Un buen ministro de Jesucristo debe tener varias cualidades importantes de carácter

Es muy grato, saludarle amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la primera epístola de Pablo a Timoteo, en la serie: Claves para ser un buen ministro de Jesucristo. En esta ocasión, consideraremos que un buen ministro de Jesucristo debe tener varias cualidades importantes de carácter.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 1 Timoteo 3 a partir del versículo 1. Este pasaje bíblico describe las características de los líderes de una iglesia local. Lo primero que notaremos es el ánimo que Pablo comunica a los que desean ser líderes en una iglesia local. Voy a leer el texto en 1 Timoteo 3:1. La Biblia dice: Palabra fiel:  Si alguno anhela obispado,  buena obra desea.
Con la frase “Palabra fiel”, Pablo se dispone a enunciar un dicho solemne. Esta es la segunda vez que Pablo enuncia un dicho solemne en su primera carta a Timoteo. La primera vez lo hizo en 1 Timoteo 1:15. El dicho solemne de esta vez es: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. ¿Qué significa esto? Pues se trata de palabras de ánimo que Pablo comunica a todo creyente que en su corazón está deseando el obispado. El obispado es la acción o la obra  de un obispo. La palabra obispo es la traducción de la palabra griega epíscopos, la cual literalmente significa uno que desde una posición ventajosa mira el panorama completo. Digamos un sobreveedor. Obispo es uno de los tres posibles nombres para los líderes de una iglesia local. Los otros dos posibles nombres son, anciano y pastor. Obispo, anciano y pastor son términos sinónimos para designar a los líderes en una iglesia local. Esto es importante notar porque no son pocas las iglesias locales en las cuales sin razón bíblica hacen diferencia especialmente entre pastor y anciano. Permítame demostrarlo. Según Hechos 20:17, Pablo hizo llamar a los ancianos de la iglesia en Efeso, para reunirse con ellos en Mileto. Dice así este texto: Enviando,  pues,  desde Mileto a Efeso,  hizo llamar a los ancianos de la iglesia.
Observe que este versículo habla de los ancianos de la iglesia. Pues, los ancianos de la iglesia en Efeso fueron a Mileto y Pablo se reunió con ellos. Note lo que les dijo en esa reunión, entre otras cosas. Se encuentra en Hechos 20:28. La Biblia dice: Por tanto,  mirad por vosotros,  y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos,  para apacentar la iglesia del Señor,  la cual él ganó por su propia sangre.
Pablo dice a los ancianos de la iglesia en Efeso que el Espíritu Santo los ha puesto por obispos. Lo cual significa que anciano y obispo son términos sinónimos. Pero eso no es todo. Pablo también dijo que los ancianos u obispos han sido puestos por el Espíritu Santo para apacentar la iglesia del Señor. Apacentar es la acción de un pastor. De esto se desprende que pastor es sinónimo de anciano y obispo. De modo que, Pablo anima a los que tienen el anhelo de ser obispo, anciano o pastor, diciéndoles que desean una buena obra. Ser un obispo, pastor o anciano en una iglesia local es una buena obra. Buena nos habla del carácter de esta función. Obra nos habla del arduo trabajo que significa ser obispo, pastor o anciano en una iglesia local. Sin embargo, para ser obispo, pastor o anciano en una iglesia local, no es suficiente tener el anhelo de serlo, sino que también hace falta cumplir con ciertos requisitos de carácter. Esto nos lleva a la segunda parte de nuestro estudio en esta ocasión, las cualidades de carácter que deben tener los líderes en una iglesia local. Antes de examinar una a una estas cualidades de carácter, me gustaría hacer una reflexión. Cuando una iglesia local está en proceso de seleccionar a sus líderes, llámense pastores, obispos o ancianos, casi siempre se busca alguien de afuera de la iglesia local, lo cual contrasta con la práctica de las iglesias neo testamentarias en las cuales los líderes eran creyentes maduros de la misma congregación. Por otro lado, casi siempre se busca alguien que tenga mucho conocimiento bíblico, mucha capacidad para comunicar la verdad bíblica, mucho carisma para que sea aceptado para la congregación, cosas que son muy deseables, pero lamentablemente no se pone mucha atención a las cualidades de carácter. Desgraciadamente, a veces sucede que un creyente conozca mucho de la Biblia, sea un excelente comunicador, sea aceptado por la congregación, pero a la vez, que no tenga un buen testimonio por cuanto no cumple con las cualidades de carácter que Pablo lo pone como requisitos. Con esto en mente consideremos una a una las 16 cualidades de carácter que Pablo pone como requisito indispensable para los líderes