y profetas, por medio de su enseñanza, mostraron que el único fundamento de la iglesia es Jesucristo.

  • Lucas 6:37

    1ª Corintios 2:15 dice que el espiritual juzga todas las cosas. ¿No contradice esto a lo que Jesús dijo en Lucas 6:37 cuando afirmó que no debemos juzgar?.

    Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en 1 Corintios 2:15, pero para tomar el contexto vamos a leer desde el versículo 14. Dice así:

    «pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y nos las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.»

    Este pasaje bíblico está contrastando a dos tipos de personas. El natural es la persona incrédula, la que jamás ha recibido a Cristo como Salvador. El espiritual es la persona creyente, la que algún día ha recibido a Cristo como Salvador.

    La persona natural está ciega a las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le falta el órgano de percepción de las cosas espirituales, el cual es el Espíritu Santo. Por eso es que cuando esta persona es confrontada con las cosas espirituales, estas cosas le parece una insensatez, como algo de locos. No lo puede entender. Lo que está pasando es que como no tiene el Espíritu Santo, no puede entender las cosas que son del Espíritu Santo.

    Las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente. A manera de ilustración, permítame hacerle pensar en una persona que jamás ha aprendido el idioma Chino. Dicen que este idioma es difícil de aprender. Si alguien viene a esta persona hablando en Chino, esta persona no va a entender nada. Lo que llega a su mente por medio de sus oídos le parecerá una locura. No comprenderá nada. ¿Por qué? porque le falta la mente o el conocimiento del idioma Chino. Diríamos entonces que el Chino se ha de discernir con una mentalidad China.

    Lo mismo ocurre en el campo espiritual. Las cosas espirituales se han de discernir con una mente espiritual. Esta mente espiritual es la presencia del Espíritu Santo en la persona que ha recibido a Cristo como Salvador. Suficiente de lo que tiene que ver con la persona natural. Pensemos ahora en la persona espiritual. Es la que tiene el Espíritu Santo porque algún momento recibió a Cristo como Salvador. La palabra de Dios declara entonces que esta persona juzga todas las cosas.

    El verbo que se ha traducido como juzgar, es el mismo verbo que en versículo 14 se tradujo como discernir. Es decir que no se está hablando de evaluar lo que otro ha hecho para saber si es bueno o malo, sino que se está hablando de discernir algo. El espiritual, por cuanto tiene el Espíritu Santo, está en capacidad de juzgar o discernir o examinar o investigar las cosas espirituales. Recuerde que las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente.

    Muy bien. Ahora vayamos al otro texto en consulta. Se encuentra en Lucas 6:37 donde dice:

    «No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.»

    Son tres mandatos que producen tres resultados.

    No juzgar para no ser juzgados. No condenar para no ser condenados y perdonar para ser perdonados.

    Examinemos el verbo juzgar. En este caso, en el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, es un verbo que significa primariamente separar, seleccionar, elegir; y de aquí, determinar o juzgar o pronunciar juicio.

    Este verbo se usaba para indicar que alguien está realizando el trabajo de un Juez o para pasar por el proceso de un juicio, o para pronunciar sentencia o para condenar o para formarse una opinión. Lo que este texto está prohibiendo es que el creyente se erija como un Juez de las actitudes de los demás. El creyente no puede ver el corazón de los demás para saber lo que están pensando, pero el creyente está facultado para juzgar las acciones de los demás. Las acciones son cosas que se puede ver. Pero aun allí, es necesario ejercitar gran discernimiento y dirección del Espíritu Santo. Por eso Juan 7:24 dice

    «No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.»

    En resumen, cuando la Biblia dice que el espiritual juzga todas las cosas, se está refiriendo a que el creyente está capacitado para examinar o discernir las cosas espirituales. En cambio cuando en Lucas 6:37 dice: No juzguéis, se está refiriendo a erigirse como Juez para evaluar las actitudes de los demás.

