La mujer y la feminidad Pt. 2

Hola amigo, amiga oyente, que gusto poder estar junto a ti un día más. Estamos involucrados en una nueva serie en donde buscamos estudiar las instrucciones que Pablo le da a Tito. Y antes de empezar este estudio quiero recordarles que la autoridad de aquellos que hablan la palabra de Dios no es personal, no es organizacional o intelectual. La autoridad no es no es algo psicológico y no es experimental. Esto es enorme porque hay tantas circunstancias cuando se trata de nuestras familias. Diferentes situaciones, diferentes pasados, diferentes luchas, muchas de ellas muy dolorosas. Sin embargo, a pesar de todo ello, la realidad es que cuando miramos la Palabra de Dios, habrá momentos en que esta Palabra avance y, seré sincero contigo, habrá momentos en que la Palabra de Dios va a llegar a confrontarnos para hablar con valentía y poder, habrá momentos en que nos desafiará y creo que habrá una gran tentación; el adversario comenzará a susurrar al oído de nosotros y podemos empezar a creer que el pastor no sabe de lo que está hablando, no sabe por lo que estás pasando, creer que lo que el pastor dice no se aplica a ti. Y te sentirás tentado de irte y tratar de encontrar a alguien más que esté de acuerdo con lo que piensas y muy seguramente encontrarás a alguien que apoye tu modo de pensar, pero quiero recordarte que la Palabra de Dios es tu única verdad.

Mira, realmente me importa poco lo que pienses de mí, simplemente te invito a que cuando miremos la Palabra de Dios hoy y cada programa, te preguntes: ¿es eso lo que dice la Palabra de Dios? Y si es lo que dice, independientemente de lo que pienses de mí, eso otorga una alta prioridad a tu vida, eso pone demandas en tu vida. Y la pregunta es, cuando veas lo que dice la Palabra de Dios, ¿Él será tu rey?

Quiero recordarte que cuando se trata del Evangelio y de nuestras familias mi única autoridad está en la Palabra de Dios, y quiero, más que nada, estar lo más cerca posible de esta Palabra. Si me alejo del evangelio, puedo desconectarme, pero mientras esta Palabra sea lo que se comunique claramente, entonces quiero alentarte, exhortarte a que la escuches y que estés orando porque existen miles de situaciones que podrían estar sucediendo alrededor de quienes me escuchan y hay declaraciones que haré, espero, basado en la Palabra de Dios, que incluso pueda alentar a una mujer, pero sé que la misma declaración podría ofender a esta mujer. Y oro para que Dios, por el poder de su Espíritu, tome su Palabra y la aplique apropiadamente en cada una de nuestras vidas. Así que los invito a orar de acuerdo con esto. Oremos.

Hoy Dios, nos presentamos delante de ti con un corazón sincero, con un corazón lleno de esquemas y dudas, pero hoy Señor te pedimos que sea tu Palabra nuestra única guía. Dios, hoy queremos que tu palabra sea evidente en nuestras familias y por eso estamos abiertos a escuchar lo que dices, danos un corazón entendido a tu Palabra, en el nombre de Cristo. Amén.

Bien, amigo, amiga oyente con esa apertura nos sumergiremos a la luz del hecho de que lo que veremos el día de hoy no se basa en lo que David diga, se basa en lo que la Palabra de Dios dice. Mira, la Palabra de Dios no solo es la única fuente de autoridad del predicador, sino que la Palabra es la principal fuente de responsabilidad del predicador y es por eso que comparto esto contigo hoy y le pido a Dios que te aliente.

Hay un día en que compareceré ante Dios para dar cuenta de lo que he dicho. Y esa es la razón por la cual algunas de las cosas que vamos a ver en las Escrituras hoy, son difíciles de decir y le pido a Dios que pueda hablar con valentía, porque tengo la responsabilidad ante Él de hacer eso. Mira, el predicador es responsable ante Dios de proclamar la Palabra, independientemente de si le agrada o no a aquellos cristianos del siglo XXI.

