Comunidad ¿Cómo se ve? II

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Somos diversos, somos diferentes. Ahora, la comunidad es sucia, la comunidad es dinámica, la comunidad es diversa, así que, aquí tengo una pregunta, Con todo este lío, cambios y diferencias, ¿Cómo podemos hacer algo que valga la pena? ¿Cómo vamos a caminar en comunidad?
El perdón es tan necesario para la armonía en el hogar, en la comunidad, y ciertamente en la iglesia local. Perdonar no es sinónimo de olvidar. El perdón es un compromiso que hacemos con Dios para no tratar al ofensor de la misma manera que él nos trató a nosotros, sino como si la ofensa nunca hubiera existido. Esto es perdón. Pero además de perdonarle, la iglesia debía consolar al creyente que pecó, se arrepintió y se apartó del pecado. Consolar significa ponerse al lado para ayudar a aquel miembro de la iglesia que lo necesite.
¿Qué es esto llamado Comunidad? Con esta pregunta comenzamos esta serie, creo que lo correcto es ir a la fuente y buscar en las escrituras lo que Dios dice en cuanto a esto llamado comunidad.

En el programa anterior observamos lo que Dios tenía en mente en cuanto a la iglesia. Para responder a esto vimos tres grandes, ahora vamos a considerar estas tres palabras y voy dar algunos toques finales para esta pintura.

Bueno, regresemos para considerar estas tres pinceladas iniciales, estas tres palabras, y vamos a agregar algunos últimos toques. Comencemos con la diversidad, la diversidad es un golpe mortal para la unidad, y quiero dejar claro esto, nuestra unidad no se construye alrededor de un partido político, de una convicción política, o de un movimiento político, esto no es el enfoque de la iglesia.
Nuestra unidad no se construye alrededor de un proyecto social, dejemos en claro esto, la unidad no se construye alrededor de nuestras concordancias, porque en verdad somos muy diferentes, nuestra unidad se concentra en esto, somos una comunidad gracias a Jesucristo, y en Jesucristo nos pertenecemos el uno al otro, debido a Jesucristo, no hay otra razón; volvamos a mirar Romanos 12:4, “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,” nada de lo que hacemos lo hacemos para nosotros mismos, ni para satisfacer nuestras necesidades, podemos decepcionarnos de la gente, pero nunca nos decepcionaremos en Cristo, Él es el único que puede traer unidad a la comunidad.

Dallas Williard escribe esto; “El objetivo de Dios en la historia de la humanidad es la creación de una comunidad global, que pueda amar a las personas, a todas las personas, incluidas el ser humano más primario y el habitante más glorioso.” Y cuando para la gente de Dios no cuentan los habitantes más gloriosos ni los seres humanos más primarios, entonces los días de la iglesia están contados.

La comunidad no se trata de un ministerio, no se trata de una sola persona, se trata de la persona de Jesucristo, consideremos ahora esta palabra; “Dinámica” el cambio es inevitable, tenemos que aceptarlo, hay cosas que sencillamente van a cambiar, pero cuando cambian, tenemos que estar seguros de que este cambio se hace bajo el equilibrio seguro de la palabra de Dios, si no sucede esto, el cambio se convierte en caos, por lo tanto el creyente tiene que abrazar este cambio con una mano, y aferrarse al ancla de la palabra de Dios con la otra.
Aquí está una frase del Profeta Isaías, la escribió el apóstol Pedro, “Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” (1 de Pedro 1:24,25)

¿Quieres construir una iglesia alrededor de un misterio? ¡Esto va a cambiar! ¿Quieres construir una iglesia alrededor de una persona? ¡Esto también va a cambiar! ¿Quieres construir una iglesia alrededor de un estilo de vida? ¡Esto también va a cambiar! Pero la palabra de Dios no cambia, la palabra de Dios permanece para siempre, y cuando estamos anclados en la palabra de Dios, este cambio se hace de manera dinámica, nunca es caótico; el Salmo 119:89 dice; “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Y Mateo 24:35 dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”

Cuando una comunidad desecha la palabra de Dios y quiere permanecer quieta, no está abrazando el cambio social, cuando una comunidad desecha la palabra de Dios sus días están contados. El cambio puede ser peligroso si no está aferrado a la palabra de Dios.
Aquí está otra palabra y un par de veces he puesto el énfasis en esta palabra “Sucia” y enfatizo esto porque en mi experiencia, he visto a tantas personas estrellarse con esta idea debido a las expectativas poco realistas que tienen de la iglesia, y de la gente de la iglesia, esperando que estas personas sean perfectas.

“Personas perfectas”, nada puede estar más alejado de la verdad, y cuando tenemos altas expectativas con algo, la realidad casi nunca corresponde con esas expectativas, muchas veces encontramos personas más vulnerables que otras, y cuando son nuevos creyentes y se involucran en un ministerio conocen a otras personas que están sirviendo en estos ministerios y no siempre están de acuerdo con ellos, no siempre tratan bien a la gente y estos nuevos creyentes se desilusionan, así que a esta palabra “sucia” tenemos que agregarle una palabra más “Gracia” Cómo creyentes no hemos sido elegidos gracias a nuestra perfección, Dios nos ha elegido gracias al sacrificio de Cristo, somos vitalizados por el Espíritu Santo, y hemos sido comprados por la sangre de Cristo. Estábamos muertos espiritualmente pero ahora tenemos una vida que complace a Dios, vivimos como hijos e hijas de Dios, a causa de Cristo y por la cruz de Cristo, estamos cubiertos con su sangre, somos seres eternos ahora.

Vamos a vivir con Dios eternamente, pero la carga de nuestro pecado, no se ha erradicado dentro de nuestras vidas, esto es lo que se llama el proceso de santificación, es un proceso de crecimiento, tenemos que crecer durante nuestro caminar espiritual, 3 pasos hacia adelante y 2 pasos hacia atrás, todos estamos creciendo en este caminar espiritual, es el Espíritu Santo el que trabaja dentro de nosotros, nunca seremos perfectos, hasta el mismo día de nuestra muerte, y cuando llegamos al cielo. Mientras tanto, estamos aquí y tenemos que mostrarnos el uno al otro “Gracia” el capítulo 3 del libro de Colosenses dice; “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” (Colosenses 3:13,14)

Efesios 4 versículo 29 dice; “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” Imagínate qué sucedería con nuestra comunidad si hiciéramos esto, si cada uno de nosotros aplicará esto a sus vidas, ninguna conversación no saludable estaría en nuestra boca, “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” (Efesios 4:30,31) mira el verso 32, “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” ¿Eres capaz de perdonar otros?

Permíteme hablar de esto por un momento, hay muchos de ustedes que han sido creyentes durante un buen tiempo, algunos hemos tenido heridas profundas y hemos estado luchando con eso durante 10, 20, o 30 años, y entonces conocemos a un nuevo creyente y sabemos que está flamante y pensamos que puede ser tan maduro como nosotros lo somos hoy en día, sin considerar que nosotros hemos necesitado 30 años para llegar hasta aquí.

Entonces empezamos a pensar ¿Por qué estos nuevos creyentes no pueden servir en ningún ministerio? ¿Por qué no ofrendan? ¿Qué es lo que está mal con ellos? ¡Están flamantes, son nuevos! es lo mismo que si estuviéramos enseñando a un pequeño bebé. Cuando tenemos a un pequeño bebé en la casa, todo lo que hace el bebé lleva tiempo, necesita aprender, le cuesta más trabajo, le toma esfuerzo. Nosotros tenemos que mostrar un poco de “Gracia” ¿puedes hacer esto? es más fácil predicar lo que se debe hacer, que hacerlo en realidad.
Dietrich Bonhoeffer escribió lo siguiente; “Dios mismo se ha comprometido en enseñarnos sobre el amor fraternal, todo lo que el hombre necesita es recordar esta instrucción divina, Dios es misericordioso, por eso nos entregó a Jesucristo su hijo, Él ha ganado nuestros corazones gracias a su amor. Este es el principio de nuestra instrucción, el amor divino. Dios es misericordioso para con nosotros, debemos aprender a ser misericordiosos con nuestros hermanos, nosotros hemos recibido perdón en lugar de juicio. Nosotros también debemos aprender a perdonar a nuestros hermanos, nosotros hemos aprendido a dar gracias ya que hemos recibido de parte de Dios, Él nos concedió vida en Cristo, vivimos por la piedad de Dios, y por su amor y esto debe infundir en nosotros un amor fraternal.

El mismo Dios nos enseñó a encontrarnos el uno al otro, ya que Dios nos ha encontrado en Cristo. Algunos de ustedes pueden estar pensando, Ron nos acaba de hablar sobre la gracia y nos ha dicho que podemos comparar a los nuevos creyentes con un bebé, pero ¿qué sucede si un nuevo creyente peca, no se supone que deberíamos hacer algo?

No creo que deberíamos decir que esto está bien ¿verdad? cuando un bebé está caminando por la calle ¿qué es lo más cortes que podríamos hacer? tomar al bebé y ponerlo fuera de peligro, así que acércate a un nuevo creyente y dile tiernamente, qué es por la gracia de Dios que tú estás aquí, y es por la gracia de Dios, que has aprendido lo que ahora sabes, dile que quieres ayudarle a caminar el mismo camino, qué es por gracia, no estás de acuerdo con el pecado, no te estás haciendo de la vista gorda, es solamente Gracia, el pecado es caótico, es peligroso, pero esto es lo más cortes que puedes hacer, el mismo Dios nos ha enseñado a encontrarnos uno al otro, pues Dios nos encontró a nosotros en Cristo, tenemos el compromiso de ser personas de Gracia.

Hoy hemos aprendido que la iglesia es dinámica, qué es un organismo vivo que crece y cambia, pero este cambio debe estar amparado por la palabra de Dios, la Iglesia también es diversa, se compone de gente de diferentes razas, y personas con dones diferentes, personalidades y experiencias y trasfondos diferentes, pero el Espíritu Santo produce unidad dentro de esta diversidad, la iglesia también está sucia, se compone de gente como tú y como yo, la iglesia no es perfecta, la iglesia está llena de pecadores, somos personas estropeadas, sucias, pero a través del brillo de la gracia de Dios podemos convertirnos en una comunidad, mientras la iglesia se componga de seres humanos no va a ser perfecta, pero será la comunidad ordenada por Dios, para mostrarle al mundo, que Él puede hacer que las cosa, trabajen juntas, por un bien común.

Si todo lo que hago es vivir apartado de la Comunidad, pronto voy a parecerme al mundo, voy a pensar de la manera cómo piensa el mundo, por eso la Iglesia es tan importante, por eso la Comunidad es tan importante, porque no separa del mundo.
Esperamos que puedas acompañarnos en esta apasionante serie sobre la comunidad y conocer más sobre sus planes de victoria que Dios tiene para tu vida, tú familia y tú comunidad. Bendiciones

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