Mi esposo todavía no es creyente. Últimamente hemos tenido algunos problemas con la disciplina de nuestros hijos. Cuando él no está en casa, yo me encargo de disciplinar a los hijos, inclusive utilizando la vara cuando eso es necesario. Pero cuando él está en casa, yo desearía que él tome a cargo la responsabilidad de disciplinar a nuestros hijos, pero no lo hace y esto me frustra. ¿Estaría bien que yo discipline a nuestros hijos aún cuanto mi esposo esté en la casa?
El mandato a criar a los hijos en disciplina y amonestación del Señor es tanto del padre como de la madre. Esto se desprende de textos como Efesios 6:4 donde dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Para cumplir con este mandato es necesario que tanto padre como madre conozcan personalmente a Cristo, porque un incrédulo, de ninguna manera podrá criar hijos en disciplina y amonestación del Señor. Aquí es justamente donde radica el problema en su hogar amiga oyente. Su esposo todavía no conoce personalmente a Cristo y por eso no está en capacidad de criar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor. Siendo ese el caso, lo primero que me gustaría recomendarle es que ore mucho al Señor por la salvación de su esposo. Además de orar, cumpla a cabalidad con su función como esposa y como madre. Es decir, sométase a su esposo en todo aquello que no esté en conflicto con lo que la Biblia enseña. Ámelo apasionadamente. Agrádelo en todo aquello que no contradice algún principio bíblico. Esta conducta bien puede ser el inicio para que su esposo llegue a recibir a Cristo como su Salvador. No olvide que la Biblia enseña que la buena conducta de una esposa creyente sirve de mucho para que un esposo incrédulo llegue a ser creyente. 1 Pedro 3:1 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.” Cuando su esposo llegue a ser un fiel creyente entonces entenderá que él es la cabeza del hogar y que como tal, una de sus responsabilidades es criar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor. Mientras tanto, sería necesario que Usted que conoce al Señor supla de algún modo lo que su esposo no está en capacidad de hacer por ahora. Por tanto debe seguir siendo fiel en disciplinar a sus hijos según las normas establecidas en la palabra de Dios, mientras su esposo no esté en casa. Le sugiero además que hable con su esposo a solas para estimularle a ver la importancia de ser consistentes en la disciplina de los hijos, con la esperanza que su esposo tome la iniciativa de la disciplina cuando él está en la casa.