  • 1ª Corintios 2:15

    1ª Corintios 2:15 dice que el espiritual juzga todas las cosas. ¿No contradice esto a lo que Jesús dijo en Lucas 6:37 cuando afirmó que no debemos juzgar?.

    Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en 1 Corintios 2:15, pero para tomar el contexto vamos a leer desde el versículo 14. Dice así:

    «pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y nos las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.»

    Este pasaje bíblico está contrastando a dos tipos de personas. El natural es la persona incrédula, la que jamás ha recibido a Cristo como Salvador. El espiritual es la persona creyente, la que algún día ha recibido a Cristo como Salvador.

    La persona natural está ciega a las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le falta el órgano de percepción de las cosas espirituales, el cual es el Espíritu Santo. Por eso es que cuando esta persona es confrontada con las cosas espirituales, estas cosas le parece una insensatez, como algo de locos. No lo puede entender. Lo que está pasando es que como no tiene el Espíritu Santo, no puede entender las cosas que son del Espíritu Santo.

    Las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente. A manera de ilustración, permítame hacerle pensar en una persona que jamás ha aprendido el idioma Chino. Dicen que este idioma es difícil de aprender. Si alguien viene a esta persona hablando en Chino, esta persona no va a entender nada. Lo que llega a su mente por medio de sus oídos le parecerá una locura. No comprenderá nada. ¿Por qué? porque le falta la mente o el conocimiento del idioma Chino. Diríamos entonces que el Chino se ha de discernir con una mentalidad China.

    Lo mismo ocurre en el campo espiritual. Las cosas espirituales se han de discernir con una mente espiritual. Esta mente espiritual es la presencia del Espíritu Santo en la persona que ha recibido a Cristo como Salvador. Suficiente de lo que tiene que ver con la persona natural. Pensemos ahora en la persona espiritual. Es la que tiene el Espíritu Santo porque algún momento recibió a Cristo como Salvador. La palabra de Dios declara entonces que esta persona juzga todas las cosas.

    El verbo que se ha traducido como juzgar, es el mismo verbo que en versículo 14 se tradujo como discernir. Es decir que no se está hablando de evaluar lo que otro ha hecho para saber si es bueno o malo, sino que se está hablando de discernir algo. El espiritual, por cuanto tiene el Espíritu Santo, está en capacidad de juzgar o discernir o examinar o investigar las cosas espirituales. Recuerde que las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente.

    Muy bien. Ahora vayamos al otro texto en consulta. Se encuentra en Lucas 6:37 donde dice:

    «No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.»

    Son tres mandatos que producen tres resultados.

    No juzgar para no ser juzgados. No condenar para no ser condenados y perdonar para ser perdonados.

    Examinemos el verbo juzgar. En este caso, en el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, es un verbo que significa primariamente separar, seleccionar, elegir; y de aquí, determinar o juzgar o pronunciar juicio.

    Este verbo se usaba para indicar que alguien está realizando el trabajo de un Juez o para pasar por el proceso de un juicio, o para pronunciar sentencia o para condenar o para formarse una opinión. Lo que este texto está prohibiendo es que el creyente se erija como un Juez de las actitudes de los demás. El creyente no puede ver el corazón de los demás para saber lo que están pensando, pero el creyente está facultado para juzgar las acciones de los demás. Las acciones son cosas que se puede ver. Pero aun allí, es necesario ejercitar gran discernimiento y dirección del Espíritu Santo. Por eso Juan 7:24 dice

    «No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.»

    En resumen, cuando la Biblia dice que el espiritual juzga todas las cosas, se está refiriendo a que el creyente está capacitado para examinar o discernir las cosas espirituales. En cambio cuando en Lucas 6:37 dice: No juzguéis, se está refiriendo a erigirse como Juez para evaluar las actitudes de los demás.

  • Salmo 144:1

    Romanos 15:33, nos habla de un Dios de paz. Pero Éxodo 15:3 dice que Dios es un varón de guerra y como tal, está en capacidad de enseñar a los hombres a hacer la guerra, según Salmo 144:1. ¿Es Dios de paz o Dios de guerra?

    Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Eso es lo que se ve en la Biblia. Note lo que dice el texto de Éxodo 15:3,

    «Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre.»

    Este versículo es parte del cántico de Moisés cuando Jehová acabó con el ejército Egipcio al sepultarlos debajo de las aguas del Mar Rojo. Un Jehová guerrero también es evidente en textos como Isaías 42:13 donde dice: «Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.»

    Como se podrá notar, Jehová no es un anciano bonachón que sentado sobre su silla mecedora se hace de la vista gorda ante los ataques de sus enemigos. No señor, Jehová es temible como guerrero, como un Dios de guerra. Sus enemigos tiemblan ante Él. Pero eso es solo una faceta de Dios, porque Jehová también es un Dios de paz. Leamos el texto citado arriba, se encuentra en Romanos 15:33 donde dice: «Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.»

    Aquí tenemos a Dios, no como un Dios de guerra, aunque él sigue siéndolo, sino como un Dios de paz. Note lo que dice otro texto, Filipenses 4:9, «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.»

    Nuevamente estamos aquí ante un Dios de paz. Insisto en el hecho que no es que Dios ha cambiado. Antes era un Dios de guerra y ahora es un Dios de paz. No hay tal. Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Interesante es notar que en el Antiguo Testamento no se encuentra la frase Dios de paz. Fue necesario que Cristo Jesús muera en la cruz del Calvario para que Dios pueda manifestarse con amplitud como un Dios de paz.

    Quisiera que note también al Dios de paz y al Dios de guerra en un solo texto. Se encuentra en Romanos 16:20 donde dice: «Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.»

    Como Dios de paz, Él está listo para actuar a favor de los que son suyos. Como Dios de guerra, Él está listo para aplastar al enemigo número uno, Satanás, debajo de los pies de los creyentes.

    Termino señalando que los creyentes tenemos en Dios a un Dios de paz, pero los incrédulos, tienen en Dios a un Dios de guerra. Si Usted quiere conocer a Dios como Dios de paz y no desea conocer a Dios como un Dios de guerra, es mejor que lo antes posible reciba a Cristo como su Salvador.

  • Exodo 15:3

    Romanos 15:33, nos habla de un Dios de paz. Pero Éxodo 15:3 dice que Dios es un varón de guerra y como tal, está en capacidad de enseñar a los hombres a hacer la guerra, según Salmo 144:1. ¿Es Dios de paz o Dios de guerra?

    Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Eso es lo que se ve en la Biblia. Note lo que dice el texto de Éxodo 15:3,

    «Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre.»

    Este versículo es parte del cántico de Moisés cuando Jehová acabó con el ejército Egipcio al sepultarlos debajo de las aguas del Mar Rojo. Un Jehová guerrero también es evidente en textos como Isaías 42:13 donde dice: «Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.»

    Como se podrá notar, Jehová no es un anciano bonachón que sentado sobre su silla mecedora se hace de la vista gorda ante los ataques de sus enemigos. No señor, Jehová es temible como guerrero, como un Dios de guerra. Sus enemigos tiemblan ante Él. Pero eso es solo una faceta de Dios, porque Jehová también es un Dios de paz. Leamos el texto citado arriba, se encuentra en Romanos 15:33 donde dice: «Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.»

    Aquí tenemos a Dios, no como un Dios de guerra, aunque él sigue siéndolo, sino como un Dios de paz. Note lo que dice otro texto, Filipenses 4:9, «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.»

    Nuevamente estamos aquí ante un Dios de paz. Insisto en el hecho que no es que Dios ha cambiado. Antes era un Dios de guerra y ahora es un Dios de paz. No hay tal. Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Interesante es notar que en el Antiguo Testamento no se encuentra la frase Dios de paz. Fue necesario que Cristo Jesús muera en la cruz del Calvario para que Dios pueda manifestarse con amplitud como un Dios de paz.