en una iglesia local. La primera y más importante, por el hecho que es como una envoltura que encierra a todas las demás, es: Irreprensible. La primera frase de 1 Timoteo 3:2 dice: Pero es necesario que el obispo sea irreprensible. Note como Pablo da tanta importancia a esta y las demás cualidades de carácter en los pastores, ancianos u obispos. No es algo opcional, sino algo imprescindible, algo necesario. Irreprensible es la traducción del vocablo griego “anepílemptos” que literalmente significa que no puede ser tomado, que no hay de donde asirlo, en el sentido de alguien que no tiene de qué ser acusado, alguien que no puede ser expuesto a censura. Esto no es sinónimo de sin pecado. Irreprensible no es lo mismo que sin pecado. Nadie puede ser sin pecado aparte de Dios. Irreprensible es alguien que si comete alguna falta lo arregla con Dios primeramente y luego con aquellos que fueron afectados por esa falta. Irreprensible tiene que ver con la reputación de una persona. Los líderes en una iglesia local deben ser personas de buena reputación. ¿Desea ser pastor, anciano u obispo en la iglesia local donde se congrega? Pues tiene que procurar ser irreprensible, alguien que no tiene nada en su vida por lo cual ser reprochado, alguien que tiene una buena reputación. Ser irreprensible o tener una buena reputación implica varias cosas y por eso es que Pablo detalla todo lo que está incluido en esto de ser irreprensible. Interesante que lo primero que viene a la mente de Pablo es la calidad moral en el área sexual del potencial líder. Quien anhela obispado debe ser marido de una sola mujer. Este requisito no tiene nada que ver con el estado civil del potencial pastor, anciano u obispo. Pablo no está diciendo que para ser pastor, anciano u obispo es necesario ser casado. La frase: Marido de una sola mujer es la traducción de la frase miás gunaicós ándra, en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, la cual literalmente se traduciría como varón de una mujer. Esto habla de la pureza en el área sexual del potencial líder. Si es soltero, debe tener claro en su mente que el único marco bíblicamente apropiado para el uso del sexo entre un hombre y una mujer, es el matrimonio, y que mientras no haya matrimonio el hombre debe abstenerse de cualquier práctica sexual. Si es casado, debe ser absolutamente fiel a su esposa. Una de las áreas donde Satanás saca mucho provecho para causar daño a la obra del Señor es en el área de la pureza sexual de los líderes. Cuando un líder cae en el pecado de adulterio, afecta a Dios primeramente, luego a sí mismo, luego a su familia, y luego a la iglesia donde sirve. Satanás lo sabe y lo usa para atacar a la obra del Señor. Alguien ha dicho con mucho acierto que los líderes en una iglesia local tenemos una sola bala en nuestro revolver. El momento que la disparamos, nos quedamos sin municiones. Así es amable oyente. El líder que cae en pecado de adulterio o en general en cualquier pecado que implique el uso del sexo fuera del matrimonio, está descalificado para seguir siendo obispo, pastor o anciano en una iglesia local. El pecador ciertamente será perdonado por Dios siempre y cuando reconozca su pecado, lo confiese y se aparte, según lo que dice Proverbios 28:3, podrá ser perdonado por su esposa, por su familia y por la congregación donde servía al Señor, pero nada ni nadie podrá evitar la funesta consecuencia de quedar descalificado para seguir ministrando como obispo, pastor o anciano. Que Dios en su gracia nos guarde de causar afrenta a su nombre y daño irreparable a su obra. El pecado de inmoralidad en lo sexual, jamás sucede de un día para otro. Siempre comienza en ciertos excesos que hasta pueden parecer inofensivos, pero eventualmente conducen al adulterio o cualquier otro pecado de índole sexual. Cuidemos nuestra mente amable oyente, cuidemos nuestros ojos. Cuidado con el cine, con la televisión con las revistas, con el Internet. Cuidado con el trato con las mujeres. Cuidado con la manera como aconseja a las mujeres. Jamás lo haga a solas, siempre busque la compañía de su esposa, o si esto no es posible, hágalo en algún lugar donde esté a la vista de todos, procurando que nadie pueda oír lo que está aconsejando. La clave es no dar ninguna oportunidad a nuestra carne, ni al mundo, ni a Satanás para terminar arruinando nuestra vida y afectando la obra del Señor. Lo mejor es cortar por lo sano cualquier pensamiento impuro, cualquier incitación a lo que a Dios no le agrada. Un buen ministro de Jesucristo, procura ser irreprensible y dentro esto, está siempre a la defensiva para evitar la inmoralidad sexual.

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