El predicador tiene la responsabilidad ante Dios de proclamar la Palabra y la responsabilidad del predicador ante Dios es vivir la Palabra. Y para ver esto te invito a que vayas conmigo al capítulo 2, versículo 7 de Tito, ahí Pablo le dice a Tito, necesitas ser un ejemplo en todo lo que haces. Y esta es la realidad de predicar una serie sobre la familia y a pesar de que estoy buscando la feminidad que no se aplica tan directamente a mí, la imagen sigue siendo un reto para un esposo y un padre, la perspectiva de mi esposa y la madre de mis hijos es la imagen que queremos ver y subsecuentemente con ello, ver el matrimonio y la hombría bíblica para ver algunos de estos asuntos y cumplir con lo que Dios nos ha dicho:  ser ejemplo. Te pido que ores por mí y mi familia para que Dios nos dé la gracia de vivir de acuerdo con esta Palabra.

Entonces, con esa base, lo que quiero hacer es que veas cómo el Evangelio afecta a nuestras familias de dos maneras principales. Número uno, el Evangelio es la base de la feminidad bíblica. Hablamos sobre esto en los últimos días. El Evangelio no es solo una clase en la que participarás como cristiano. El Evangelio es el edificio completo en el que están todas las clases. El Evangelio es la base de cada dimensión de nuestras vidas y eso es exactamente lo que se está diciendo aquí en Tito capítulo 2, versículos del 11 al 14. Ahí lees: «Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras» Eso es Evangelio.

Pablo pasó 10 versos diciendo lo que los hombres y mujeres ya sean jóvenes o mayores deben hacer. Y él dice que la razón por la que hacemos esas cosas es porque el Evangelio es la base de todo. Ante eso yo te pregunto: ¿Cómo es que todo se basa en el Evangelio? Y para responder eso te diré, número uno: su gracia, el Evangelio nos enseña que la gracia de Dios cubre nuestro pasado. Eso es lo que dice el versículo 11, leámoslo juntos, la Palabra de Dios dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” La gracia de Dios cubre nuestro pasado. Él nos ha traído a la salvación. Eso es de lo que hemos estado hablando. De hecho, la única forma en que nacemos de nuevo es por la gracia de Dios. Entonces, Su gracia nos capacita para llegar a la fe en Cristo, pero no solo se detiene en este punto; entonces, saliste del camino que va al infierno y estás en el camino que va al cielo. Este es el comienzo de la salvación. Eres salvo, nacido de nuevo, pero la imagen ahora es que su gracia no solo cubre el pasado, la gracia de Dios potencia nuestra presencia en Él.

Esto es lo que dice el versículo 12, leámoslo: “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” Me encanta esta frase, su gracia nos enseña. Literalmente nos entrena, nos disciplina, la gracia es tu maestra. Seguidor de Cristo, la gracia busca enseñarte, entrenarte, disciplinarte diariamente para crecer a la imagen de Cristo.

Ahora, vamos al versículo 14, esto dice: “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” «purificar», purificarse. Esta es la imagen de cómo no hay mujer que pueda estar a la altura de la imagen en Tito 2 por su cuenta. Necesitas gracia para hacerlo. No hay hombre que pueda estar a la altura de la imagen de la virilidad bíblica, necesitas gracia para hacerlo. La gracia empodera el presente. La única manera de vivir en matrimonio, vivir como padres, vivir como niños; todo está basado en el Evangelio y la gracia de Dios. Su gracia nos entrena para estas cosas, su gracia cubre nuestro pasado, su gracia empodera nuestro presente y su gracia garantiza nuestro futuro. Ese es el versículo 13 donde dice: «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» para que veas cómo el Evangelio es la base de todo lo que vamos a leer hoy. Su gracia es la base de toda la imagen.