    Quisiera que note también al Dios de paz y al Dios de guerra en un solo texto. Se encuentra en Romanos 16:20 donde dice: «Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.»

    Como Dios de paz, Él está listo para actuar a favor de los que son suyos. Como Dios de guerra, Él está listo para aplastar al enemigo número uno, Satanás, debajo de los pies de los creyentes.

    Termino señalando que los creyentes tenemos en Dios a un Dios de paz, pero los incrédulos, tienen en Dios a un Dios de guerra. Si Usted quiere conocer a Dios como Dios de paz y no desea conocer a Dios como un Dios de guerra, es mejor que lo antes posible reciba a Cristo como su Salvador.

  • Romanos 15:33

    Romanos 15:33, nos habla de un Dios de paz. Pero Éxodo 15:3 dice que Dios es un varón de guerra y como tal, está en capacidad de enseñar a los hombres a hacer la guerra, según Salmo 144:1. ¿Es Dios de paz o Dios de guerra?

    Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Eso es lo que se ve en la Biblia. Note lo que dice el texto de Éxodo 15:3,

    «Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre.»

    Este versículo es parte del cántico de Moisés cuando Jehová acabó con el ejército Egipcio al sepultarlos debajo de las aguas del Mar Rojo. Un Jehová guerrero también es evidente en textos como Isaías 42:13 donde dice: «Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.»

    Como se podrá notar, Jehová no es un anciano bonachón que sentado sobre su silla mecedora se hace de la vista gorda ante los ataques de sus enemigos. No señor, Jehová es temible como guerrero, como un Dios de guerra. Sus enemigos tiemblan ante Él. Pero eso es solo una faceta de Dios, porque Jehová también es un Dios de paz. Leamos el texto citado arriba, se encuentra en Romanos 15:33 donde dice: «Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.»

    Aquí tenemos a Dios, no como un Dios de guerra, aunque él sigue siéndolo, sino como un Dios de paz. Note lo que dice otro texto, Filipenses 4:9, «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.»

    Nuevamente estamos aquí ante un Dios de paz. Insisto en el hecho que no es que Dios ha cambiado. Antes era un Dios de guerra y ahora es un Dios de paz. No hay tal. Dios es tanto un Dios de guerra como un Dios de paz. Interesante es notar que en el Antiguo Testamento no se encuentra la frase Dios de paz. Fue necesario que Cristo Jesús muera en la cruz del Calvario para que Dios pueda manifestarse con amplitud como un Dios de paz.

    Quisiera que note también al Dios de paz y al Dios de guerra en un solo texto. Se encuentra en Romanos 16:20 donde dice: «Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.»

    Como Dios de paz, Él está listo para actuar a favor de los que son suyos. Como Dios de guerra, Él está listo para aplastar al enemigo número uno, Satanás, debajo de los pies de los creyentes.

    Termino señalando que los creyentes tenemos en Dios a un Dios de paz, pero los incrédulos, tienen en Dios a un Dios de guerra. Si Usted quiere conocer a Dios como Dios de paz y no desea conocer a Dios como un Dios de guerra, es mejor que lo antes posible reciba a Cristo como su Salvador.

  • Lucas 4:19

    ¿Cuál es el año favorable que habla Lucas 4:19?

    Qué tal si leemos este texto. Se encuentra en Lucas 4:19, pero para tomar el contexto leamos el versículo 18 inclusive.

    «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.»

