¿Cree Usted que todos los supuestos milagros relatados en la Biblia acontecieron realmente? ¿No habrán sido solamente trucos mágicos que engañaron a esas sencillas personas de la antigüedad?
Gracias por su consulta. Normalmente no respondo preguntas con otras preguntas, pero en esta ocasión me parece necesario hacerlo. Esta es mi pregunta. ¿Cree Usted en un Dios personal, omnipotente, omnisciente y omnipresente? Si su respuesta es negativa, entonces Usted tiene razón para no creer en los milagros. Pero si su respuesta es afirmativa, entonces Usted no tiene razón para no creer en los milagros. La omnipotencia de Dios justamente significa que Él puede hacer todo aquello que esté de acuerdo con su carácter puro santo y perfecto y los milagros ciertamente caen dentro de esta categoría. Un milagro tiene que ver básicamente la intervención sobrenatural de Dios en algún evento de la humanidad. Por otro lado, a menudo se argumenta que la gente que vivía en los tiempos bíblicos era gente ignorante, ingenua y en extremo supersticiosa y por tanto era sencillo engañarla con alguna triquiñuela. Pero el registro bíblico contradice esta manera de pensar. Obviamente la gente de los tiempos bíblicos no tenía la tecnología que tenemos en la actualidad, pero eso no significa que hubieran sido ignorantes, ingenuos y supersticiosos. Considere por ejemplo el milagro del ciego de nacimiento quien recibió la vista después que Jesús escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo sus ojos. La gente que estaba mirando este milagro no era ignorante, ingenua y supersticiosa. Todo lo contrario. Mire como razonaban según Juan 9:32 donde dice: “Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego” Es el mismo razonamiento que hacen los médicos hoy en día. Pero este ciego de nacimiento ahora tenía una visión de 20 sobre 20. Fue un milagro de Dios. ¿Cómo se puede pensar que la gente fue engañada? Algo similar podemos pensar del caso de Tomás. Cuando le hablaron de que Jesús estaba vivo después de haber muerto en la cruz, a lo mejor se encogió de hombros y dijo: No sé… si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré. Tomás no fue un ignorante, ingenuo y supersticioso. Aquí lo tenemos demandando pruebas del milagro de la resurrección de Jesucristo. Esto fue impropio en él, porque Jesús había anunciado que resucitaría y también las profecías del Antiguo Testamento hablan de ello. Pero la actitud de Tomás muestra que la gente del primer siglo no era sencilla, impresionable, o fácil de ser engañada. Los milagros fueron considerados como tales luego de una evaluación cuidadosa de que en verdad ocurrieron. Por esto yo estoy totalmente convencido que los milagros relatados en la Biblia realmente ocurrieron. Mi concepto de un Dios personal y todo poderoso me lleva a esa conclusión.