¿Cuál es el año favorable que habla Lucas 4:19?
Qué tal si leemos este texto. Se encuentra en Lucas 4:19, pero para tomar el contexto leamos el versículo 18 inclusive.
«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.»
Al inicio de su Aprendiendo con la Biblia público en la tierra, luego de vencer la tentación del diablo, Jesús fue a Nazareth, la ciudad donde creció con su familia, y entrando en la sinagoga en un día de reposo, como era su costumbre, se levantó a leer las Escrituras. Se le dio el libro del profeta Isaías y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito aquel pasaje que citamos arriba. Una vez que hubo terminado de leer, enrolló el libro, lo dio al ministro y se sentó. Se hizo un profundo silencio. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos sobre él. Jesús simplemente comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Con estas palabras, Jesús estaba diciendo a la gente en la sinagoga que él era el Mesías de Israel, el Ungido, el Cristo tan amado y esperado por la nación. El año agradable del Señor, se refiere a nuestra presente era de la gracia, cuando todo aquel que quiera puede recibir todas las bendiciones que el Mesías de Israel puede dar. Se llama año agradable del Señor porque se lo compara con el Año de Jubileo de Levítico 25.
Allí vemos que cada séptimo año era un año sabático o un año de reposo para la nación de Israel, un año cuando se dejaba que la tierra repose. También vemos allí que cada siete años sabáticos, es decir cada cincuenta años se celebraba el año de jubileo. El propósito principal de este año era buscar cierto equilibrio económico, evitando el latifundismo y la acumulación de la riqueza por unos pocos, al precio de muchos desposeídos. También era ocasión para intensificar la instrucción de la juventud en la ley de Dios y en el temor de su nombre.
En este año, los esclavos eran liberados y podían retornar con sus familias, las propiedades que habían sido vendidas eran devueltas a sus dueños originales y todas las deudas quedaban canceladas. Tanto la tierra como la bestia y el hombre tenían su reposo. Jesús dijo que él había venido para traer eso, no en un sentido político o económico sino en un sentido físico y espiritual. Él traía las buenas nuevas de salvación a los pobres materialmente y espiritualmente hablando, a los quebrantados de corazón por las consecuencias del pecado, a los cautivos de Satanás y sus demonios, a los ciegos a las verdades espirituales y a los oprimidos por la carga de sus propios pecados. En esencia era como el año del Jubileo.
Hoy todavía estamos en el año del Jubileo. Todavía es el año agradable del Señor. La salvación está disponible para todo aquel que desee. Pero viene muy pronto el tiempo cuando se terminará el año agradable del Señor y entonces, todos los que obstinadamente rechazaron a Cristo como Salvador entrarán a lo que la Biblia llama el día de venganza del Dios nuestro.