    Al inicio de su Aprendiendo con la Biblia público en la tierra, luego de vencer la tentación del diablo, Jesús fue a Nazareth, la ciudad donde creció con su familia, y entrando en la sinagoga en un día de reposo, como era su costumbre, se levantó a leer las Escrituras. Se le dio el libro del profeta Isaías y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito aquel pasaje que citamos arriba. Una vez que hubo terminado de leer, enrolló el libro, lo dio al ministro y se sentó. Se hizo un profundo silencio. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos sobre él. Jesús simplemente comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

    Con estas palabras, Jesús estaba diciendo a la gente en la sinagoga que él era el Mesías de Israel, el Ungido, el Cristo tan amado y esperado por la nación. El año agradable del Señor, se refiere a nuestra presente era de la gracia, cuando todo aquel que quiera puede recibir todas las bendiciones que el Mesías de Israel puede dar. Se llama año agradable del Señor porque se lo compara con el Año de Jubileo de Levítico 25.

    Allí vemos que cada séptimo año era un año sabático o un año de reposo para la nación de Israel, un año cuando se dejaba que la tierra repose. También vemos allí que cada siete años sabáticos, es decir cada cincuenta años se celebraba el año de jubileo. El propósito principal de este año era buscar cierto equilibrio económico, evitando el latifundismo y la acumulación de la riqueza por unos pocos, al precio de muchos desposeídos. También era ocasión para intensificar la instrucción de la juventud en la ley de Dios y en el temor de su nombre.

    En este año, los esclavos eran liberados y podían retornar con sus familias, las propiedades que habían sido vendidas eran devueltas a sus dueños originales y todas las deudas quedaban canceladas. Tanto la tierra como la bestia y el hombre tenían su reposo. Jesús dijo que él había venido para traer eso, no en un sentido político o económico sino en un sentido físico y espiritual. Él traía las buenas nuevas de salvación a los pobres materialmente y espiritualmente hablando, a los quebrantados de corazón por las consecuencias del pecado, a los cautivos de Satanás y sus demonios, a los ciegos a las verdades espirituales y a los oprimidos por la carga de sus propios pecados. En esencia era como el año del Jubileo.

    Hoy todavía estamos en el año del Jubileo. Todavía es el año agradable del Señor. La salvación está disponible para todo aquel que desee. Pero viene muy pronto el tiempo cuando se terminará el año agradable del Señor y entonces, todos los que obstinadamente rechazaron a Cristo como Salvador entrarán a lo que la Biblia llama el día de venganza del Dios nuestro.

  • Mateo 8:12

    Romanos 11:26 dice que todo Israel será salvo, pero Mateo 8:12 dice que Israel será echado a las tinieblas de afuera donde será el lloro y el crujir de dientes. ¿Cómo se explica esto?.

    Leamos Romanos 11:25-27 donde dice:

    «porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.»

    La nación de Israel está pasando por este tiempo de endurecimiento. Por eso es que Israel como nación no acepta todavía que Jesús de Nazaret es en realidad el Cristo o el Mesías. Israel permanecerá en este estado de endurecimiento hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Esto se refiere hasta cuando se cumpla lo profetizado por Dios tanto en Daniel como en Apocalipsis.

    El cumplimiento ocurrirá al final de la tribulación. Para entonces, todo Israelita que esté vivo, creerá de corazón en Jesús como el Cristo, como el Mesías. Allí se cumplirá lo que pablo dijo en Romanos 11:26 cuando afirmó que todo Israel será salvo. Israel entrará a lo que se llama el reino milenial. Pero ahora consideremos la otra cita. Se encuentra en Mateo 8:12, pero para tomar el contexto vamos a leer desde el versículo 11 hasta el versículo 12:

    «Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.»

    La escena tuvo lugar en Capernaúm. Un centurión romano vino a Jesús para decirle que su criado estaba postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Jesús dijo a este centurión: Yo iré y le sanaré. Pero el centurión dijo a Jesús: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra y mi criado sanará. Jesús se maravilló de la fe de este romano y dijo a los que estaban con él: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

    Fue entonces cuando Jesús dijo que en reino de los cielos, los grandes patriarcas de Israel como Abraham, Isaac y Jacob, estarán sentados con gente de todo el mundo. De oriente y de occidente y tristemente, muchos judíos, los herederos natos del reino no tendrán parte en absoluto en este reino, a causa de su incredulidad en Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel.