Comunidad. Lo que hemos descuidado

38 Comunidad. Lo que hemos descuidado I (Haz clic y descarga el texto)

Nos sentimos tentados a ignorar a la gente que se pierde, habríamos ignorado al hijo prodigo, pero Jesús dice que se preocupa tanto por cada uno de nosotros que cuando uno se pierde, él ira a buscarlo.

El amor tiene aspectos que muchas veces se han quedado olvidados en las sombras de nuestro compañerismo, pocas veces los sacamos, les quitamos el polvo y los utilizamos, pero estas son cosas que pueden rescatar a una iglesia y a los creyentes individuales de su destrucción espiritual, el Pastor Ron Moore se concentra en estos aspectos de amor y acción en el programa de hoy.

¿Qué significa vivir la vida juntos en una comunidad de creyentes? ¿De qué manera la comunidad puede hacer algo para marcar la diferencia? En este punto de nuestro estudio hemos considerado algunas preguntas referentes a la comunidad, en primer lugar ¿qué es la comunidad? ¿a qué se parece? ¿porque necesitamos de la comunidad? ¿Cuál es el trabajo que hace la comunidad? y ¿qué sucede cuando la comunidad no funciona? y el día de hoy, queremos considerar la parte más descuidada de la comunidad y es esto que llamamos el “amor resistente” de tal manera que cuando nos relacionamos con otras personas, las cosas pueden volverse un poco complicadas, mejor dicho, cuando nos convertimos en cristianos las cosas se tornan más complicadas.

La culpa por nuestro pecado se va pero la tendencia a pecar permanece, el pecado no se irá de nuestras vidas hasta el mismo día en que veamos a Jesús cara a cara, sin embargo, muchas veces tendemos a ser muy permisivos con nosotros mismos, y usamos como justificativo esto, entonces decimos, “el pecado no se irá de mi vida hasta el mismo día en que vea a Jesús cara a cara” y repetimos fielmente efesios 4: 13 diciendo “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; ahí está, aun no soy perfecto aun me equivoco pero Dios me perdona porque me ama” Muchas veces tenemos claro eso, pero el problema esta cuando el que se equivoca, el que lastima, el que peca es otro, el verdadero problema está cuando la gente peca contra nosotros, es allí cuando todo se pone más difícil, y pues recuerda que el pecado aún permanece dentro de la comunidad, entonces ¿cómo manejamos esto?

¿Cómo tratamos con esto para proteger a las personas y mantener la pureza en la comunidad? Bueno, una vez más, quiero que vayamos a las escrituras, porque hoy en día es crítico mantener una comunidad saludable, y creo que también es una de las cosas que hemos mantenido descuidadas dentro de la comunidad, Así que, toma tu Biblia y busquemos el capítulo 18 del Libro de Mateo, vamos al versículo 1, ¿En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” Está no era una pregunta al azar que los discípulos hacían, vemos en los evangelios de Marcos y de Lucas que los discípulos realmente tenían muchos conflictos y querían saber si iban a estar en una posición de poder y de control, ya que en ese tiempo ellos todavía pensaban que Jesús iba a establecer un reino terrenal y querían saber quién iba a reinar en el trono con Jesús.

Ahora, para responder a esta pregunta de los discípulos, Jesús hace algo bastante inusual, mira el versículo 2, “Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 18:2,3) Muchas personas suelen aplicar este pasaje a la salvación y dicen, “a menos que tengamos la fe como la de un niño, no entraremos en el reino de los cielos” pero el contexto aquí no es sobre la salvación, el contexto aquí es ¿sobre qué? Sobre el poder, recuerda que los discípulos estaban discutiendo sobre quién iba a tener la más alta posición de poder y control, por lo tanto, Jesús llamó a este pequeño niño y explico sobre esto en el versículo 4, “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.”

Imagínate este cuadro, los discípulos son hombres hechos, están reunidos haciendo preguntas, entonces Jesús llama a este niño y lo pone en medio de ellos. Es apenas un pequeño niño pero es imponente, a este niño no le preocupa la posición social, recordemos que en esos días los niños no tenían ningún derecho según la ley, y entonces Jesús les dice,  “quien quiera que se humille cómo este pequeño niño, es mi verdadero discípulo, es mi verdadero seguidor” En la escritura la humildad puede ser sinónimo de obediencia a la palabra, y así es que lo encontramos en la Biblia, y esta palabra no puede ser inherente a nosotros, esta es la instrucción que nos da la Biblia, y debemos someternos a la palabra de Dios, ¿Realmente lo hacemos? Pues cuando vivimos nuestra vida sometiéndonos a la palabra de Dios, es ahí cuando mostramos la verdadera humildad.

Jesús les explicó esto en Lucas capítulo 22 versículos del 25 al 26 dice, “Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.” Y ahora vamos a Mateo 18 verso 5 dice, “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe” Cuando le damos la bienvenida a un nuevo creyente, y una vez más aquí no estamos hablando de la edad, estamos hablando de alguien que se humilla como un pequeño niño, quienquiera que le da la bienvenida a un nuevo creyente que vive en la humildad del reino, Jesús nos dice, qué es lo mismo que si le dieran la bienvenida a Él, ahora, la mayoría de nosotros estaremos de acuerdo en qué debemos vivir la vida conforme a la humildad expresada en la palabra de Dios, pero esto es un gran desafío ¿verdad? y Jesús lo sabe, y por lo tanto nos ofrece dos desafíos de humildad infantil.