El Evangelio no sólo es el fundamento para la salvación, sino para la feminidad bíblica. El Evangelio es el propósito de la feminidad bíblica. Ahora quiero mostrarte esto en tres versículos diferentes en el capítulo 2 de Tito. Tres veces diferentes en las que Pablo usa lo que se llama una cláusula de propósito, lo que básicamente significa que le dieron una orden y él dice por qué debes hacer esto. Entonces en medio de esto yo te pregunto: ¿cuál es el propósito de seguir este mandato? Y para responder esto te invito a que mires los versículos 9 y 10. Ahí Pablo está hablando de los siervos, y dice: » Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo«, esta es la cláusula de propósito, «para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.» Entonces ellos necesitan obedecer este mandamiento para mostrar el atractivo de Dios nuestro Salvador.

Bien, ahora mira en el versículo 8. Bueno, de hecho, comenzaremos en el versículo 7 justo a la mitad. Esto dice: «presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad» aquí está otra vez, «palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.» Y ahora ve al versículo 4, ahí hablan sobre mujeres más jóvenes, y dice: «que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada«. Y entonces la imagen que estos versos nos dan es que, si actúas de esta manera, nadie pueda calumniar o blasfemar la Palabra de Dios. Compórtate de esta manera para que nadie tenga nada malo que decir sobre nosotros, para que las personas vean a Dios nuestro Salvador atractivo.

Aquí es donde quiero recordarte que cuando hablamos sobre el propósito de la feminidad bíblica no es por conveniencia cultural, no es para que podamos ser moldeados en lo que esta cultura considera como la feminidad. Debes darte cuenta de que en el primer siglo Pablo escribió a un pueblo que dio inicio al nacimiento del cristianismo. Y entonces, Pablo está escribiendo a un pueblo que, por primera vez, muestra cuál es el efecto de Cristo en un hogar. Por primera vez, madres y padres, esposos y esposas, hijos e hijas, deben considerar y mostrarle al mundo, un mundo pagano, qué tipo de diferencia hace Cristo en el hogar. Y no fue fácil de hacer. Lo que se les pidió que hicieran en todo el Nuevo Testamento fue contracultural y vamos a ver que, aunque no es una correlación directa entre nosotros hoy y el primer siglo. No hay duda de que la imagen de una familia centrada en Cristo en nuestra cultura está bajo ataque. No hay duda de que las cosas que la Biblia nos va a enseñar nos pondrá de muchas maneras en contra de la cultura en la que vivimos y tenemos que decidir si queremos ser moldeados o no. Debemos decidir si lo que nuestra cultura dice es correcto o si queremos ser moldeados en lo que Dios dice.

En segundo lugar, el propósito de la feminidad bíblica no se trata de preferencias personales. Amigos y amigas tenemos que darnos cuenta de que vamos a sumergirnos en esto, debemos darnos cuenta de que el propósito del matrimonio, el propósito de la crianza, el propósito de la familia no es para su realización personal, individual o preferencia personal.

Los mandatos que veremos en las Escrituras no tienen la intención de hacer las cosas lo más cómodas posible para ti. No se ajustan a tus preferencias en lo que más te puede satisfacer según lo que piensas. Ahora, no estoy diciendo que el matrimonio no sea satisfactorio o que la crianza de los hijos no es satisfactoria, estas son cosas buenas siempre y cuando están hechas de la manera que Dios las diseñó, pero la realidad es que necesitamos saber desde el principio que no somos el juego final aquí. La gloria de Dios es el juego final y el propósito del matrimonio es mostrar la gloria de Dios para que las enseñanzas sobre nuestro Dios y Salvador sean atractivas. El propósito de la crianza es mostrar la gloria de Dios. El propósito de nuestras vidas en nuestras familias es mostrar la gloria de Dios y sacrificamos nuestras preferencias, nuestro consuelo hacia ese fin y eso es clave en nuestra vida como seguidores de Cristo.

El propósito de la feminidad bíblica no es una conveniencia cultural o preferencia personal. El propósito de la feminidad bíblica es mostrar la belleza de Cristo, hacer atractiva la enseñanza de Dios nuestro Salvador. De esto es de lo que hablaremos en el siguiente programa así que espero que puedas acompañarnos en nuestro próximo estudio de la Palabra de Dios, aquí en “La Biblia Dice Presenta”. Que Dios te bendiga.

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