El primero es con la gente que está a nuestro alrededor. El mundo en el que vivimos nos desafía constantemente para que nosotros seamos seguidores humildes de Jesucristo, dale una mirada al versículo 6, “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños” no a un niño, sino a un nuevo creyente, “que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino” esta no es una piedra de moler como la que utilizaríamos en la cocina, esta es una piedra muy grande que era jalada por un asno, “y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:6) Esto es lo que está diciendo Jesús, aquellos que se oponen a mis seguidores un día van a experimentar la separación eterna, el mismo infierno, y para aquellos que experimenten esto, sería mejor que se atarán una de estas piedras de molino en su cuello y se ahogaran en las profundidades del mar.

El mundo se opone a los creyentes, mira el verso 7, “¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” sabemos que vivimos en el mundo, hay muchas tentaciones aquí, tentaciones que pasan muy cerca de nosotros y es un desafío que solamente podemos vencer con la fuerza de Cristo, vivimos en un mundo lleno de conflictos y esto demanda una fortaleza que solo puede venir de parte de Jesús, pero hay algo más, otro desafío aun mayor, nosotros, nosotros mismos, mira lo que dice Jesús en el versículo 8, “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.” (Mateo 18:8,9)

Esto es bastante radical ¿verdad? pero Jesús no está hablando de automutilación, Jesús utiliza este ejemplo para explicar que, si algo en tu vida te impide ser un seguidor de Jesús, si algo no te permite mantener esa humildad infantil, debes arrancarlo de tu vida, mira el versículo 10, “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.” Ahora, si este versículo dice que tenemos un ángel guardián esa es una discusión para otra oportunidad, no creo que esté verso esté diciendo eso, sabemos por el libro de Hebreos que tenemos ángeles ministrando junto a nosotros, pero el punto aquí es que Jesús está diciendo, que Dios tiene cuidado de sus hijos. No menosprecies a aquellos que mantienen esta humildad infantil.

Jesús ilustra esto con una parábola muy conocida, mira el versículo 12, “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?” ahora mira el verso 13, “Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.” Asombroso ¿verdad? Es verdad que muchas veces nos sentimos tentados a ignorar a la gente que se pierde, pero si hacemos eso entonces, habremos ignorado al hijo prodigo, pero Jesús nos dice que se preocupa tanto, por cada uno de nosotros, que cuando uno se pierde él ira a buscarlo y cuando lo encuentra está más contento con esa oveja que ha regresado a la casa, que con las noventa y nueve que se quedaron.

Estar perdido es algo terrible, pero más terrible es estar perdido y no saberlo. Fue a raíz de todo esto, que el Señor Jesús proclamó tres parábolas. La primera es la parábola de la oveja perdida. El relato está entre los versículos 3 a 7 de Lucas 15. La Biblia dice: Entonces él les refirió esta parábola, diciendo ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

La oveja perdida representa a los publicanos y pecadores. La Biblia en general usa a la oveja para representar al hombre. Isaías 53:6 dice: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. La oveja es ingenua por naturaleza, fácilmente se desorienta. La oveja ignora los peligros que le rodean, fácilmente se mete en problemas. La oveja es incapaz de cuidarse a sí misma, necesita de alguien que vele por ella. La parábola habla de un pastor que tenía cien ovejas.

El pastor conocía a todas las ovejas individualmente y sabía exactamente cual oveja era la que se había perdido. Ante lo sucedido, el pastor deja a las noventa y nueva en el redil en el desierto y sin siquiera pensarlo, su instinto de pastor le impulsa a salir en búsqueda de la oveja perdida. La búsqueda es incesante. El pastor no descansará hasta encontrar a su oveja perdida. La razón para esta búsqueda incesante es porque la oveja es de su propiedad. Él es responsable de ella. Él es el pastor. Además, porque tiene gran compasión por su oveja.

J.C. Ryle dice eso; “el más joven, el más débil, el más enfermizo de la multitud, es tan querido como el más fuerte” hoy en día esto es una verdad bastante radical para nosotros, ya que tenemos la tendencia a pensar que aquellos que tienen el fuego del espíritu, aquellos creyentes maduros que van adelante, estos son los que ama Dios, pero Dios ama a todos, aún a aquellos que se han extraviado, de hecho yo también amo a los perdidos, así que voy darte algunos consejos para que puedas encontrarlos, pero de esto hablaremos en nuestro próximo tiempo juntos.

¡He encontrado mi oveja que se había perdido! Esa es la frase que pronunció el pastor al encontrar a su oveja. Esto denota que había un vínculo tan especial entre la oveja perdida y el pastor. El mismo vínculo que debe existir entre la iglesia y Cristo.

Hay cuatro pasos que Jesús recomienda para restaurar a una oveja que se ha ido lejos. Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa para conocer más sobre las bendiciones que el Señor tiene preparadas para ti y tu comunidad. Bendiciones.

 

 

 

 

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